Si la altura en que crece frondosa la tromba de
piedra y cemento que preña al río que
envuelve la polimorfa alegoría de vida donde articulados cruzamos de par en par
el hueco que deja abierto nuestro
intento de formar una pira una pirca un grupo de objetos apilados en el mundo que nos haga volver que nos sirva de seña en la polvareda que somos el polvito que nos agrande el pedazo de
cielo que nos toque el pedazo de cuerpo que cargamos el pedazo de
piel que transa con lo externo el órgano que llevamos cruzado en el pecho como una honda si atravesamos a nado ese río y su hermético
fabricar de símbolos constantes a
cambio de guijarros semillas valores sellos o si uno vuelve presuroso bajo tierra
en transportes públicos demasiado
cargados apretado contra la boca del
otro con la palabra del otro
adentro que se respira como un
secreto
si se cree digo
en la posibilidad de un
fugaz reposo en esta sucia estructura
que se derrumba precipicio que se escabulle o se aplana tridimensional o
escarpado vertical o invisible dejándonos siempre jadeando al borde probando vinculaciones que de antemano sabemos fallidas.
El cuarto propio
pero abarrotado de ajenidad una boca que
habla en otra lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca
una lengua que consiguió otros bienes va atrayendo la desgracia la peste la corrupción y si eso que se llama el otro
fuera sólo un cuadro con lo que hay que aprender una
sosa raya de karma que si no quedó claro ahí vamos que si vas por ahí de
nuevo ya sabés que después viene eso?
Puede la carne
enrollarse como un colchón sin uso
o jugosa presa, levantarse
cada vez como una
llama
el humo de una
aparición solapada
cada escama de adn en
su espiral abominable.
Pueda sentarme, carne
al fin
la espalda contra el
árbol
restregando mis
muñecas marcadas
libre del deseo ajeno
y del propio
libre de la ansiedad
de la vibración y el jadeo;
cuando me siente al
pié de ese árbol
yo también seré pié
metro
parte ínfima de un
sonar complejo
apenas una rúcula en
la pizza de jamón del diablo
un averroes
royendo su hueso
pelado;
guirnalda de gusanos
orlará el cuadro
estaré muerta
en paz de órganos y aparatos
ya no más planta
deseante
ya no mas coyuyo
sufriente
amancebada égloga
rudimentaria,
bien pastoril.
El sosegado clamor de las gallaretas
levantándose en la aguada lejana
toda untada con la grasa murmurada al oído
puro rosa en el atardecer ;
así el ávido picaflor
se abre
ante el coyuyo montaraz
montera la paloma arroja
con la honda un cuarzo
espejeando
así de sudorosa brilla
la piel yegua
que se raya y rezuma
al manotazo ahogado de crines y saliva.
Un belfo que se hunde en la pupila cebada,
el fragor que domina la campaña y la yerra,
el cuerpo enorme que tiembla
al lazo y al fierro;
suave el polvo
envuelve los cascos
al vaivén de las pequeñas pisadas
principia el tornado y la fiebre, todo vuela
el viento es una hélice en el eucalipto
hoja vibrando en la boca que la sopla
el cielo se encauza en el zanjón,
las estrellas entreveradas
con los terrones.
Ya vendrá la cigarra y la lluvia a contar sus cosas;
las semillas prenden
aún en la tierra seca.
la pala
hundo en el humus humano el metal brilla fluido amalgama es hermoso pensar en
materiales interviniendo dialectos explotando por fin en insultos delictivos
deleites la fuerza pala la intelectualidad pala ardiendo al rojo hervor de los
cánticos que tejen rápido entrelazando la urdimbre los hilos de acero el dibujo
acuarela de la praxis empala la idea por el sexo de la idea por el testuz el torso
la idea muestra al fin su líquido vital el palo que sujeta su carne sobre el
fuego cociéndola cada palabra mide el tiempo lineal de su utilidad un concepto
se solidifica al caer como se enfría de rápido la cera hace moldes también se
rearma con nuevo pabilo adentro quemar lo que solo ha sido causa de servicio
Un hueso agujereado en el
medio de su centro por donde se escapa
la paz el amor la paciencia por
donde se va el tao turbina que
descentra y reconstituye chupa y
expulsa en constante arremolinar de
esquirla a polen ácaro en la brisa huella ósea remotísimo diente a punto de
desaparecer una pala excava tan hondo que se lleva todo y no deja ni el marco
el borde
arranca y exclama -el hoyo sos vos
Un haz de fibra óptica
que parpadea tratando de retener
algo una hebra que no se vuele
que pringue el cristal para estudiar su forma
y reproducir en nuevo molde un metal liviano que decante raíz que me sujete no me haga volar agitada y
chocando contra todos esos eventos que en la práctica se llaman vida,
que en la teoría se llaman vida y que todos sabemos que no lo son.