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12.2.21

La canción del amor, por Celeste Diéguez

 

 

Mi madre arrulla a mi gata convaleciente

ellas cantan la canción del amor,

Lelé se estira y le muestra el cuello

para que la rasque

así le responde la canción del amor,

dos hermanos pelean a gritos por una Pepsi

ellos cantan la canción del amor,

trato de hacer reír a mi tía por  teléfono

le estoy cantando la canción del amor,

lloro y quiero romper todo ante la obediencia

de las fuerzas armadas

esa es mi idea de la canción del amor,

el abuelo arrastró su silla

al lado de la cama de la abuela

ese es el hit de la canción del amor,

mi amiga me manda emoticones

para sentirnos cerca

ella le pone onda a la canción del amor,

felicito a todxs mis conocidxs por sus logros

alguien me enseñó de grande la canción del amor,

un niño en el tren pinta su mandala

con un lápiz marrón

él quiere acceder a la canción del amor,

me esfuerzo y explico lo que me da miedo

estoy intentando la canción del amor,

lleno la cubetera para tener mucho hielo esta noche

estoy invocando la canción del amor,

el corazón de mi padre me llamó y escuché

sus ojos cantaban la canción del amor,

hay conflictos que vienen a acomodar las cosas

eso dice la letra de la canción del amor.

 

 

Tomado de: Celeste Diéguez, La canción del amor, Tammy Metzler, 2020. 

2.11.20

Lo real, por Celeste Diéguez

 

 

 

 

9

 

Cuando viva al fin mi vida

esa vida que

por distintas causas

no he comenzado a vivir aún

Qué haré?

Una existencia activa de milagros concretos

tendré una profesión rentable

debo ganar buen dinero

me casaré joven

antes de los treinta

con un gran chico

clase media como yo

de valores sólidos y sexo pasable

los domingos serán con su familia o la mía

y luego llegarán uno tras otro los niños

me iré poniendo gruesa

trabajaré lo justo para jubilarme bien

y una vez por año

es la segunda quincena de enero

nos iremos a alguna playa ruidosa y concurrida

me haré amiga de mis vecinas de carpa

señoras como yo

a las que veré año tras año

hablaremos incansables de nuestros hijos

de lo que comeremos al almuerzo o por la noche

envidiaremos los cuerpos de las paseantes

volveremos a la casa alquilada

los chicos se prepararán para salir

escondiendo las drogas de nuestra miopía

cenaremos en silencio

tomando mucho vino

blanco tomaré en esa vida

y el tedio se escurrirá en la sobremesa

como un sirviente huidizo;

nos iremos a la cama

dos cucharas que ya

no revuelven nada.

 

Un día me despertaré

con 65 años y várices

la cara salpicada

por el exceso de sol sin protección

mi marido tendrá un pre infarto o dos

por la malasangre y los cigarrillos

todavía me quedarán años para leer y viajar

jugar a la canasta, hacer un curso

abogar por alguna causa

jugar con mis perros, cenar con amigos

o ir a molestar

a lo de mi nuera.

 

 

 

11

 

Nos preguntamos esa vez

acerca de la distancia justa a mantener

con las otras personas

que suben la escalera mecánica del subte:

un escalón –dije

tanto? –dijiste

depende, podés ser invasivo si estás demasiado cerca

te empujan si dejás mucho blanco.

 

Te pusiste contento porque nos deteníamos

a pensar en esas cosas

pero te dije

que no me gustan las coincidencias

me ponen nerviosa

es como estar demasiado cerca;

todo lo que aprende a moverse

lo primero que hace es alejarse.

 

 

 

12

 

Un útero un hombre una hamaca una habitación propia un baño privado una butaca en el medio ni muy arriba ni muy abajo un asiento individual junto a la ventanilla un juego de cubiertos una celda de máxima seguridad una jeringa recién abierta delante de mí la yerba nueva para empezar a cebar un novio de otra un cepillo de dientes exclusivo para mi boca un jesús personal un cajón donde nada más entre mi cuerpo un número de pin único e intransferible una clave para el face una clave para hotmail una clave para gmail la clave linkedín un solo donante anónimo un preservativo que será usado por primera y última vez una tarjeta sube sacada con mi número de dni un cenicero limpio un solo corazón para toda la vida un lóbulo frontal una bolsa de dormir roja un tórax un número de calzado invariable una lengua en común.

 

 

 

15

 

Un cuerpo que se desmantela

Cree en su posibilidad de estar en todas partes.

 

 

 

16

 

Y cuando aquella terminación de la calle bahía blanca

cruzada por sunchales

ahí donde como un pequeño huevo

fui puesta

pequeña y hippie

pequeña y sombría

doble nudo cadena sobre la lengua materna

sobre la lengua paterna

una gramínea de adn

un melilotus apenas

¡silvestre!

una semilla partida

fuera de surco desacopiada

cada uno en lo suyo y en lo suyo ausente.

 

Que como un tobogán por mi lengua se deslice

la paterna y yo sienta

en el pecho de embrión apenas el empuje

maniobras de vuelo que debiera

en esa casa de pilares

verdes y blancos con matas floridas

de retamas, mburucuyá y un aromo

que en ese patio donde descalza

vi sapos, ranas y culebras

nacer, morir a mis perros

y me clavé el freno de la bici

en esa casa en que sigo

siendo de algún modo huevo

rosado entre ustedes

una balsa de juncos flotando

hacia la vida tuya mía

hasta la muerte tuya mía

un huevo rosa adherido a un junco

huevo de caracol que también es boya

surco en el agua dejado por la tanza.

 

Para que desde todos los lugares donde

este huevo ha sido empujado a rodar, ruede

para admitir

que estar en casa

era esa casa de la encrucijada

de la calle bahía blanca cortada por sunchales

pueblo perdido en lo rural de la provincia

pueblo periférico la casa de mi padre

periférico el barrio de mi madre

de pie y de espaldas frente al viento en la laguna

de pie y de espaldas frente a los árboles que volaban

y yo mirando desde abajo y desde atrás

lo que debe entonces una mujer

cuidando el huevo lo que nace

lo que necesita de sombra para crecer

y en a sombra de quien se quedó

en la casa hecha cruz par ella

cruz para mí

la casa que hacía cruz dos calles

que terminaban en el agua

la casa donde fui huevo y me rompí;

espejo en los ojos de quien quería escapar y debía

por su condición, quedarse.

 

 

 

17

 

Si pudiéramos viajar hacia atrás

américa, áfrica, dicen

eran una sola cosa.

 

 

 

19

 

El cuarto propio pero abarrotado de ajenidad una boca que habla en otra lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca una lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca una lengua que consiguió otros bienes va atrayendo la desgracia la peste la corrupción y si eso que se llama el otro fuera sólo un cuadro con lo que hay que aprender una sosa raya de karma que si no quedó claro ahí vamos que si vas por ahí de nuevo ya sabés que después viene eso?

 

 

 

                                             Tomado de: Celeste Diéguez, Lo real, Buenos Aires, Caleta Olivia, 2018.

 

2.10.16

Precipitaciones, por Celeste Diéguez


Si  la altura en que crece frondosa la tromba de piedra  y cemento que preña al río que envuelve la polimorfa alegoría de vida donde articulados cruzamos de par en par el hueco que deja abierto  nuestro intento de formar una pira una pirca un grupo de objetos apilados  en el mundo que nos haga volver  que nos sirva de seña en  la polvareda que somos  el polvito que nos agrande el pedazo de cielo  que nos toque  el pedazo de cuerpo que cargamos el pedazo de piel que transa con lo externo el órgano que llevamos  cruzado en el pecho como una honda  si atravesamos a nado ese río y su  hermético  fabricar de símbolos  constantes a cambio de guijarros semillas valores sellos o si uno vuelve presuroso  bajo tierra  en transportes públicos  demasiado cargados apretado contra  la boca del otro  con la palabra del otro adentro  que se respira como un secreto 
si se cree digo
en la posibilidad de un fugaz reposo en esta sucia estructura  que se derrumba precipicio que se escabulle o se aplana tridimensional o escarpado vertical o invisible dejándonos siempre  jadeando al borde probando vinculaciones  que de antemano sabemos fallidas.



El cuarto propio pero abarrotado de ajenidad una boca que habla en otra lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca una lengua que consiguió otros bienes va atrayendo la desgracia la peste  la corrupción y si eso que se llama el otro fuera sólo un cuadro con lo que hay que aprender  una  sosa raya de karma que si no quedó claro ahí vamos que si vas por ahí de nuevo  ya sabés que después  viene eso?



Puede la carne enrollarse como un colchón sin uso
o  jugosa presa, levantarse
cada vez como una llama
el humo de una aparición solapada
cada escama de adn en su espiral abominable.
Pueda sentarme, carne al fin
la espalda contra el árbol
restregando mis muñecas marcadas
libre del deseo ajeno y del propio
libre de la ansiedad de la vibración y el jadeo;
cuando me siente al pié de ese árbol
yo también seré pié
metro
parte ínfima de un sonar complejo
apenas una rúcula en la pizza de jamón del diablo
un  averroes
royendo su hueso pelado;
guirnalda de gusanos orlará el cuadro
estaré  muerta  en paz de órganos y aparatos
ya no más planta deseante
ya no mas coyuyo sufriente
amancebada égloga rudimentaria,
bien pastoril.



El sosegado clamor de las gallaretas
levantándose en la aguada lejana
toda untada con la grasa murmurada al oído
puro rosa en el atardecer ;
así  el ávido picaflor se abre
ante el coyuyo montaraz
montera la paloma arroja
con la honda un cuarzo
espejeando
así de sudorosa brilla
la piel yegua
que se raya y rezuma
al manotazo ahogado de crines y saliva.
Un belfo que se hunde en la pupila cebada,
el fragor que domina la campaña y la yerra,
el cuerpo enorme que tiembla
al lazo y al fierro;
suave el polvo  envuelve los cascos
al vaivén de las pequeñas pisadas
principia el tornado y la fiebre, todo vuela
el viento es una hélice en el eucalipto
hoja vibrando en la boca que la sopla
el cielo se encauza en el zanjón,
las estrellas entreveradas  con los terrones.
Ya vendrá la cigarra y la lluvia a contar sus cosas;
las semillas prenden  aún en la tierra seca.



la pala hundo en el humus humano el metal brilla fluido amalgama es hermoso pensar en materiales interviniendo dialectos explotando por fin en insultos delictivos deleites la fuerza pala la intelectualidad pala ardiendo al rojo hervor de los cánticos que tejen rápido entrelazando la urdimbre los hilos de acero el dibujo acuarela de la praxis empala la idea por el sexo de la idea por el testuz el torso la idea muestra al fin su líquido vital el palo que sujeta su carne sobre el fuego cociéndola cada palabra mide el tiempo lineal de su utilidad un concepto se solidifica al caer como se enfría de rápido la cera hace moldes también se rearma con nuevo pabilo adentro quemar lo que solo ha sido causa de servicio



Un hueso agujereado en el medio de su centro por donde se escapa  la paz el amor la paciencia  por donde se va el tao  turbina  que  descentra y reconstituye  chupa y expulsa  en constante arremolinar de esquirla a polen ácaro en la brisa huella ósea remotísimo diente a punto de desaparecer una pala excava tan hondo que se lleva todo y no deja ni el marco

 el borde arranca y exclama -el hoyo sos vos

Un haz de fibra óptica que parpadea tratando de retener  algo  una hebra que no se vuele que pringue el cristal para estudiar su forma  y reproducir  en nuevo molde  un metal liviano que decante  raíz que me sujete no me haga volar agitada y chocando contra  todos esos  eventos que en la práctica se llaman vida, que en la teoría se llaman vida y que todos sabemos que no lo son.