29.12.20

Cuestionario Marcel Proust a José Retik



¿Cuál es el colmo de la miseria?
Mostrarse humano.

¿Qué virtud valora más en las personas?
La ataraxia.

¿Qué es lo que más le gusta hacer?
Comer pizza de muzzarella en un balcón de la Avenida Luro en Mar del Plata. 

¿Dónde querría usted vivir?
En Mar del Plata o en Nueva York.

¿Cuál es su ideal de la felicidad terrestre?
Quedar atrapado en una lectura.

¿Con qué errores tiene la mayor indulgencia?
Con los involuntarios.

¿Cuáles son los héroes de novela que prefiere?
No los prefiero.

¿Cuál es su personaje favorito de ficción?
Droopy.

¿Cuáles son sus heroínas favoritas de la vida real?
Tita Merello. 

¿Su pintor favorito?
Édouard Cortès.

¿Su músico favorito?
Charly García, antes. Últimamente Bill Evans.

¿Su cualidad preferida de los hombres?
La ambición desmedida por cosas sin importancia.

¿Su cualidad preferida de las mujeres?
No sé.

¿Su virtud preferida?
La elocuencia.

¿Cuál es su ocupación preferida?
Pasar el tiempo de manera imperceptible. 

¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?
Que no existe como tal.

¿Cuál es su miedo más grande?
Tener miedo de tenerlo.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de usted mismo?
La falta de coraje pugilístico.

¿Cuál ha sido su mayor atrevimiento en la vida?
Comprar una torta de cumpleaños para soplar las velitas en una oficina del estado.

¿Cuál considera que es actualmente la virtud más sobrevalorada?
Depende por quién y para quién.

¿Qué es lo que más le disgusta de su apariencia?
La relación cintura-cadera.

¿Cuáles son las palabras que más usa?
Si estoy en un avión “whisky”

¿Qué es de lo que más se arrepiente?
De haber gastado dinero innecesariamente.

¿Quién habría amado ser?
Una versión mejor de quien soy.

¿El rasgo principal de su carácter?
La inteligencia.

¿Su sueño de felicidad?
Dormir de un tirón.

¿Cuál sería su mayor desgracia?
Que no se enteren de lo que prefiero en un caso extremo.

¿Su principal defecto?
Hacerme el canchero.

¿Eso que querría ser?
Escritor, músico y astronauta.

¿El color que prefiere?
El fucsia.

¿La flor que más le gusta?
La orquídea.

¿El ave que prefiere?
El cabecita negra.

¿Sus héroes en la vida real?
Alguien que no desee salvar a otro.

¿Sus heroínas en la historia?
Todas las mujeres del tango.

¿Sus nombres favoritos?
Julieta y José.

¿Dónde y cuándo es feliz?
Donde sea y sin motivo.

¿Cuándo miente?
Cuando me conviene.

¿Cuál es su idea de la muerte?
O la nada o algo inimaginable.

¿Qué no perdonaría?
Una pregunta sin respuesta.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?
El último haber publicado una novela y el próximo no sé.

¿Para usted qué es un buen insulto?
“Cacho de carne con ojos” hace poco me enteré de que existe una versión en idish.

¿Cuál es su idea de la fidelidad?
La frase que se le atribuye a Groucho Marx y que no es de él: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”.

¿Qué cosas detesta por encima de todo?
La soberbia de un imbécil.

¿Personajes históricos que más desprecia?
Adolf Hitler, Jorge Rafael Videla y Juan Alberto Yaría. 

¿El hecho militar que más admira?
Ninguno.

¿La reforma que más admira?
Tendría que googlear.

¿El don de la naturaleza que quisiera tener?
¿Tiene dones la naturaleza?

¿Cómo le gustaría morir?
No me gustaría. Pero si no soy consciente tampoco me enteraría.

¿Estado presente de su espíritu?
Pregunta imperdonable. 

¿Cuál es su frase preferida?
"Me propuse fracasar y lo logré”.

15.12.20

La llave para entrar, por Malena Saito

  

 

para Margarita Roncarolo y Hernán Bianchi

 

Una idea llegó a mi cabeza

como una burbuja de jabón o

detergente blue spirit

quisiera ser algún día como esa mujer

(no sé cuándo)

como esa mujer, que con paciencia, a las dos de la mañana

(la noche ya está entrada)

(podría darme miedo)

(podría querer no pensar en fantasmas)

junto a su compañero

alumbra problemas

(intenta arrojar luz)

problemas problemas problemas

de otras personas que están despiertas

en el medio de la noche

aterrorizadas

(tal vez inmóviles)

Dicen que han pasado años

haciéndolo

compartiendo cierta hora de la madrugada

sobre una mesa de madera

junto a una pequeña lámpara

desenredando

la víspera

del futuro

para otros

(¿lo he dicho?)

cada uno con su gran voz, un nido de voces

resonando resonando resonando

han cosido

el fino hilo dorado

me pregunto cuántas veces han

reparado

la desazón mirando una pequeña pantalla

escribiendo con pequeñas letras

un mensaje.

Me he desvelado

pensando que quisiera hacer un mapa

en donde pintar los faros

(cuántos hombres y mujeres conozco

empeñados en la tarea?)

que se esparcen por la ciudad

podría mirarlo

(todas las noches)

observarlo como se observa

a las estrellas


 

 

me voy a dejar de decir estupideces

 

me dije el otro día

algo así

como

hacer un pacto de silencio

(siempre hablo demás)

entonces me empecé a callar

las cosas

(importantes)

(las no tan importantes)

(las aburridas)

cada vez que

un pensamiento irrumpía, una mueca de alerta

(cuidado)

(vas a decir otra estupidez)

(y después otra)

(y después ya nadie...)

(ajam, eso)

(lo estás haciendo de nuevo)

me parece que me olvide de lo que era

hablar por hablar

no hablo y entonces

aburro

soy aburrida

como un limón que se cayó

y no puede morderse

(perdió la frescura)

si hubiera montado a caballo de chiquita

intuyo sabría cosas

sobre el silencio

podría apreciar la distancia de los ojos

no me molestaría que me miren

cuando estoy callada

recientemente alguien ha notado

mi silencio

 

 

y me ha incomodado

ha notado la mueca secreta

(el pacto)

mi maestra

(la que me quiere)

me ha expuesto

¡deberías dejar de sufrir!

hacemos lo posible por vos

(es cierto)

(hay personas que quieren verme bien)

(la palabra bien se mueve como una pelota que cruza la red)

un amigo me ha escrito un mensaje que dice

somos demasiado sensibles al clima

¿debería no importarme la lluvia? ¿debería no importarme la muerte?

podríamos morir esta noche

y yo no he dicho nada

(nada que valga la pena)

lo que creo es que he perdido la capacidad

de contar historias

(probablemente solo pueda pensar en el trabajo)

(probablemente solo puede pensar en cosas que pasaron hace cientos de años)

tengo amigas que cuentan buenas historias

(por suerte)

(las admiro)

(son dos grandes poetas)

(sino me aburriría demasiado)

el asunto es que he visto un grupo de niños

recién

en el medio de la tormenta

metidos dentro de un tacho de basura

para protegerse

del viento

me han sonreído con una mueca

y necesitaba decir algo que sonara estúpido

para distraerme

 

 

 

cómo se entra a la casa

 

de alguien que ya

ya no

(no está)

(se fue)

pasaron cosas

(graves)

(no se pueden reparar)

es decir cómo se le dice

a su compañero

qué se le dice

(alguien ha quedado)

el guardián de la casa

(el señor de arriba)

cómo se

lo siento tanto

siento que no está

hubiera sido justo que estuviera

muchos años más

el mundo es una porquería

hay gente miserable

y ella

no

(no tiene sentido)

no lloro

no puedo llorar ahora

puedo fumar

todos prendemos una llamarada

(humo humo humo)

qué humo

a ver si aparece

pero no

yo creía que nos esperaba

agazapada

(el zarpazo)

se la creyeron ja ja ja

qué decir

(no sé qué decir)

silencio hago silencio

hacemos como si no

no ha pasado nada

el guardián de la casa mira a los perros

el perro joven lame a la perra vieja

hay que tener ganas de lamer la herida

todas las tardes dice el guardián

el joven lame a la vieja

me salen palabras torpes qué se puede

decir

qué diría ella

qué diría

decinos qué dirías

(horror espanto)

prendo un sahumerio

porque no la huelo

no te huelo no estás te fuiste

(ya no hay nadie aquí)

cómo puede ser

reímos abajo

y aparece la vieja calma

armamos un mapa

comemos el banquete

el guardián ha preparado

el banquete

(como ella preparaba el banquete)

hay conservas

(hechas por su mano)

ella seguro ha de estar por venir

(fue hacer mandados)

ya llega

aquí la esperamos

bajo su aroma

el sahumerio se apaga

(horror espanto)

(no vendrá)

guardián querría decirte antes de que

todo se oscurezca

(se apagaron varias luces)

que vas a encontrar

una llave para atravesar la gran reja

vas a ver

algo vamos a

(inventar)

es necesario

emprender la retirada

hacer silencio calma calma calma

no pasa

(nada)

se ha ido el cartel

(el de esta frase)

(estaba en el jardín)

(ya no)

ha desaparecido

como ella

(secretamente)

en la puerta ya nadie dice

1.12.20

Cuestionario Marcel Proust a Bernardo Kehoe



¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
Si fuera perfecta sería de mármol o yo estaría muerto. La felicidad es estado de conciencia disfrutado, compartido en el mejor de los casos.


¿Cuál es tu miedo más grande?
El abuso del poder.


¿Cuál es el rasgo que más deplorás de vos mismo?
Sentirme aún víctima de miedos que deberían estar superados.


¿Cuál ha sido tu mayor atrevimiento en la vida?
No escapar de las circunstancias que me son propias.


¿Cuál considerás que es actualmente la virtud más sobrevalorada?
Si es sobrevalorada, algo no anda. Como virtud valoro la capacidad de crear.


¿Qué es lo que más te disgusta de tu apariencia?
La panza…


¿Cuáles son las palabras que más usás?
Nam mioho rengue kió


¿Qué es de lo que más te arrepentís?
De no haber dicho te amo.


¿Cuál considerás que es tu estado actual de ánimo?
Estoy entre el optimismo injustificado, la angustia acechante y la necesidad de abrazo clarificador.


¿Cuál es tu posesión más preciada?
La capacidad de poetizar, alentar a los demás, acompañar en aprendizajes.


¿Cuál considerás que es la peor miseria?
La traición, la delación, la mezquindad.


¿Con qué personaje histórico te identificás?
Con la fantasía que tengo de Yvette Guilbert y Aristide Bruant.


¿Cuál es la cualidad que más te gusta de una mujer?
La autenticidad.


¿Cuál es la cualidad que más te gusta de un hombre?
La autenticidad.

 

¿Quién es tu héroe de ficción?
¡Tarzán!. Mi primer novio.


¿Cómo te gustaría morir?
En una cama limpia, a los 111 años acompañado por toda mi familia, amigues viejas y viejos, nuevas y nuevos. Una fiesta, con baile y todo.


¿Qué apodos tenés?
Ninguno…


¿Dónde y cuándo sos feliz?
Donde sea y cuando me acuerdo.
Cuando pinto, cuando canto, cuando estoy con Lucio, cuando enseño, cuando como y cuando comparto. Cuando habito diariamente el mundo de un modo consciente.


¿Cuál es el rasgo de personalidad que menos te gusta de un hombre?
Cuando es “olfa”.


¿Cuándo mentís?
Nunca.
O cuando es muy necesario.


¿Cuál es tu idea de la muerte?
Lo mismo que antes de ser concebido, ninguna.


¿Qué no perdonarías?
La crueldad, la tortura, la violación.


¿Qué te hace reír?
La misma risa, y mejor si es con gente.


¿Qué te hace llorar?
Todo lo que sumerge en llanto a un melodramático.


¿Cuál considerás que es tu mayor logro?
Haber encontrado maestras, maestros, compañeres y alumnes.


¿Qué es para vos un buen insulto?
Forro, mediocre, medicado.
(Usarse acorde al género tal cual se lo perciba).

18.11.20

Anne Sexton: Menstruation at Forty

La menstruación a los cuarenta, por Anne Sexton



Estaba pensando en un hijo.
El útero no es un reloj
ni una campana que suena,
pero en el mes once de su vida
siento el noviembre
del cuerpo tanto como el del calendario.
En dos días va a ser mi cumpleaños
y como siempre la tierra ya terminó su cosecha.
Esta vez quiero cazar a la muerte,
la noche a la que me inclino,
la noche que quiero.
Bueno, entonces –
¡Hablá de eso!
Estaba extendido en el útero.

Estaba pensando en un hijo...
¡Vos! El nunca conseguido,
nunca germinado ni desabrochado,
vos el de los genitales que temía,
el tallo y el aliento de cachorro.
¿Te voy a dar mis ojos o los suyos?
¿Vas a ser David o Susan
(Esos dos nombres que elegí escuchando.)
Podés ser el hombre que son tus padres -
los músculos de las piernas de Miguel Ángel,
las manos de Yugoslavia,
el campesino eslavo y decidido,
el superviviente, lleno de vida? -
¿Y podría todavía ser posible
todo esto con los ojos de Susan?

Todo esto sin vos –
dos días de embarazo en sangre.
Yo misma voy a morir sin bautizar,
la tercera hija ignorada.
Mi muerte va a llegar el día de mi cumpleaños.
¿Qué tiene de malo ese día?
Es sólo un ángel del sol.
Mujer,
tejiendo una telaraña sobre vos misma,
un veneno fino y enmarañado.
Escorpión,
araña mala –
¡morite!

Mi muerte desde las muñecas,
dos etiquetas con nombre,
sangre raída como un ramo  
para que florezca
una en la izquierda y otra en la derecha –
Es una habitación tibia
el lugar de la sangre.
¡Dejá la puerta abierta de par en par!

Dos días para tu muerte
y dos días hasta la mía.

¡Amor! Esa enfermedad roja –
una y otra vez, David, ¡me enloquecerías!
¡David! ¡Susan! ¡David! ¡David!
Plena y desaliñada, silbando en la noche,
nunca envejeciendo,
esperándote siempre en la galería...
una y otra vez,
mi zanahoria, mi repollo,
te habría poseído antes que todas las mujeres,
llamándote por tu nombre,
llamándote mío.

Traducción: Lucía Aguirre

 

Menstruation at Forty: I was thinking of a son./ The womb is not a clock/ nor a bell tolling,/ but in the eleventh month of its life/ I feel the November/ of the body as well as of the calendar./ In two days it will be my birthday/ and as always the earth is done with its harvest./ This time I hunt for death,/ the night I lean toward,/ the night I want./ Well then—/ speak of it!/ It was in the womb all along.// I was thinking of a son .../ You! The never acquired,/ the never seeded or unfastened,/ you of the genitals I feared,/ the stalk and the puppy’s breath./ Will I give you my eyes or his?/ Will you be the David or the Susan?/ (Those two names I picked and listened for.)/ Can you be the man your fathers are—/ the leg muscles from Michelangelo,/ hands from Yugoslavia/ somewhere the peasant, Slavic and determined,/  somewhere the survivor bulging with life—/ and could it still be possible,/ all this with Susan’s eyes?// All this without you—/ two days gone in blood./ I myself will die without baptism,/ a third daughter they didn’t bother./ My death will come on my name day./ What’s wrong with the name day?/ It’s only an angel of the sun./ Woman,/ weaving a web over your own,/ a thin and tangled poison./ Scorpio,/ bad spider—/ die!// My death from the wrists,/ two name tags,/ blood worn like a corsage/ to bloom/ one on the left and one on the right—/ It’s a warm room,/ the place of the blood./ Leave the door open on its hinges!// Two days for your death/ and two days until mine.// Love! That red disease—/ year after year, David, you would make me wild!/ David! Susan! David! David!/ full and disheveled, hissing into the night,/ never growing old,/ waiting always for you on the porch .../  year after year,/ my carrot, my cabbage,/ I would have possessed you before all women,/ calling your name,/ calling you mine.

 

Tomado de: The Complete Poems of Anne Sexton (Houghton Mifflin Harcourt, 1981)

 

 

12.11.20

Ese maldito canario, por Ricardo Zelarayán

 



La cosa criolla

 

5 TRABAJO

“¡Pero señor! ¿Para qué voy a trabajar si soy pobre?”

 

30 AL SOL

–¿Qué dice el hombre? ¿Qué anda haciendo?

–Estoy haciendo sombra.

 

53 FORD

“Juancito el Escobero

se compró un auto Ford

Le faltaban las cuatro ruedas

Los asintos y el motor”.

 

60 NADA

“Señor, si usted no tiene nada que hacer, no lo haga aquí”.

 

74 ENIGMA

–Borges, lo primero que le voy a decir es que usted no existiría si Urquiza no hubiera sido asesinado. ¡Usted es Borges de pura chiripa!

–Ajá… ¿De qué provincia es usted?

–Soy entrerriano de Paraná.

–¡Ah!... Mi padre también era de Paraná.

 

 

[Los orígenes de Borges]

 

   Sabido es que el azar dispone en gran medida de nuestros orígenes. Así, Borges no hubiera existido, por falta de antecesores, de no haber mediado un hecho trágico; el asesinato de Urquiza, y su consecuencia inmediata: la revolución encabezada por Ricardo López Jordán al producirse la acefalía del gobierno de Entre Ríos.
   El controvertido coronel, hombre de entera confianza del general, a pesar de las claudicaciones de este último, sobre todo después de Pavón, una batalla que Urquiza tenía ganada de antemano –si lo sabría López Jordán, jefe del estado mayor. “Tenemos que retirarnos”, le ordenó Urquiza sin embargo. El triunfo había sido negociado con Mitre, es lo más probable. Era un renunciamiento en favor de la pacificación del país y una traición para otros. Pero sin entrar en detalles polémicos, al proclamar la Legislatura entrerriana a López Jordán como gobernador y al hacer pública su decisión de asumir el gobierno, Sarmiento, acérrimo enemigo de Urquiza, ordena la intervención armada a la provincia sublevada otra vez contra el centralismo porteño.
   Fuerzas nacionales al mando de Emilio Mitre desembarcan por el sur, el general Conesa aparece en Paraná y Gelly y Obes avanza por el norte desde Goya. López Jordán vuelve a la táctica de las montoneras. Domina cuatro o cinco departamentos entrerrianos. Su fuerte son las apariciones súbitas y los ataques sorpresivos. El primer enfrentamiento se produce en 1870 en El Sauce, departamento Nogoyá, donde es rechazado por las fuerzas de Conesa, en las que combate el coronel Francisco Borges, que meses después sería designado jefe militar de Paraná. Precisamente en esa ciudad se celebra un baile para festejar la llegada de refuerzos para terminar con la rebelión jordanista. Pero ya Fanny Haslam ha visto pasar desde el balcón de su casa al coronel Borges. “A mí nunca me gustaron los petisos, pero cuando lo vi a Pancho por primera vez pensé que me hubiera ido con él incluso sin casarnos”, le habría confesado a su nieto Jorge Luis, según recordó años atrás este último al autor de estas líneas.

 

Tomado de: Ricardo Zelarayán, Ese maldito canario. Compilación y prólogo de Osvaldo Aguirre, Mansalva, 2020

8.11.20

Kafka y su padre, por Carlos Correas



Valga para el caso la siguiente anécdota. Una tarde, no hace mucho, yo caminaba junto a un paredón del cementerio de la Recoleta. Delante de mí, a unos metros, iba una pareja, un matrimonio, probablemente. La mujer llevaba de la mano a una niñita de unos cuatro o cinco años, quizás su hija; estaba absorbida en la conversación con el hombre y desatendía a la pequeña; ésta, de pronto, se inclinó y, sin dejar de trotar a la par de su madre, agarró una ramita de un montón próximo al cordón (los árboles habían sido recién podados). Los tres seguían su marcha, y la pequeña empuñaba la ramita y la azotaba como si empuñara el aire. La madre todavía no lo había advertido, hasta que repentinamente la vio. Medio se detuvo, se cernió sobre la chica y exclamó con voz aguda: “¿De dónde sacaste ese palo?” El acento se empinaba aún más en el “dón…”, en el “…cas…” y en el “pa…”, y el tono era de estupor escandalizado, desconcierto, extrañeza. Una madre demasiado nerviosa, tensa, se dirá. De acuerdo. Pero me interesa el contenido de esa frase. Además de la transformación de la ramita en palo, y a pesar de toda la trivialidad que se tienda a ver en el episodio, hay ahí la significación de lo que se podría llamar una pedagogía para la monstruosidad. ¿Se ha comprendido? Así –aunque no solamente así– se crían monstruos, a saber, hijos minados por la conciencia imbuida de ser anómalos, o ajenos, o raros, o malsanos. En consecuencia, hijos en quienes la humanidad resulta mutilada. No “Dejá ese palo”, o “Con ese palo te podés lastimar”, etc., sino “¿De dónde sacaste ese palo?”, es decir: “¿Qué es eso? ¿Qué llevo yo a mi lado? ¿Qué extraño ser es éste que saca palos de la nada? ¿Qué clase de demonios lo poseen que le ponen palos en la mano para dañar y hacer el mal y…?



Fragmento tomado de: Carlos Correas, Kafka y su padre (Leviatán, 1983)


2.11.20

Lo real, por Celeste Diéguez

 

 

 

 

9

 

Cuando viva al fin mi vida

esa vida que

por distintas causas

no he comenzado a vivir aún

Qué haré?

Una existencia activa de milagros concretos

tendré una profesión rentable

debo ganar buen dinero

me casaré joven

antes de los treinta

con un gran chico

clase media como yo

de valores sólidos y sexo pasable

los domingos serán con su familia o la mía

y luego llegarán uno tras otro los niños

me iré poniendo gruesa

trabajaré lo justo para jubilarme bien

y una vez por año

es la segunda quincena de enero

nos iremos a alguna playa ruidosa y concurrida

me haré amiga de mis vecinas de carpa

señoras como yo

a las que veré año tras año

hablaremos incansables de nuestros hijos

de lo que comeremos al almuerzo o por la noche

envidiaremos los cuerpos de las paseantes

volveremos a la casa alquilada

los chicos se prepararán para salir

escondiendo las drogas de nuestra miopía

cenaremos en silencio

tomando mucho vino

blanco tomaré en esa vida

y el tedio se escurrirá en la sobremesa

como un sirviente huidizo;

nos iremos a la cama

dos cucharas que ya

no revuelven nada.

 

Un día me despertaré

con 65 años y várices

la cara salpicada

por el exceso de sol sin protección

mi marido tendrá un pre infarto o dos

por la malasangre y los cigarrillos

todavía me quedarán años para leer y viajar

jugar a la canasta, hacer un curso

abogar por alguna causa

jugar con mis perros, cenar con amigos

o ir a molestar

a lo de mi nuera.

 

 

 

11

 

Nos preguntamos esa vez

acerca de la distancia justa a mantener

con las otras personas

que suben la escalera mecánica del subte:

un escalón –dije

tanto? –dijiste

depende, podés ser invasivo si estás demasiado cerca

te empujan si dejás mucho blanco.

 

Te pusiste contento porque nos deteníamos

a pensar en esas cosas

pero te dije

que no me gustan las coincidencias

me ponen nerviosa

es como estar demasiado cerca;

todo lo que aprende a moverse

lo primero que hace es alejarse.

 

 

 

12

 

Un útero un hombre una hamaca una habitación propia un baño privado una butaca en el medio ni muy arriba ni muy abajo un asiento individual junto a la ventanilla un juego de cubiertos una celda de máxima seguridad una jeringa recién abierta delante de mí la yerba nueva para empezar a cebar un novio de otra un cepillo de dientes exclusivo para mi boca un jesús personal un cajón donde nada más entre mi cuerpo un número de pin único e intransferible una clave para el face una clave para hotmail una clave para gmail la clave linkedín un solo donante anónimo un preservativo que será usado por primera y última vez una tarjeta sube sacada con mi número de dni un cenicero limpio un solo corazón para toda la vida un lóbulo frontal una bolsa de dormir roja un tórax un número de calzado invariable una lengua en común.

 

 

 

15

 

Un cuerpo que se desmantela

Cree en su posibilidad de estar en todas partes.

 

 

 

16

 

Y cuando aquella terminación de la calle bahía blanca

cruzada por sunchales

ahí donde como un pequeño huevo

fui puesta

pequeña y hippie

pequeña y sombría

doble nudo cadena sobre la lengua materna

sobre la lengua paterna

una gramínea de adn

un melilotus apenas

¡silvestre!

una semilla partida

fuera de surco desacopiada

cada uno en lo suyo y en lo suyo ausente.

 

Que como un tobogán por mi lengua se deslice

la paterna y yo sienta

en el pecho de embrión apenas el empuje

maniobras de vuelo que debiera

en esa casa de pilares

verdes y blancos con matas floridas

de retamas, mburucuyá y un aromo

que en ese patio donde descalza

vi sapos, ranas y culebras

nacer, morir a mis perros

y me clavé el freno de la bici

en esa casa en que sigo

siendo de algún modo huevo

rosado entre ustedes

una balsa de juncos flotando

hacia la vida tuya mía

hasta la muerte tuya mía

un huevo rosa adherido a un junco

huevo de caracol que también es boya

surco en el agua dejado por la tanza.

 

Para que desde todos los lugares donde

este huevo ha sido empujado a rodar, ruede

para admitir

que estar en casa

era esa casa de la encrucijada

de la calle bahía blanca cortada por sunchales

pueblo perdido en lo rural de la provincia

pueblo periférico la casa de mi padre

periférico el barrio de mi madre

de pie y de espaldas frente al viento en la laguna

de pie y de espaldas frente a los árboles que volaban

y yo mirando desde abajo y desde atrás

lo que debe entonces una mujer

cuidando el huevo lo que nace

lo que necesita de sombra para crecer

y en a sombra de quien se quedó

en la casa hecha cruz par ella

cruz para mí

la casa que hacía cruz dos calles

que terminaban en el agua

la casa donde fui huevo y me rompí;

espejo en los ojos de quien quería escapar y debía

por su condición, quedarse.

 

 

 

17

 

Si pudiéramos viajar hacia atrás

américa, áfrica, dicen

eran una sola cosa.

 

 

 

19

 

El cuarto propio pero abarrotado de ajenidad una boca que habla en otra lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca una lengua que se habla a sí misma una boca que le habla a otra boca una lengua que consiguió otros bienes va atrayendo la desgracia la peste la corrupción y si eso que se llama el otro fuera sólo un cuadro con lo que hay que aprender una sosa raya de karma que si no quedó claro ahí vamos que si vas por ahí de nuevo ya sabés que después viene eso?

 

 

 

                                             Tomado de: Celeste Diéguez, Lo real, Buenos Aires, Caleta Olivia, 2018.