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1.9.24

Hoy todo está lleno bellamente de nada, por Cristino Bogado

 

 

HOY TODO ESTÁ LLENO BELLAMENTE DE NADA

 

PARAGUAY ES LA NADA

LA SEMANA SANTA ES LA NADA

FACEBOOK ES LA NADA

TWITTER ES LA NADA

INSTAGRAM ES LA NADA

ZIZEK ES LA NADA QUE SE LAME LOS MOCOS

TODO ESTA LLENO DE NADA

HA DICHO EL SABIO

EL POEMA ES LA TUMBA DONDE DUERME LA NADA

O LA NADA AMASADA CON PALABRAS

DESCONFIA DEL VECINO

ESCUPE EN FORMA DE CRUZ AL MENDIGO

PISOTEA AL AGONIZANTE

DESPELELJA AL JEFE DE SECCION

SON ESPIAS AGENTES ENCUBIERTOS DE LA NADA

SOBRE TODO

HUYE DE LAS MUJERES HERMOSAS

MALDICE A LA MADRE CASTRADORA

MATA AL NARCO CON TU SOBRIEDAD

EL CHAMAN CHUPA Y CHUPA PERO LA NADA SE LE ESCAPA POR LAS CARIES

LA ANSIEDAD ES LA NADA QUE HA POESEIDO MI CUERPO

EL SECRETO DE LA VIDA ES UNO:

ENCONTRAR O FABRICAR UN HUEQUITO LIBRE DE NADA

TODA  RISA ES SOSEPECHOSA

EL BAILE OBRA DE SUS DEMONES

EL DINERO DE LA NADA COMPRA TODO

HAY UN EJERCITO UNIVERSAL OPERANDO PARA LA NADA

UN VERDADERO GRAN TEATRO DE OKLAHOMA

TAPIA TUS OIDOS CUANDO EL AMIGO TE HABLA

LA VENDEDORA DE POHA ROYSA

TE ENVENENA CON NADA TODOS LOS DIAS

NADA POR AQUÍ NADA POR ALLA

EL MAGO ES UN MONIGOTE MANIPULADO POR LA NADA

LOS QUE GRITAN  A LOS CIELOS INFINITOS  Y GELIDOS DEL ESPACIO

SON SUS DEVOTOS

EL FUTBOL NADIFICA LA VIDA

LA VIERON MACHADO DE ASSIS

LOS MISTICOS DE OCCIDENTE

ANGELA DE FOLIGNO

LOS PARIDORES DE POEMAS GRANDES COMO METEORITOS

GMAIL ES LA NADA

EL CAPITALISMO ES LA NADA AL CUADRADO

EL COMUNISMO UNA NADA-I

NADA CEREBRAL

LA NADA ES ALFANUMERICA

QUÍMICA

CUANTICA

PULSIONAL

NEURONAL EN LOS DELIRIOS QUE BROTAN DE LOS CEREBROS EBRIOS COMO

PALAS ATENEAS DE LA NADA

EL AIRE QUE RESPIRAMOS EL SOL

QUE METABOLIZAMOS

TODOS ESTAN CONTAMINADOS DE CORPÚSCULOS ATOMOS DE NADA

ESCRIBIRAS TU ULTIMO POEMA SI NO CUIDAS TU ESPALDA

EL LOOK DE LA NADA

PONCHO DE WESTERN SPAGUETTI Y SOMBRERO HÜ

 DE TALABARTERO MEXICANO

LA TV TRANSMITE NADA

LOS SEMÁFOROS EL TAXI LOS JACARANDAS Y LOS PÍTOGUES

SON ANGELES DE LA MUERTE DE LA NADA

 ESE QUE CUANDO YA ESTABAS AHOGANDOTE 

Y TE RESCATA DE LAS LIANAS DE LA MEDUSA

 ES UN AUTENTICO LUGARTENEITE DE LA NADA

OYE SUS FARRAS

Y AQUELARRES

LA NADA NO PARA ES FULL TIME

LA NADA ES ABSTRACTA SIMBOLICA

OH COWBOY METAFISICO

OH COCKNEY REBEL

ARMATE DE BALAS DE ORO

EL AJEDREZ ES SU JUEGO FAVORITO

LOS RELOJES SUS VORACES CUPI’IS

LA GRAN NADA ESTA SENTADA EN EL CENTRO DEL MUNDO

 A SU LADO EL LUGARTENEINTE DE PIE

CALLA

PERMANECE  SOLO

CELA DE TODO Y DE TODOS

MATA SIN PIEDAD A TUS PERSEGUIDORES

RECUERDA

SI NO RECONOCES EL PODER DE LA NADA

YA ERES HOMBRE MUERTO

 SILBA ESTA CONTRASEÑA

LEGADA POR LOS CIEGOS QUE LA VIERON

CABEZA DE FLORIPON, CUERPO DE GARRAPATA Y EXTREMIDADES

DE VAPOR Y FUEGO…

 

BLADE RUNNER KOYGUA

 

soy K de Blade Runner 2049
despertado de su vuelo de sci-fi a Vayralandia

soy un modelo nuevo de memoria corta

descendiendo de su sea harrier cerro porteño

frente a tu vida

ese premier bonheur du jour

soy Joseph K volviendo de Chetolandia
con la mano hinchada
vendada por haber golpeado las puertas de la furia
es dogma
que la fuente de mi no-poesía
es el sufrimiento
el chiboleto lanzado como bomba
por mi hijo
*******

contraseña fatal
para la desinmersión del sueño
soy Kimbote el criptóforo que teclea
ad infinitum su wonder why
password al no future
(presente eterno, hegemonía de posléxicos)
un agesilaus santander
clandé como guía infernal

esa breve y explosiva palabra como aurora de la vida
y la filosofía
no
tatuada sobre su frente ava
de replicante kierkegaardiano
mi diario de un seductor
fue llevado al cine
en rotoscopia digital
trata de cómo
el llanto de unos ojos terminan
hundiendo al mundo inmundo 
en un ypuru apocalíptico

moraleja moralito
la lágrima Mallarmé
mata

No one writes to floozy. Brinks’i. Brinks’imi.
Cristiniño me decía
la yiyi sans merci
la peajera de la libido
la vayra bigotuda
la implacable medusa
la itifálica melusina
la karaokera crackera
la dealer de disneylandia
la vamputa pynandí
la viuda negra manos de tijera

la marafona poliglotona

la conejita de felta songoromester


tu espada de san Miguel no las pudo
desmenuzar en un bife a caballo antropófagico

el theremin de bolsillo de mi abogado
me extrajo del pozo de agua que quiso chuparme la vida
again

 

Laureles, 18 enero 2018

 

RESOLANA  N

 

No es que la siesta tenga

los pies de tinta china

Es la Resolana quien

cual Ikkyu tarova

pinta sus pies de Jacyjatere

con fucilazos alucinatorios

Es la Resolana quien

irrumpe en el motel Diez Orgasmos

con el falo de un chongo calado

en la bayoneta del sol taku pupu

Es la Resolana quien

susurra poesía de los címbalos

de la cigarra pytã de guyra mimbi de yrypa

en la cuerda de mi guitarra kaigue y kuãchapī

Es la Resolana quien

mece la kyha de maconha bajo

el pindovy del olvido

Es la Resolana quien

me dicta estas letracidades

en el vaivén de la duermevela apagada…

 

ALI FARKA TOURÉ

 

La página en blanco no es blanca ni está vacía.

Es un coto de caza donde persigo y cazo palabras.

Es un río saturado de palabras.

El texto previamente sin embargo

lo paladeo en la copa de  cerveza de mi mente.

Lo respiro con el susurro de la boca.

Lo anudo con la lengua como el vaho de un mantra.

El secreto de ese rezo pre-escritura

es el beat, sobre el cual saltan como átomos

satánicos (o como los dedos acróbatas de

Ali Farka Touré) 

los husos de la invención.

Es un coto de caza.

Un río de palabras.

 

25.11.21

Cuestionario Proust a Cristino Bogado


¿Cuál es el colmo de la miseria?
Ver tv, series.

¿Qué virtud valora más en las personas?
Que no militen por abstracciones, fantasmas.

¿Qué es lo que más le gusta hacer?
Perder el tiempo.

¿Dónde querría usted vivir?
En Lambaré, donde vivo actualmente.

¿Cuál es su ideal de la felicidad terrestre?
Que nadie me moleste.

¿Con qué errores tiene la mayor indulgencia?
Con ese que busca el reencuentro con la vida, pujando por obtener en cada intentona la perla de los Gnósticos.

¿Cuáles son los héroes de novela que prefiere?
Watt de Beckett, cualquiera de Los posesos de Dostoievski, Jorge Malabia de Onetti, Dagoberto bizco, monópodo y folísofo de Murena. Tyaratyondyorondyondyo, joven de extraordinaria belleza que según un cuento herero fue asesinada por la envidia de las otras jóvenes igualmente bellas, pero, como dicen los pastores, Tyaratyondyorondyondyo sobresalía como el dedo del medio entre las demás. (Antología negra, Cendrars).

¿Cuál es su personaje favorito de ficción?
Ese Archibaldo de la Cruz noir de Obsession (Hidden room) de Edward Dmytryk, 1949, se trata de un marido cornudo que decide disolver al amante (su amigo) de su bella e infiel esposa.

¿Cuáles son sus heroínas favoritas de la vida real?
Las mujeres cheyennes tiernas y amables madres y esposas en la vida diaria- salen con cuchillos para mutilar los cuerpos de los enemigos muertos.

¿Su pintor favorito?
Los trogloditas que pintaron los caballos de Chauvet

¿Su músico favorito?
Cualquier músico africano, el tecladista etíope Hailu Mergia, el antropólogo y cantautor camerunés Francis Bebey o Traoré Amadou llamado Ballaké (Burkina Faso).

¿Su cualidad preferida de los hombres?
El silencio. 

¿Su cualidad preferida de las mujeres?
“Una mujer con quien beber y morir”.

¿Su virtud preferida?
Virtud del rey Arturo para ver el miligramo milagroso.

¿Cuál es su ocupación preferida?
Que en la monótona e interminable serie de vocablos carentes de sentido‚ en determinado punto‚ encuentre la palabra mágica‚ aparentemente similar a todo el resto

¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?
No salir nunca de la pobreza, venero de la fantasía.

¿Cuál es su miedo más grande?
Un planeta donde se prohíba tomar cerveza y coger con mujeres.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de usted mismo?
La curiosidad.

¿Cuál ha sido su mayor atrevimiento en la vida?
Ninguno.

¿Cuál considera que es actualmente la virtud más sobrevalorada?
La indignación digital.

¿Qué es lo que más le disgusta de su apariencia?
Su virilidad hirsuta y heathcliffiana.

¿Cuáles son las palabras que más usa?
Nambré (no me vengas con eso)

¿Qué es de lo que más se arrepiente?
No haber aprendido a andar en bici y nadar y manejar un coche.

¿Quién habría amado ser?
El viento en un bosque de b0ambú y tacuaras.

¿El rasgo principal de su carácter?
La inconstancia.

¿Su sueño de felicidad?
Que el canto de mis luchas cotidianas, no muera. Que sea cantado siempre y viva más tiempo que todos los reyes y tiranos y héroes.

¿Cuál sería su mayor desgracia?
Haber nacido.

¿Su principal defecto?
El aburrimiento, todo termina aburriéndome.

¿Eso que querría ser?
Yo a los 16 sin granitos en la cara.

¿El color que prefiere?
El rosicler, el rosado del amanecer.

¿La flor que más le gusta?
Las de los cactus.

¿El ave que prefiere?
El chingolo lugonesiano o el colibrí (mainumby o mainó) mbya guarani.

¿Sus héroes en la vida real?
Arecayá, Guyraverá, lideres de las rebeliones indígenas de los siglos XVII.

¿Sus heroínas en la historia?
Fanni Kaplan.

¿Sus nombres favoritos?
Agripina, Eleuterio, Anastasia.

¿Dónde y cuándo es feliz?
Cuando duermo y sueño.

¿Cuándo miente?
Todo el tiempo, ahora.

¿Cuál es su idea de la muerte?
Para los vivos la muerte no existe; en cuanto a los muertos, no existen ellos.

¿Qué no perdonaría?
No dejarse matar por las tres obras que veneras.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?
Jugar el juego de la vida hasta la última baraja o pieza, a pesar de su manifiesta trampa y final cantado.

¿Para usted qué es un buen insulto?
Anus Caín, la de Céline contra Sartre.

¿Cuál es su idea de la fidelidad?
La del escritor a su escritura.

¿Qué cosas detesta por encima de todo?
La obsesión por los fantasmas en el hombre moderno.

¿Personajes históricos que más desprecia?
Papa Inocencio VIII, perseguidor de la magia popular.

¿El hecho militar que más admira?
La de Gral. Díaz en la batalla de Curupayty, la única victoria paraguaya de la Guerra Guazu.

¿La reforma que más admira?
Las leyes germanas que protegían a las mujeres: “El que corta la cabellera de una jovencita, esta condenado a pagar sesenta y dos monedas de oro; el ingenuo que ha apretado la mano o el dedo de una mujer de condición libre, es punido con una enmienda de quince monedas de oro; de treinta, si le ha apretado el antebrazo, y de cuarenta y cinco si le ha tocado el seno (si mamillam strinxerit)”.

¿El don de la naturaleza que quisiera tener?
El del chamán, todo lo que toca es más bello, sano, grande y fabuloso.

¿Cómo le gustaría morir?
Cogiendo se dice en Paraguay, tatuári.

¿Estado presente de su espíritu?
Zen, Tao.

¿Cuál es su frase preferida?
Macht kaputt, fue euch kaputt macht! (Destruye eso que intenta destruirte). ¡Que es, por cierto, el estado actual de mi WhatsApp!

2.9.14

Punk desperezamiento, por Cristino Bogado





A Carrá y al sampi de Candy



Ha llegado a la tarde, un viernes cotidiano, un otoño falso, sin esperarlo nadie, sin imaginarlo nadie, con una bolsa voluminosa repleta de no se sabe qué, un cuerpo joven inidentificable, un cuerpo cargando una bolsa pesada, haciendo crujir con sus zapatos el ripio vulnerable, cruzando el barrio, de murmullos, hasta la casa del amigo, plantándose extranjero, palmeando zonzo, esperando un saludo familiar, un código tribal hace mucho olvidado, una risa, un grito, sorprendiendo con su cuerpo medio inclinado por la bolsa, trastrocando la sintaxis de su emoción, entorpeciendo la frase su asombro, perturbando eventualmente ya las cervezas del padre, típico padre represor, padre ugly and bad kid

Ha llegado en pleno viernes laboral, a la tarde, bastante limpio con su camisa floreada y el vaquero no muy gastado, bastante decente a pesar de la pesada y voluminosa bolsa, no muy alto y el pelo largo y despeinado, cruzando el barrio con aire vencedor e ingenuo, mirando con detenimiento y ternura, como si no estuviera yendo a ningún lugar en particular, como si no se apurase, como si nadie lo molestara con una espera ansiosa, como si sólo fuera ojo y mirada y nadie fuera su fin ni tampoco su comienzo, como si ningún universo pudiera entrar en un cataclismo por culpa de sus distracciones, como si todo el tiempo que tardaba en cruzar el barrio no estuviera mirando sino soñando, como si fuera un hombre recién nacido y no un joven de más o menos veinte años, como si pareciera sordo y mudo y ciego pero al mismo tiempo energético decidido y vital, como si hubiera sido obnubilado por ese viernes veraniego y luminoso, como si fuera un niño que nunca había salido de casa, como si fuera un cuerpo sin alma, joven

Ha llegado solo, sin necesitar un guía o un conocedor de la zona, tal vez con un croquis garabateado allá lejos venga de donde venga, porque no ha hablado en ningún momento, no ha preguntado nada a nadie, caminando marlonbrandescamente pero sabiendo dónde iba, sabiendo el fin de esa trayectoria desganada y lenta, sin cansarse de cambiar la bolsa pesada del hombro izquierdo al hombro derecho y viceversa, totalmente tranquilo, demostrando que no es de aquí, que no conoce a su población formada de ladrones diurnos y nocturnos, sus negros constantes en el cuchillo y la pistola, caminado por las calzadas del barrio como un galán de telenovelas, sintiéndose el punto absoluto de la cámara, galán con bolsa, el blanco de las ansiedades libidinosas de todo un encuadre visual, caminando despreocupadamente, pensando que la tarde es infinita, hecha para él y su secuencia de joven desconocido llegando con voluminosa bolsa

Ha llegado con una bolsa pesada y voluminosa, cruzando el barrio, en la tarde salpicada de jugadores de billar en los bares y chicas en short en las calles afanándose en un partido de volleyboll, enteramente silencioso, pero no triste, más bien insinuando inmóvil, una sonrisa canónica y de bendición, como si se estuviera diciendo que todo estaba bien, como lo había previamente soñado allá de donde venía, tal vez con algo de hambre y una leve rebelión estomacal, ruiditos y gemidos descontentos de su interior, alguna contracción del brazo que sostiene la pesada y voluminosa bolsa sobre el hombro, sin saludar a nadie, sin preguntar por ningún nombre o una dirección, desconocido por todos, sin sexo, por no mirar a las mujeres ni a los hombres, “una bomba”, como murmuraría seguramente, “es una bomba”, alguna ciega arrinconada, ciega fumando tabaco en hojas al oír un corazón raspando el silencio de la calle

Ha llegado en la tarde con una bolsa voluminosa y pesada, y sus pasos ateológicos, es decir, caminando como sobre una tarde infinita, como sobre una calzada eterna, más bien flotando que caminando, flotando porque caminaba pero no progresaba, iba a algún lado pero no se sentía que iba a ese algún lado, es decir, eternizaba sus pasos, más todavía, porque no decía nada como sólo no decía nada un mudo o un extranjero, en todo caso un perfecto extraño, un extraño con croquis, al fin, porque no preguntaba, no rogaba, no se perdía, tal vez un ángel, tal vez un ladrón o mejor un asesino prófugo, tal vez un santo con una voluminosa y pesada bolsa sobre el hombro izquierdo, tal vez el Anticristo y los males metidos en la bolsa pesada y voluminosa, un anticristo bello y joven, soñador y dulce, andrógino y mudo, hablando sólo la lengua de los pies, eterno idioma del hombre-sacerdote, del hombre-brujo, de los profetas y de los ermitaños, una caminata sin fin, ateológica, ateleológica, en todo caso, o un disparo del acaso que hacía su curva fatal sobre los ladrones y caería no se sabe dónde, tal vez después de la eternidad, después del barrio

Ha llegado con su bolsa voluminosa y su caminata perezosa y ateológica que ha destruido todas las otras caminatas, caminatas idealistas conscientes y codiciosas aquéllas, ha hecho irrupción sin matar a nadie pero sí a la manera de caminar de los ladrones, de este barrio de ladrones: primero, un caminar extranjero, luego un caminar perezoso, increíblemente perezoso, hijo de James Dean o de Actor`s Studio, perezoso, increíblemente, porque la bolsa pesada agobia, ya sea su hombro derecho o su hombro izquierdo, y dobla, ya sea, su brazo derecho o su brazo izquierdo, alternativamente, acalambrando, ya sea su mano derecha o su mano izquierda, alternativamente, y hace arder, en toda la trayectoria interminable de cruzar el silencio de las facas y las pistolas en los bolsillos, los dedos, alternativamente derechos o izquierdos, luego otra vez el silencio, la des-urgencia de la palabra que pide o pregunta, la des-emergencia del dedo que apunta o ataja, luego des-ontoteología de un caminar reducido a simple alternancia, del pie derecho y del pie izquierdo, un juego dialéctico habitual del cuerpo, un ajedrez en juego sin los jugadores, una ruptura sin fin del espacio, una lucha de persistencia entre el pie izquierdo y el pie derecho, lo apolíneo y lo dionisiaco trenzados, luz-oscuridad girando, un vértigo, en fin, un vértigo repugnante para cualquiera con pistolas y cuchillos

Ha llegado al barrio sin que nadie sepa su nombre, su edad, su origen y profesión, si le gusta la música clásica de la gran cultura o en cambio la música pop del consumismo global y occidental, si Beethoven o Madonna, si le copa el jazz aristocrático o el punk-rock subversivo y autodestructivo, si Miles-Trane o Sex Pistols, si detesta los solos narcisistas, ya sean de guitarras o de trompetas, si le pegaría una buena dosis, sea para despertar o morir, de improvisación free o noise politizado, si la anulación del beat en el jazz, poco aristocráticamente, o la des-jerarquización de los instrumentos en el rock-punk, destructiva y subversivamente, si superación del idealismo en la creación musical o simplemente cambio de piel, nacimiento de una sensualidad más fuerte en el tiempo, en la historia del oído y del cuerpo, de ese joven, sin saber en verdad si le gusta la música, si no es sordo, y mudo y ciego y anticristo y ángel y bomba y niño y desconocido de todos y sin sexo, sin saber si curte penetrar o que le penetren, si se droga con las mujeres o los tipos, si suda a causa de púberes o casadas, ni la manera de practicar la cópula, kamasutra o perversión del puritanismo victoriano, sexo oral o vaginal, fellatio o cunninlingus, vivir o morir, to be or not to be, violación o burdel, casamiento o clandestinidad callejera, ritual dionisiaco o ensoñación manual, to be or not to be, morir o vivir, sin saber si sabe que podemos habitar una masa de fuego que va de lo más improbable a lo más probable o un universo claro y tomista, inmóvil y ordenado, sin fantasmas de bizarros nombres como entropía generalizada, si en la gran ruleta de la enciclopedia jerárquica, la postura política, apostaría por Aristóteles o Nietzsche, si se compraría, aun en forma de pastillas o polvo o cigarrillo, cultura, el arte de cultivar, de MacLuhan o la de los sacrificios y el potlach, la sensibilidad en el sistema nervioso central, el cerebro, o la sensibilidad en la población de los poros, la piel, sin intuir siquiera para peligro de los pobladores del barrio, si es comunista o comunista-maoísta, o comunista-troskista, o castrocomunista, si está a favor de la eliminación de la Policía que “vela por el bien común”, plusvalía cristianoburguesa, si es racista, conservador, de derechas

Ha llegado con su voluminosa y pesada bolsa, como un beat jazzístico de batería y bajo, bolsa, a partir de la cual empezar el trip, la caminata larga e infinita, a través de pistolas y facas y bandidos, obnubilado entre las escamas del lagarto, la improvisación colectiva, las ramas y bifurcaciones que se abren y despliegan, el caleidoscopio de los fatamorganas, los tejidos de un swing psicotrópico, el machismo de las pisadas sobre la calzada, el olvido del beat (no del Ser), de origen desconocido, una trayectoria aleatoria, podríamos llamarlo Pollock, considerarlo de New York (sin o con don torres) por ejemplo, o llamarlo Mingus Mingus Mingus, el ñandé tan importante para el free-jazz de los 60 y el Black Power, contra el racismo del comienzo-medio-fin, contra el fascismo del idealismo en estética, en guerra constante contra ese nuevo Ku-Klux-Klan, contra el carácter anal que demuestra toda nuestra “tradición” oficial, orden, claridad y sentido, el beat, ya sea con la batería, pesado y voluminoso, o el bajo, también pesado y voluminoso, el olvido del croquis, la imposibilidad de encontrar las cervezas, el padre y el amigo, la paradoja de siempre, el presente de la realidad, pesada y voluminosa, y el presente de la palabra que tantea a ciegas esa bolsa y a Marlon Brandon y Pollock y Mingus, la nostalgia de carne que tiene todo Verbo, como el ciego de Buñuel en Los olvidados que cita Jorge Polaco en Siempre es difícil volver a casa, una fuerza ciega tanteando en el vacío, tanteando con violencia hacia dos cuerpos que copulan (Polaco), hacia la calle copada por niños ladrones (Buñuel), hacia Marlon Brandon que llega

Ha llegado, joven, raspando la espesura del instante, la calzada, pesada y voluminosa, dripping de mirada, tacto, sonido y olor, la palabra del escritor como la palabra de un viejo, la bolsa, una road story, Win Wenders pero viejo, la palabra, último refugio de todo impotente, voluminosa y pesada, imaginemos a Marlon en road story de un viejo Win Wenders escritor, objeto y palabra, realidad y símbolo, separados, disyuctos, sin conexión posible, Brando mojándose bajo el poder de la realidad-lluvia, Win Wenders que desesperado recurre a la palabra, mierda, mierda, escupe Marlon Brando bajo la realidad-lluvia, pesada y voluminosa, mierda mierda, Win Wenders y la lluvia, disyuctos, separados, la lluvia mojando no más ni menos a “héroe que llega”, inundando el mundo con más palabras, aunque sin lograr exorcizar, mierda, la mierda lluvia, words, words, words, maldita costumbre, la palabra mostrando su imposibilidad de influir en lo real (la lluvia), la lluvia (lo real) incitando, produciendo más mierdas (words, words, words), fantasías legibles, transportables, comerciables, expo-palabras que incuban a su vez más shakespiriadas, originando fuentes de trabajo, como diría un agraciado con la fortuna de la plusvalía, formando un mundo paralelo al real, como diría otro viejo, esta vez uno ciego y ultraconservador, traspirando a otro joven Win Wenders, que escribirá “short road stories” en vez de hacer la revolución, o violar a alguna burguesita culona y culí, valga la paradoja, en vez de arrojarse directamente en el terreno de la acción, esa palabra que no habla ni se lee ni se escribe ni se traduce, palabra que habita en el tiempo, es decir, entre la vida y la muerte, en vez de abandonar a Marlon en su frenesí neobarroco, sin beat, pero también sin política y sin sexo, neobarroco cuyo sustrato es como sabemos el tedio, el horror vacui, pesado y voluminoso, el mismo que mueve a algunos a cremar judíos, a otros a romperles las costillas a los negros, a las mujeres a entregarse con afán extático a la hermosa limpieza de los judíos sábados, viernes con sol, bolsa, voluminosa, road, pesada, story

Ha llegado con su bolsa pesada y voluminosa, es de tarde, una tarde con sol, es decir, con mucha luz, de una manera total y nula al mismo tiempo, pudiendo decirse que su llegada es perfectamente un absoluto, el absoluto de la nada, sin necesidad de citar a Kundera y elaborar por ejemplo la siguiente frase: que su llegada es el juguete de la nada, o mejor, la nada, él y la nada, la nada primero, luego él y la nada de nuevo, él metido entre dos nadas, inexorablemente, coexistiendo con esas dos nadas que en el fondo son una sola, pasando de metafísica dualista a una metafísica monista, que él, con su llegada, ha dividido en dos, su llegada como un presente incrustado ente una nada-pasado y una nada-futuro, su/la llegada como un presente perfecto y único, rodeado de un mar (de palabras) llamado nada, ontología del presente, del instante como absoluto, del dios encarnado en el ahora, él y su llegada con una voluminosa y pesada bolsa, un viernes otoñal, pero con sol de verano, y después, y antes también, nada más, es decir, la nada, monismo nihilista, nihil mono, latinismo patafísico, pata nada, nada físico, nada nada

A la tarde, mierda, un viernes, mierda, solo, mierda, cruzando el barrio, mierda, caminando, mierda, Marlon Brando, mierda, izquierdo, mierda, derecho, mierda, brazo, mierda, mano, mierda, dedos, mierda, alternativamente, mierda, pie, mierda, dialéctica, mierda, cuchillos, mierda, pistolas, mierda, ladrones, mierda, fuera del beat, mierda, dentro de la road story, mierda, escamas, mierda, trip, mierda, fatamorganas, mierda, Jazz, mierda, punk, mierda, aristocrático, mierda, subversivo, mierda, trompeta, mierda, guitarra, mierda, sax tenor, mierda, sin solos narcisistas y masturbatorios, mierda, Davis-Col, mierda, Rotten-Vicious, mierda, to be or no to be, mierda, vivir o morir, mierda, pastillas, polvo, cigarrillos, mierda mierda mierda, MacLuhan-cerebro, Potlacht, mierda, realidad carne Marlon Pollock Mingus Mingus Mingus, mierda mierda mierda, y el Verbo ciego Buñuel Polaco después, mierda, metafísica dualista, metafísica monista, mierda mierda, nada nada, palabra impotente viejo mierda, mierda, lluvia, mierda, words, mierda, words, mierda, words, mierda, Shakespeare, mierda, Win Wenders viejo, mierda, Win Wenders joven, mierda, revolución, mierda, burguesita, mierda, culí, mierda, culona, mierda, acción, mierda, neobarroco, mierda, horror vacui, mierda, voluminoso, mierda, pesado, mierda, ha llegado


Última advertencia del autor

Al empezar a escribir este texto, él, siempre, eternamente, primero que la palabra, contradiciendo las consignas bíblico-platónico-idealistas, ha llegado. Yo, texto-sombra, texto-plegaria, texto-nostalgia del cuerpo, fantasma ambulando entre hojas blancas, presente perdido y muerto, me reconozco mendigo, siervo, cazador, enamorado, pequeño, después.



Tomado de: Amor Karaíva, Milena Cacerola, Sexo Kon Kualquiera, 2017.

1.2.12

Viscarra, cuando escribir es vivir, por Javier Fernández Paupy






Los libros de Victor Hugo Viscarra (1958-2006) están cargados de vida. Son una ráfaga de anécdotas y misceláneas. Por sus páginas pasan imágenes de la noche paceña, ladrones, vendedores ambulantes, marginales de la noche, rateros, especialistas del delito, especímenes enfermos de la cocaína que mezclan con el tabaco de sus cigarrillos. En Viscarra la calle es un hospital de locos y asolados donde trajinan la resaca de sus días prostitutas adolescentes y amanecidos que se drogan con disolvente de pintura o pegamento. Noches de borrachos a los que se les abre el hígado por un trago, entre patrullas de carabineros, peleas con armas blancas, puestos ambulantes de comida, fusiles marca Máuser, drogadictos que toman Artán sin ser epilépticos y dipsómanos en rehabilitación crónica. En las páginas escritas por Viscarra, como el memoralista que fue, aparecen madrugadas homicidas y mala alimentación, una bohemia de inhaladores de bazuco y empedernidos esnifadores de bicarbonato de sodio.

Cito a Cristino Bogado: “Más que la distancia entre la realidad y la ficción, lo que media entre la vida y literatura es que no cumplimos nuestras obligaciones cotidianas con la misma intensidad con la que leemos un libro.”

Viscarra hace sonar las voces aymaras, quechuas y palabras del lenguaje marginal boliviano. Su Coba (1981) recupera las voces del lenguaje secreto del hampa de su país. Un diccionario de bolivianismos pacientemente reunido que cuenta con más de un millar de voces y precisa una, llamémosla así, comunidad lingüística lumpen al tiempo que recrea la historia de los bajos fondos desde las mismas entradas del diccionario.

Alcoholatum & otros drinks. Crónicas para gatos y pelagatos (2001) prende la mecha de una memoria escrita que es también la entonación de un lugar. Fulguraciones del pasado en su mirada fresca, pícara. Autofiguración, paisaje, espejo de tinta, retrato de una ciudad pobre, autobiografía y memoria descriptiva de un lugar. Evocaciones, figuras líricas de la vida que pasa. Una escritura que crece a partir del trabajo con la remembranza. Sus libros son retazos de un autorretrato implacable. Entre lo público y lo privado, entre el testimonio y la denuncia, ¿cómo se acerca a las cosas del mundo la literatura de Víctor Hugo Viscarra?, ¿cómo las toca?, ¿cómo las muestra?, ¿puentes tendidos en su obra entre la cultura letrada y la popular? A otro perro con ese hueso. Víctor Hugo Viscarra lo dice mejor y más claro, en Borracho estaba pero me acuerdo (2002): “A los doce años me sumergí de cabeza en la noche”. Un escritor que tuerce las clasificaciones y se desliza a lo inclasificable, que arma un espacio literario y una escritura propia. De una tentación marginal y una exquisita pulsión autobiográfica se nutre su obra.

Escritor-espía-testigo-etnógrafo-retratista de los bajos fondos. El misterio de los desheredados, la aritmética fascinante y facinerosa del habla de los delincuentes, la jerga de los reventados, desposeídos, envenedados, en las páginas de sus libros. Viscarra memoralista compone el friso social de un tiempo perdido, de una Bolivia desarropada, famélica, vagabunda.

Hay en Viscarra el vigor y la fuerza de la letra impresa. Separación inseparable del autor. Una épica y una ética del fracaso. Pero ninguna autocomplacencia de lo tonto, sino tomar deliberadamente el camino de la pérdida, alto coraje. Pero pérdida y fracaso sólo se confunden en apariencia. Quizás se trate de una ética de la renuncia.

Lo imagino a Viscarra pidiendo plata en las calles paceñas con un cartel colgado del cuello en el que se lee: “Para qué mentir, necesito un trago.”