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1.10.11

Apollinaire - La cave de M. Vollard

El sótano de M. Vollard




Cerca del bulevard, en la calle Laffitte 8, había, antes de la guerra, una boutique, un verdadero agujero donde se apilaban los cuadros de pintores contemporáneos y el polvo reinaba por todos lados.

Durante la guerra, cerró. M. Vollar, probablemente, renunció a su comercio para abandonarse completamente a la fantasía de ser escritor y a la redacción de sus recuerdos sobre los pintores y autores que frecuentó. No se olvidará de hablar de su sótano, que fue famoso de 1900 a 1908, época durante la cual renunciaba a comer en "su sótano de la calle Laffitte" porque se había vuelto muy húmedo.

Todo el mundo escuchó hablar de este famoso hipogeo. Era tan bueno ser invitado a almorzar como a cenar allí. Asistí, por mi parte, a algunas de esas comidas. Con las paredes revestidas con azulejos y totalmente blancas, el sótano parecía un pequeño comedor monástico.

La cocina era simple, pero sabrosa; manjares preparados según los principios de la vieja cocina francesa, todavía vigente en las colonias, platos de cocción larga, a fuego lento y condimentados con aderezos exóticos.

Podemos citar, entre los asistentes a estos ágapes subterráneos, en primer lugar, a una gran cantidad de mujeres bellas, y luego a M. Léon Dierx, príncipe de los poetas; el príncipe de los dibujantes, M. Forain; Alfred Jarry, Odilon Redon, Maurice Denis, Maurice De Vlaminck, José-Maria Sert, Vuillard, Bonnard, K. X. Roussel, Aristide Maillol, Picasso, Émile Bernard, Derain, Marius-Ary Leblond, Claude Terasse, etc., etc.

Bonnard pintó un cuadro que representa el sótano y, ahora que lo recuerdo, Odilon Redon figura en él.



Léon Dierx estuvo en casi todas esas comidas. Fue allí que aprendí a conocerlo. Su visión ya era débil. Aquellos que lo vieron en la calle o en las ceremonias poéticas que presidía con tan majestuosa serenidad no tienen idea del buen humor del viejo poeta.

Su alegría no disminuía, salvo cuando recitabamos sus versos y había, casi siempre, algún joven que, levantándose repentinamente, le soltaba, en la cara, una de sus poesías.

Una noche, Mme Berthe Raynold había recitado uno de sus poemas y lo había hecho tan bien que el príncipe de los poetas no se había enojado. Pero cuando uno de los comensales, que pretendía, sin embargo, saberlo todo al dedillo sobre Paris y la poesía de su tiempo, preguntó en voz alta: "¿Es de Lamartine o de Victor Hugo?", hizo falta que M.Vollard contara veinte historias sobre la naturaleza de Zanzibar para que M. Dierx se decidiera al volver a sonreir.

Léon Dierx contaba, con complacencia, historias de la época en la que estaba en el ministerio. Hacía su trabajo pensando en la poesía. Una vez, debía escribirle a un archivista de subprefectura y, en lugar de Estimado Archivista, escribió Estimado Anarquista, lo que causó un gran escándalo en la subprefectura.

Los pintores preferidos de Léon Dierx eran Corot, Monticelli y Forain.

Una noche que salíamos del sótano de M. Vollard, el Principle de los Poetas me invitó a encontrarnos en su casa de Batignolles. Me recibió con amabilidad.

En las paredes, los Decamerones pintados por Monticelli están al lado de los croquis de Forain, y los personajes antiguos y diversos de uno parecían fusionarse con las siluetas modernas y espirituales del otro para formar una corte extraña y lírica para este príncipe casi ciego de la aristocrática República de las letras.

Parnasiano, era indulgente hacia los poetas de todas las escuelas (es así como lo nombraron las personas del país de la poesía).

"Todas las teorías pueden ser buenas –decía–, pero sólo las obras cuentan".

Se expresaba con reserva sobre las letras contemporáneas, pero si le sucedía pronunciar el nombre de Moréas, su voz se elevaba, y adivinábamos que una preferencia secreta determinaba su elección, si es que había que elegir un soberano.

También me dijo:

"Nuestra época de prosa y de ciencia conoció a los poetas más líricos. Su vida, sus aventuras constituyen la parte más extraña de la historia de nuestro tiempo.

"Gérard de Nerval se mató por escapar de las miserias de la existencia, y el misterio que rodea su muerte todavía no fue explicado.

"Baudelaire murió loco, ese Baudelaire del que conocemos tan poco de su vida, independientemente de las biografías y de los editores epistolares. ¿No hemos hablado de sus vicios y sus amantes? Ahora aseguramos que, en sus Memorias, Nadar se esforzó por demostrar que Baudelaire murió virgen.

"En este mismo momento, un poeta de primer orden, un poeta loco deambula por el mundo... Germain Nouveau dejó un día el liceo donde profesaba el dibujo y se hizo mendigo, para seguir el ejemplo de San Benito Labre. Fue luego a Italia, donde pintaba y vivía de la venta de sus cuadros. Ahora, sigue las peregrinaciones, y supe que había pasado por Bruselas, Lourdes, África. Loco, es mucho decir, Germain Nouveau es consciente de su estado. Este místico no quiere que lo llamemos Loco ni Poverello lírico, quiere que, en su presencia, no utilicemos otra palabra que Demente.

"Ciertos amigos publicaron algunos de sus poemas; como él había renunciado a su nombre, pusieron en el libro esta indicación mística como un nombre de religión: P. N. Humilis. Pero su humildad se vería afectada por dicha publicación, si la conociera".
Léon Dierx volvió a encender su pipa de espuma. Agitó su bella cabeza de larga cabellera blanca.

"Germain Nouveau todavía puede pintar –dijo–, no ya no puedo hacerlo. Mi vista disminuyó al punto que estoy casi ciego. Ya no puedo leer los libros que me envían. Antes, me distraía pintando. Y no conozco nada más feliz que la vida de un paisajista...".

Este príncipe que venía de las islas a hacerle lugar a otro príncipe de los poetas, Paul Fort, apenas mayor que nosotros.



Fue en el sótano de la calle Laffitte que se compuso el Gran Almanaque Ilustrado. Todo el mundo sabe que los autores son Alfred Jarrey en el texto, Bonnard en las ilustraciones y Claude Terrasse en la música. En cuanto a la canción, pertenece a M. Ambroise Vollard. Todo el mundo lo sabe y, sin embargo, nadie parece haber notado que Gran Almanaque Ilustrado fue publicado sin nombres de autores ni de editor.

La noche en la que imaginó casi todo lo que compone esta obra digna de Rabelais, Jarry aterrorizó a aquellos que no lo conocían pidiendo, después de cenar, el tarro de pickles que comió con glotonería.

Numerosos comensales ancianos añorarán este pintoresco rincón de París, la bóveda blanda de este sótano donde, cerca del boulevard, disfrutábamos de una gran tranquilidad y sin ningún cuadro en las paredes.




Guillaume Apollinaire, "La cave de M. Vollard" en Le flâneur des deux rives, 1928.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert.

27.4.10

Bukowski - Living on luck (14/2/1961)

(A John William Corrington)
14 de Febrero de 1961

[…] Bill, como estamos discutiendo sobre poesía y sobre lo que es o no es poesía, creo que sólo es importante tratar de entender lo que estamos o no estamos haciendo, y siguiendo en esa línea, escribí una carta a James Boyard May de Trace en relación a un artículo que apareció en la edición de enero-marzo de 1961. Y como probablemente el Sr. May no va a publicar esto, quisiera repetir acá la carta, porque, en algún punto, concuerda con nuestra discusión… Bueno, dice así:

Estimado Sr. May:
En consideración al “Ensayo sobre la historia reciente de la inmortalidad” de Robert Vaughan, realmente no sé por dónde empezar. Más bien imagino a Robert V. como una persona seria e intelectual (sé que edita una revista), y que su moral es correcta y que su estudio del poema es, seguramente, más completo que el mío. Y es justamente acá en donde empieza la dificultad. Si alguien alguna vez estuvo forzado a ir a una clase sobre poesía o cometió el error de ir a una lectura de poesía, está obligado a saber qué es lo “correcto” en los enfoques poéticos y artísticos, y si puedo usar una frase deshechada… me importa una MIERDA cualquiera de las dos. El Sr. Vaughan y los profesores de clase hacen mucho hincapié en que ¡LA PROSA SE ESTÁ ACERCANDO SIGILOSAMENTE HACIA LA POESÍA! Por Dios, nosotros trabajamos con nuestras IMÁGENES y después viene un tipo y dice… todo el asunto es una carretilla roja en el jardín trasero, juntando agua de lluvia. Estas no son las palabras exactas, pero no tengo tiempo de buscar mi Williams, eso era Williams, ¿no era así? Bueno, en todo caso, las declaraciones de la prosa en un poema parecen molestar a los editores. (“Esto es excelente, ¡pero no es un poema!”) y parece molestar a los Vaughans y a los profesores. Pero yo digo ¿por qué no? ¿Qué hay de malo en una declaración en prosa de 6,7 o 37 líneas de largo, quebrada en la legible ventaja y limpidez de la forma del poema? Mientras diga lo que debe y lo diga tan bien o mejor que el molde y suene como si dijera ESTO ES UN POEMA, ENTONCES ESCÚCHENME. ¿Qué hay de malo con un cuento corto de 7 líneas o una novela de 37 líneas que esté dentro de la forma del poema, si esta forma lo deja leer mejor que tirados todos juntos como una oración regular o como un párrafo regular de prosa inglesa? ¿Siempre tenemos que DEFINIR Y CLASIFICAR lo que está hecho? ¿No puede, por el amor de Dios, el ARTE ser ARTE sin un programa ni números?
No hay NADA “básicamente inmoral sobre una poesía que no trate de comunicar emociones o desenterrar del subconsciente del lector una experiencia previa”. De hecho, estaría tentado a decir que una poesía que INTENTE hacer eso … Cristo, no me gusta usar la palabra “inmoral”, dejame que diga que ese tipo de poesía (“que intenta”) es propensa a ser confusa y repetitiva y aburrida, excepto para la sagrada escuela de los devotos que APRENDIERON LAS REGLAS y hablan estúpidamente y gritan cuando miran la cara de su dios en el espejo. Sé que mucha poesía es un sostén para el corazón solitario. Pero, demonios, hay clubes para esas personas, bailes, y tímidos besos sobre la terraza. La gran poesía afila sus espadas para una partida más larga.
“Si el creador no tiene, para su punto de apoyo firme, una actitud moral o un acercamiento ético–” etc. Dejame decir que no hay puntos de apoyo firmes en la creación. Preguntale a Van Gogh que se voló la cabeza entre los mirlos con una escopeta prestada debajo del caliente sol que movía la mano que movía el color. Aunque Van creía en Dios, no había ningún INTENTO ahí excepto el intento de lo desconocido, LA PROSA PINTADA DE SUS COLORES que hicieron a Gauguen y a Pisarro y otros post-impresionistas, grandes como eran, reírse de él porque pintaban a través de la regla aprendida, el POEMA sin la línea– si yo pudiera dejar al descubierto estas similitudes. Y cuando Tolstoy encontró a Dios sus líneas se volvieron mustias, y Turguenev en su lecho de muerte lloró por él, porque aunque Tolstoy había abandonado su tierra y sus cobres en Dios, él también había abandonado algo más. Y aunque Dostovieski terminó creyendo en Cristo, tomó una larga ruta para llegar allá, una más interesante y quizás poco saludable ruta por las mesas de ruleta, violando a un pequeño joven, parado delante del muro esperando que los fusiles disparen, encontró que “la adversidad es el motivo principal del propio realismo”, encontró su Cristo, pero el Cristo más interesante, un Cristo creado por sus propios esfuerzos, y yo le hago una reverencia.
Ahora me doy cuenta que en la (y sin la) palabra “Moral” el Sr. Vaughan no quiso referirse específicamente a la religión, sino más biena a la religión de pensar y escribir del modo en que deberíamos. La moral transferida a 1961 significa una forma de pensar y actuar que son aceptables en un fondo de reacciones humanas y realistas de lo que pasó y de lo que probablemente pase. Pero, en realidad, aunque los Robert Vaughans lo refieren bien, y yo no tenga nada sino respeto por ellos, abarrotan el camino de las impertinencias. Dame hombres de aparente maldad, para ellos los precursores de un futuro bueno–mucho de lo que fue voluntad ayer a las 5 de la tarde, hoy es algo distinto.
A veces pienso en las grandes sinfonías, que hoy aceptamos, y que fueron silbadas y abandonadas desde el primer momento en que las escucharon.
“Escribir poemas es difícil: sufrir la llegada de la imagen apropiada, la frase precisa, el giro de un pensamiento…”
Escribir poemas no es difícil; lo difícil es vivirlos. Seamos realistas: cada vez que le decís “buen día” a alguien y no querés significar “buen día”, estás mucho menos vivo. Y cuando escribís un poema dentro de la aceptada forma poema, haciéndolo sonar como un poema porque un poema es un poema, estás diciendo “buen día” en ese poema, y bueno tus morales son rectas y no dijiste una MIERDA, pero no sería maravilloso si pudieras… en vez de sufrir la llegada de la imagen apropiada, de la frase precisa, del giro en el pensamiento… simplemente sentarte y escribir la jodida cosa, poniendo el color y el sonido, mezclándonos vivos con la fuerza, los mirlos, los campos de trigo, la oreja en la mano de la puta, sol, sol, sol, ¡SOL!; hagamos poesía de la misma forma en la que hacemos el amor; hagamos poesía y dejemos las leyes y las reglas y las morales a las iglesias, y a los políticos; hagamos poesía de la misma forma en la que inclinamos la cabeza al buen licor; dejemos al vagabundo borracho hacer su llama, y algún día, Robert, voy a pensar en vos, bonito y difícil, midiendo vocales y adverbios, haciendo reglas en vez de poesía.

Bueno, esa es la carta, más o menos, Cor, aunque cambié y agregué algunas palabras en la trasposición. Pensé, sin embargo, que vos podrías querer oírla. La poesía puede ser una cosa tan deprimente, una cosa tan muerta. ¡Cómo quieren envolvernos con cadenas! ¿Por qué? Realmente no lo entiendo. Parece como si estuvieran tratando de hacerlo... bueno, como aprender a soldar o a ser ingeniero. Siempre esto es lo correcto y esto es lo incorrecto. Mientras tanto, no dan con lo esencial en lo absoluto. […]




Charles Bukowski. Living on luck, Selected letters 1960s-1970s (volume 2), 1995.


Traducción: Javier Fernández Paupy & Flavia Cogliano Jalabert

24.12.08

Bukowski - writing

escribir




suele ser la única
cosa entre vos y
la imposibilidad.
ni la bebida,
ni el amor de una mujer,
ni la riqueza
pueden
igualarlo.

nada puede
salvarte
excepto
escribir.

previene que las paredes
se
derrumben.
que las hordas
se
acerquen.

ataca la
oscuridad.

escribir es el
último
psiquiatra,
el dios más
amable de todos los
dioses.

escribir amenaza
a la muerte.
no conoce
abandonos.

y escribir
se ríe
de sí mismo,
del dolor.

es la última
expectativa,
la última
explicación.

eso es
lo que
es.


writing: often it is the only/ thing/ between you and/ impossibility./ no drink,/ no woman´s love,/ no wealth/ can/ match it.//nothing can save/ you/ except/ writing.// it keeps the walls/ from/ falling./ the hordes from/ closing/ in.// it blasts the/ darkness.// writing is the/ ultimate/ psychiatrist,/ the kindliest/ god of all the/ gods.//writing stalks/ death./ it knows no/ quit,.// and writing/ laughs/ at itself,/ at pain.// it is the last/ expectation,/ the last/ explanation.// that´s/ what it/ is.




Charles Bukowski. Betting on the muse: poems & stories [1996]; Black Sparrow Press, Santa Rosa, 2002.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

1.12.08

Bukowski - A Trick to Dull Our Bleeding

Un truco para aliviar nuestras heridas




en términos prácticos
las grandes palabras de los grandes hombres
no son tan grandes.

ni las grandes naciones ni las grandes bellezas
dejan algo más que un residuo
de reputación para que lentamente
se consuma.

ni las grandes guerras parecen tan grandes,
ni los grandes poemas
ni las leyendas que vienen de fuentes directas.

incluso las tristes muertes
no son tan tristes ahora,
y el fracaso no fue nada más que un
truco
para seguir andando,

y la fama y el amor
un truco para aliviar nuestras heridas.

y así como el fuego se vuelve ceniza y el acero
se vuelve óxido, nos volvemos
sabios
y después
no tan sabios.

y nos sentamos en sillas
a leer viejos mapas,
guerras hechas, amores hechos, vidas hechas,

y un chico juega delante nuestro como un mono
y golpeamos nuestra pipa y bostezamos,
cerramos los ojos y dormimos.

hermosas palabras
como damas hermosas,
se arrugan y mueren.


A Trick to Dull Our Bleeding: practically speaking/ the great words of great men/ are not so great.// nor do great nations nor great beauties/ leave anything but the residue/ of reputation to be slowly/ gnawed away.// nor do great wars seem so great,/ nor great poems/ nor first-hand legends.// even the sad deaths/ are not now so sad,/ and failure was nothing but a/ trick/ to keep us going,// and fame and love/ a trick to dull our bleeding.// and as fire becomes ash and steel/ becomes rust, we become/ wise/ and then/ not so wise.// and we sit in chairs/ reading old maps,/ wars done, loves done, lives done,// and a child plays before us like a monkey/ and we tap our pipe and yawn,/ colse our eyes and sleep.// pretty words/ like pretty ladies,/ wrinkle up and die.




Charles Bukowski. The roominhouse madrigals. Early selected poems, (1946-1966)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

31.10.08

Bukowski - Eat

Comé




hablar de la muerte
es como hablar del
dinero –
no sabemos ni el
precio ni el
valor,
sin embargo mirándome las manos
puedo intuir
un poco.

el hombre está hecho para intuir y para
fracasar
y la mujer
para el resto.

cuando llegue el momento
espero pueda recordarme
comiendo una pera.

ahora estamos enfermos
con tantos
perros
calaveras
ejércitos
flores
continentes, muertos.

hay una pelea –

eso es todo:
en contra de la mecánica
de la cosa.

comé una buena pera hoy
así mañana
podrás
recordarlo.




Eat: talking of death/ is like talking of/ money–/we neither know the/ worth,/ yet looking down at my hands/ I can guess/ a little.//man´s made for guessind and for/ failure/ and woman/ for the rest.// when the time comes/ I hope I can remember/ eating pear.// we are sick now/ with so many dead/ dogs/ skulls/ armies/ flowers/ continents.// there is a fight–//this is it:/ against the machanics/ of the thing.//eat a good pear today/so tomorrow/ you can/ remember/ it.





Charles Bukowski. The Roominghouse Madrigals. Early selected poems, (1946-1966)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

11.10.08

Bukowski - MY MADNESS


MI LOCURA



Hay grados de locura, y cuanto más loco estés, más obvio va a ser para los demás. La mayor parte de mi vida, oculté la locura dentro mío, pero siempre estuvo ahí. Por ejemplo, puede que alguna persona hable conmigo, de esto o aquello, y mientras me aburra con sus sobadas generalidades, la imagine con la cabeza apoyada sobre la mesa de la guillotina, o la imagine en una sartén enorme, friéndose, al tiempo en que me mira con ojos aterrados. En situaciones reales como éstas, muy probablemente, intentaría rescatarla pero, mientras me está hablando, no puedo evitar imaginarla así. O, de mejor humor, puedo representármela alejándose de mí en bicicleta. Simplemente, tengo problemas con los seres humanos. Los animales me encantan. No mienten y rara vez intentan atacarte. A veces pueden ser astutos, pero eso es permisible. ¿Por qué?

Pasé la mayor parte de mi temprana y mediana edad en habitaciones diminutas, metido ahí, mirando las paredes, las persianas rotas, las perillas de los cajones de la cómoda. Era consciente de las mujeres y las deseaba, pero no quería esforzarme para agradarles. Era consciente del dinero, pero nuevamente, como con las mujeres, no quería hacer las cosas necesarias para alcanzarlo. Sólo quería lo suficiente para una habitación y algo para tomar. Bebía solo, por lo general en la cama, con todas las persianas cerradas. A veces, iba a los bares para registrar las especies, pero las especies seguían siendo las mismas –no tanto y, generalmente, mucho menos que eso.

En todas las ciudades, inspeccionaba las bibliotecas. Libro tras libro. Pocos me decían algo. En su mayoría, eran polvo en mi boca, arena en mi mente. Ninguno tenía relación conmigo o con cómo me sentía: dónde estaba –en ningún lado–, qué tenía –nada– y qué quería –nada. Los libros de las centurias sólo suponían el misterio de tener un nombre y un cuerpo, deambular, hablar, hacer cosas. Nadie parecía asombrarse con mi particular locura.

En algunos bares, me ponía violento, había peleas callejeras, muchas de las que perdí, pero no estaba peleando con nadie en particular, no estaba enojado, simplemente no podía entender a las personas, lo que eran, lo que hacían y lo que parecían. Entraba y salía de la cárcel, me desalojaban de las habitaciones. Dormía en bancos de plaza, en cementerios. Estaba confundido, pero no era infeliz. No era cruel. No podía hacer nada con lo que había. Mi violencia era contra del engaño obvio; estaba gritando y ellos no entendieron. Incluso en mis peleas más violentas, miraba a mi oponente y pensaba: ¿por qué está enojado? Quiere matarme. Después tenía que pegarle piñas para sacarme la bestia de encima. La gente no tiene sentido del humor; es tan asquerosamente seria consigo misma.

En alguna parte del recorrido, y no tengo idea de dónde vino, me puse a pensar: quizás deba ser escritor. Quizás pueda plasmar las palabras que no leí, quizás al hacerlo me pueda sacar este tigre de la espalda. Y entonces empecé, y las décadas pasaron sin demasiada suerte. Ahora era un escritor loco. Más habitaciones, más ciudades. Me hundía cada vez más profundo. Me congelé una vez en Atlanta, en una casucha de cartón alquitranado, y viví con un dólar veinticinco por semana. Sin agua, sin luz, sin gas. Me sentaba a congelarme con mi camisa de California. Una mañana encontré un pequeño lápiz y empecé a escribir poemas en los márgenes de diarios viejos tirado en el piso.

Finalmente, con 40 años, apareció mi primer libro: una pequeña publicación barata de poemas, Flower, Fist And Bestial Wail. El paquete de libros había llegado por correo; lo abrí, y ahí estaban las pequeñas ediciones. Se desparramaron todos los libritos sobre la vereda, y me agaché entre ellos; estaba sobre las rodillas, levanté un Flower Fist y le di un beso. Eso fue hace 30 años. Sigo escribiendo. En los primeros cuatro meses de este año escribí 250 poemas. Todavía siento la locura correr por mi sangre, pero no conseguí aún reflejar en palabras lo que quería; el tigre todavía está en mi espalda. Me voy a morir con ese hijo de puta en la espalda, pero le di pelea. Y si hay alguien por ahí que se sienta suficientemente loco para hacerse escritor, diría: adelante, escupí a los ojos del sol, acertá esas claves. Es la mejor locura en acción, los siglos necesitan ayuda, las especies lloran por luz, apuestas y risas. Dáselas. Hay suficientes palabras para todos.




Charles Bukowski. Betting on the Muse: Poems & Stories, (1996)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

28.8.08

Bukowski - bad day

mal día

la medusa tiene un propósito,
la hiena,
la pulga,
la rata,
la cucaracha
cada una llena de su
ostentosa
luz.

mi luz está
apagada.
¿quién me hizo
esto?



bad day: the jellyfish has a purpose,/ the hyena,/ the tick,/ the rat,/ the roach/ each filled with their/ swollen/ light.// my light is/ out./ who did this to/ me?




Charles Bukowski. Betting on the muse: poems & stories , (1996)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

9.8.08

Bukowski - my father and the bum

mi padre y el vago


mi padre creía en el trabajo.
estaba orgulloso de tener un
empleo.
a veces no tenía un
empleo y entonces estaba muy
avergonzado.
tan avergonzado estaría que
se iba de la casa a la mañana
y después volvía a la noche
para que los vecinos no
lo supieran.

a mí,
me gustaba el hombre que vivía al lado:
sólo se sentaba en una silla en
su patio de atrás y tiraba dardos
a unos círculos que había pintado
al costado del garage.
en Los Angeles en 1930
tenía una sabiduría que a
Goethe, Hegel, Kierkegaard,
Nietzsche, Freud,
Jaspers, Heidegger y
Toynbee les hubiera resultado difícil
negar.



my father and the bum: my father belived in work./ he was proud to have a/ job./ sometimos he didn`t have a/ job and then he was very/ ashmed./ he’d be so ashmed that he’d/ leave the house in the morning/ and then come back in the evening/ so the neighbors wouldn’t/ know.// me,/ I liked the man next door:/ he just sat in a chair in/ his back yard and threw darts/ at some circles he had painted/ at some side of the garage./ in Los Angeles in 1930/ he had a wisdom that/ Goethe, Hegel, Kierkegaard,/ Nietzsche, Freud,/ Jaspers, Heidegger and/ Toynbee World find hard/ to deny.




Charles Bukowski. What matters most is how well you walk through the fire (1999)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

4.8.08

Bukowski - Eaten by Butterflies

Comido por mariposas


quizás gane la Lotería Irlandesa
quizás me vuelva loco
quizás
quizás el seguro de desempleo o
una lesbiana rica en la cima de un colina

quizás reencarnar en una rana…
o encontrar $ 70.000 flotando en una bolsa de plástico
en la bañadera

necesito ayuda
soy un gordo que está siendo comido por
árboles verdes
mariposas y
vos

girá, girá
encendé la lámpara
me duelen los dientes, me duelen los dientes del alma
no puedo dormir
rezo por los autos muertos en la calle
los ratones blancos
motores en llamas
sangre en una bata verde en un quirófano de
San Francisco
estoy atrapado
ay ay
salvaje: mi cuerpo allí, lleno con nada, excepto
yo
yo atrapado a mitad de camino entre el suicidio y
la vejez
irrumpiendo en fábricas próximas a
chicos jóvenes
manteniendo el paso
mi sangre quemándose como gasolina y
mostrando la sonrisa
del capataz

mis poemas son sólo rasguños
en el piso de una
jaula.



Eaten by Butterflies: maybe I’ll win the Irish Sweepstakes/ maybe I’ll go nuts/ maybe/ maybe unemployement insurance or/ a rich lesbian at the top of a hill// maybe re-incarnation as a frog…/ or $70,000 found floating in a plastic sack/ in the bathtub// I need help/ I am a fat man being eaten by/ green trees/ butterflies and/ you// turn turn/ Light the lamp/ my teeth ache the teeth of my soul ache/ I can’t sleep I/ pray for the dead streecars/ the white mice/ engines on the FIRE/ blood on a green gown in an operating room in/ San Francisco/ and I caught/ ow ow/ wild: my body being there filled with nothing but/ me/ me caught halfway between suicide and/ old age/ hustling in factories next to the/ young boys/ keeping pace/ burning my blood like gasoline and/ making the foreman/ grin// my poems are only scratching/ on the floor of a/ cage.




Charles Bukowski. The roominhouse madrigals. Early selected poems [1946-1966]


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

15.7.08

Bukowski - ice for eagles

hielo para las águilas


Todavía recuerdo a los caballos
bajo la luna
Todavía recuerdo alimentar a los caballos
azúcar
rectángulos blancos de azúcar
como hielo,
y tenían cabezas como
las águilas
cabezas peladas que podían morder y
no lo hicieron.

Los caballos eran más reales que
mi padre
más reales que Dios
y ellos podrían haberme pisado
los pies pero no lo hicieron
podrían haber hecho toda clase de horrores
pero no lo hicieron.

Yo tenía casi 5
pero todavía no los olvidé;
Oh, mi dios, eran fuertes y buenas
aquellas lenguas rojas babeando
fuera de sus almas.


ice for eagles: I keep remembering the horses/ under the moon/ I keep remembering feeding the horses/ sugar/ white oblongs of sugar/ more like ice,/ and they had heads like/ eagles/ bald heads that could bite and/ did not.// The horses were more real than/ my father/ more real than God/ and they could have stepped on my/ feet but they didn’t/ they could have done all kinds of horrors/ but they didn’t.// I was almost 5/ but I have not forgotten yet;/ o my god they were strong and good/ those red tongues




Charles Bukowski. The days run away like wild horses over the hills , 1969.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

21.4.08

Bukowski - mine

mía


Ella yace como un bulto
Yo puedo sentir la gran montaña vacía
de su cabeza. Pero ella está viva. Bosteza y
se rasca la nariz y
levanta el cobertor.
Pronto le daré el beso de las buenas noches
y dormiremos.
y muy lejos está Escocia
y bajo la tierra los
roedores corren.
Oigo los motores en la noche
y a través del cielo una blanca
mano da vueltas:
buenas noches, querida, buenas noches.


mine: She lays like a lump/ I can feel the great empty mountain/ of her head./ But she is alive. She yawns and/ scratches her nose and/ pulls up the cover./ Soon I will kiss her goodnight/ and we will sleep./ and far away is Scotland/ and under the ground the/ gophers run./ I hear engines in the night/ and through the sky a white/ hand whirls:/ good night, dear, goodnight.




Charles Bukowski. The days run away like wild horses over the hills , (1969)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

14.4.08

Bukowski - his wife, the painter


su esposa, la pintora


Hay bocetos en las paredes de hombres y mujeres y patos
y afuera un gran colectivo verde esquiva el tránsito como
la locura que surge de la ondeada línea; Turgenev, Turgenev,
dice la radio, y Jane Austen, Jane Austen, también.

“Voy a hacerle un retrato el 28, mientras estés
en el trabajo”.

Él sólo está en ese límite de gordura y camina constantemente, él
se consume; lo tienen; se lo están comiendo como
moscas atrapadas en una tela de araña, y sus ojos amamantados de rojo con furia y miedo

Siente el odio y el rechazo del mundo, más filoso que
su afeitadora, y siente su intestino colgando como un pólipo húmedo; y él
toma sus propias decisiones derrotado tratando de sacar la
barba que quedaba en la afeitadora con agua (como la vida), no del todo cálida.

Daumier. Rue Transnonain, le 15 Avril, 1843. (Litograph).
París, Bibliotèque Nationale.



“Ella tiene un rostro diferente al de cualquier mujer que conocí”.

“¿Qué es esto? ¿Un asunto amoroso?”

“Tonto, no puedo amar a una mujer. Además, está embarazada”.

Puedo pintar –una flor comida por una serpiente; ese rayo de sol es una
mentira; y esos negocios huelen a chicos desnudos vestidos,
y debajo de todo algún río, algún ritmo, algún giro que
trepa a lo largo de mi sien y muerde vagamente…
los hombres manejan autos y pintan sus casas,
pero están locos; los hombres se sientan en la silla de la peluquería; compran sombreros.

Corot. Recuerdo de Mortefontaine.
París, Louvre.


“Debo escribirle al Kaiser, aunque creo que es homosexual”.

“¿Todavía estás leyendo Freud?”

“Página 299”.

Ella hizo un pequeño sombrero y él puso dos fotos bajo el
brazo, mientras se levantaba de la cama como la larga antena de un
caracol, y ella fue a la iglesia y él pensó ahora tengo
tiempo y el perro.

Acerca de la iglesia: el problema con la máscara es que
nunca cambia.

Tan vulgares las flores que crecen y que no crecen bellas.
Tan mágica la silla en el patio que no soporta piernas
y vientre y brazo y cuello y boca que muerde en el
viento como al final de un túnel.

Él giró en la cama y pensó: Estoy buscando algún
segmento en el aire. Flota entre las cabezas de la gente.
Cuando llueve, en los árboles, se sienta entre las ramas
más cálidas y de sangre más real que la paloma.

Orozco. Cristo destruyendo la cruz.
Hanover, Dartmouth College, Baker Library.

Se esfumó en el sueño.


his wife, the painter: There are sketches on the walls of men and women and ducks/ and outside a large green bus swerves through traffic like/ insanity sprung from a waving line; Turgenev, Turgenev,/ says the radio, and Jane Austen, Jane Austen, too.// “I am going to do her portrait on the 28th, while you are/ at work.”// He is just this edge of fat and he walks constantly, he/ fritters; they have him; they are eating him hollow like/ a webbed fly, and his eyes are red-suckled with anger-fear.// He feels the hatred and discard of the world, sharper than/ his razor, and his gut-feel hangs like a wet polyp; and he/ self-decisions himself defeated trying to shake his/ hung beard form razor in water (like life), not warm enough.// Daumier. Rue Transnonain, le 15 Avril, 1843. (Lithograph.)/ Paris, Bibliotheque Nationale.// “She has a face unlike that of any woman I have ever known.”// “What is it? A love affair?”/ “Silly, I can´t love a woman. Resides, she’s pregnant.”// I can paint–a flower eaten by a snake; that sunlight is a/lie; and that markets smell of shoes and naked boys clothed,/ and under everything some river, some beat, some twist that/ clambers along the edge of my temple and bites nip-dizzy…/ men drive cars and paint their houses, / but they are mad; men sit in barber chairs; buy hats.// Corot. Recollection of Mortefontaine./ Paris, Louvre.// “I must write Kaiser, though I think he’s homosexual.”// “Are you still reading Freud?”// “Page 299.”// She made a little hat and fastened two snaps under one/ arm, reaching up from the bed like a long feeler from the/ snail, and she went to church, and he thought now I h’ve/ time and the dog.// About church: the trouble with mask is it/ never changes.// So rude the flowers that grow and do not grow beautiful./ So magic the chair on the patio that does not hold legs/ and belly and arm and neck and mouth that bites into the/ wind like the end of a tunnel.// He turned in bed and thought: I am searching for some/ segment in the air. It floats about the people’s heads./ When it rains on the trees it sits between the branches/ warmer and more blood-real than the dove.// Orozco. Christ Destroying the Cross./ Hanover, Dartmouth College, Baker Library.// He burned away in sleep.




Charles Bukowski. The days run away like wild horses over the hills, (1969)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

23.2.08

Bukowski - The Days Run Away Like Wild Horses Over the Hills


libertad


tomó vino toda la noche la noche del
28. y seguía pensando en ella:
la forma en que ella caminaba y hablaba y amaba
la forma en que le dijo cosas que parecían verdad
pero no lo eran
y él supo el color de cada uno
de sus vestidos
y de sus zapatos –él conocía la cantidad y la curva de
cada taco
así como también la forma de la pierna que éste le daba.

y ella había salido otra vez cuando él volvió a su casa, y
ella volvería con ese olor especial otra vez,
y lo hizo
volvió a las tres de la mañana
repulsiva como una despreciable comemierda
y
él sacó el cuchillo de carnicero
y ella gritó
mientras se volvía hacia la pared de la pensión
todavía linda de algún modo
a pesar de la hediondez del amor
y él terminó el vaso de vino.

ese vestido amarillo
el preferido de él
y ella volvió a gritar.

y él levantó el cuchillo
y se desabrochó el cinturón
y rompió la tela delante de ella
y se cortó las bolas.

y las llevó en las manos
como damascos
y apretó el botón
después de tirarlos al inodoro
y ella siguió gritando
mientras la habitación se volvía roja

¡OH, DIOS MÍO!
¿QUÉ HICISTE?

y él se sentó con 3 toallas
entre las piernas
sin importarle ahora si ella se iba o
se quedaba
usaba el amarillo o el verde o
no usaba nada.

y con una mano sostenía y con la otra mano
servía
otro vino.

freedom: he drank wine all night the night of the/ 28th. And he kept thinking of her:/ the way she walked and talked and loved/ the way she told him things that seemed true/ but were not, and he knew the color of each/ of her dresses/ and her shoes –he knew the stock and curve of/ each heel –as well as the leg shaped by it.//and she was out again when he came home, and/ she’d come back with the special stink again,/ and she did/ she came in at 3 a.m. in the morning/ filthy like a dung-eating swine/ and/ he took out the butcher knife/ and she screamed/ backing into the roominghouse wall/ still pretty somehow/ in spite of love’s reek/ and he finished the glass of wine.//that yellow dress/ his favourite/ and she screamed again.//and he took up the knife/ and unhooked his belt/ and tore away the cloth before her/ and cut off his balls./ and carried them in his hands/ like apricots/ and flushed them down the/ toilet bowl/ and she kept screaming/ as the room became red//GOD O GOD!/ WHAT HAVE YOU DONE?//and he sat there holding 3 towels/ between his legs/ not caring now whether she left or/ stayed/ wore yellow or green or/ anything at all.//and one hand holding and one hand/ lifting he poured/ another wine.


como el gorrión

Para dar vida tenés que sacar vida
y a medida que nuestra pena se vuelve chata y vacía
sobre el mar ensangrentado de miles de millones
yo paso sobre serios bancos de peces internos que se rompen bordeados
por criaturas en putrefacción con piernas y panzas blancas
muertas hace tiempo y levantadas en contra de las escenas circundantes.
Querido niño, yo sólo te hice lo que el gorrión
te hizo; soy viejo cuando está de moda ser
joven; lloro cuando está de moda reír.
Te odiaba cuando me hubiera tomado menos coraje
amarte.

as the sparrow: To give life you must take life,/ and as our grief falls flan and hollow/ upon the billion-blooded sea/ I pass upon serious inward-breaking shoals rimmed/ with white-legged, white-bellied rotting creatures/ lengthily dead and rioting against a surrounding scenes,/ Dear child, I only did to you what the sparrow/ dido to you; I am old when it is fashionable to be/ young; I cry when it is fashionable to laugh./ I hated you when it would have taken less courage/ to love.


tacho de basura
huellas y anemia y malicia
y ¿qué podemos hacer con esto?:
una tripa en la basura…
abajo junto a las latas de cerveza del Sr. Saunders
enrollada como un gato;
la vida no puede ser menos absurda
que la lluvia
y mientras subo en ascensor
hasta el 3
cruzo a la Sra. Swanson
en la reja
maquillada y realmente muerta
pero sigue caminando
comprando dulces y grasas
y enviando tarjetas de Navidad;
y al abrir la puerta de mi dormitorio
una damisela gorda
revuelve mi visión
botellas caen
y una voz dice
¿por qué todos tus poemas son
personales?

waste basket: spoor and anemia and deviltry/ and what can we make of this?:/ a belly in the trash…/ down by Mr. Saunders’ beer cans/ curled up like a cat;/ life can be no less ludicrous/ than rain/ and as I take the lift/ up to 3/ I pass Mrs. Swanson/ in the grate/ powdered and really dead/ but walking on/ buying sweets and fats/ and mailing Christmas cards;/ and opening the door to my room/ a fat damsel scrambles my vision/ bottles fall/ and a voice says/ why are all your poems/ personal?


un poema es una ciudad
un poema es una ciudad llena de calles y costureras
llena de santos, héroes, mendigos, locos,
llena de banalidad y alcohol,
llena de lluvia y truenos y períodos de
sequía, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad que le pregunta por qué a un reloj,
un poema es una ciudad que se quema,
un poema es una ciudad gobernada por las armas,
sus peluquerías llenas de cínicos borrachos,
un poema es una ciudad en donde Dios se pasea desnudo
por las calles como Lady Godiva,
en donde los perros ladran a la noche y ahuyentan
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
la mayoría de ellos bastante similares
y envidiosos y amargos…
un poema es esta ciudad ahora
50 millas de ningún lugar,
9:O9 de la mañana,
el sabor del licor y los cigarrillos,
sin policías, sin amantes, caminando por las calles,
este poema, esta ciudad, que cierra sus puertas,
atrincherada, casi vacía, apenada sin lágrimas, envejeciendo sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una pequeña música de ventanas rotas…

un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo…

y ahora pongo esto debajo de un vaso
para el loco escrutinio del editor,
y la noche está en otro lugar
y las grises damas débiles hacen fila,
los perros siguen a los perros al estuario,
las trompetas atraen a las gaviotas
como los pequeños hombres protestan frente a las cosas
que no pueden hacer.

a poem is a city: a poem is a city filled with streets and sewers/ filled with saints, heroes, beggars, madmen,/ filled with banality and booze,/ filled with rain and thunder and periods of/ drought, a poem is a city at war, a poem is a city asking a clock why,/ a poem is a city burning,/ a poem is a city under guns/ its barbershops filled with cynical drunks, a poem is a city where God rides naked/ through the streets like Lady Godiva,/ where dogs bark at night, and chase away/ the flag; a poem is a city of poets,/ most of them quite similar/ and envious and bitter…/ a poem is this city now,/ 50 miles from nowhere,/ 9:09 in the morning,/ the taste of liquor and cigarettes,/ no police, no lovers, walking the streets,/ this poem, this city, closing its doors,/ barricaded, almost empty,/ mournful without tears, aging without pity,/ the hardrock mountains,/ the ocean like a lavender flame,/ a moon destitute of greatness,/ a small music from broken windows…//a poem is a city, a poem is a nation,/ a poem is the world…// and now I stick this under glass/ for the mad editor’s scrutiny,/ and night is elsewhere/ and faint gray ladies stand in line,/ dog follows dog to estuary,/ the trumpets bring on gallows/ as small men rant at things/ they cannot do.





Charles Bukowski. The Days Run Away Like Wild Horses Over the Hills , (1969)


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

11.2.08

Bret Easton Ellis - American Stoner

Drogón americano




En 1985, a los 21 años, Bret Easton Ellis publicó su primera novela, Menos que cero. La novela, que trataba sobre adolescentes ricos y decadentes de Beverly Hills, se convirtió en un bestseller nacional, en una película de Hollywood, y fue traducida a 20 idiomas. Ellis continuó con Las leyes de la atracción, publicada en 1987, nuevamente sobre estudiantes ricos y decadentes inscriptos en la famosa Bennington Collage de Vermont. Pero fue Psicópata americano en la década de los 90, novela sobre un millonario de Wall Street que llevaba una vida secreta de fumador de crack y que quemaba los globos oculares de las mujeres, que canonizó a Ellis en la historia de la literatura. El controvertido libro ha sido llevado al cine. Su última obra, Glamorama, es sobre Victor Ward, un supermodelo perseguido por terroristas internacionales. Esta entrevista se realizó en Manhattan, donde vive Ellis.


HIGH TIMES: ¿Cuándo empezaste a escribir lo que llamarías escritura seria?
Bret Easton Ellis: ¿Escritura seria? Diría que fue cuando escribí mi primer libro, en 1978, cuando tenía 14 años. Trataba sobre un chico que tenía que conseguir un trabajo para las vacaciones, en lugar de ir a la escuela de verano, porque sus notas eran muy malas. Yo tenía que ir a la escuela de verano todo el tiempo porque mis notas eran pésimas. En el verano de 1978 tendría que haber ido a la escuela de verano, pero mis hermanas entraron en mi habitación y encontraron un poco de porro. Eran mucho más chicas que yo y dijeron: “Mamá, ¿qué es esto? Papá, ¿qué es esto?”. Mis padres lo vieron y me vinieron a decir: “No vas a ir a la escuela de verano, sos un vago, un maleducado, un malacostumbrado. Vas a conseguir un trabajo y vas a dejar de fumar porro”. Así que me mandaron a lo de mi abuelo, que dirigía algunos hoteles sucios en Nevada. Fui a trabajar como cajero en la cafetería de uno de los hoteles. En realidad no dejé de fumar porro, pero probablemente me haya hecho ser una mejor persona en cierto modo. Esa fue la primera novela que escribí. Se basaba en ese verano.

¿Cómo describirías tu vida después de Menos que cero?
Rara. Trabajé en Menos que cero mientras estudiaba en la Universidad. Mi vida en Los Ángeles, en realidad, no se parecía de ninguna forma a la vida plasmada en la novela. Nací en una bonita familia de clase media. Viví en el Valle de San Fernando, no en Beverly Hills, no me crié en Bel Air. Fui a escuelas privadas, mientras que la mayoría de los chicos que retraté en Menos que cero vivían en casas grandes sobre las colinas, y sus padres trabajaban en la industria del cine. Pero Menos que cero no es una novela autobiográfica –no hay una sola escena en el libro, ni una sola línea de diálogo, ni siquiera un personaje que yo pueda señalar en el libro y decir: “Sí, ese soy yo, esa es mi vida”.
Había escrito tres novelas antes que Menos que cero. Ninguna de ellas fue publicada. Menos que cero trataba verdaderamente acerca de mis sentimientos sobre mi generación y sobre los Estados Unidos en general, los años de Reagan, y qué tipo de persona producía esto y toda esa pasividad. Eso es lo que realmente me interesaba. No me interesaba escribir una novela autobiográfica sobre mi vida en Los Ángeles. Fue una juventud sencilla. Estuvo bien.

Dejaste el calor del Sur de California por el frío de la Bennington College de Vermont. ¿Cómo fue ese cambio para vos?
Fue un gran alivio dejar Los Ángeles y conocer gente de mi edad que estaba leyendo libros y querían ser pintores, artistas o músicos. La mayoría de las personas que conocía del secundario sólo querían meterse automáticamente en la industria del cine. Mi vida realmente cambió en lo que se refiere a conocer gente con la cual sentía algún tipo de conexión. Bennington era realmente fascinante. Fue antes del SIDA, antes del “Just Say No” [sólo diga no]. Eran tiempos ciertamente muy liberales y a la vez muy inocentes al compararlos con la década del 90. Siempre pensé que fue inquietante y decadente, pero en realidad no lo era. Fueron los últimos días libres de preocupación.

Mucha gente compara la escena de Bennington de la década del 80 con Woodstock –gente corriendo desnuda, fumando porro, orgías. ¿Fue real o es una exageración?
No, no es una exageración. Pero tenés que tener en cuenta que la edad para consumir alcohol no se había aumentado –todavía era 18– y no había guardias de seguridad en las fiestas. Las fiestas “vestidos para relajarse” me impactaron la primera vez que fui a una, no podía creer la desnudez y el sexo público. De 1982 a 1985 no creo haber visto un solo preservativo en el campus. Eran otros tiempos.

¿Cómo era el ambiente de la droga?
Siempre fue marihuana en Bennington, pero también había anfetaminas y cocaína, especialmente durante el semestre en que estuve ahí. El campus entero estaba cautivado por un individuo que hacía anfetaminas en uno de los dormitorios. Ese semestre completo todos estaban en esa. Pero casi siempre un grupo sofisticado y no una banda de chicos volviéndose locos. No quiero llamar a nadie un drogadicto inteligente y que suene como un oxímoron. Pero es verdad; es decir, había muchos drogadictos inteligentes en Bennington. En realidad, nunca se les fue de las manos. Nunca interfirió en sus vidas. Nunca tuvieron que hacer rehabilitación ni los echaron del campus. Pienso que la gente estaba un poco asustada para comprender cuán sofisticados eran esas personas.

¿Es verdad que escribiste Menos que cero en ocho semanas bajo los efectos de la metanfetamina cristalizada?
Sí, es verdad.

¿Podés describirlo?
La gente no se da cuenta de que escribí Menos que cero bajo los efectos de la metanfetamina cristalizada, pero el borrador tenía mil páginas, completamente ilegibles, y eran una mierda. Por lo que la metanfetamina cristalizada me hizo escribir una novela de mil páginas con interlineado simple, que en rigor sólo necesitaba doscientas páginas, la longitud con la que fue publicada. Me tomó de dos años y medio a tres años de escritura, en estado sobrio, completar ese libro. Nunca fui un gran consumidor de drogas al escribir. La última vez que las usé fue en Miami hace cinco o seis años, y había estado despierto hasta tarde, con gente, de fiesta. Volví a mi habitación de hotel y escribí durante dos horas y después me fui a dormir; miré lo que había escrito a la mañana siguiente y era horrible. Verdaderamente siempre lo es. Es tan difícil escribir bien, incluso cuando estás concentrado y sobrio, que drogado pareciera un imposible.

Algunas partes de Psicópata americano, en especial ciertas escenas violentas, parecen inducidas por la droga.
El hecho de que lo haya escrito sobrio no necesariamente significa que ese haya sido un período sobrio o libre de drogas. Estaba bastante compartido. Me podía despertar, trabajar en el libro, y pasar una noche realmente agitada. Mi cuerpo podía procesarlo mejor, debido a que escribí ese libro entre mis 23 y 26 años, y podía mantenerme despierto toda la noche y trabajar a la mañana siguiente; en cambio ahora ya no es más una posibilidad real para mí. Pero durante los años que la escribí definitivamente hubo mucho consumo de cocaína.

¿Es por eso que el personaje principal es tan egoísta?
[Risas] La cocaína es una droga muy egoísta, te vuelve paranoico y tiende a alienarte. Pero yo siempre me sorprendo cuando me entero de que alguien termina en rehabilitación, cuando la gente no conoce o no puede establecer sus límites. Es como comer o beber –uno sabe cuando ya comió o bebió suficiente, y tiene una especie de autocontrol para decir: “Bueno, nunca voy a drogarme tanto como para no poder volver a drogarme”.
Hay un punto en el que se puede decir que no y esperar una semana o lo que sea. No me parece tan difícil incorporarlo a la tela de la vida.

¿Qué pensás que provocó la reacción brutal después de la publicación de Psicópata americano? ¿Fue sólo la violencia?
Definitivamente fue la violencia. Eso empezó todo el asunto. Pero la gente tiende a olvidarse que al crítico establishment norteamericano, o a la prensa o a los guardianes de la cultura nunca les gustó mi trabajo. Pareciera que todos creen que a los críticos y a la prensa les encantó Menos que cero cuando se publicó, sin embargo, yo recuerdo otra cosa. Cerca de la mitad de las reseñas eran muy duras y negativas, y presentaban sospechas acerca de dónde había salido este Bret Easton Ellis. Criticaron la chatura del tono, mi prosa minimalista. Y continuó en mi próximo libro, Las leyes de la atracción, que fue despiadadamente basureado. Después vino Psicópata americano, una continuación de esta teoría de estilo de cuatrocientas páginas, en la que hay cinco o seis páginas increíblemente descriptivas. Ahora miro hacia atrás y creo debería haberme dado cuenta. Pero realmente no pensé que la gente iba a notar eso. Creí que la gente vería el humor, la sátira y los demás elementos del libro. De algún modo creí que la violencia distraía mucho a la gente. Quizás si la hubiera suavizado, nada de esto hubiera pasado, el libro no hubiera tenido la reputación que tuvo. No puedo volver el tiempo atrás y hacer algo para cambiarlo, pero hay una parte de mi que piensa que quizás fui demasiado lejos.

Hablemos de Glamorama. ¿Qué hizo que eligieras este tema?
Con frecuencia el tema te elige a vos. No tengo interés en el mundo de la moda. En realidad, no tenía interés en los modelos. Tengo interés en escribir sobre una teoría de la conspiración. Estaba muy interesado en las conspiraciones y quería escribir sobre ese tema. Y lo que despegó de ahí fue la idea de que hubiera terroristas involucrados en esa conspiración. Entonces, ¿quién estaría involucrado en la conspiración? Bueno, vino a mi mente Victor Ward, un personaje de Las leyes de la atracción. Y pensé: ¿qué estaría haciendo ahora?, y luego pensé: estaría viviendo en Nueva York, probablemente saliendo con supermodelos y frecuentando ese escenario nocturno. Fue ahí cuando empezó a tomar forma el tema de la moda. Después se me ocurrió la idea de los terroristas utilizando un mundo donde todo es la superficie y la imagen como una pantalla para cometer sus actos, y todo se articuló.

Con respecto a los personajes de Glamorama, todo tiene que ver con las presiones de verse bien y con ser glamoroso.
Lo que como sociedad y cultura consideramos importante y valioso son generalmente las cosas que no tenemos. Todo tiene que ver con lo inconseguible. De eso se trata la cultura de la moda y de las celebridades. Y creo que de cierta forma eso impone enormes cargas a la gente, los hace desesperarse mucho y creo que, de algún modo, las drogas son una puerta de entrada para sentirse diferente, para sentirse bien. Quizás si nuestra sociedad fuera más utópica e invirtiera nuestras necesidades con algún significado, las cosas serían diferentes. Pero nuestra sociedad está constantemente trabajando en contra de nosotros y de nuestras necesidades como animales físicos. Es eso lo que pensaba con respecto a los personajes que se drogan.

Cuando hablás de drogas, ¿hacés una diferencia entre el porro y las drogas duras?
Debido a que muchas de las personas que conozco, incluso yo, generalmente, fuman porro, en realidad no me doy cuenta. Podés ir a muchos lugares en Manhatan donde se puede encender un porro en un bar y nadie dice nada. Se huele constantemente en las calles. Parece que está la idea de no considerarla una droga dura porque es de consumo muy amplio. Es una parte más de la tela de la cultura. Ya no se iguala a la marihuana con otras drogas. Y no creo que la gente realmente haga la asociación con el uso recreativo del porro que sí hacen con otras drogas, especialmente no ahora que todos hablan del uso medicinal de la marihuana. No entiendo esa estafa. ¿En contra de qué están? Creo que, en pocas palabras, el argumento de la estafa es que todos se van a colocar con porro, todo el tiempo, y causarán problemas sociales.

Bien, hay una teoría sobre la puerta de entrada, que un estudio gubernamental dijo que no es verdad.
No creo en eso tampoco. No sólo es el alcohol la puerta de entrada a las drogas, sino que creo que es la puerta de entrada a las drogas.

¿Dirías que sos un fumador ocasional o diario?
Si está cerca, está cerca. Miralo de esta forma: no tengo dealer. No compro grandes cantidades pero tengo amigos que lo hacen. Si vivís en cualquiera de las grandes ciudades y tenés cierta edad, tenés amigos que fuman porro. Y no es algo de lo que todos obligatoriamente se horroricen. Hay una característica casual que mucha gente necesariamente no nota. No es una característica sobresaliente de sus vidas. Diría que mi hábito es bastante medido, como el de mucha gente de la ciudad relacionada al mundo de las publicaciones. Sin embargo hay todavía un cierto grado de temor acerca de las drogas y de la gente que las consumen, al que considero ridículo.

¿Qué son las drogas duras?
Hace un par de años experimenté con la heroína. La heroína, en mi generación, había sido tan endemoniada que, la primera vez que la vi en una fiesta, me asusté mucho, ni siquiera se la estaban inyectando, sino que la aspiraban. Pero me interesó probarla. Como escritor, siempre sentí que hay que probarlo todo, experimentar todo lo que se pueda. Esa podría ser una simple excusa para no acostarse con nadie y drogarse a gusto, pero una parte de mí todavía cree en eso. Así que lo hice con alguien muy cuidadoso, el clima era ideal. Pero te voy a decir algo: al final la heroína liquida entre el ochenta y el noventa por ciento de sus consumidores. Te come, es algo que no se puede controlar de la misma manera en que se puede controlar la marihuana, las pastillas o los alucinógenos.

¿Qué tenés para decir de los alucinógenos?
Mi experiencia con los alucinógenos es bastante escasa, pero también significativa. La primera vez que tomé ácido fue con mi compañero de cuarto de la universidad. Él era hippie; yo, no. Yo era, vergonzosamente, un idiota de la nueva onda de Los Ángeles. Mi parte de la habitación era por completo del estilo elegante y minimalista del gigoló americano. Él tenía posters de Dead y usaba una bincha en la cabeza. No entiendo por qué nos pusieron juntos. Peleábamos constante y amargadamente. Parecía un episodio de I Love Lucy[1]. Pusimos una cinta a lo largo de la habitación, y ninguno de los dos podía cruzarla. Sus amigos venían y se comportaban como hippies. Ellos tocaban temas de Dead, fumaban porro, mientras que mis amigos escuchaban Duran Duran; era una combinación realmente horrible.
Finalmente una noche dijo que deberíamos hacernos amigos, y yo accedí. “¿Por qué no tomás un poco de ácido conmigo?”, y le contesté: “Me encantaría pero tengo que ir a cenar y a ver una película, así que dámelo y lo tomo”. Se llamaba dragón azul, me dio una dosis y no pasó nada. Le dije: “Soy un tipo grande; dame otra”.
En ese momento, pensaba que el ácido era un mito y, por supuesto, cuarenta y cinco minutos más tarde, seis chicos me sacaron riéndome histéricamente del cine. Después empecé a viajar intensamente. Un mal viaje. Las visiones, los sonidos, creí haber visto al diablo, bla, bla, bla. Recuerdo haberme alejado corriendo de mis amigos que sabían lo que me estaba pasando y me lo querían explicar. Me fui y corrí hasta la habitación de mi mejor amigo. Abrí la puerta de su habitación y salté la cama gritando: “¡AYUDAME AYUDAME –ESTOY DE TRIP!”. No hubo nada más que silencio en la habitación. Entonces, me miró y dijo: “Bret, estos son mi papá y mi mamá; me vinieron a visitar el fin de semana. ¿Podemos hablar de esto más tarde?”.




[1] I love Lucy: Sitcom (comedia serial norteamericana de media hora de duración). Lucy es Lucille Ball, su marido, tanto en la ficción como en la realidad, era cubano.




Bret Easton Ellis entrevistado por Toby Rogers. En High Times, August, 1999, nº 288, New York.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert y Javier Fernández Paupy

27.7.07

Jim Morrison - Dawn's highway


La autopista de la madrugada




Yo y mi –eh– madre y padre –y una abuela y un abuelo– íbamos cruzando el desierto a la madrugada, y un camión cargado de trabajadores indios habían o chocado otro auto o –no sé qué pasó– pero había indios esparcidos por toda la autopista, desangrándose a muerte. Entonces, el auto frena y se detiene. Ésa fue la primera vez que sentí miedo. Yo debía tener cerca de cuatro años –un niño es como una flor, su cabeza sólo está flotando en la brisa, man. Ahora, pensando, mirando atrás, entiendo la reacción -es que las almas de los fantasmas de esos indios muertos… quizá uno o dos de ellos… estaban corriendo por ahí, enloquecidas, y se metieron dentro de mi alma. Y aún están ahí dentro.
Indios esparcidos sobre la autopista de la madrugada
Fantasmas sangrando pueblan la mente, frágil como una cáscara de huevo, del pequeño niño.

Indio, indio, ¿para qué moriste?
El indio dice, nada de nada.

El despertar de los recién nacidos

Gentilmente se revuelven, gentilmente se levantan.
Los muertos son recién nacidos que despiertan,
con miembros furiosos y almas húmedas.
Gentilmente suspiran con un asombro arrebatado de funeral.
¿Quién llamó a estos muertos a bailar?
¿Fue la joven que aprendió a tocar la canción del fantasma en su piano de media cola?
¿Fueron los niños del salvajismo?
¿Fue el mismísimo dios fantasma, tartamudeando, riendo, charlando ciegamente?
Te llamé para untar la tierra.
Te llamé para anunciar la caída de la tristeza como una piel quemada.
Te llamé para desearte el bien,
para glorificarte en persona como un nuevo monstruo.
y ahora te llamo para rezar.


Jim Morrison





Jim Morrison. An American Prayer.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Juan Leotta

12.7.07

Jim Morrison - Self-interview

Autoentrevista




Creo que la entrevista es la nueva forma de arte. Pienso que la autoentrevista es la esencia de la creatividad. Hacerse preguntas a uno mismo y tratar de encontrar las respuestas. El escritor simplemente está respondiendo una serie de preguntas impronunciadas.
Es parecido a responder preguntas en un estrado. Es ese extraño ámbito en el que uno intenta identificar algo que sucedió en el pasado y trata de recordar con honestidad qué quiso hacer. Es un ejercicio mental crucial. Una entrevista, generalmente, te dará la posibilidad de confrontar tu mente con preguntas, de lo que para mí se trata el arte. Una entrevista también te da la posibilidad de tratar de eliminar todas esas muletillas ... deberías tratar de ser explícito, preciso, ir al grano ...evitar boludeces. Las entrevistas tienen antecedentes en los confesionarios, en los debates y en los interrogatorios cruzados. Una vez que decís algo, realmente no podés retractarte. Es demasiado tarde. Es un momento muy existencial.
Estoy como enganchado al juego del arte y de la literatura; mis héroes son artistas y escritores.
Siempre quise escribir, sin embargo, siempre pensé que no sería bueno, a menos que, de alguna manera, la mano simplemente tomara la lapicera y empezara a moverse sin que yo tuviera realmente nada que ver con ella. Como la escritura automática. Pero eso nunca ocurrió.
Escribí un par de poemas, por supuesto. Creo que en quinto o sexto grado escribí un poema llamado "The Pony Express". Ese es el primero que recuerdo. Era uno de esos poemas tipo balada. Sin embargo, nunca pude articularlo.
Escribí "Horse Latitudes" en el secundario. Tenía un montón de cuadernos mientras iba al secundario y a la universidad, y después, cuando dejé el colegio, por alguna estúpida razón -quizás sabia- los tiré todos... Escribía en esos cuadernos noche tras noche. Pero quizás, si nunca los hubiera tirado, jamás habría escrito nada original, porque eran, principalmente, una acumulación de cosas que había leído o escuchado, como citas de libros. Creo que si no me hubiera deshecho de ellos, nunca habría sido libre.
Escuchá, la verdadera poesía no dice nada, simplemente reniega posibilidades. Abre todas las puertas. Podés pasar por la que más te guste.
... y es por eso que la poesía me seduce tanto -porque es tan eterna. Mientras haya gente, podrán recordar palabras y combinaciones de palabras. Ninguna otra cosa puede sobrevivir a un holocausto, más que la poesía y las canciones. Nadie puede recordar una novela entera. Nadie puede describir una película, una escultura, una pintura, pero, mientras haya seres humanos, las canciones y la poesía continuarán.
Si mi poesía apunta a lograr algo, es a liberar a la gente las formas limitadas en las que ven y sienten.

Jim Morrison
Los Ángeles 1969-71




Jim Morrison. Wilderness: the lost writings of Jim Morrison- volume 1. 1st Vintage Books edition. New York, 1989.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy

5.7.07

Bukowski - Living on luck (15/11/1974)

(A los editores de The L.A. Free Press)




15 de Noviembre de 1974

Hola editores:
Con respecto a la carta de Lynne Bronstein del 15 de noviembre acerca de mi cuento del uno de noviembre:

1. La historia trata sobre la pretensión en el arte. El hecho de que el pretencioso tuviera órganos femeninos no tiene nada que ver con el relato en su totalidad. Que cualquier mujer hecha para parecer desagradable en un cuento se deba interpretar como una denuncia a lo femenino como femenino es puro palabrerío. El derecho del creador de mostrar personajes de cualquier manera debe permanecer inviolable -ya sea que esos personajes sean mujeres, negros, morenos, indios, chicanos, blancos, hombres, comunistas, homosexuales, republicanos, lisiados con pata de palo, mogólicos, y/o (?).

2. La historia se basa en una entrevista de una poetisa reconocida en una reciente entrega de Poetry Now. Debido a que me entrevistaron para un próximo número de la misma revista y para futuras ediciones de Creem y Rolling Stone, mis detractores tendrán la oportunidad de ver cómo me mantengo de pie o caigo en condiciones similares.

3. Cuando el narrador nos permite saber que tiene las piernas de Janice Altrice en mente, podemos inferir con más facilidad que está aburrido de los juegos de la poesía y, también, que puede tener una mente podrida, a veces. Que el narrador puede estar atacándose, en lugar de tratar de disminuir a la dama a un "objeto sexual", está evidentemente más allá de la creencia de las llamadas mujeres Liberadas. Nos guste o no, el sexo y los pensamientos de sexo nos surgen a muchos de nosotros (tanto hombres como mujeres) en momentos raros y poco probables. Lo prefiero así.

4. Que "ella, de hecho, está hablando por el mismo Bukowski, quien ha expresado un desprecio similar por los poetas desconocidos que se respaldan entre ellos". La dama habló por sí misma. Su "desprecio" era hacia los poetas no capacitados académicamente. Mi desagrado es hacia la mala poesía y hacia todos los poetas malos que escriben mal, que son la mayoría. Siempre me indignó la falsedad y la depresión, no sólo de la poesía contemporánea, sino de la poesía de las centurias, y este sentimiento me acompaña desde antes que me publicaran, cuando trataba de que me publicaran, y sigue conmigo, incluso ahora que pago el alquiler con la poesía. Lo que me mantuvo escribiendo no fue que fuera tan bueno, sino que esa banda condenada fuera tan mala cuando tuvieron que ser comparados con la vitalidad y la originalidad que estaba sucediendo en las otras formas del arte. Con respecto a aquellos que deben juntarse para respaldarse entre sí, yo estoy con Ibsen: "los hombres más fuertes son los más solitarios".

5. “Ahora que es conocido y que es el único poeta del sur de California que publicó en Black Sparrow Press, se cree que nadie tiene derecho a ser poeta, especialmente las mujeres". Mi querida señora: usted tiene derecho a ser lo que pueda ser; si puede saltar seis metros en el aire o entrar a un encuentro de carreras de caballos del oeste, por favor, vaya y hágalo.

6. "Muchos pensamos que hay algo más para escribir en poesía que tomar cerveza, hemorroides, y cuán podrido está el mundo". También creo que hay algo más para escribir en poesía y eso hago.

7. "Las artistas mujeres, por otro lado, tratan de ser más optimistas". La función del artista no es crear optimismo sino arte, que a veces puede ser optimista y, a veces, no. La mujer es criada para ser más optimista que el hombre debido a una función de la que todavía no ha logrado escapar por completo: llevar un niño en su vientre. Después de atravesar el embarazo y parir, llamar a la vida una mentira es mucho más difícil.

8. "¿Podría ser que el hombre está "acabado" como artista, que no tiene nada más que decir excepto escupir, con envidia, a los jóvenes idealistas y a las voces recientemente liberadas de las mujeres?" ¿Son estos conceptos que surgen en sus sesiones para aumentar el ego? Quizás sea mejor que se tome una noche libre.

9. "La poesía es una forma de arte. Como toda forma de arte, es subjetiva y no tiene órganos sexuales". No conozco tus poemas, Lynne, pero los míos tienen pija y bolas, comen ají picante y nueces, cantan en la bañadera, putean, se tiran pedos, gritan, apestan, huelen bien, odian a los mosquitos, pasean en taxi, tienen pesadillas y amoríos, todo eso.

10. "... sin ser negativa...". Pensé que ya no usaban esa frase, es el más viejo de los viejos sombreros. La primera vez que la escuché fue en el departamento de inglés de Los Ángeles High School en 1937. La implicancia de llamar a alguien "negativo" es que se lo separa por completo del mundo porque él o ella no posee la comprensión básica de las fuerzas y los significados de la vida. No me encontrarían borracho en un colectivo camino a Shreveport usando ese término.

11. No me importan Longfellow ni McKuen, aunque ambos poseen (o poseían) órganos masculinos. Uno de los mejores escritores que conocí es Carson Mc Cullers, y tenía nombre de mujer. Si el perro de mi amiga pudiera escribir un buen poema o una novela decente, yo sería el primero en felicitar a la bestia. Eso es ser Liberada.

12. Mierda, deberían pagarme por esto.

Charles Bukowski




Charles Bukowski. Living on luck. Selected letters 1960s-1970s (volume 2), 1995.


Traducción: Flavia Cogliano Jalabert & Javier Fernández Paupy