4.7.16

Guillaume Apollinaire - Zona (primera versión)


Lo que sigue es una traducción de la primera versión de Zona, que Apollinaire escribió en su cuaderno en septiembre-octubre de 1912.
Su título original era Grito.
Se publicó por primera vez en diciembre de 1912, en el nro. 11 de la revista Les soirées de Paris, en una versión ya más parecida a la que aparecería al año siguiente en el libro.
El texto en francés está sacado del libro de Michel Décaudin, Le dossier d’Alcools (Ed. Droz, Ginebra, 1996), como todos los datos de esta nota.
Ahí Décaudin cuenta que Apollinaire lo incluyó en Alcoholes durante las últimas correcciones de pruebas, cambiándole el título por Zona. A último momento también cambió el título del libro, que hasta ahí era Eau de vie, y le sacó los signos de puntuación a todos los poemas.
La mayor diferencia con la versión conocida es que está escrito en pareados bastante regulares con rima consonante y asonante, y el cambio de la primera persona por la segunda, pero todo el trabajo de reescritura es muy interesante. Para compararlas: 
http://marianofiszmantraducciones.blogspot.com.ar/2016/07/zona-de-guillaume-apollinaire.html

NOTA: en 2008, Javier Aduriz me encargó que seleccionara y tradujera una antología de Apollinaire para una colección de poesía bilingüe que dirigía en Ediciones del Dock. Buscando material para escribir el prólogo encontré esta versión, y a él se le ocurrió que estaría bueno incluirla. Javier Aduriz murió y el libro nunca fue publicado.
Va dedicado a él, eternamente agradecido.
Mariano Fiszman



Zona


Estoy hastiado de vivir en este mundo antiguo
Europa fea y pintarrajeada como una puta vieja

Todo huele a antigüedad la Griega y la Romana
Y hasta los automóviles parecen antiguos

Sólo se mantuvo nueva la religión
Y simple como los hangares de Port-Aviation

Sólo tú no eres antiguo en Europa oh cristianismo
El europeo más moderno eres tú Papa Pío X

Pero perdí la costumbre de creer y la vergüenza no me deja
Entrar y confesarme en una iglesia

Leo prospectos catálogos carteles que cantan muy alto
Es la única poesía que me gusta y para prosa están los diarios

Y las entregas a 25 céntimos llenas de aventuras policiales
Que a veces se disfrutan más que las historias justicieras

Hoy vi una linda calle cuyo nombre olvidé
Era muy nueva, limpia y era el clarín del sol

Los directores los capataces y las bellas mecanógrafas
Cuatro veces por día de lunes a sábado pasan

De mañana la sirena se queja tres veces
Una campana rabiosa ladra a eso de las doce

Las inscripciones de los letreros y de los paredones
Las placas, los avisos como loros gritones

Y no me gusta mucho más de París que la gracia de esta calle industrial
Situada entre la calle Aumont-Thiéville y la avenida des Ternes

¡Oh calle joven! y cuando era chico
Mi madre sólo me vestía de azul y de blanco

Era piadoso y con mi compañero más antiguo René Dalize
Conversábamos siempre de las pompas de la Iglesia

Una vez salimos del dormitorio a escondidas
Y rezamos toda la noche en la capilla del colegio

Y aún hoy cuando me siento desgraciado y triste
Virgen María atraes sobre mí la mirada divina de Cristo

Es el lirio hermoso que a pesar de nosotros, de todos nosotros, cultivamos
Es la antorcha de cabellos rojos que no apaga el viento

Es el hijo pálido y bermejo de la madre dolorosa
Es el árbol frondoso de todos los rezos

Es la doble horca del honor y de la eternidad, es la estrella de seis picos
Es Dios que muere el viernes y resucita el domingo

Camino por París muy solo entre la muchedumbre
Mugiendo a mi alrededor pasan rebaños de autobuses

La angustia del amor me aprieta la garganta
Sé bien que nunca nadie me amará

Si viviera en los tiempos antiguos me retiraría en un monasterio
En el siglo en que estoy cuando me encuentro rezando me avergüenzo

Me burlo de mí y mi risa chisporrotea como el fuego del infierno
Las chispas de mi risa doran el fondo de mi vida

Es un cuadro colgado en un museo sombrío
Y algunas veces vengo a mirarla de cerca

Ando por París, las mujeres están ensangrentadas
El aire está infectado, sus menstruos corren por las zanjas

El aliento de las mujeres es fétido y su voz es mentirosa
El amor por el que sufro es una enfermedad vergonzosa

Es una inmunda hinchazón de la que espero ser curado
Me tiene toda la noche en mi cama desvelado

Me hace morir de una angustia voluptuosa
Pensando que el cuerpo desnudo de mi antigua amante abrazo

Y ahora estoy en la orilla del Mediterráneo
Bajo los limoneros que florecen todo el año

Con mis amigos paseamos en barco
Hay un nizardo un mentoniano y dos turbiascos

Miramos los pulpos de las profundidades con horror
Y entre las algas nadan peces que son la imagen del salvador

Estoy en el jardín de una fonda en las afueras de Praga
Me siento muy feliz, hay una rosa encima de  la mesa

Y observo en vez de terminar mi cuento en prosa
La cetonia que duerme en el centro de la rosa

Vi mi retrato dibujado por la naturaleza en ágatas de Saint-Vit
Estaba triste a morir el día que lo vi

Parezco Lázaro enloquecido por la luz
Las agujas del reloj del barrio judío van al revés

Y yo también retrocedo en mi vida lentamente
Subiendo al Hradchin y a la noche escuchando

A las putas en burdeles cantar canciones checas
Aquí estoy entre sandías en Marsella.

Aquí estoy en Ámsterdam con una muchacha que me parece linda y es fea
Debe casarse con un estudiante de Leiden

Se alquilan cuartos en latín cubicula locanda
Me acuerdo pasé tres días ahí y tres en Gouda

Estoy en París ante el juez de instrucción
Como a un criminal me encierran en la prisión

Hice viajes dolorosos y gozosos
Antes de entender que ya no era un mocoso

Sufrí de amor a los veinte y a los treinta años
Viví como un loco y perdí mi tiempo

Desde mi más tierna edad me siento abandonado
No me atrevo a confiarme a la estrella como los reyes magos

Ya no me atrevo a mirar la cruz y a cada rato quisiera sollozar
Por mí, por la que amo, por todo lo que me horrorizó

Miro con ojos llenos de lágrimas a esos pobres emigrantes
Creen en Dios, rezan las mujeres amamantan a sus hijos

Llenan con sus olores el hall de la estación Sán Lázaro
Vienen de Rusia, de Rumania, hay polacos y tártaros

De los países adonde van tienen miedo por anticipado
He visto a un viejo pope que rezaba en eslavo

Se interrumpía para gritarles a sus hijos y sus hijas, muy feos
Y acostaron a una embarazada sobre un poco de heno

Muchos de esos emigrantes se quedan aquí y se alojan
En las calles des Rosiers o des Écouffes en pocilgas

Suelo verlos, de tarde salen a la calle a tomar aire
Casi todos son judíos sus mujeres usan pelucas

Se quedan sentadas exangües en el fondo de las tiendas
Y son tristes y dolientes como mujeres santas

Los hombres leen los diarios en idisch
Y cuando beben algo es limonada

Hay azules, verdes, rojas y anaranjadas
En las vitrinas las postales están bien ordenadas

Y entre esos judíos hay católicos eslavos ortodoxos
Parados en la puerta de sus negocios

Y yo en quien se mezclan la sangre eslava y la sangre latina
Miro a esos pobres polacos que sueñan con otros días

Los días en que Polonia era un gran reino
Y se cultivaban las letras, se formaba a los hombres

Polonia era la hermanita de Francia
Polonia hoy es sólo una esperanza

Las pobres polacas, las pobres muchachas del campo
Son llevadas a Alemania en rebaños

De Hamburgo las despachan a burdeles americanos
A los puertos de China o hasta sudafricanos

Se convierten en prostitutas lamentables
Cuando son viejas, sólo les queda matarse

Viví en Auteuil más o menos tres meses
Entre los dos ladrones como Jesús murió en la cruz

Uno, el criminal, ese fue el buen ladrón
Será desgraciado y morirá en prisión

El otro, el mal ladrón era una mujer
Se quedó con mi vida, fue un robo cruel

Y por haber vivido entre esos dos ladrones
Un día me detuvieron, el año pasado como encubridor

Conocí las miserias de gente muy diversa
Banqueros corruptos, muy pobres poetas

Viejos actores, escritores de fajas postales
Pintores sin un peso enfermos de sífilis

Rufianes, repartidores de prospectos
Hombres sándwich, diarieros

No hay que culparlos si a veces se hacen malos
Nada empuja tanto al mal como no tener plata

Las grandes calles de noche tienen el color del oro
El pobre dorado que repite Paris-Sport

Miro con ganas las putas y los automóviles
En los restaurantes cambian la vajilla entre risas

Los gitanos tocan melodías endiabladas
Nada más trágico para un pobre que los aires alegres

Los letreros luminosos contrastan por los colores de sus luces
Con la ropa desteñida de los pobres abridores de puertas

Los autos que aceleran aplastan contra el barro
Las esperanzas de los vagabundos, de los desamparados

De los que están acorralados, de los que se arrepienten
En las calles alegres, al pie de Montmartre, bajan por la pendiente

Caen en el crimen, caen en la sangre
Y muchos no son malos por naturaleza

Estoy de pie ante el estaño de un bar de viciados
Tomo por diez centavos entre los desgraciados

Estoy de noche en un gran restaurante
Se canta, se baila, se bebe champagne con las chicas

No son malas chicas no obstante
Todas, hasta las más feas hicieron sufrir a sus amantes

Estoy con una puta que me parecía linda
Sus senos parecen esponjas para lavar la vajilla

Es la hija de un sargento de policía de Jersey
Yo no había visto sus manos que son duras y se tuercen

Y siento mucha compasión por su regazo
Es por no herirla que entro ahí con asco

Y humillo a esta pobre muchacha mi boca
Beso esa especie de herida peluda y roja

Estoy solo en la noche la mañana va a venir
Los lecheros hacen tintinear sus jarros en las calles

La mayoría de los faroles de gas están apagados
Suena la bocina de un auto lejano

Me pone triste estar aquí, quisiera navegar
Hacia nuevos países donde las noches serían alegres

donde en las calles no habría desgraciados
donde beberíamos licores ignorados

Y no todos esos alcoholes ardientes como mi vida
Mi vida que bebo y que me quema como aguardiente

Camino hacia Auteuil, quiero ir a pie a mi casa
Dormir entre mis fetiches de las islas Marquesas y Guinea

Las obreras corren hacia el subterráneo
Una estrella después de una estrella se apaga

El sol está ahí es un cuello cortado
Como un día quizá lo tengan algunos de los pobres que me he encontrado

El sol me da miedo, derrama su sangre sobre París

Soy desgraciado por amor día y noche
Entre los desgraciados del día y de la noche