Polonius is a man bred in courts, exercised in business, stored with observation, confident of his knowledge, proud of his eloquence, and declining into dotage. His mode of oratory is truly represented as designed to ridicule the practice of those times, of prefaces that made no introduction, and of method that embarrassed rather than explained. This part of his character is accidental, the rest is natural. Such a man is positive and confident, because he knows that his mind was once strong, and knows not that it is become weak. Such a man excels in general principles, but fails in the particular application. He is knowing in retrospect, and ignorant in foresight. While he depends upon his memory, and can draw from his repositories of knowledge, he utters weighty sentences, and gives useful counsel; but as the mind in its enfeebled state cannot be kept long busy and intent, the old man is subject to sudden dereliction of his faculties, he loses the order of his ideas, and entangles himself in his own thoughts, till he recovers the leading principle, and falls again into his former train. This idea of dotage encroaching upon wisdom, will solve all the phenomena of the character of Polonius.
Samuel Johnson, Preface to Shakespeare
El consentimiento tardío de Polonio arrancó de
la casa de su conciencia a Laertes, su triste hijo y a él, estúpido lord danés,
y también a su hija, la pobre Ofelia. Hamlet,
después de matarlo, dice que era un miserable y un bobo. ¿Lo mata porque lo
confunde con el tío? Puede ser que lo confunda. Pero cuando Polonio le dice a
Hamlet, estando Guildenstern y Rosencrantz presentes, su opinión sobre los
cómicos, ahí él todavía no sabe que la obra que van a representar va a terminar
con su muerte. Y miente con alevosía para seguir la corriente de la
conversación. Dice: “Son los mejores cómicos del mundo, tanto en lo trágico
como en lo cómico; en lo histórico como en lo pastoral; en lo pastoral-cómico
como en lo histórico-pastoral; en lo trágico-histórico como en lo
trágico-cómico-histórico-pastoral, escena indivisible o poema ilimitado; para
ellos, ni Séneca es demasiado profundo, ni Plauto demasiado pesado. Sea para
recitar reglas de arte o de la libre improvisación, son los únicos en el
mundo.” Les pregunto: ¿Qué sabría Polonio de Plauto o de Séneca o de reglas
para improvisar? Revisar a los personajes secundarios muestra otras
perspectivas de las obras. La idea ya está en Toqueville, cuando dice que hay
que seguir de cerca a los actores sociales secundarios o de poca embergadura en
los sucesos históricos complejos como un buen termómetro para medir la
frecuencia de una época. Polonio es el cortesano que adula, el consejero turro
que espía lleva y trae rumores. El viejo choto que sermonea a sus hijos sin
saber. ¿Cómo es Polonio? Es controlador y metido. Sí, también estricto y
egoísta. Porque cuida de su imagen sin respetar las propias opiniones de sus
hijos. ¿Busca saber si Hamlet no tiene los patitos en fila o lo que siente por
Ofelia, o asume de entrada que está loco? No. No sabe. Polonio siempre se mete
en cosas que no le importan. Más sirviente que servicial, aconseja a los reyes,
pero el príncipe Hamlet no lo trata como si fuese alguien de confianza. Polonio aconseja
a sus hijos porque necesita cuidar su reputación y estabilidad social. Desde
esa perspectiva, siendo un Lord Chamberlain, tiene que mantener el abolengo, y
para evitar ser difamado y otras consecuencias ligadas al posible peligro de su
posición en el reino, aconseja a Ofelia como lo hace. El mensaje que Polonio da
a sus hijos es que no confíen en las personas. Como si pensara que se puede
evitar que la gente sufra o viva engañada. ¿Quién es Polonio? El que mató
Hamlet. ¿Por accidente? Cuál podría ser su epitafio? Sí, un epitafio, para su
tumba. Podría decir: “Invaluable consejero, los reyes recordarán tu fidelidad”
Otro podría ser: “Acá duerme para siempre Polonio, buen ratón”.