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¡qué síntoma inequívoco de que se está solo!
El mal amor
¡qué síntoma inequívoco de que se está solo!
El mal amor
No, doña Paloma, no
sé fingir, no quiero o no puedo. Yo quiero una felicidad que sea cierta o nada.
Aleana
Aleana
Esperábamos este libro. Los
lectores de Sbarra sabíamos que antes o después íbamos a leer sus textos
inéditos. El mal amor (Dagas del Sur,
2017), en una cuidada edición encuadernada a mano, ya circula por las librerías
para que podamos completar las piezas sueltas que quedan por descubrir de este autor
genial. El libro incluye facsimilares y fotografías, así como un posfacio
de Nadia Sol Caramella donde, con mucha claridad y amor manifiesto por la obra
de Sbarra, aparecen desplegados momentos centrales de su biografía y las implicancias con sus
libros. Vida y obra en una misma reflexión.
Un
proverbio chino sirve para pensar la obra de José Sbarra: “Un idealista que se
ha sobrepasado en su idealismo es un peligro para la sociedad, pero un cínico
que se ha sobrepasado en su cinismo es una de las personas más bondadosas sobre
la tierra”. En la contratapa de Cielito
dice: “Ya tengo más de treinta años, por eso algunos me dicen: “José,
comportate como un adulto”. Yo les respondo: “Voy a intentarlo”. Pero por
dentro pienso: “Ni lo sueñen”. Para ustedes, que no me dicen tonterías como
esas, escribí Cielito, el personaje
que más quiero y que más se parece a mí”. Hay algo entre infantil y marginal en
la obra de Sbarra. Entre Billiken y Playboy. La primera edición de Marc
la sucia rata se llamó Los pro y los
contra de hacer dedo. Era una edición de autor, con el sello de fantasía La
rata ediciones, de 1988. El mismo sello con el que en 1992 editaría Plástico Cruel. En la contratapa de esa
primera edición se lee: “LA RATA ediciones subterráneas. LA RATA no tiene
editor responsable ni tampoco registro de la propiedad intelectual. Los libros
de LA RATA no se venden en librerías, se consiguen en nuestros
puestos clandestinos o se roban en las casas de la gente que pagó 10 dólares el
ejemplar”. En 1991 la editorial Torres Agüero publica la novela con su nombre
definitivo y ya mítico. La obra de
Sbarra durante décadas circuló como samizdat,
como tesoros clandestinos, y una legión de lectores devotos se encargó de
mantener vivo el fraseo de su voz. Es una alegría saber que la editorial Dagas
del Sur va a encargarse de reeditar sus obras completas y que finalmente vamos
a poder leer Bang! Bang!
De
las contratapa de alguno de sus libros: “José Sbarra sostenía que divertirse
con el miedo era una actividad saludable. No estaba de acuerdo con que
encerraran animales en jaulas, ni en zoológicos, ni en acuarios, ya que el
lugar de los pájaros es el aire libre y el de los animales marinos, el mar
abierto”.
La
escritura sincrónica, en mosaico, con racimos de historias escalonadas que
presenta Sbarra y eso que inventa con el diálogo caracteriza su estilo rápido,
ligero, con historias en montaje. El mal
amor participa del tono de sus otros libros. Con desesperación e inocencia, escribió una obra donde la orfandad y el amor parecen instancias de
mismo movimiento. El tono del libro recuerda el de Obsesión de vivir, una narración en verso o poema novelado del que
se lamentaba Sbarra desde la guarda: “Lo terminé hace muy poco y sin embargo ya
lo escribiría de una manera completamente distinta. Lo que me fastidia más es
su falta de optimismo, de humor. Es un libro triste, demasiado triste”. Anecdótico
y emocional, autorreferencial hasta la médula, José Sbarra en El mal amor muestra la cara más desesperada
del amor.
¿Vos sabés la cantidad de
pendejos que andan con mi libro? A esos pibes nadie les habla, no tienen
interlocutor ¿Sabés lo que debe ser que encuentren un libro de alguien que fue
igual que ellos? Para ese pibe de 14 o 15 años, mi libro está vivo. De los 30
años para arriba, no me interesan los lectores.
(Entrevista con Enrique Symms, revista El cazador, nº 1, octubre 1992.)
(Entrevista con Enrique Symms, revista El cazador, nº 1, octubre 1992.)
Los
libros de Sbarra trafican aventuras, peligro y buen humor. Transitan distintas formas:
novela, cuento, informe, poema, teatro, guión radial y televisivo, relatos
infantiles, historieta. ¿De dónde viene esa fuerza? Avanza; no describe,
escribe cinematográficamente historias yuxtapuestas. Su obra es un arco que se
tiende en la biblioteca argentina. José Sbarra inventa algo en forma de
diálogo. Intercala un teatro de historias en caleidoscopio de voces. Integrados,
apocalípticos, esperanzados, optimistas, cínicos, enamorados que obedecen y
desobedecen, perdidos y apasionados, víctimas, sabios, delincuentes, prostitutas,
drogadictos. Imbuidos en la perturbación del afecto, sus personajes están
atravesados por el deseo, siempre motor de las acciones y movimiento de las
pasiones, a veces brutales, a veces fatales, siempre matizadas por una obsesión
en letra de molde.