Pujato (Vox, 2014),
de Gabriel Cortiñas, se lee como una novela en verso, una hagiografía distorsionada
del general Hernán Pujato. Es un óleo
biográfico en el que el autor diluye ficción en el campo semántico de la
historiografía marítima para cantar la épica de la Antártida desde una
perspectiva propia. Por su manera de decir y escanciar los versos, por su
sintaxis desafiante, el libro encuentra ecos en su poemario anterior, Hospital de campaña (VI Premio
Internacional de Poesía Margarita Hierro 2011). En Pujato, los temas de la soberanía, la militancia y el patriotismo
se mezclan con el temperamento de la locura y el ideal de un héroe al que el
autor ilumina en su poema. Algo de lo político está vedado y trama la voz o la
posición del poeta en estos versos de ritmo en ascenso continuo. Cortiñas desarticula
el lenguaje de las banderas y urde una voz propia con la que despliega su poema
como si fueran los reflejos de un caleidoscopio. Las sonoridades del autor y su
puntuación sugieren una contienda en la arena del lenguaje. Cortiñas no es un
poeta que necesite ornamentar su voz con pirotecnia verbal o emitir gritos
guturales en el recitado. En Pujato
resuena la frase de Stephen Dedalus: “La historia es una pesadilla de la que
estoy tratando de despertar”. Es posible que una nueva ola pujatista emerja a
partir de la publicación argentina del poemario de Cortiñas. Pujato: “Hoy cuatro de junio llega un
chasque a la región/ rapidísimo, con esta frase: “Los salvajes foqueros/ han
manchado la historia, reportar”. El mismo/ hombre que espera llevará mi
respuesta/ del otro lado del Beagle./ Amplío el segundo/ párrafo hay dudas/
sobre cómo se alcanza una soberanía polar.” Incluso es posible advertir en el
libro una idea que considera a la historia y al discurso político como una
invención permanente de la realidad o como una impostura. ¿Son poemas
políticos? Son poemas de “una lengua sin idioma” que se hacen cargo del tema de
la construcción colectiva, poemas que carecen de proclamas partidarias o
consignas didácticas. En Cortiñas, el poeta no es solamente un artista del
desliz tipográfico: “un error de percepción/ como leer Hitler donde dice
Hileret”. Una dimensión lúdica sobrepasa la pretendida exactitud de las
cronologías. Cortiñas recrea la epopeya antártica dejando de lado los devaneos históricos.
Pujato es ganador del Premio Casa de
las Américas en el año 2013.