La manzana en la
oscuridad
Apareció de improviso
sorpresa que nos llevó a la risa,
unión en nuestro ejercicio cotidiano
indulgencia y danza:
yo el satélite, vos el astro
Los cortes de la manzana resbalaban de los dedos
el libro palpitaba con sus tapas verdes,
luminiscentes como un planeta
(se demoraba tal un corazón debajo de la cama
un gato asustado o un niño
escondido)
Su transparencia hacía
aumentar nuestra ceguera,
un observador implacable e inmóvil
Espectador de las horas,
el personaje de Lispector
deambuló en el desierto lavando las culpas
de un crimen
La casa que habitábamos no poseía el presente
el pasado tomaba el mando : un barco zigzagueando
llevado por piratas enarbolando su banderita de la muerte
Una aceleración de partículas la antimateria del amor
Lo di por perdido después del caos de noviembre
-esos meses impíos que reclaman lumbre,
vino caliente mirando caer la nieve,
la esperanza de ser redimidos-
Encontrando la vida en lo ínfimo de la materia,
en un rezo murmurado
se ahondaba bajo la piel la plegaria
-que nada nos separe-
Me doblegaba frente a la ola helada,
-vientos austeros a través de
galerías remotas-
conjetura y canta la desunión su canto
Las puntas de estrellas quebrando en dos al fruto,
y un tarascón deja la huella de los dientes,
blancos encajes apurados de olvido
-de prisa, de prisa, siempre demasiado veloz el recorrido
La estación de tren desoladora
los árboles esmirriados luchando por guardar
esa última hojita, verde por milagro
El libro, me acompañaba
como ángel de la guardia,
llevaba una vieja postal de París en la que te decía:
Hay tantas catedrales y puentes célebres aquí,
en la Tour Saint Jacques Nerval se detiene con un poema en el bolsillo
Apollinaire en el Pont Mirabeau
Rilke en el Hôtel Dieu deposita el cuerpo de Laurids Brigge
Rimbaud escribe cartas tristes a su madre
(cartas como un barco de papel detenidas)
Vallejo presiente el día de su muerte
y vos obstinado en los hoyos del espacio, la muerte de la estrella
Perdido, en alguna precipitación en un tren hacia la ciudad,
imaginaba con recelo una deriva de manos poseer el libro, la
postal,
la misma deriva en nuestro umbral manchado de nevisca y sal
Cometas precipitándose vertiginosos
hacia la tierra, así volvíamos
a terrores de la infancia, a Venus acostándose a la salida del sol,
gemas perfectas, engarzándose en mi
flanco
Pregonaba: Rimbaud de Charleville, te sangra la mano
Las piedras, vivas, grababan la imposibilidad de ser
Tal vez el dolor es la inmovilidad
y la errancia en la inmovilidad
La manzana no hacía más que brillar
en la oscuridad del cuarto, sin que le diéramos piedra libre
salió a la luz, triunfante
El libro volvió a mis manos,
lista para recibirlo,
pronta a partir
Dejando diminutas huellas en la
nieve,
pisadas leves linderas al bosque, a nuestra casa,
tanta levedad resonando en el cielo bajo los astros,
un coup de des n’abolira
pas le hasard
el desierto de Lispector en una cartera de charol
un trozo de manzana amarillenta en el bolsillo
del abrigo de piel.
Tánger de Sphaera
A JPL
¿Es esta esfera inmóvil que atravesamos inocentes
el centro del universo enunciado por Aristóteles ?
No hay
centro, orbitamos alrededor del sol,
sumisos a vivir nuestra mortalidad despojados
17 de abril 2010, quedamos atrapados
en Tánger la blanca ciudad sin dueños,
en un
guiño elevabase Islandia vengadora
-casi
como el paraguas y la máquina de
cocer de
Lautreamont-
Emergía
Islandia en el desiero saharino
bajo la nube brillante, caliente, fina
de las cenizas del volcán del país de las sagas,
Acaso fuera el hechizo de un símbolo rúnico ,
sin presentir maldiciones estábamos atrapados en
Tánger
Había que acomodarse a las mil cabezas de la
ciudad blanca,
hilvanada de laberintos prohibidos en su
lacerante palpitar
punzante ciudad Árabe,
me iba clavando las astillas de tu desgano
El volcán arrojaba su cenizas,
la gran puerta de África abierta de par en par,
vivía su vida bajo el aire sofocante
guareciéndonos
entre vasijas ajadas
en el plexo estallaba, el deseo junto a la lava,
"Non
terrae Plus Ultra",
las columnas de Hércules, una montaña
de juguete,
simplifican la frágil orilla de nuestro mundo
Ironía de la
segunda Odisea, Ulises navega
per alte mare aperto, en su laicismo naufraga
caemos
detrás de un escenario de confines al presumible abismo
El florentino lo hace huésped de su mundo,
ubicando personajes amados en un sobre de
terciopelo,
lacrando al rojo vivo, delicadamente : Inferno.
En aquel
mar de abismos desde el Hafa,
fuimos
espectadores del viejo Circo
contemplamos la agonia de un insecto :
-OH Lázaro- resucítalo de sus cenizas
Las nubes
traían a un rapsoda que cuenta:
San Olaf en la isla fría
bebía la historia de los santos, azotando con
palabras los infieles
Las mesas en el Café Hafa habitadas de iniciales talladas
en cada talladura surcado un vinculo
identidad en iniciales, amor en iniciales
un culto,
ritual de escape
esa melodía que impone el mar al doble silencio
del cielo,
Los Etruscos para no perderse navegaban por la
Vía Heraclea,
pero no perderse es una aspiración inútil, una
profecía de ciegos
Tánger lo sabe
Junto a su café mítico los fantasmas de sus habitúes
Bowles, Genét, Kerouac, Ginsberg venían a respirar el azul que
incluye en un trazo paraíso, infierno, en esta prisión abierta
y en una leve sutura, la tierra allí,
desprendida como esas flores
de azahar
que paralizan
No era dueña de mis piernas, un cuerpo apenas
esbozado
Es el confín del mundo, podemos imaginar el
jardín de las Hespérides
Y ver las vidas cayendo
por la gravedad a una tierra que ignora lo que
eleva
Respiración lenta, pieles cetrinas, sangre
expuesta, furor y cólera,
Me miro en el tocador del Minzah
tendré algo de Rita, hoy,
ella pasaba sus últimas noches en este
hotel con Orson,
Él la metamorfosearía en la Dama de Shangai
después del fasto en un sinfín de espejos,
renunciando a ella, Welles encontró su
razón :
Vistiéndola
de muerte, cisne negro, Beatriz invertida
Como en la ley de gravedad todo lo que sube baja
Descendía descalza apenas cubierta de oro de
antaño
Las cenizas nos arrastraban
Siroco de la piel que calla en el recorte del
mantel de papel
pajarita de vuelo corto zurcida al vestido, los
anteojos anchos de diva
escondiendo una esposa que aguarda temerosa el designio del Sultán
Las palmeras salvajes se recortan en las calles
de oasis imposibles
basura mezclada al almíbar y la nausea sube de
las esencias,
no es éxtasis, no es dolor, es hartazgo
El volcán sigue su rebelión, es su larga Saga
contenida
el misterio ha de llevar después de todo:
resignación
Nos detiene
en esta Tánger apócrifa,
Hay que unir las fronteras por tierra
el cielo está prohibido, hay que viajar dos días
en la noche que avanza traqueteando al ritmo
de anhelos rotos
Así nos llegan las largas veladas de Islandia
ardiendo con furia en el fuego cual místicas mariposas
En Buenos Aires la muerte me despoja de alguien
un trueno
avasalla su cabeza
todo pasa en un susurro mientras viajo
entre Islandia, el Gólgota, la ruta de España,
un cuerpo muerto
Y
Es abril, la época en que las coronas de espinas
florecen
El Volcán se calma
un niño se redime solo de su llanto,
Inútil dormir en la noche de beso dormido
Dicen que escucharon mi llanto en Islandia,
Como la lava del volcán arrójame tu cuerpo
Mientras devoro los poemas al condenado a muerte
He de sentir los labios hinchados, bebo del
cráter el hielo
Al llegar a tierra firme me arrebataron bajo el
volcán
Fui acribillada por balas de diamantes
me entrego a esta suerte de derrotero, de desdén
En la Sphaera
unidos naufragamos,
aunque el centro esté en todas partes, Giordano
En el Gólgota tres cruces marcaban el cielo,
en un patio de Palermo se apaga la voz de
alguien querido,
en Tánger descansa al fin Genét,
Dante encontró el raggio de luce en su exilio
Pero nosotros, es una primera persona
impersonal
un plural dividido en cenizas
Como Rita fingiré sonrisas,
Lloré en el Hafa nuestra pequeña condición,
nadan los peces ignorando
el pequeño infierno, la esfera inmóvil
la nada, el indisponible camino de la belleza
la muerte del amor es un crimen terrible
hay uno asesinado y otro que asesina,
¿Llevaba un sudario o un vestido de novia?
Las iniciales han cambiado la conciencia en
destino
Frágiles y pequeñas marcas ahondadas
en una mesa donde otros llegan
ignorando la veloz marcha del tiempo
Un centro que habita la hoguera despojada de su
llama
Vincent y Rachel
Le dice, mientras sentado a la vera del Ródano calcula
el reflejo del sol en el agua, apenas serpentina de plata
Acurrucadas las piernas casi
perdiéndose
entre la hierba verde, los yuyos quemados:
“El mundo comunica de manera superficial,
y qué me importa el parecer cuando el ser
se esconde, y no es el sol derribado
por la luna
ni el cielo de Provence de noche
inflamado de diamantes,
ves, dice soplando en
el hombro blanco, desnudo,
una flor de campo
enamorada del viento:
Ves,
“El amarillo no es un color, es una forma
un todo, es dios detenido meditando el color
pero, qué es el color,
si lo supiéramos no existiría el amarillo.
Estudios sobre Van Gogh, Arles 2012.