Según el premio Nobel de Economía en 2001, Joseph E. Stiglitz, en Los felices 90. La semilla de la destrucción: «Existe una pugna ideológica entre quienes abogan por reducir al mínimo la intervención del Estado en la economía y quienes sostienen que el Gobierno debe asumir un papel importante no sólo para corregir las carencias y limitaciones del mercado, sino también para tender hacia un grado más alto de justicia social». Stiglitz aboga por una intervención selectiva del Estado en la economía de un país para corregir fallas del mercado, promover la equidad y evitar crisis económicas. Critica las políticas neoliberales que defienden una mínima intervención del Estado y argumenta a favor de un papel más activo del gobierno en la regulación de los mercados y la redistribución de la riqueza. En nuestro país esto cae en saco roto. Plutócratas-anti-intelectuales-individualistas-industricidas están de moda. Javier Gerardo Milei y sus ideas fascistoides en nombre del anarco capitalismo. Estúpida presuntuosidad nominal, ridículo oxímoron. La mafia que controla el destino de nuestro país está operando también en Javier Gerardo Milei. No tenemos dólares pero compramos nuestros alimentos valuados en dólares. Especialistas indolentes en estanflación y en privatizaciones, sin ninguna conciencia social. Un país crece en sus recursos. Ignoran el salario de la gente. La defección de los funcionarios de la casta política. Diez años de menemato, ramales cerrados; cuatro años de macrisis, una deuda que favoreció a sus amigos y empobreció a millones de argentinxs. Siempre es lo mismo. Con Javier Gerardo Milei, ranciamente derechista, vuelve la especulación financiera sin conciencia de clase. Niebla y noche. Cuando alguien tiene un deseo irrefrenable de gritar tiene que hacerlo. Por eso gritamos. Por el tratado firmado por Rivadavia con la banca Baring. Por el pacto Roca-Runciman. Por la entrega del patrimonio nacional al extranjero. Porque la política rige la economía y no al revés. Otra burla a la soberanía nacional. La historia de la dependencia argentina es la historia misma del liberalismo argentino. Estamos delante de una clase dirigente que se separó de los intereses nacionales. Estamos delante de la peste del individualismo-anti-historicista. Sólo cuando los actores sociales que protagonizan las acciones se articulan con una genealogía, con un contexto anterior, revisten sentido. Grupos de poder económico. Diana Elena Mondino, nacida en 1958, actual ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto es socia mayoritaria del banco Superville. La señora Diana Elena Mondino, montaña de excrementos, firmó un DNU que, entre otras cosas, desregula la actividad financiera. Bajan las ventas. Suben los precios. Bajan los salarios. Suben los precios. Libre mercado es imperio de los oligopolios. Ajuste neoliberal. Cuando era candidato a presidente, Javier Gerardo Milei decía: «El ajuste lo tiene que pagar la política y no la gente». Endeudar y empeorar las condiciones de vida de lxs trabajadores por cientos de años. Cuando Manuel Adorni dice: «Lo vamos a lograr. Den por hecho que la Argentina va a cambiar», sabemos que sabe de qué habla. En el fondo del túnel se viene la luz de una locomotora que nos quiere chocar de frente. Devaluación de los salarios argentinos y del poder adquisitivo. La tristeza de los obreros. Una bomba económica. Según el magíster en Economía Política y director del Centro de Economía Política Argentina, Hernán Letcher, la eliminación de nueve cargos de rango ministerial, cincuenta secretarías y cuarenta y dos subsecretarías suma cerca de $3.200 millones en razón de sueldos más cargas sociales. Eso equivale al 0,00142% del PBI. Esta es una de las medidas de Javier Gerardo Milei, autopercibido especialista en crecimiento económico, con y sin dinero. Pero un palo tiene siempre dos puntas. De un lado está Javier Gerardo Milei y su amoral sistema de privilegiar a la casta financiera, y del otro están los fondos buitres. ¿Creyeron el cuento de que el ajuste lo iba a pagar la casta? ¡Imbecilidad sobrada! El ministro de economía, un malandra profesional, ladrón de familia encumbrada, Luis Caputo dijo, delante del lelo de Marcelo Alberto Bonelli, nacido en 1955, y del casquivano de Edgardo Alfano, nacido en 1956, que «esta vez, el esfuerzo de la gente va a tener un sentido». Pero la medida anunciada por Santiago Bausilli, nacido en 1974, presidente del Banco Central de la República Argentina, que cursó sus estudió en el Colegio Cardenal Newman, al igual que Mauricio Macri y que su amigo Luis Caputo, fue que se estatizaran U$S 58.000.000.000 de empresarios deudores, entre ellos Caputo y Macri. Su anuncio despertó suspicacias porque la operación parece calcada a los seguros de cambio implementados durante la última dictadura cívico militar, por el entonces presidente del BCRA, Domingo Felipe Cavallo, nacido en 1946. Cavallo fue presidente del BCRA durante la presidencia de facto de Reynaldo Bignone. Pero no es la primera vez que el crapuloso de Bausilli muestra desapego a los estándares éticos y de transparencia exigidos por su rol. Hacer las cosas bien, para el grupo económico de Javier Gerardo Milei, significa no aumentar a los jubilados. Es que el pueblo federal no tiene nada que ver con los economistas de Javier Gerardo Milei. El suyo es un proyecto neoliberal. El pasado aparece en el futuro. Transferencia de recursos. Un robo que avanza en nombre de la libertad. 300.000 obreros de la construcción sin trabajo. La economía nunca ha sido libre: la controla el Estado en beneficio del pueblo o lo hacen las grandes corporaciones en perjuicio de éste. Salarios viejos y precios nuevos. ¿Privatizar el sistema de salud? ¿Recortar recursos ahí? Dinámicas extractivistas. Quieren desarmar el enfoque de género con la anuencia del ejecutivo. Gabriela Mistral: «La bailarina ahora está danzando/ la danza del perder cuanto tenía». Siento in petto un odio profundo por la rata inmunda de Javier Gerardo Milei, canalla idiota, palurdo ladrón, miserable estafador y por el hediondo de Martín Menem y por el rústico patán de Martín Tetaz y por el estúpido desdichado de Waldo Wolff y por el decompuesto de Diego Kravetz y por la imbécil atrevida de Patricia Bulrich Luro Pueyrredón. Es la casta de Javier Gerardo Milei, cruel como un león, degenerado como un batallón de soldados. Pobreza, indigencia, especulación financiera. Por eso gritamos. En contra de un gobierno constitucional no democrático. En contra de decretos que nos oprimen. En contra del autoritarismo. Porque la protesta es un derecho. Porque el que no sabe distinguir la diferencia entre dos ideas diferentes es un imbécil.