Es curiosa la forma en la que, en nombre de la libertad, avanza el fascismo
en Argentina. Pensaba que Javier Gerardo Milei no era mucho más que un payaso
mediático, a veces peligroso en su discurso, a veces idiota en sus
manifestaciones, pero en cualquier caso, un títere de poderes no visibles. Algunos
empleados de las grandes corporaciones del periodismo colonial como Jonatan
Viale, Luis Majul, Marcelo Longobardi, Luis Novaresio, Jorge Lanata, Alfredo y
Diego Leuco, Alejandro Fantino, Nelson Castro, Marcelo Bonelli, Eduardo
Feinmann, Pablo Rossi y un largo etcétera, parecen no tener ningún interés en
la verdad histórica argentina. Una lucha de poder entre un grupo de millonarios
y actores que memorizan su papel. ¿En qué medida la acción política de Javier Gerardo
Milei está gobernada por sus impulsos de odio, negacionismo y estupidez? Un
delirio totalmente separado de la realidad objetiva. Pero los pueblos no son
una página en blanco, libre de toda señal, al servicio de la interpretación
subjetiva de un trastornado. Son los hilos del aparato burocrático a
disposición del endeudamiento y la colonización. Son falsificaciones tan burdas
que no engañarían ni a un niño. Pero convencieron al 56% de lxs argentinos. Los
delirantes exabruptos de Javier Gerardo Milei reflejan que hay ciclos que cada
veinte o cincuenta años se repiten. Los chicos votan su muerte. Los viejos
también votan su propia muerte. Burócratas dogmáticos enmohecidos y sectarios
vuelven a tomar el poder. Consignas sin sentido, intolerancia, incapacidad para
escuchar opiniones ajenas, imbecilidad, falta de realismo, individualismo
extremo, incomprensión, indolencia social. Lo mejor que podría hacer Javier Gerardo
Milei es callarse e irse a descansar para que su desequilibrio psicológico no
degenere en locura furiosa. Pero hoy es el presidente de la República
Argentina, un país ubicado en América del Sur, más específicamente en el Cono
Sur y no en América del Norte, como algunos apátridas pretenden o acucian. Hay
en Javier Gerardo Milei demasiados rasgos marcados de violencia y espíritu
antidemocrático. Una larga tradición andocrática y machista. Su capacidad para
disimular las propias incoherencias lo llevó a la presidencia de un país. Pero “(…)
no hay nada tan ridículo que la moda no se atreva a consagrar” (Balzac) y el
fascismo también está de moda en Argentina.
Javier Gerardo Milei no solo escucha voces sino también toses. Celia Liliana Melamed, una veterinaria médium comunicadora de animales, explica
que Javier Gerardo se conecta con las mascotas, de corazón a corazón, y que de
esa manera puede percibir y sentir lo que está sintiendo físicamente los sabios
de cuatro patas. Así, se comunica con su perro muerto y puede traducir a sus perros
Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas. Un hecho de suma gravedad si pensamos que una persona
con ese grado de delirio va a tomar decisiones que repercutan en el futuro
próximo de una población entera. Javier Gerardo Milei es un economista que
habla con un lenguaje técnico –la escolástica es opuesta a la política– que muy
pocos entienden. Javier Gerardo afirmó que todo lo que pueda estar en manos del
sector privado tiene que estar en manos del sector privado. Hay una estafa en sus
promesas presidenciales de cambio. Nos son lo nuevo. No hay cambio. Es un
modelo conocido. Un programa económico y político de derecha que se asemeja al
de la última dictadura cívico militar pero con la diferencia de haber alcanzado
el poder mediante elecciones democráticas. El plan económico de Javier Gerardo
es un plagio de los implementados en la dictadura de Jorge Rafael Videla por José
Alfredo Martínez de Hoz y por Domingo Cavallo en el gobierno de Carlos Saúl
Menem. Un modelo que demostró
ser muy dañino para Argentina, por el descalabro social que produjo y por la
deuda que heredó a las generaciones y gobiernos posteriores. Recordemos que la
vicepresidente electa, Victoria Villaruel, es una abogada que hizo campaña
defendiendo el historial de la dictadura militar y que quiere poner fin a los
juicios contra el personal militar involucrado en la dictadura y suspender el
programa estatal de pensiones que se implementó para apoyar a las familias de
sus víctimas. Milei es el
macrismo sin Macri pero con Macri. Recordemos que Mauricio Macri es un señor
con mucho dinero y pocos escrúpulos. Mauricio Macri, una persona a la que nunca
nadie escuchó decir algo inteligente, un imbécil que da asco. Lo cierto es que
Mauricio Macri está mirando muy de cerca la conformación del gabinete económico
y el área de Justicia de Javier Gerardo. Lo cierto es que el canalla de Macri
que creyó que administrar el Estado era tan fácil como trabajar en la empresa
de su miserable padre evasor, ahora está encantado con el nuevo paisaje. Lo que
Javier Gerardo Milei propone son condiciones laborales de esclavitud en nombre
de una economía dinámica, próspera, enérgica y efervescente. No tiene nada de
anarquista. El mercado que enceguece a Milei quiere encadenarnos. Su concepción
es radicalmente antipopulista. Herramientas de una docilidad incondicional,
obedientes hasta la sumisión. El discípulo que roba el puesto a su maestro y
que no reniega de sus enseñanzas. El deshonesto de Macri le pidió prestado al
Fondo Monetario Internacional 45 mil millones de dólares. Javier Gerardo Milei
dice “el presidente Macri”. ¿Qué hacer con el pasado en un presente como este?
¿Cuáles son los poderes fácticos y reales del mundo moderno? ¿Los medios de comunicación
y las redes sociales? Los medios hegemónicos de comunicación endulzan el café
con leche de los Macri y los Milei. Ahora hay que dejar ronronear al gatito
mimoso del poder. Ahora que Javier Gerardo es casta. Milei trabajó entre 1995 y
1999 como asesor del militar condenado por delitos de lesa humanidad Antonio
Bussi. Como diputado no presentó, en dos años, ningún proyecto de su autoría
pero acompañó, con su firma, una treintena de iniciativas ajenas. De las 118
votaciones de proyectos que tuvo, se ausentó en 51. Tuvo un 43,22% de ausencia.
Quizás por eso sortea su salario en un gesto mediático y demagógico,
espectacularizando la decadencia de la que habla y de la que es parte. Un palo
tiene siempre dos puntas. «No hay lugar para el gradualismo», dice Milei. Habla
de políticas de schock. Las fuerzas del cielo que invoca y las fuerzas del
mercado, dolarización y el laissez faire,
laissez passer de Adam Smith en la era de Tik-Tok. Juan Bautista Alberdi
apunta en sus Bases, ideas que
emocionan al autoritario Milei: «Donde están los bienes económicos está la
patria (…) la Patria no es el suelo; la Patria es la libertad, es el orden, la
riqueza, la civilización, organizados en el suelo nativo». Alberdi difundió la
máxima latina ubi bene, ibi patria,
que quiere decir “donde están los bienes, allí está la patria”. Los referentes
de la derecha internacional festejan esta decisión de las urnas. Condolencias
políticas. La derecha chilena, Donald Trump, Jair Bolsonaro festejan a Javier
Gerardo Milei. Como en la revolución cultural china, empieza la era del miedo.
No crean que me perdí en esta digresión. Vestigios del viejo y manso feudalismo americano y las iniquidades de los sistemas de esclavitud a
salario es lo que quiere Javier Gerardo Milei, en nombre del automatismo del mercado. ¿Milei
es el presidente electo más votado de la historia argentina? Peluches de león,
motosierras de cartón, espectáculos de pánico de la tribu fascista
ultraderechista neonazi. El materialismo mercantil por encima de la idea de la
democracia como igualdad social. La justicia social es para él una aberración. De
lo general a lo particular, Milei vitupera el principio de justicia social. Habla
mucho de la Constitución pero ignora el tratado n°1 de Versalles, de 1919: «El trabajo no debe considerarse meramente como una
mercancía o artículo de comercio». Acaso Javier Gerardo Milei suspire por la privatización del aire que
respiramos. Juan Domingo Perón: «La
economía nunca ha sido libre: la controla el Estado en beneficio del pueblo o
lo hacen las grandes corporaciones en perjuicio de éste.» Vinieron por los derechos
humanos. Resulta inconcebible que la mayoría haya votado a un outsider que
capitalizó el cansancio y el malhumor social en base a propuestas inhumanas y
postapocalípticas como la creación de un mercado de órganos, liberar la
portación de armas o reivindicar a figuras de la última dictadura cívico
miliar. ¿El 56% de lxs argentinxs fueron a votar con una estampita de Videla en
la mano? ¿Cuántos de lxs 45.892.285 de argentinxs fueron a votar con una
estampita de Videla en la mano? Es difícil de asimilar. Se habla del 50% de
pobreza en la Argentina pero no de la concentración de la riqueza. En el país
de los campeones del mundo, en el país de los campos de soja, en el país de lxs
30.000 desaparecidxs. Tan irreal como todo lo demás. Irracional y predecible.
Esperable y temible. Nuevos fascismos de antaño rejuvenecen hoy en Javier
Gerardo Milei, un extremista con un proyecto colonial. Una persona que durante
su campaña prometió eliminar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
y privatizar el Conicet. Un proverbio turco dice que cuando un payaso se muda a
un palacio, no se convierte en rey, sino que el palacio se transforma en circo.
No, no ganó Javier Gerardo Milei, perdió el pueblo argentino.