De madrugada en la Oficina aérea de indigentes atiendo a los crotos tempraneros que suben con mate y achuras crocantes con limón y sal, les pregunto si les interesa una lectura y me chistan porno teléfono. En los edificios desmontables estamos bien, muevo los bloques con balcones de parrilla y vegetación como los tetris con un portero electrico con cable y se dispersan por el aire las viviendas hacia el leve tráfico en vaivén. Juliana Awada pasa año nuevo en los baños y cuartos con fuegos, le cocino mollejas en el wok, hay baldes con Coronas, pero me pide un doble Malbec a la ducha. Los extraterrestres están entre nosotros. Esto cambió la política de nuestra acción social que nos iguala con esas caripelas del noticiero. Que les entreguemos nuestro Mónaco volante de crotos, que les abramos nuestro Jockey Club a los aliens, se le quejan al Ministro. Pero ah, ¿son hermadroditas con humanos? Llamen a Elvy, Juliana viene, a la cumbieras mueveculo de River se las dejamos a Los Copitos.
Mirtles
A la ONU
Abuela porteña venezolana cuenta cómo una hija le fue chupada por el campo de concentración mapuche binacional.
Me hacía acordar a
Edmondo, me gustaba aquel lagarto comadreja crestaepollo, me meaba de solo ver
el cepillo que tenía cuando estaba en la escuadra evangélica que me sacó de
Caracas, y quise conservar las cerdas de un quincho de la región Bio Bio en
Bariloche y le pedí un hijo al Rulo esa misma mañana en el telito Calefacción,
y cayó la razia, en el campo de concentración nos enamoramos. Le gustaban los
nombres de villeros porteños y me dijo Naiara, al que agregué Samantha Xiomara,
como la nueva bomba budista tucumana de la birra de River. Naira, ah, llegaron
los técnicos coreanos y les vendimos dogos, el viejo Tuni vivió muchos años en
los fiordos chilenos. El campo de refugiados es un paraíso liberal, el campo de
concentración es más parecido al psiquiatrico familia escuela de Buenos Aires, y
jugaban con nosotras las psicólogas argentinas. El Rulo se fue con una pelirroja
pasante de la UBA, apareció la mina y dejó de mirarnos, mi psiquiatra me perseguía
con fotos de ellos, viven en Canadá. En Argentina nos daban la medicación
gratis por el PAMI, ahora solo el cincuenta, igual que al hermafrodita alien
que se niega a procrear con humanos, y no les dan Clonazepam, que les vendemos,
y les hace muy bien.
Naiara salió al bosque y
llegó hasta un fin del mundo enrejado, muy boscoso con luna y una laguna y una
curva, quiso pasar la reja y fue fulminada por el domo de defensa. Yo me
desmayé y desperté en Témpora, un psiquiátrico de Palermo, con el cerebro
descompuesto, deconstruido, como se dice, mi cuerpo liberó una sustancia que
hizo a is órganos invendibles, inútiles. Me separaron de los aliens y me dieron
el DNI, pase de transporte público y pensión por mi habituación petera en los
pasillos del subte, y me dijeron que no debo ser molestada para otra cosa que para
escribir para Nuestra Señora, la Emperatriz del Universo, y soy corregida por
las monjas, que prefieren chuparle la pija al señor. Son muy frambuesonas con
él.
Juan Bernardo Neustadt
Dictado a Claudia Cordero Viedma en shorts una tarde otra vez
con el traje de baño rojo con los huevos para afuera, verano del año noventa y
tres, ya en casa de barrancas de La Lucila, Tiempo Nuestro, con vistas de
tablas y veleritos del río:
Había llegado a Colorado desde Mendoza, con el documento de
identidad ecuatoriano… fumando fui sumando unas nacionalidades con la flauta de
madera cruzada rumbo a lo del viejo kush de la paragua en Antwerp, Colorado. El
abuelo paga el Nefli de la muerte porro por un mal fulbo: unas cusqueñas con suecas
en Pompeya, y todo el paquete gorosito.
Tres de la tarde. Debería auspiciar la hora del orgullo del porro con un buen cuete.
Miss Porro era Ava Kavafis, y el enguascado,primero un empleado de la Global
Fass Kafkiana, (pero estos ruidos mejor, el nocturno de heladera Siam de la computadora
me atraviesa el cráneo y me acuesto, soy un simil geronte en inverno, y llega septiembre
a tiempo) el cuerpo se licúa en verano con tus besos en la terraza con toldo, y
el aire acondicionado abierto.
Colores de la paragua
Las ficciones muchas veces hacen metafísicas que tienen
resultados impredecibles en el mundo,
como el Copito que usé por años de Phillip Guston en la librería. Para muestra Un
Botón: Por Avenida Corrientes y Microcentro se ve claramente el policía de la ciudad biotipo paraguayo de un metro
setenta y cinco de gimnasio, con talante de brasilero
en feria de turismo. Pero las castañas
flacas de largas piernas uniformadas, de la Metropolitana, con esos pantalones,
nunca se vio, con espejados que escoltan la horrible reja de la Casa Rosada, los
que se robaron la estatua de Colón en su heráldica proa proverbial, regalo de
España en nuestro centenario en el patio del Gobierno, hasta que le hicieron la
circunvalación y enrejaron y el museo subterráneo y le pusieron esa reja barata.
Los copitos son un chiste de Cancillería, Expósitos de las Mercedes. Le pego al
brillo de los espejados una sombra del huevo con el pinzado, retráctil a su
enchupinado. Veo los clubes de clanes de clones paraguayos adventistas,
veo al Gato Sessa agarrarse a piñas con Chilavert en las cuevas
de cambio para quedar bien con los barras
cambistas. Conversando con los
nuevos proxenetas de traje negro,
corbata negra, camisa blanca y rulos brillantes, que también venden cocaína. La Máquina de Hacer Paraguayitos fue incorporada al estado
durante el Gobierno de Macri en
CABA.
Haitiano
Colgado Massa en Plaza Miserere, pasan las comparsas de Las Tunas junto
al cajón blanquito con venecitas de vidrio y corazones verde y azul de Magdalena
Galnarimi. Gatillada en la frente y sodomizada por revólveres y puñales de preadolescentes,
el espíritu santo vuelve al mercado celeste con camisetas de fulbo y píos y
graznados mamertos del Tigre. Unos pibes juntan para el tabaco y pagar un Rabo
de anti-nube, unos días de cama… El lumpenado lamprea al tacho las medias
rotas, calzones flojos, vende las pilchas del último fin de año que salió de
noche y aporta pan viejo de rayar milanesas. Hablan del precio del kilo de
milanesa. El billete dólar lo venden barras de calle Florida arriba del Ateneo,
los pendejos que se hacen los financistas a veces entran en relaciones con
ellos, ¿querés cien dólares, gordito? Y se lava el culo en una bañadera de
plástico doble del hospital Garrahan, se pasa un cepillo con un rodillito al costado para la
zanja, “estos son para viejos suecos”, me dice: Ah, son buens los canadienses
también. En Nordelta todo normal, habla una Morsa con Moco y barba con dos
canas civiles Biotipos Paraguayitos con Espejados.
Ayer vi brasileros más terminators con nuestros cueros y gafas oscuras junto a la
babosa de billete canuto calle lateral de la AFIP, en Plaza de Mayo, sacaron el
cartel de Ministerio de Economía y le pusieron AFIP, nadie dice nada de eso, en
plena Plaza de Mayo, el Sponsor al fin. Nadie se imagina lo que era la Plaza de
Mayo los sábados.
Tras la ventanilla privada con vidrios negros en la entrada: “Porqué tein
qui pagá al goberno fedr-ralu ocosssumo extern dum país livre qui dmánda, ne, ¿o
qué faz o estado arginchino n meu interés?, y, qué lindo es el fulbo…¿nó?. ¿Ese?,
dijeron, y le cortaron la nariz y la mano del teléfono al brasilero terminator
con nuestros cueros y espejos, ¡y un jean del once para arriba! Llueven papeles
del ministerio. Un Plan Aduana 3000 socio de Boca para hacerse socio de Boca y
pagar con débito y votar, pero no, votan los que tienen tarjeta de crédito, como
en todos lados. Con la débito del ministerio de acción social nada, ¡quiero
participar de algo! y no, (me toman la de débito en Amazon que toma cualquier
cosa y solo puedo usar el Kindle, Adidas Argentina no me la toma, ni Buscalibre
que tengo que ir al Pagofácil, hace poco no pude garparles un Rabo de anti-nube
veintiseis lucas, y se fue a cicuenta y dos. Pero le pude comprar a mi ahijado
la camiseta del campeón varios meses antes de control de gastos de mi tarjeta
discapacitada, la última con las dos estrellas, pero el fútbol es infinito y se
actualizan las camisetas por semestre. Messi en el Inter es Copito Rosa, botines
rosas, queda para mi ahijado la negra suplente del Inter que me pidió.) ¡y me
afanan todo si me pido algo de afuera, si llega a la aduana lo reparte un
intendente paquero en un acto!, en una plaza, mi Erogando Trizas donde Gotas de
lo Variopinto de Lorenzo, dos ejemplares, en manos de una niña… El espíritu
santo sabe de armonía peronista. Y se quedó la plata el gallego que publicó su
último libro. Bien por ese señor.
Choriducto al Golf
Vivir en un velero pagando amarra en una marina no va más, los soretes
de los locadores náuticos se encaraman, se acurrucan en el amarradero y babea
el pasto del barrio con canchita de golf y amarra a casa, se ve desde los
balcones la mancha espesa, las olitas sobre la hierba del green encajonado. Se
acercan los guríes, un bully empuja a un distraido al plasto marrón de culones,
sin anteojos ni saber nadar, los buzos reculan, -Todos tenemos problemas, dice
Massa. Mejores recodos hay en el delta que tiene corriente, pero guarda el
pampero retroactivo de sorete, si está alto el choriducto. Siempre la misma
solución final en el horizonte del Tigre: nos tapa la mierda, baja el río. Nos
comen los aguiluchos si Nordelta no termina la Swiss Medical. La flota de
remises artillados de Rúben Culos está poniendo la plata ahora, y cuando paso
hacia la inyección veo que el edificio ya tiene paredes, avanza firme la
Construcción de la Swiss Medical de Nordelta.
Feriado en el Subte fin de Agosto comprime el tracto de sorete el Subte
D, todo pinchado está el Maldonado ese, riesgo de riego de sorete por aspersión
en Plaza Lavalle en verano. Dormía calentito un croto en el pasillo de la
estación Tribunales, ahora lo recuerdo con el sombrero en la cara y parecía
estar riendo.
Sobre la Guerra Sátira
El paisaje en el espacio es mayormente monótono, negro y estrellas,
negro, y estrellas... ponés los platines hasta una nebulosa a ver un paisaje de
gases, esas cosas de Mofluscus... tocino lagarto. Hacer una guerra en el
desierto era algo muy común y solitario, no todo es acción, hay que dormir
flotando en el espacio a veces, a veces te despierta la alarma por un
movimiento que hace para que no pegue un asteroide, podés apagar la alarma si
no es un atacante y que no te perturben, aunque tarde o temprano aparezcan a
atacarte. Los guanacos acá solo joden para matarte, eso es lo bueno, acá no hay
metaverso... acá, es ver quién va a a matar primero con sorpresas. Y hablo así
porque me gustaba la sátira, la guitarra y todo eso... y lo que viene consigo.
Porque está la guita, y la guitarra por separado, y yo quería, quería, ser
escritor.
Soy guardia y guarida de drons del Ministerio de Acción Social en la
regulación de los Aliens adventistas y hago mi guerrilla a los controles de
todos los cuadrantes de la agricultura de porro en repollos de guasca que fuman
los aliens, Ley REPROCANN 27350. Somos gárgolas, personal de seguridad, Metatrones
de la Armada.
La mañana vieja se renueva en Plata, la primavera se consagra en
Noviembre, después el foco alógeno de verano bajo la chapa hasta bien entrado Mayo,
Léon Bloy, frío, lluvia, tormentas eléctricas hubo, y un granizo, privaciones,
led, mala vista. Mate, la tormenta eléctrica con paredes de ladrillo hueco. Rivotrilhs!
compra un brasilero.
El nominal en señal de traide, enseña Fräulein Fraude, solo esa acción
humana, en ciudades, suburbios, todo el tiempo garpar. El ingeniero social comunista
no había concebido nunca lo que son las colas encadenadas de los adelantados
pagacuotas de pagar-pagar, desde acá se ven como la muralla china, y ni un
crack de viejo con fentanylo quietito en la fila con cinturón de pañales entre
los peones de la caja de cuotas adventista toma-terrenos que presta pesos en el
local de al lado. Con la nueva ley de propiedad privada en órbita baja y
planetas donde nos podamos colgar rige el Conectar Propiedad Privada. El
trabajo de colonias subterráneas en climas y suelos adversos lo atienden los
japoneses. Corren las motos pizzeras con horno en el holograma azul del tráfico
del West Sterling. Escucho La Colifata. Coca sabor original de vidrio helada,
dulce de leche con tostadas. Le hago un descanso a la fugazzeta sin aire.
Se sigue fumando el horrible sorete de siempre, y me tengo que dedicar a
la literatura, pero puedo cultivar autóctonas, hacer mi landrace acá arriba. El cannabis tiene futuro, la hierba siempre
fue el futuro, y más con la fotosíntesis de semillas originarias, para el chino
de hoy. Encontré dos índicas japonesas: Dosuko y Obi. Vinieron los Dupont con
el Nylon y las drogas con el sufijo Dona, la DEA, La Metropolitana Catedral y
el Google Mercado Libre y el REPROCANN Ley 27.350 y las sacaron al toque, antes
mezclaba Nozinan con Mcdonald’s y me iba a un concierto de Bach con
instrumentos de época en el CCK con todos viejos en pascualinas y juntaba fibromialgia,
cáncer, LED, pantalla, jogging, pero ese paraíso se perdió. Mis afganas nacen, voy
a fumar mejores índicas el año que viene, si Dios quiere, Ah, Pañal de Sumo/de Cáñamo,
aguantacachas, sobado abierto el bolsillo al Budo.
El índice Critical Sorete no molesta a los chinos, chino toma passtilla y
come sorete.
Liliq Montoya tiene diez bancos de pesos y presta, su familia es de
River, 816 de oficio el blue, y el Banco Central sube la tasa y ya me
confirmaron el bono trimestral. El porro es un rigor doloroso con sorete de
tranza en la antiaurora y allá abajo en Punta del Este todo el pelo largo y la
barba de Feinman en verano con una Harley Davidson verdecita como la de George
Clooney y montada atrás una cobrax de Awada de cúbito con shorcito de jean y
fleco mediatanga, la ojotita brasilera con arenilla en las patas, polvo, y largos
atardeceres de mar con tabla.
Le pongo talco al teclado, mi hermana olvidó que le dejé el ungüento CBD
para las manos. Ahora no veo las teclas por el talco, pero no le pifio más al
Tapiz. Teclado Blanqueado Superior compra el chino. Busqué el Nosotros, los brujos
de Santiago Arcos, no lo tengo y nadie lo larga, el otro día encontré en Google
el posteo de Villafañe ofreciendo el último ejemplar a 750 p. Le vendí los
Relatos de Belcebú a su nieto, vino en bicicleta hasta la Yenny de Jurabildo
donde lo había cambiado veinte minutos antes, y me recitó el Serás Ingeniero y
luego hombre, por añadidura. Los Relatos de Belcebú estaban buenos, pero las
naves espaciales parecían submarinos de Julio Verne, como el que tenía cohete
de los autos locos. Decía que la tierra originaria fue partida en tres partes
por un meteorito y se formaron La Tierra, Marte y la Luna. Zeguro, y la mancha
marrón de Jupiter un barrito del Tigre que llevó la gravedad de Palega Ortito.
Juegos y juegos de representar, atrapado en signos, me acabo de dar la
inyección quincenal, el neutrinario con repeticiones 12/70 Gauge y el 420
colgando, Itaca corta y sobretod, cargo el guasker tiro al travesaño, se me va
por arriba. Veo la nave de Botcoins, pesa el ballenato con drons Winchesters,
subo al lerdo convoy de Botcoins de Maslatón en el mausoleo espacial de Néstor.
En la armonía del crucero la criptografía tiene un acorde inviolable. Podíamos
jugar a entregar los criptos con escaques hacia abajo firulete con jeta de alien
rendida al Kush. Bytes, bytes por bitcoins todo el año estables, Ibiza,
Córcega, Corfu, y a la siesta del popolo los caracteres un poco, como don
Pancho y Savino, en mi jubilación, otro poco de noche con terraza al mar y
dormir. Hoy escuché, hoy ví, entendí como funciona la masa del mundo y
alrededores: pagacuotas, navegantes del Iguazú jugando a las damas, y pelitos
para la dama. También veo el choriducto muy apretado en cuotas de la clase media,
¿escucho alguna voz de alivio? No, solo Macri puteando, el viejo con sombrero y
sobretodo por Parera hacia Alvear pisa un sorete enroscado. Oh Mirtles, Los Copitos,
tus poemas de copitos en Corrientes.
Otra entrevista a una vieja y atrás muestran en off con redondelito el
tráfico de los copitos rosas por el aro de la antiaurora por todos los
cuadrantes mis bajitos rosados serruchando el tendido agrario de los aliens. Paso
el dedo de sangre y escupo a la sombra. En la nueva pandemia empiezan a liberar
los subtes. Le hacía mejor silbido al culo en el Subte, y la Yenny El Ateneo
con Durán Barba y Galeano en Jogging de tela de avión con camiseta de basquet
tomando una Stella chiquita, saliendo me cruzaba con el Bambino Veira ganando,
y las minas de Dolina por Avenida de Mayo. La majestad está en las piernas, sí
señor. Y había una negra italiana que me sonreía y me hice el apurado. Cagón.
Estaban buenas esas tanas en lo del gordo, y el brillito de sol en el agua. Estaba
su mujer que llamó Mi Señora y lo dejé solo, pude haber rascado algo. Mi
divinidad no apareció por mucho tiempo, mi español es muy infantil a las
mujeres, solo puedo hacer giggles, goofs, y bomba petrolera de lagarpijas
búfalo. Lo que me trajo a la seguridad planetaria fue la intimidad con
extramuros. La sonrisa de perla de mis colombianas o de italiana negra se lavan
y queda la parca y el chirrido de gallinas y chimangos de mi casa. Arrojo el
casco de Botcoins con bombas nucleares que se fuman los gases y soretes con
estrellitas de la nebulosa Ortho de nuestra próxima aventura aerospatiale al
agujero rosado. Los aguiluchos viejos se ríen en las jornadas lúgubres. En la
mañana de luz salía a vender la ropa del año anterior a la Bond St. y 5ta
avenida para las índicas de verano para tachos y tierra nueva. Mediodía y arreglado
todo el asunto, nunca necesité mucho, cuchicheo de píos, no comprar las Mazar
Regular de Dutch Passion, viene mezclada con la Skunk que la detesto. Nadie en
la calle, todos ocupados, todos afanando, ruidos del teléfono que sabe que despierto,
ofertas de Mercado Libre, subo la distorsión babosa con ripio de Satriani en
Souls of Distortion. Ayer se incendió Maui, pero como todo el día el Spaces
está en estado de alarma ni bola. Maui, la descripciones del fuego de los
sobrevivientes hablan de bombazos de fuego con humo, se durmieron en el
cuadrante del Pacífico. Veo las neutralizaciones de los cuatro de copas,
reseñan con intercambio de muertos, las revistas escolares y paraculturales de
la tele, la moralosa escándalo de Viviana Canosa, no tengo excusas por mirar lo
que muestran, pero al menos ya no reaccionan como psicólogos de taller. No sé
porqué les sigo dando bolas, yo amo a mis lectores, vendo más que Tolkien y me
mudo a las barrancas de Martinez con mi diario y sigo sumando caracteres y
fumando porro con el teclado haitiano en el jardín bucólico
Pongo música tecno Ibiza con vocoder en los últimos versos. Camino el
cuadrante. El ritmo sin comas, ¿de donde vendrá el canto de sirenas, de nuevo
en un tango?, hormigas me pasan por los dedos y se meten entre las teclas,
sueño publicidades de you tube, las corto, me queda la utilidad de un abuelito
con su nieto de la publicidad de Buscalibre, que saca de la vieja biblioteca el
cuento del Capitán Remolacha. Ravel por Walter Gieseking. Home de Eric Whitacre
que me pasa mi hermana. Hay que pagar para que no pongan publicidad, la cabeza
no se opera y la música sigue. Inspiración de Ara Tokatlian con el Mono
Villegas, me gusta el Mono como se apaña con ese saxo asqueroso, la Music for
Zen Meditation de Tony Scott, la escucha me cuesta y medio, pero mi hermana me
manda por Whatsapp sus piezas de piano. Los caracteres no hacen metaviejo,
quedarán mis jeroglifos torrados y hierbajos de Josefina Robirosa, los bajorelieves
chinos de la tapa de la nueva edición de Un país mental, que no voy a coger, y
las cortinas naranjas de lino. Jeroglifos de copitos crepusculares. Bóvedas naranjas
de Maxon Crumb con un Moái blanco. Llamar la atención de los aliens, que sepan
que los estoy apuntando. Hace como ochenta años les conocen el sorete en el
Area 51. Me dicen que pueden hacer gimmicks con los deditos también. Veo sus
publicidades: Aliens verdes y sus primos chinitos metaglifos de la hora
crepúscula bajan a Ibiza a beber sus coronas con jubilados swingers con la
mínima.
Tengo el Cáncer de Huevo Izquierdo Matadiegos desde el año
noventa, los nervios de las pastas y las meditación zen hacen sus hasanas de mear
y calma el pucho el fuego azul.
El Chuleta
Tenía un pedazo de
titanio en el cráneo y descarriló el tren cuando se quiso suicidar, al Chuleta
se le prendió fuego la cara arreglando una turbina y quedó como una bondiola en
carne viva, se pone gasas, hace burlas a los niños con su cabeza, les dice
vean, la caripela así me la hicieron en el espacio y me jubilaron en planeta tierra.
Me hacía bien el jabón que vendía Araceli González, explica.
Diario de arena: salvajes y animales
Thonis se quejaba de que
Aira hace una literatura sin conflicto. Sale una nueva traducción de Bloy,
Sobre la tumba de Huysmans, barata, traducida por el buen Caresano, mejor
traductor por lejos que las boludeces que escribe en Cuarta Prosa sobre la
bataclana humanista que se cambió el nombre como Prince o como qué se yo, como
si Léon nunca lo hubiera tocado. Otro ajuste de cuentas sobre la tumba de un
escritor del siglo XIX. Todavía y por un tiempo los escritores tenían tumba.
Pongo a Maurice Rollinat, amado por Léon. Los intérpretes deben ser muy malos
porque no siento nada. Quisiera un surtidor de ácido para estos animalitos,
quiero un libro, no quiero una novela, detesto a los novelistas. Me conecto a
una máquina de caracteres como cualquiera. Me bajo los diarios de Kafka, apenas
puedo estar parado, escribo en la cama, ya no puedo ver videos, no puedo salir
de acá más que por arriba, no hablo con nadie ni nadie me contesta. La hoja de
ruta hace simil de inodoro. Los caracteres de limpiarse el culo dan cáncer de
ojete. Leo los tweets aforísticos de Ariana Harwicz. Al fin los novelistas
junto con el periodismo y las redes sociales crearon el nuevo detrito humano
que se ha cargado a casi toda la industria gráfica. Repaso aquello de “El
lenguaje es la guerra” y me considero ahora, dos menos cuarto de la madrugada
de un lunes bajo la luna en el Valle de Gojan, ¿qué hice, cómo me metí en
esto?, apenas puedo leer, y tengo que escuchar el viento, y otra vez, ¿cómo
salgo de acá? Tenía mi mesita de escribir y mi cama, el mate, mis pastillas,
mis plantas, cincuenta cigarrillos armados por día. Por las mañanas la almohada
con sangre, ya me estaba yendo. Pero me cansé de esa mierda, de mis poemas, de
mis burlas a a la literatura, nunca estuve ni ahí, nunca estuve en ese mundo y
apareció esta mujer, Belén, con la oferta de vender mis landrace a unos aliens
a través de los israelíes, solo sé de esta mujer de ojos azules que me los abre
muy grandes en la noche. Tuve suerte. Recé mucho, por mis sobrinos, y para irme
al cielo pronto, y me cayó esto. La visión más nítida del mundo eran las
australianas rosadas por el sol de cataratas, y ahora ella. Me lavo, quiero
usar letras blancas o color plata sobre negro, de lápida. Este archivo como
mirar mi lapida contra el paisaje, eso, esto acá adentro, crecerá el montoncito
de bytes, los riego, les dejo rositas chinas.
Omar Requena Medina con
sus deudas imposibles de pagar al sistema de salud chileno por sus dos ACV y el
cavernoma debe volver a trabajar en el galpón concentracionario en pocos días,
con hipertensión y el aneurisma sin operar, Teresa no responde, Mariano
tampoco, Juan Manuel me bloqueó, que se caguen. Mis viejos se encierran en el
ala opuesta de la casa y apenas me notan. Lucen más jóvenes que yo, con más
futuro. El futuro de los abuelos parece más promisorio que el de los
adolescentes.
Mariano me había pasado
el pdf de su Vida de Maniobras con treintaynueve carillas, no le di mucha bola
en su momento, lo miro ahora que se ha publicado, lo repaso: los malos
entendidos, el fracaso de la literatura. Él me lo había dispuesto como algo
tipo La soledad del lector de David Markson. El título original de La soledad
del lector es Reader’s Block: Bloqueo de Lector. La traductora me dijo que
Chitarroni le había cambiado el título, yo me había leído la tetralogía en
inglés. Los pintores lucían más felices y con mejor destino que los escritores.
Mucho no puedo agregar, terminar mis últimos treinta años en un loquero no me
parece tan malo. Leo a Chitarroni en Cuarta Prosa y siento su respiración
sentado en el inodoro como una olla hirviendo de pedos que pegan contra la
tapa.¿De qué guerra me hablan, de qué burgueses y de qué revolución me hablan
Harwicz y Debord? Todo eso siempre viene de Francia, hasta me acuerdo que en la
época de Menem se hablaba de importar sorete de Francia.
Hoy chateando con una
mujer de Arica me dijo que los del Tren de Aragua habían tomado la ciudad, me
pidió que averiguara sobre El tren de Aragua, el sindicato de una línea de tren
que nunca se hizo y devino una mafia en toda sudamérica dirigida desde un penal
venezolano autogestionado con permiso de Chávez en el año 2006. Le pregunto a
Omar y me dice que sí, que también secuestran y matan venezolanos en Santiago.
Retomo lo de El lenguaje es la guerra, ¿porqué esa fatalidad comunista como
epígono, no podría ser también la seducción, o pongamos, la música? Yo nunca me
fui a las manos por palabras, ni le eché mano a los fierros. Hace dos semanas
salió en La Nación un tweet de Genovese llamando ágrafo a Maslatón porque en su
libro dice que prefiere pensar y escribir cuatro líneas concretas que pasarse
la vida leyendo como los intelectuales. Salté directo al tweet por la página de
La Nación y le pude escribir al Xeneize: Genovese inútil de mierda, el ágrafo
sos vos. Porque vamos, un promotor cultural es un inútil de mierda. Genovese y
Quintín son la cloaca de la literatura argentina. Lo imagino a Quintín como el
caño maestro. Pensar en un pobre novelista desquiciado en su cuarto tecleando
todo el detrito retorcido que se le junta en la cabeza, el Maelstrom, para que
te levanten estos tipos, y que encima se conforme por la publicidad. Y también
aquello de Dantec de que “Un novelista que no ama la guerra es un poeta que no
ama el amor”, ¿porqué tiene que ser así?, a eso se llega sin una literatura de
observación y escucha. ¿Qué es lo que hace un novelista con sus sentidos y su
cerebro?, para eso tengo una función en mi casco con visor y el traje con
tanquesito de aire, pero ¿qué se traen del absurdo extravío? Céline sí estuvo en
la gran guerra, en el bombardeo de París, en Dresde, y la descarga de horror en
las páginas es mucho más que un gran piano. Hay que ser un culturín de pedos
para compararlo con un gran piano, o tener delirios de concertista o cineasta.
Los comentarios tienen cáncer.
¿Qué es lo que me queda
de todo lo que leí? Los diarios de Bloy, Lorenzo, Maquieira, Wally Stevens,
Spencer Holst, Céline, Artaud.
A mi me gustaba el
Isidoro y los cuentos de Borges, ¿cómo fue que me fui metiendo en esta mierda?,
¿y ahora?, ¿Bernhard un dios?, ¿Escritores dioses?, suficiente colmo del
ridículo y muchas gracias, gagás. Mejor unos videos de Mauro Albarracín y un
poco de El Loco y el Cuerdo. Anoche encontré a Osvaldo Gerson. Compré dos lotes
de Mazar y de White Widow a Hassan, tengo uno de Afghan Kush, esta praderita en
el Pakistan Valley, Black Domina y cuatro de Malawi Gold. Con lo último que me
quedaba unas Kosher Kush y las Eleven Roses. Me gustaría tener una alfombra
para andar un poco por el piso. Detesto las baldosas de farmacia. Nunca fui
dueño de nada. Nunca pude pagarme nada que haya conservado salvo estos trapos
viejos de encantador de serpientes. Y allá la cama la compu y la terraza. Los
poemas me salían yendo y viniendo por la terraza. Ahora leo un poco y prendo el
casco. En el discurso de aceptación del Nobel la Szymborska dice que la vida
del poeta es más o menos así, papeles y cama, pero no dice nada de los dolores,
la dificultad para caminar, la soledad obligatoria, las voces nocturnas del
viento, los ruidos de los beduinos, de la ruta, de los centros de logística, de
los de mantenimiento, del hambre y la querencia de las pastillas cuando no hay
porro.
Sueño que un primo
tucumano de Mariano presentaba una traducción de Kerouac, estábamos con la flía
en una casa blanca como la de mi abuela pero más parecida a la de unos amigos,
vieja, una casa para muchas personas, no los módulos habitacionales de ahora, verde,
blanca, y me siento al lado de Mariano y en la introducción el primo habla de
una visita de Mariano a Tucumán y abre el libro y la literatura pasa como una
película animada corriendo por un río. Siento la presencia benéfica de Belén en
todos los sueños. Me preocupa que pueda pasarle algo, por un momento, pero debe
ser la llegada de la primavera.
***
El hijo menor del vecino
pasa con la bici y se me rie en la cara, se burla con gesto de expresarme que
soy un pobre infeliz, reconozco esa expresión de mi lejana infancia (hay cosas
que no pasan de moda) No debe pasar de los siete años el borrego. Cuando tenía
cuatro y no podía entender que tengo más edad que sus padres y que vivo con mis
padres me preguntó si era propietario, dijo propietario, como los de la guardia
de seguridad. Una vez les dije a los guardias que no era propietario sino
residente, y casi no me dejan entrar, les tuve que dictar el DNI y pasé como
autorizado. El mayor del mismo vecino días atrás me vio acostado en el pastito
de la rotonda y me preguntó que hacía ahí “tirado”.
Mi cuarto está arriba de
la cocina, llega papá y mamá empieza a darle charla en voz alta y no puedo
leer. Sigo los diarios de Kafka, la versión de Gutemberg con la traducción
nueva que bajé gratis al Kindle.
El día del festejo de la
comunión del menor de mi hermano Ignacio apareció un viejo amigo de él con una
pata de ternera desmenuzada, se dedica al catering. La pata desmenuzada parecía
recogida de la basura, y el vino que trajo de obrero. Su mujer está por morir
de cáncer y el tipo estaba vestido como un jóven gitano de parranda con su
camisita de lino, bronceado y con los rulos rubios emparejados con esmero. Le
fui prestando la debida atención luego de que le expresé mi dolor por la
enfermedad de su esposa hasta decirle que el Rosario nunca lo iba a dejar
tirado, pero me miró con un profundo desprecio, igual que mi hermano muerto
cuando le dije que se consagrara a Dios porque iba a entregar el alma.
No quiero ir más a lo de
mi hermano, mi sobrino mayor me rompe el corazón, cosa esperable en realidad,
salió un pendejo miserable cualquiera que se guía por el dinero sin disimulo,
como sus padres. Mis sobrinos me miran con la expresión del deseo de mi pronta
muerte o de la vergüenza ajena. Aunque debo agradecer el socorro que me mandó
mi hermano, el regalo de mi cumpleaños atrasado tres meses, digo atrasado
porque él me repetía que me lo debía como si fuera una obligación, cosa que me
exasperaba debido a mi permanente necesidad, y que finalmente me permitió
terminar de pagar un crédito y acomodar un poco mejor mis deudas.
Mis padres se fueron tres
semanas al sur y casi no me dejaron nada para el sostén de la casa, se acabó la
comida de la perra y tampoco yo tenía qué comer, por lo que la avispada mucama
se hizo cargo de traer comida para mí y para la perra y poder hacerse unos
pesos con los sobreprecios de la comida que compra en la villa que le pasa a
mamá como comprada en el Carrefour, comida sin mayores diferencias la verdad,
la de la perra y la mía. La bestía cavernaria me intoxica con sus fritangas, lo
único que sabe hacer es milanesas y guiso. Le tuve que enseñar a hacer el puré
de papas y a hervir bien los huevos duros, pero no aprendió, como si se
burlara, el último día me los dejó crudos sin la cáscara y de nuevo los tuve
que tirar y quedarme sin comer.
Me voy quedando sin aire
un poco todos los días y me voy despidiendo del mundo con modestos horrores de
burgués lumpen. No creo que llegue a cosechar mis plantas en mayo. Noto que
hace tiempo no me imagino en el mundo dos o tres días más, eso psicológicamente
podría ser por mis deudas, pero van pasando los meses. Debo dejar una ventana
abierta para respirar, garúa, juegan Racing y Newell’s, debo ver a Pablo Pérez.
Debo terminar los diarios de Kafka. Esas es mi inanidad. El mundo se irá
poblando de gente con hambre y ganas de prosperar sobre su faz como una babosa
hasta secarlo, mi memoria morirá conmigo: la calle arbolada a traves de la
cortina traslúcida del living de mi bisabuela, mi bolsa de arpillera azul con
mis juguetes junto al televisor blanco y negro con perilla para los canales,
los mecanos del papá de Mariano que no me dejaban tocar y todo eso, antes de la
llegada atroz de la conciencia y las responsabilidades.