30.10.17

Filtraciones internas, por Gustavo Calandra



El infiltrado suele ser una figura traicionera. Desde un principio miente y, de alguna manera, se inmola, pues mancha su alma vilmente para convertirse en el instrumento con el cual su grupo puede vulnerar al rival, al otro.
  Últimamente se ha hablado mucho de gente que se hace pasar por lo que no es, SEMBRANDO paranoia y en algunos casos recogiendo una cosecha de estereotipos negativos.
  En este caso: los encapuchados.
  Es el arquetipo de manifestante que más cómodo le queda al infiltrado, pues en primer lugar le evita mostrar su cara.
  Y obvio que esa estética se asocia con el sector más bravo de una manifestación.  Siempre la capucha y el pañuelo están presentes en los disturbios de todo el mundo y siempre, siempre…
SIEMPRE SON LXS QUE ESTÁN DE NUESTRO LADO
  Es un viernes a la noche.
  ¿Dónde está Santiago Maldonado?
  Está acá, en la morgue.  En Junín y Córdoba.
  Poco a poco la gente se asoma. A medianoche no llegamos a doscientas personas. Un santuario de fotos y velas. Tristeza colectiva. Cánticos reclamando justicia y renuncias (no “que se vayan todos”, esa la quisimos cantar pero no prendió, se ve que trae reminiscencias del 2001) y muchas promesas de solidaridad entre la gente.
  Otros grupos deciden, movidos vaya a saber por qué resorte o mecanismo, desplazarse a la Plaza de Mayo. Tanto preguntarnos…
  Está acá. El duelo más doloroso de elaborar.
SIEMPRE SON LXS QUE ESTÁN DE NUESTRO LADO
  En algún momento aparece un puñado de adolescentes de entre 15 y 16 años, muchxs de ellxs participan de la coordinadora que nuclea a los centros de estudiantes de colegios secundarios de la capital. Su look: visten de negro, usan piercing, cortes exóticos bajo la capucha.
  Generan desconfianza las banderas con la A y la del pueblo mapuche.
  Y de golpe toda esa gente conmovida se vuelve hostil.
  Toda esa gente que pide recato y no reacciona ante diversas provocaciones de vecinos, automovilistas y hasta de policías que escuchan cumbia entre risas.
  Esa gente que si la yuta no corta la calle no se anima ni a poner bolsas de basura para hacerlo. Esa gente que incómoda aún tolera que un borracho que nada entiende se siente obstaculizando y diciendo pavadas en la puerta del edificio donde están haciendo la autopsia, sin siquiera tener el coraje de solicitarle que vaya a tomar vino a otro lado. Esa misma gente que seguro prefiere creerle al bufón de midachi que luego los traicionaría y no a las nuevas generaciones que un viernes a la noche se hacen presentes para expresar sus convicciones, se compartan o no.
  Necesitará muy poco esa masa para torcer su discurso “pacifista” en violencia verbal.
  Bastará que un chico grite que Santiago es anarquista.
  Hostigamiento. Amedrentamiento. La turba rodea lxs jóvenes y lxs acusa de venir a hacer quilombo, de ser servicios, de ser policías...
  SIEMPRE SON LXS QUE ESTÁN DE NUESTRO LADO
Afrenta dolorosa para un guacho rebelde que te etiqueten de ortiba. ¿Qué onda? ¿Todavía no aprendiste a discernir? ¿Y si mañana se despierta y se hace ortiba de verdad? Porque lo están matando injustamente. Acordate de La naranja mecánica.
  Este cronista que hacía horas compartía la calle con aquél grupo heterogéneo de ciudadanos no puede entender qué razonamiento los motoriza a pensar con las mismas herramientas del enemigo.
  ¿Quiénes son los infiltrados?
  SIEMPRE SON LXS QUE ESTÁN DE NUESTRO LADO
  ¿Realmente piensan que esos chicxs son infiltradxs o policías a los 15 años? ¿O es que ese grupo que ahora intenta pasar a la acción pertenece al típico burgués aggiornado que no está tan dispuesto a arriesgarlo todo? ¿Molesta, genera celos, envidia, el coraje ajeno?
  También se me ocurre que el adoctrinamiento religioso propone convidar la otra mejilla antes que descender a un estadio de barbarie e igualarse con el violento.
  Y sin embargo, ahora se contradicen y son más que violentos y obligan a los anarquistas a replegarse en la esquina. Los insultos redoblan.
  Ese ciudadano clase media con pretensiones de activista quiere agredir a un eventual compañero.
  Trato de frenarlos. Mi cercanía ideológica y espiritual con esxs chicxs, me compromete a hablar con ellxs y pedirles que no les den argumentos a todos esos tarados que, cuesta entenderlo, después de haber compartido horas previas tan tristes, ahora buscan al enemigo interno
  SIEMPRE SON LXS QUE ESTÁN DE NUESTRO LADO
  A la gente débil o con menos herramientas intelectuales y menos recorrido militante, los dispositivos de coerción se les adhieren como un chip. Esto no les permite decodificar las señales para reconocer común a quien tienen al lado.
  Esto no les permite entonces formar comunidad.
  Esto no nos permite pensar en una Revolución total del Pueblo.
  Silvio Astier sigue traicionando al Rengo, su único y legítimo amigo criollo.
  Error de códigos.
  Debemos imaginar otro tipo de organización social que neutralice a tibios y egoístas, con los cuales parece que no hay comunión posible.
  Y hasta acá llego, pues espero una cantidad de lectores heterogéneos y como dice el tango: “No me gusta avivar giles que después se vuelven contra”.