1
de
cualquier lado
de a
poco
de golpe
crujidas
caen por la escalera
el
forraje comienza a bailar
con
hojas suicidas
sopla
mezcla
caminos
en la
polvareda
empujados
al todo
la boca
abierta descanta
desparramo
de citas
y cintas
flecos y
ojos atorados de hambre
ruidos a
vidrios estallados
a ruina
arrastrada
a ruedas
oxidadas
a cancel
atrancada
en los
vaivenes de la sombra
del
estruendo
una
mujer doblando la ropa
se
desdobla en viento y noche
y tiesa
los cuellos plátanos
a lamer su
vida descascarada
la manga
de pellejos ondean
sopla
el patio
envuelto de rincones
y los
remolinos de basura
asiestan
el horizonte
solo
queda arriba y abajo
las
baldosas se desgranan
para
nada
en este
deshacerse
la
tranquera definitiva
gira de
cuajo sobre laguna.
2
Barceló
sale al balcón
y
lo sorprende un mástil.
¿Y esto? ¿Quién carajo lo puso?
grita
al fondo que le responde:
Sarmiento
se
rasca la cabeza
Barceló.
¿Pero si Sarmiento murió?
grita
al fondo que le responde:
sus vástagos, los maestros.
Barceló
mira el patio vacío
y
el mástil pelado
como
un cerezo en invierno.
Barceló
busca las vías del tren
que
enhebran las barracas
escoltando
frescor de Riachuelo
pero
choca con gris taller y pizarrones
con
resistencias y condensadores
y
tubos parpadeantes.
Barceló
es caudillo:
no
le interesa ese saber.
Le
sorprenden sus terrenos ocupados
sus
baldíos llenos de jóvenes
bailando
cumbia rabiosa.
Recuerda
pero no recuerda
haber
mandado a poner ese mástil
justo
donde le gusta que le ceben mate
porque
Barceló no sabe cebar mate
él
sabe mandar
porque
es caudillo
y
un caudillo debe saber mandar
a
matar y morir.
3
polvo
de taller
sobre
la mesa
sobre
las herramientas
sobre
la tela
gris
interrumpido
en
el oficio depositado
polvo
persistente
cepillo
de cerda gastada
manija
quebrada
con
lazo de hilo sisal
para
colgar
estampita
de san Cayetano
sobre
almanaque de María Noel
se
dispara
la
herencia por venir
se
tumba en la zanja
zumba
el polvo
su
arco desteñido y torvo
toca
un responso a cada instrumento
sostenido
agarrado
roto
y conservado
en
el tablero las herramientas
huellan
la sombra
en
sus perchas retozan
la
colmena inútil
sabor
a polvo
imposible
de retener
en
la mamada trasera
retoño
que me acompaña
hasta cortina entretejida
y
la persistencia
de
la mesa
los
caballetes
la
máquina de coser
regla
y escuadra.
4
están
arrodilladas agachadas
una
junto a otra
entrelazan
los aromas
de
puntos delicados
las
palabras del color las separan:
una
al atril pizarrón
otra
al giro del piso
una
chorrea
otra
elije
una
diluye
otra
dispone
una
grita
otra
responde
una
ronda al padre
otra
se pierde a marea.
5
viento
diseminando
los cuatro puntos
golpes
entradas golpes
gran
caída desparpajada
viento
de canto
alisa
su desfiladero
al
correr su despejada
erra
apenas
en eso consiste
el
desparramo de rostros
su
tranco abierto
enagua
tibia de los charcos
los
dones brisan
en latidos retorna
incendian
sonidos chasquidos
silbidos
hendijas enramadas
arrancan de cuajo el reparo
descorren
el suicidio de los frutos
un
graznido lejos
corre
descalza la evocación:
escuchá
el giro
la
tormenta que se avecina
antes de verla
antes de la evidencia
escuchá
el giro que nada anticipa
después
ataremos cabos
la
inútil vigilancia del cálculo
que
se avejiga
sopla
consonante.
6
pilar
con rejas
y
esas plantas que nunca mueren
pezón
mirando de reojo
el
filo que pasa sobre los malvones
y
termina en la vereda insolada
damos
la espalda a una casa
de
comedor largo
piezas
frescas y húmedas
y
cocina con lugar para sentarse
más
atrás un patio con fondo
mesa
y bancos de cemento
collage
de cerámicas
al
costado un lavadero
la
cerda de los peines
al
costado de la pileta
estantes
frascos
líquidos
hay
sombra en la vereda
toca
nuestra sombra.
7
la
horqueta tronco
moja
alfajía
se
continúa pared
escalera
montada
altura
y pájaro
en
viento
espina
blanda
la
voz pifia
perro
perro perr
al
ras
el
verano llega con rosas gastados
con
pájaro
entrar
a fronda
escapar
al equilibrio
movediza
en civil
escape
la fronda innecesaria
su
sierra sierva
ladra
y tranca
su
medianera ausente
descara
postigo al aire
entregada
a descascarar
la
rama de colores
con
ganas de arbusto.
8
suspendido
en los puntos
en
los puntos suspendido
los
veo en sus cuerpos
separados
y unidos por el vacío
tomados
sin manos
encadenados
suspendiendo
lo que imagino
haciendo
lo
escrito en el desván.