26.8.14

Entrevista a José Sbarra por Enrique Symns



COJER, DROGARME Y ESCRIBIR 

Lo conocí en el hospital de los artistas, en ese hotel-nosocomio sito en la calle Defensa entre Brasil y Garay, por donde han pasado las desgraciadas y decadentes vidas de tantos amigos nuestros. Estaba atravesado al ángulo de la pared como un audio de heroína. Le tomé odio al tipo. Un algodón en el piso y el aura de Marc, la sucia rata que lo rodeaba en aquella época. Hace poco lo volví a conocer y me bastó un comentario que hizo sobre la muerte de un amigo para darme cuenta que el tipo era un tipo, me gustara o no. Es homosexual, algo frívolo y también denso. Pero muy querible y sobre todo: esta apasionadamente vivo. 

- ¿Plástico cruel es literatura para homosexuales? 
- No. Todo lo que escribo lo hago desde lo heterosexual. Porque todos los homosexuales estamos acostumbrados a leer Romeo y Julieta y traducirlo a nuestros códigos, no me interesa obligar al lector heterosexual a decodificar nuestro lenguaje. Escribí Plástico cruel para demostrar que no existe el amor. Que el amor es cultural, que la vida es sexo, que en el sexo estaba todo claro y no lo conseguí. Todo lo contrario, mi pareja se apoyaba en mi hombro y me decía “si ponés tantas conchas y tantas vergas nunca vas a ser un escritor reconocido”. Era un acto de amor. Pero se me estaba yendo, él me quería dejar y yo me daba cuenta y no soportaba no ser el mejor del mundo para él, estaba desesperadamente enamorado. Estaba enamorado. La gente cree haber amado, pero no les pasa, se mueren sin conocer el amor. Yo casi lo mato. Me tuve que ir a Madrid. No soportaba que cogiera con otros. Con ese pibe tuve los celos más grandes de mi vida. Lo llamo por teléfono un día y le digo que me voy a ver a mi abogado, le miento, me voy a una orgía. Seis o siete tipos cogiendo. Hay un tipo que me la está chupando y yo lo llamo por teléfono a él… ¡Para ver si estaba solo o si estaba con alguien! 

- ¿Tuviste una vida sexual intensa, promiscua? 
- He hecho de todo. He vivido prácticamente de prostituto, fui prostituto de hombre y mujeres hasta los 25 años y no tengo una verga de dos metros ni mucho menos y sin embargo he competido con tipos “súper” que hasta traían modelos de los Estados Unidos. Lo que pasa es que yo en aquella época hacia tarifas especiales, servicios especiales: yo pegaba, meaba, hacía sadismo, pero hacía todo eso porque era escritor. ¿Qué puedo hacer si soy escritor? Porque ojo, y hoy se lo decía a Bobby Flores en un reportaje por radio, para mí ser escritor no es Piglia, escritores son tipos como Symns que no viven de nada. Todo eso yo lo hacía para poder vivir. Porque para mí la vida siempre se dividió en drogas, sexo y literatura. Aunque te parezca raro, leer y escribir son dos cosas que si no las tengo no me interesa la vida. Las tres tienen la misma importancia. Tengo 42 años y me voy a morir a los 20. Pero sin sexo y sin drogas tampoco me interesa la vida. A los 16 años era cadete y me miraban las mujeres y los hombres. Los hombres me tocaban el culo y las mujeres el bulto. 

- ¿Qué clase de cosas sádicas hacías? 
- Apagar cigarrillos en las tetas. Mojo el cigarrillo, queda la braza encendida pero el cigarrillo viene apagándose con la saliva que puse, cuando llega a la teta la mina o el tipo siente el calor y cuando se lo apago en el pezón ya está apagado. A mí me gusta coger y que cuando termine me duela la pija y los huevos. Hay gente que no sabe usar la violencia. En la homosexualidad hay que saber. El alcalde de Nueva York, cuando aparecieron los Black Bell Leaders, (una onda de cuero negro, el machismo gay, ya no eran maricas, a los europeos no les pegó nunca, pero a los yanquis sí), bueno, el alcalde tuvo que tomar medidas: aparecían muchos gays muertos por los zarpes sexuales, se les iba la mano a los putos cojiendo y ahí mandó una mano médica, una cartilla explicando cómo ser pesado pero sin dañarse. 

- Me hablabas que curtías también con mujeres… ¿existe entonces la famosa bisexualidad? 
- No, en absoluto. Existe la heterosexualidad y existe la homosexualidad. La bisexualidad es una cuestión totalmente cultural. A vos te puede gustar un pendejito de 12 ó 13 años porque es casi como una nena. Pero te tiene que gustar un tipo de 40 años, peludo, grandote. A mí siempre me gustaron claramente los hombres pero nunca le dije “NO” a la mujer, porque para mí el sexo es casi franciscano, no en el estricto sentido religioso sino por un tema de hacer servicio. La gente que me conoce, mis amigos lo saben, si una mujer está caliente y me necesita me la cojo y lo hago por el franciscanismo. Yo preferiría que ella tuviera una pija en vez de una concha. La mujer que coge con un puto tiene la fantasía que no la vas a violar, que no la vas a usar. 

- ¿Sos violento en el sexo? 
- En absoluto. Nunca me copé con la onda violación. Por supuesto que me han pegado y he llevado a la gente a dolores muy fuertes. 

- ¿Nunca violaste ni forzaste? 
- No, soy un moralista. 

- Yo te tenía por un mal tipo, un corruptor bravo… 
- No, es por la fama de los pendejos. Claro que los pendejos me seducen pero los curto por seducción. Cuando trabajaba en televisión tenía los pendejitos de 15 que venían a proponerme coger para ver si entraban a la TV. La gente cree y le gusta la idea que para entrar ahí hay que coger. Tienen ganas de hacer ese sacrificio. 

- ¿Qué hiciste en televisión? 
- Siempre hice programas pelotudos desde Canela hasta Hiperhumor. Los hice para ganar plata. Hace tres años dije basta, nunca más. El problema es que odio la televisión, nunca veía y los tipos que laburan en TV no bancan eso. Me toleraban porque soy muy eficaz trabajando pero yo odiaba todo ese mundo, nunca me interesó… 

- Desconozco tu historia… 
- Mi familia era rica y mi viejo era un boludo que se peló. Vivíamos mal, sin agua caliente y yo tenía que ir a bañarme a la casa de mi abuelo. Mi viejo le fundió la fábrica a mi abuelo. Vivía en una casa con calle de tierra. Pero en verano me sacaban y me llevaban a Mar del Plata. Siempre trabajé de todo. Durante 10 años llevé gente a Bariloche, llevaba turistas. Desde los 18 años hice eso. Hasta los 18 fui cadete, me metía en los piringundines y me hacía coger por las putas. Yo iba por eso, pero también porque los tipos me tocaban la pija. Después también me los cojía. 

- ¿Viviste en la miseria? 
- Nunca viví en la miseria porque siempre hice prostitución. Tenía clientes de mucha plata y aún hoy tengo amigos ricos. La ventaja que tenemos los homosexuales es que podemos trabajar la calle. Siempre tuve un buen cuerpo y resulté atractivo. Mis viejos, de pendejo, me metieron en esos clubes y yo hacía trapecio, barra, esas cosas. Lo raro es que si un hombre me toca la pija se me para, y si me la toca una mujer también. 

- ¿Pero te gustan o no te gustan las mujeres? 
- No, me gustan los hombres. Aunque los hombres tuvieran concha me acostaría con hombres antes que con una mujer. De la mujer siento el encanto, el encanto de una flor en un florero ¿por qué se me para? Porque si la mujer se copa conmigo me siento el mejor… 

- Me identifico con vos en el sexo y las drogas, pero escribir… 
- ¿Viste? Es cierto. Yo me veo escribiendo y me parece la imagen más desagradable, un tipo escribiendo es un pajero… 

- ¿Y entonces…? 
- Me acuerdo que en Ciudadela yo untaba bronce y aluminio en la quema, de eso vivíamos todos los pibes del barrio. Y en esa quema encontré un libro, no voy a decir qué libro es, para no perder la magia, pero ese tipo sabía mi vida, ¡Ese libro era mi vida! El personaje hasta tenía una hermana que se la quería coger otro amigo y yo también tenía esa hermana y ese amigo y el tipo se había hecho amigo de otro tipo que lo adoraba y a mí me pasaba eso. ¡El autor hablaba de mi vida! Y en la quema nadie me hablaba como ese escritor. Entonces, te diría que escribo libros como ése que encontré, escribo literatura para gente de la quema, para pendejos como ése que era yo, ¿Vos sabés la cantidad de pendejos que andan con mi libro? A esos pibes nadie les habla, no tienen interlocutor ¿Sabés lo que debe ser que encuentren un libro de alguien que fue igual que ellos? Para ese pibe de 14 ó 15 años, mi libro está vivo. De los 30 años para arriba, no me interesan los lectores. Me chupa un huevo y te soy sincero, si el libro gusta o no gusta, si es bueno o si es malo. Yo escribo parta unos cuantos pendejos. 

- Pero le debés haber tomado el gusto a la fama, por más pequeña que sea… 
- Claro que me gusta entrar a un boliche y que venga una minita y me diga: “Ay, lloré con el final de tu libro”. Soy frívolo pero conozco la medida de eso. Cuando llego a la noche a casa busco mi droga, mi amante y un buen libro. 

- ¿Cuál es la mejor droga? 
- El LSD. Lo rechazan los que se tienen miedo. Yo coincido conmigo mismo. Cuando me voy a dormir, me voy yo. Yo leía a Epicuro y Epicuro me enseñó que el placer es posible todos los días. Todos los días peleo para que el placer sea más grande que el dolor. A veces digo “ando mal” porque disfruto andar mal, pero igual cojo y en la cama gozo con lo que se le ocurra a la otra persona… no es una habilidad, es una dedicación. 

- ¿Te gustó la obra de teatro que hicieron de tu texto Marc, la sucia rata? 
- Yo creo en la acción, Enrique. Si hay un montón de mediocres de no sé dónde y quieren hacer la obra de algo que escribí pues que la hagan. Yo respeto mucho a Omar Chaban, a Omar Viola, a vos. Te defiendo donde voy. Si alguien te critica, le digo: “pero ustedes ¿qué hicieron?”. Enrique Symns hace una revista, yo nunca la leo, pero la espío en la casa de algún amigo y encuentro alguien que ve el mundo como yo: si dos pendejos tiran a un viejo de un tren para sacarle el reloj, todos están con el viejo. Y Cerdos y Peces estaba con los pibes: “El viejo es un hijo de puta por andar con el reloj”. Vos sos el tipo que das esa versión del mundo y yo te agradezco, aun cuando no te conociera. 

- Además de optimista te describís como si no sufrieras, ¿no tenés bajones? 
- Tremendo bajones, pero no los cultivo. Sé cual es la medida: si ando por la calle y veo gente y ni siquiera me la quiero coger entonces estoy muy mal. Aunque se haya muerto la persona mas querida, agarro y voy y cojo o me hago una paja y duermo bien. Me gusta el placer, me gusta morfar bien y tomar el mejor whisky y me gusta sentar mi culo en el avión y aparecer en Nueva York, soy feliz cuando entro a los casinos. Vivo bien y cuando vivo mal, escribo. 

- ¿Y todas las relaciones que tenés son satisfactorias? 
- Cuando no me la chupan bien, cuando siento que no me la chupan en serio, entonces no les doy lo que se merecen, la generosidad y el egoísmo son lo más importante en el acto sexual. Estoy viendo una concha y no me pasa nada, igual la miro y alimento las ganas, me doy máquina. Te tienen que hacer sentir grande. Yo estoy chupando una pija en un baño de un bar y al tipo lo hago sentir el macho de la tierra. Hay que evitar coger con los mezquinos. Los mezquinos son lo peor del mundo. 



Publicado inicialmente en la revista El Cazador nº 1, octubre de 1992. 

19.8.14

El seco canto, por Milton Rodríguez





U  N    P O C O

Maestro,
te decía
el francés
que trabajaba de archivista
en el
establo del pasado.

Cuando era más que un sueño.-


B A J  O    B E L G R A N O               

Budha mirando la vejez.
En un carro,
la vida,
la volatilidad del alma.-


B A R R O

Aquí,
en la otra cuadra,
la que es
paralela a la avenida.

En una boca calle donde dobla el desconsuelo,
hay un hotel;
los pasajeros de ala ancha
duermen un sueño de embolsado dulzor.

Nadie puede arrastrar tanta melancolía.-


V I A M O N T E

Ladrillaje sin humo
de ambiente tapizado,
de vela rojiza.

La vaguedad de citas
de los poetas pobres
que demolían de fracaso en fracaso,
que no hablaban.

Dos cuadras atrás:
olvidaban
los cuadernos.

Cortaban las luces,
Otro comercio del olvido.-


Ella

Esta otra también está ahí.  Una mujercita pequeña, sin teléfono, con sueño en el rostro y rasgos de maquillaje caidos en la alfombra.
Levantando la vista hacia el ventanuco.
Ella es un tono opaco, una cadencia. Los ojos pequeños, las manos frotadas.
Sueña. Sueña con paisajes, situaciones románticas y dinero. Vil metal que derrumba una existencia de hoteles y días de veinte pesos.  Un dinero para asegurarse hasta el fin de los días.
Junta, vaya a saber cuántas miniaturas en sus manos, y observa los libros de portada lujosa.
También metamorfosea un acto de lectura por pálida tarea de amor al prójimo.
El mismo que la encerró, quizás para siempre, en este pueblo de identidades marchitas, donde ni siquiera llega  a ser un legajo, un trámite en ejecución.
Pobre de todas las miserias, el espíritu no alado que trata de resarcirse sólo a través del cuerpo.  Belleza a medias con cosméticos baratos.
Una mujer desnuda entre el techo y cuatro paredes.
Si se pudiera permitir un acto majestuoso, casi como que el mundo estuviera a su disposición.
Ensueño; las luces del alba apagan su intensidad.

*

Había algo que recién ahora comprendo que nunca me di cuenta en la mirada de ese hombre que sufría había vivido una larga vida quizás si es que se puede medir si los instantes no son tan si la tristeza siempre embadurna ese gesto de ir ese deambular por consultorios farmacias me decía y si le puedo ganar unos minutos y entonces era como correr esquivar y arriesgarse aunque dijese me las sé todas casi y uno sabía que era un último día ya no tendría con quien hablar de pájaros madreselvas camino pisado pastorear bailes del 40 despedida se iba de la vida rimas cortas estoy cansado te parece que no le pongo voluntad yo no me dejo caer en la depresión y si viene no se queda más que cinco minutos buscar abrir prender a todo volumen no chingarla y sí me dicen que murió me ocultan el suicidio me desvela y todavía me preguntan yo creía que usted sabía en Rosario haber trabajado criado los hijos nietos taxi obrero estoy pagando los  desvíos de antaño no dejo más que éstos discos el resumen tangueado oscurecido en esta casa no entra la luz viste qué fresco que es pero no hay nada como marchitar echándose culpas no me puedo imaginar San Nicolás sin vos andando calle te cambio otro paisaje otra ciudad va se queda con el nombrador esos atardeceres lo que no existe es como un cuerpo mirada gesto afecto qué es un amigo esperando mirando tanteando tiempo ese yo inalcanzable todo se reduce un pie ojera camisa ahínco diente dolores inimaginables inyecto vómito caída así es difícil seguir no te dejo una seña un envido un 3 a vos que te gusta el juego ésta es la última mi última carta me la juego y tengo tanta mala suerte que no tengo nada ojo vacío acumulado el cuerpo vos sabés lo que es eso no ustedes qué dicen así no basta que no aguanto más me vengo un segundo te acordás claro no sé nada todo pasa voy a estar en el jonca y un último chiste riéndose parte o pasa a otra forma como te gusta decir se terminan los recuerdos te das cuenta lo que te estoy diciendo cómo dice cae en absoluto anda a endilgarle algo cómo lo vas a recordar con alegría porque sino las almas se apenan se adueñan de esa pena de cada tanto.

Nadie entiende a los suicidas no comprenden se está bien así no te vayas a creer pensar soñar madriguera acerca ya no me podes mirar un hombre un hombre helado en manía terso era no la palabrita violentamente lo que más impresiona es la sangre porque si me decís que tomó pastillas bueno pero también si se tiró de la azotea  todo machucado como de adentro quién iba a decir que íbamos a terminar así hablando de cosas uno no deja nunca me estoy poniendo refranero melodramático si pudieras ver desde aquí  que yo digo las nubes tapan un ratito y se van encrestadas a puro no sol qué se le va a hacer estoy y  no se me ocurre nada más que este estar como quien escucha no te pongas nostálgico parece que no fuera cierto todo tan ordenado los papeles en cada cajón los documentos enceran el piso limpia los cuadros las fotos de los muertos dentro de poco va a tener que poner la mía me caía tan mal todo lleno de fotos no sé parecía nichos amontonados imagen esmaltada faltaba el florero venir a poner la del bisnieto pobre a quién se le ocurre si no tiene nada que ver con nadie déjalo solo tenía ganas de pero vos sabes cómo son las cosas mantenerte con la convivencia despatarrada la cocina todo ahora vuelve a su soledad que me crié medio huérfano  pero cambió uno no se la imagina hasta que pasa a veces de golpe un  tero entre las patas la inconstancia de parientes y te venís acá creyendo que era tu destino minga quiero le iba a espetar pero ni al truco che de martingala vuelta a la rutera “cazá el bufoso y chau, vamo a dormir “.

¿Descansará en paz cuando uno se suicida? tiene la  persecuta que el portero le mira el plástico de la transparente sonda en extraña perspectiva entre superior conmiseración curiosidad chusma de barrio y cierto sentimiento casi humano no se sabe parecido a la amistad quebrada de extranjero diríase ¿puede haber acercamiento? no son parecidos en un mismo edificio de casualidad le digo hay palabras que superan la vista ganas de rajar de ir de ir a cualquier otro lado mercado alineado a la aurora toda la noche despierto remando el abandono de quien se dejó a sí mismo ante el miedo de hablar que muestre su incapacidad voces enfrente camino rengo entre sílaba espera escuchando siempre arriba de algún tren miseria de vida leyendo oteando los médanos me olvido pero suena a otro país que había dicho el guía humedad maizal no es falta el poeta que vaya punteando la milonga pa´ que no se enoje naides ese calefón metido entre el pajonal los desperdicios de basura tirados especies que uno cree desanimadas especies pasto la siniestra variedad del guanaco martinetas extensión imposible degradando al hombre no quiero repetir las palabras así hasta que anochece en la sombra se pierde ¿no se descabeza un sueñito? va a quedar con los párpados inflamados de tanto jugo reconcentrado ojeras sanguinolientas.

No le decía yo cada lapicera le marca el estilo ciego de andar mezclando solemnes cansado de prender la luz para anotar él no vive en Villa Del Parque se estaciona allí unas horas dejando pasar el tiempo que lo pasa  haciendo creer que está conforme.

Ahora después de tantos años reminiscencias venir a morir en la planta baja de la ciudad raleada pegado a la radio escuchando orquestas voces agrietadas viviendo del recuerdo mis gritos de noche la espalda la cintura delicada forma que tuvo la enfermedad en presentarse los desvíos los remedios zumbido tengo la cabeza fresca está bien y no dejo lugar a la tristeza mientras evocativo y dulce  el viejito va desmenuzando como un lunático resistiendo con el alma mirá que tuve mala suerte el doctor se abrió y me dejó el azulado color de la piel el reflejo requiebre mordaza no veo nada nada más que campo y gallinas tuertas gente tirada.

No hablé almíbar jaula una la de este sinuoso barro (no iba a poner esa palabra) tuvo todo el equipo de música los discos claro se le iba no quería hacer nada a lo último lloraba lo tenía que levantar mesa fue carpintero taxista te estoy pidiendo no te escucho ahora estoy sola en esta casa viene mi hija no tengo más pájaros apenas hay vida aquí por qué no viniste antes? no te enterás si llueve tengo que hacer te estaba esperando mañana viene el doctor el lunes voy al hospital me podés  acompañar al cementerio llévame a la tumba lo voy a cremar no queda más el cuerpo nunca me imaginé que haría una cosa así me llamó el mismo miércoles para arreglar si nos podíamos ver el viernes el no quería que los demás estuvieran como decís vos te tiraste todo el dinero tristeza sacaron el copete la foto la pareja bailando la cama está tapada el silencio está cubierto no me digas frases hechas no me escribas secreto se enteró todo el mundo a mí me sacaron ni el arma me devolvieron ¿querés creer que yo no sabía nada? voy a  vender todo llévate lo que quieras eso como que está llena atosigar sombras es lo que se ve sobre la pared  pero decíme qué detallista sos no conociste la fábrica el pueblo de Santa Fe ciudad desértica una milanesa al mediodía y él ya estaba aprendiendo el oficio no se quedó en la escuela la caliente furia vení soy la viuda se dio todos los lujos eso ya lo dije estoy menos a soledad cuando alguien llama hacíamos un pozo y poníamos la botella de vino para que se enfriara digo hay un té estás emborrachando es todo igual en la mitad de cuadra gente buscando como cuando tenías veinte años aflige si podes  me han dicho que viene sólo un suicida sabe lo que hace.
                                                                                                                                                                 28.01.2013



E L   S E C O  C A N T O  

Está totalmente loco el hombre que come lentejas en la vereda del bodegón con un rosario un suéter la bolsa de la vida junto a las patas de la mesa el bolso rojo la soledad entera para colmo el sol le da en el único lugar donde si cruzas los cubiertos no se llevan el plato llega otro parroquiano se sienta a la misma mesa en otra silla unas hojas del árbol la mosca endeble el padre habla con el hijo el otro toma agua mineral se lleva el pan el pan que no fue bendecido la alimaña baja de los azulejos una señora prepara la ensalada el vino en el vaso se mueve al ritmo de la luz  unas cruces de plata un viejo aceite el chaleco es como si el día volviera a  nacer tierra cubierta contra el suelo.

Va hasta  Mataderos pampa ayuno vaya por las hileras no se me haga el viejo.

( HABLA UNA MADRE, APENAS LA VOZ DEL PADRE Y EL ABUELO PATERNO )

Te perdiste la oportunidad de quedarte callado bien vestido y con una sonrisa se te abre el mundo bien limpio por si tenés un accidente en la calle me alegro que me hayan visto un hombre sin carácter es un muerto que camina es de Florencio Sánchez entró la alegría de vivir a la casa siempre conseguía la cultura la manía persecutoria me engaña con el libro debajo del manual no se duerma el título me lo debés a mí un R.C. no habla con el vigilante de la esquina dónde cree que está la carpa el tablón las caras los chicos los escalones la yuta la piojosa quién es?  No sé cuál es la voz que estoy oyendo la del padre le contesta la de Dios la mayor el tema del empeño el sobrino no quiere reconocer la ayuda los pesos puestos en la encíclica para el estudio que terminó en empleado en botija de escritorio de farmacia chuenga que fue imprentero  colocador patrón socio qué fortuna para la familia terminó con la desdichada miseria la canela del misterio  y ahora. 

O  T  R  O

La loma del peludo qué expresión más antigua no no lo he releído dijo Jorgito quiero ver algo tuyo vienen pacientes repito después quiero ver algo tuyo siempre es igual no alcanza para decir más me olvido se sienta cierra la puerta escritura automática películas en paquete pasos que caminan pasillo un poco de aire el viento en los almacenes si se queda un poco quiere pedir algo más necesita otra pastilla usted con qué la mezcla yo tomo pero lo dejo estar donde estaba esa pared la tiraron dejaron espacio pero ahora les queda grande para hablar siempre lo mismo ahora otra copa pero no le decía yo? empieza con un malestar estómago no repito pero luego después de tanto me va a bueno no la gente siempre dice lo mismo me tengo que expresar las voces se filtran igual que la luz y nunca supe que iba cómo va a entender sabe una cosa? yo me canso de ser como soy mi palabra la intención encuentro vacía doy la vuelta cambio un tono remarco pero ya ve sigo sin entender aún hablo renuncio un camelo la verdá si soy una lluvia justo se vino a largar pero se conforman con su pequeña vida lo de siempre levantan güeno qué me cuenta sí una época dura con el psiquiatra la mano cambiada de un médico iba a otro le lloraba la carta tenga cuidado me decía pero ya tenía dos recetas en el servicio de urgencia no me querían atender así se cuartea hasta el viento voy adónde cansado estudio pero yo que los juzgo también repito la inconsistencia soy lo que queda de mí.

El paisaje es la gente el hombre el que va por los caminos sediento de hospitalidad se mete en el boliche y antes de sentarse empiezan las historias los turbios decires el proveedor del que fue dueño de tantos negocios ahora  no es más que figura apagada sostiene su pena sobre el bastón mira saluda y  hace la cola para subir a un colectivo después de hacer chistes cuentos sobre muestras mundiales que ganó Argentina en una el mejor clarete en otra el champagne él agrega las mejores mujeres en esa melange difusa medio argentino porque no sin embargo algo siente se escabulle mostrándose alegre es un trágico un símbolo perdido empecinado con los ojos la abrumadora soledad se olvida de él fue así cada mañana despertar un desayuno pobre cambiarse llegar a lo que tantos llaman el centro el bajo city porteña pero él entonces no se preocupaba por límites barriales o esquinas sin ochavas cariátides era un simple empleado rápido para llegar temprano al café en ese entonces.

UNO 

Quería decirte una cosa como no puedo leer escribo el vacío lo siento igual la memoria por qué iba a empezar distinto con un ser al costado sin mucho escenario no salteaba ningún personaje comedia drama monólogo palabras con palabras quiere arreglar todo mi tiempo tira e interpreta solo en la forma que es alejamiento no aguanta ropa a su lado ni ningún resto que le despierte las manos las cabezas la distorsión de lo real le había quedado pendiente unos renglones atrás simplemente olvidado: “cuando uno tiene un problema está pensando en algo obsesivamente se olvida pierde el hilo “ decía el maestro espiritual ahí estaba la cosa lo justificaba y al mismo tiempo se justificaba ella misma esa señora grande de anteojos ponía los brazos sobre la mesa y escribía en un cuaderno concentrada su amigo le había quedado esa costumbre que aparecía cada tanto una palabra la cambiaba modificando el sentido.

Es el mismo cuando escribe prosa que cuando poetiza el mínimo lápiz la lapicera aquello que es el presente que siendo pasado no aspira a nada se sientan los dos en el bar y el más joven le dice el tiempo no existe claro es una cosa dispuesta desde antes le contesta el otro más mayor con la boina el bastón prolijo mirando la vida desde la ventana no obstante se puede levantar lo abraza se ve que hace mucho que no se encuentran el  joven está grande el mayor tiene lentes de aumento grande el viejo espera se pone contento porque lo dejan salir del geriátrico y mirar recuerdo hablan como siempre sólo pasado filmaba cuadros que no existían imaginaba lo único que salía del Di Tella y la modelo rubia que tenía cara de clown y el joven llega a ponerle música porque tenía voz acatarrada y estaba en el fondo ese lugar desde el cual nadie podía llegar a que un batero cantara y la película era un vértice un desmadre de imágenes y era como que había secuencias sin lógica desargumentada sin diálogo blanco y negro  gris de corridas sin hilo el más joven no se sabe si lo frecuenta porque se dan un largo abrazo como si hiciera mucho tiempo que no se ven y es una película de otra película donde no hay nada más bello que un recuerdo “ un tiempo florido “ y después pasan al geriátrico donde está internado el hombre grande ahí tiene una computadora va pasando otras películas que hizo propagandas y viene su pareja que lo visita siempre le pasa el brazo por el hombro es lo último que le pasó de vida porque al cabo de unos meses queda duro sin aliento en el edificio húmedo y es como si no hubiera quedado ni la pequeña huella la gorra arriba de la cara los ojos la boca el aire cortado por palabras querendonas.

10.8.14

Temporal, por Daniel Riquelme





1

de cualquier lado
de a poco
de golpe
crujidas caen por la escalera
el forraje comienza a bailar
con hojas suicidas
sopla
                mezcla
caminos
en la polvareda
empujados al todo
la boca abierta descanta
desparramo de citas
y cintas
flecos y ojos atorados de hambre

ruidos a vidrios estallados
a ruina arrastrada
a ruedas oxidadas
a cancel atrancada
en los vaivenes de la sombra
del estruendo
una mujer doblando la ropa
se desdobla en viento y noche
y tiesa los cuellos plátanos
a lamer su vida descascarada

la manga de pellejos ondean
sopla
el patio envuelto de rincones
y los remolinos de basura
asiestan el horizonte

solo queda arriba y abajo
las baldosas se desgranan
para nada
en este deshacerse
la tranquera definitiva
gira de cuajo sobre laguna.


2

Barceló sale al balcón
y lo sorprende un mástil.
¿Y esto? ¿Quién carajo lo puso?
grita al fondo que le responde:
Sarmiento
se rasca la cabeza Barceló.
¿Pero si Sarmiento murió?
grita al fondo que le responde:
sus vástagos, los maestros.

Barceló mira el patio vacío
y el mástil pelado
como un cerezo en invierno.

Barceló busca las vías del tren
que enhebran las barracas
escoltando frescor de Riachuelo
pero choca con gris taller y pizarrones
con resistencias y condensadores
y tubos parpadeantes.

Barceló es caudillo:
no le interesa ese saber.

Le sorprenden sus terrenos ocupados
sus baldíos llenos de jóvenes
bailando cumbia rabiosa.
Recuerda pero no recuerda
haber mandado a poner ese mástil
justo donde le gusta que le ceben mate
porque Barceló no sabe cebar mate
él sabe mandar
porque es caudillo
y un caudillo debe saber mandar
a matar y morir.


3

polvo de taller
sobre la mesa
sobre las herramientas
sobre la tela
gris interrumpido
en el oficio depositado

polvo
persistente
cepillo de cerda gastada
manija quebrada
con lazo de hilo sisal
para colgar
estampita de san Cayetano
sobre almanaque de María Noel
se dispara
la herencia por venir
se tumba en la zanja
zumba el polvo
su arco desteñido y torvo
toca un responso a cada instrumento
sostenido agarrado
roto y conservado
en el tablero las herramientas
huellan la sombra
en sus perchas retozan
la colmena inútil
sabor a polvo
imposible de retener
en la mamada trasera
retoño que me acompaña
                hasta cortina entretejida
y la persistencia
de la mesa
los caballetes
la máquina de coser
regla y escuadra.


4

están arrodilladas agachadas
una junto a otra
entrelazan los aromas
de puntos delicados
las palabras del color las separan:
una al atril pizarrón
otra al giro del piso
una chorrea
otra elije
una diluye
otra dispone
una grita
otra responde
una ronda al padre
otra se pierde a marea.


5

viento
diseminando los cuatro puntos
golpes entradas golpes
gran caída desparpajada
viento de canto
alisa su desfiladero
al correr su despejada
                 erra
apenas en eso consiste
el desparramo de rostros
su tranco abierto
enagua tibia de los charcos
los dones brisan
                en latidos retorna
incendian sonidos chasquidos
silbidos hendijas enramadas
                arrancan de cuajo el reparo
descorren el suicidio de los frutos
un graznido lejos
corre descalza la evocación:
escuchá el giro
la tormenta que se avecina
                                      antes de verla
                                      antes de la evidencia
escuchá el giro que nada anticipa
después ataremos cabos
la inútil vigilancia del cálculo
que se avejiga
sopla
consonante.


6

pilar con rejas
y esas plantas que nunca mueren
pezón mirando de reojo
el filo que pasa sobre los malvones
y termina en la vereda insolada

damos la espalda a una casa
de comedor largo
piezas frescas y húmedas
y cocina con lugar para sentarse

más atrás un patio con fondo
mesa y bancos de cemento
collage de cerámicas

al costado un lavadero
la cerda de los peines
al costado de la pileta
estantes
frascos
líquidos

hay sombra en la vereda
toca nuestra sombra.


7

la horqueta tronco
moja
alfajía
se continúa pared
escalera montada
altura y pájaro
en viento
espina blanda
la voz pifia
perro perro perr
al ras
el verano llega con rosas gastados
con pájaro
entrar a fronda
escapar al equilibrio
movediza en civil
escape la fronda innecesaria
su sierra sierva
ladra y tranca
su medianera ausente
descara postigo al aire
entregada a descascarar
la rama de colores
con ganas de arbusto.


8

suspendido en los puntos
en los puntos suspendido
los veo en sus cuerpos
separados y unidos por el vacío
tomados sin manos
encadenados
suspendiendo lo que imagino
haciendo
lo escrito en el desván.