Para J.C.
Escucho los
aullidos de un lobo apátrida, deportado, que quiebra el habla ante una luna
oblicua. Golpes, trituración, convertir el poema en un hilo sujeto a un
gong.
“El vivir/que es el
crujir/ rescribía golpe y contragolpe/ en el mismo cuerpo/ mismo desespero”
“…Ni siquiera pronto/ ni siquiera al fin/ Aquello que es un peso/ aquello que
no es nada.
Horacio…
¿Vamos, venimos?
Suena el silbato del tren y me vuelven deseos de regalarle suerte. Una
intuición. Alguna lúcida metáfora. Todo el entramado para que lo
desentrañe en un minuto revelador. Una foto del mar. ¿No es acaso un regalo
dulce?
1
A veces preguntas, cientos
de veces preguntas ¿adónde te guía tu memoria de simio? ¿Ves un árbol? ¿Ves el
hueco? ¿Quién te hizo esos tatuajes? Rompés la aguja, tirás los parches
contra el piso y te acostás peripatético. Sentís que la cama
es blanda. La querés más firme, la querés más blanda.
Seguís una mosca que
en el ala tiene un tatuaje. Le das un paletazo y cae muerta en el
piso. Para eso nacieron las moscas. Para ser matadas apenas nacen. Buscás
la aguja, el lápiz o la paleta de plástico para hacer estás cosas.
Temblás de frío, temblás de
rabia, temblás de angustia y volvés a tu cama a esperar el sol de la
tarde. Apostás al 69 que se confunde con la deuda. Ya ves, te preguntás y se te pasa la hora
de la apuesta. Es tu cabeza plantando ideas en otras cabezas o viceversa.
De repente algo
aparece: “Está muy bueno, ¿te gusta? Sí ¿a vos? ¡También!” Es un rato en
el sueño de una tarde y es volver...
Alicia…
El corredor de nubes
atraviesa la frontera. Gases impuros bajan a la tierra. Cuestión de
Geoingeniería. Allá abajo… ¿15 mil pies abajo? Lo dijo la azafata. No la escuché. No
importa. Veo desde el aire el cordón de los Pirineos. Las crestas
blancas, los surcos inmóviles de los ríos, los valles y los acantilados que
resguardan la libertad de las águilas. Demasiado magnífico para ser un
límite sujeto a otros fines.
2
Estaba viendo que todo se iba con la ira de una aspiradora en la
limpieza urgente. Nada sutil, por cierto. La distorsión de la vereda
tergiversa las ventanas y la puerta de calle. Imposible abrirla con
la llave vieja.
3
Los lunes nos ponemos Zen. Los martes nos despertamos
griegos. Los miércoles somos más americanos. ¡Viva Zapata! - grita un campesino
ebrio. Todo embriagado con buen vino muestra el triángulo de su
tristeza. El cuerpo no se equivoca.
4
¿Carlos ingresó al sanatorio con su abogado o ingresó al
estudio del abogado con su médico? Ingresó a la Facultad de Derecho y egresó
del Banco. Sabía y sabe mucho de plantas. Sabe detectar las variedades de
los helechos. Sabe cuidar un esqueje para que sea un árbol.
¿Agrónomo o abogado?
Veía un naranja vibrante cuando otros veían el color rosado.
Pronunciaba la elle y no la ye. “Estás aprendiendo a hablar” decía cuando
alguien pronunciaba, entre la broma y la burla, pollera – imitándolo- y no
poyera. Perdió un poco la pronunciación misionera. Le
gustan la mandioca frita, los pierogi y el whisky. Además, leía dos
novelas largas en pocos días como si nada. Ahora apenas lee
el prospecto de un remedio. Dibujaba hermoso.
Vendió un automóvil viejo y compró un automóvil de alta
gama. Carlos hacia números en el aire y yo a veces los hacía
atornillados. Manos desesperadas tratando de esquivar el volantazo.
¡Cuidado, está en rojo el semáforo! La caja, con artículos
de lujo y baratijas desparramadas, sin llegar al 21 de cada mes de cada año. Del lujo
asiático al rancho.
Alguien tosió en Wuhan. Fue el aleteo de la mariposa que
ingresó a millones de casas.
En la mía puso las cosas en equilibrio, pero el juego
del Blackjack no es olvidable.
5
Un cuerpo de tres
dimensiones proyecta una sombra de dos dimensiones. Marcel Duchamp.
Un cuerpo de cuatro
dimensiones considerando que la cuarta es el tiempo, ¿qué sombra proyecta?
También se lo pregunta
Martín que deja su cuerpo pegado en un bar a orillas de la
ruta donde trabaja 12 horas diarias, más 2 horas de tren y le restan 10.
6
El camino hace círculos. El mundo, como un extraño
vehículo espacial, avanza rápido sin señales de progreso. El
paisaje parece habitado por sentimientos extraños y la curiosa
ambivalencia del público tan fascinado y tan agraviado simultáneamente.
–¿Qué le parece todo esto?
–Es difícil saberlo.
–¿Cómo está usted?
–Maravillosamente pero mal.
El efecto del conjunto es ingenioso pero una parte del
público piensa que es un vehículo catraminoso del siglo XXV.
7
La estabilidad del
transatlántico exige que en su estructura inferior haya vacío. Franz
Kafka dice que ese vacío está lleno de ratas por lo que no es tal.
Pero aun así la estabilidad
temporal se da si sobrevuelan los buitres y picotean con frenesí la cubierta. A
punto de un racionalismo armonioso.
No obstante, no es difícil imaginar que, durante la travesía, el
barco se convierta en “esqueleto” de un fantasma.
8
“Me hice amigo del tiempo, es más, empecé a quererlo.
Mi sometimiento a él es irrevocable y ya no estoy disponible”.
No lo dice Borges que
“dispone de todo su tiempo y en resumidas cuentas J.L.B. no es un hombre
ocupado” escribe el autor de Siberia
blues, Néstor Sánchez, en una entrevista que le hizo al hombre de los
espejos y de los laberintos.