2.8.24

Comida de mozos, por Santiago Armando

  

A Verónica Nercesian

 

Para los desgraciados no existe la amistad, o sos socio o sos empleado.

Proverbio de supervisores y encargados

 

 

 

Locomotora y pucho

Ya casi no existen

pocas bocas de cenicero

con el tabaco armado

en una mortaja

de bolsas de afrecho

con Cintoplom

en el huevo izquierdo

 

Para las ostomías limpias

debe llegar el cuerpo

a anémico,

por el riesgo de cagar en la bolsita

y agarrarse la septicemia

hasta que los yanquis nos vendan

su comida de astronauta

y que los panzones no mueran

y ahí meto el rabanito

con frutilla dentro

y sustituimos importaciones excesivas

para sostener el valor de la moneda

 

Después de hora

por la marea de la copa

miraba

a los mozos comiendo

cuando llegaba la comida.

Babando los orificios

antes de hincar,

me paraba de inmediato

y pedía la cuenta

y el baño limpio, de nuevo

que les cagó el bachero ido

hace largo tiempo.

 

Debutante de La Farola como yo

ayudante de mozo,

comía con ellos

después de que

estrellaran las bandejas

en el pasillo de la barra

con las bandejas hirviendo de pasta

en el piso

y me miraran todos juntos

al mismo tiempo

y ni un puto sonido.

 

Uno de la barra me decía amigo:

Amigo del pito mío

 

Se podían hacer

comiendo, al cierre

solo ruidos

de falta de teclas,

pero un eructo

y estabas afuera

 

Gracias a Dios

por el eructo

en la mesa de los mozos

con un bufarra obeso cocinero

de bigotes

y uniforme blanco

que si le corría una faca

por arriba de la cintura

llevábamos sus chinchus

en dos carretillas

hasta la parrilla

 

 

Voy al Fútbol 5 con ellos. Sos bueno, pero tocá más rápido, me dicen. Las gradas estaban llenas de gastronómicos peinados con pantalón gris de colegio y zapatos negros con olor a grasa de culo. Aparecen tres pizzeros con un camión y al rato empiezo a escuchar los tingles de las chapitas de las teclas y muerdo, toco, la paro y nadie aparece, pido que se habilite uno por favor. Es un fútbol tan de rinocerontes con patadas brutales y corridas de mogólicos que hago dos goles carambólicos y ganamos dos a uno.

 

Mejor estudiar para escribano,

lo que llaman en las españas Notario

para lotear los valles volcánicos

plantar la blueberry porro

y cambiar el mundo

con una larga prole

o

serán más cascadas

y tragos

de Campari con guasca

costillitas a la riojana

y años y años

de cenas con mozos extraños

 

 

Debo tomar las pastillas porque todo me pone careta de huevo en circuntancia. Estoy en brazos de diez mozos paraguayos buscando un descampado, quisieran pasar a mi rigidez de cadáver para hacerme el orto y luego meterme en un horno de culeados. Pero me paro, todavía tibio puedo esperar otro día, los degüello y me hago unos mates en la cocina. Primeros buses de la Pana, corro los metros al puente, me pongo el poncho.

 

Mis hermanos no saben

que si les pasa algo

Yo les daría toda mi sangre

pero no la querrían

por mi olor a pucho

y mis triglicéridos.

 

Yo que sobrepaso al laboratorio

en la carrera de espermas

del Eunuci Larreta

 

Para Milei y Larreta

la vida en sociedad es lo que es:

Rascar pochoclo

entre mosquitos y mayonesa

jugando a la Concepción

como un pata de lana inmaculado

de los saunas paraguayos

 

 

                                                                                     ***

 

Cuidado con la sangría con sida, decía Bilardo en Europa a los integrantes del Seleccionado. Él había vendido el spritz de sida a Estados Unidos

después del dopping del Diego con Alfio. Bilardo tenía buenas referencias en la CIA,

para ser doctor y campeón hay que hacer de todo. Don Carlos nunca tuvo problema para ganarse la vida porque tenía título de médico. La AFA le confeccionó el título de técnico cuando se lo requirieron en Sevilla. Fue técnico del equipo del hijo de Muamar el Gadafi, y Diego besó el llavero con Rosario de Gimnasia de la mamá de Cristina que le acercó la hermana en la conferencia de prensa, sorprendido el Gordo que le daba las llaves de su casa, acariciándolas.

 

 

He venido con Alberto a cantarles a Catalunya, nos ubicaron en la plaza de toros con rodete, vamos a enseñar al toro unos nuevos movimientos de huevo de costado, vamos, vamos a escribir toda la madrugada como solía hasta hace pocos meses que me malgasté en unos barritos de cómic.

 

 

Te vas muy rápido de postas sin las pastas.

 

Auguri, gerente

tripa suelta.

Son días fríos

con los electrodos de Pavlov

en el megagalpón concentracionario

como bovino oficinista

a la hora de la siesta.

 

Veo la luz

y doy una vuelta

en el tranvía Kandinsky

por la mañana transparente

de cristalero

 

 

Una vez fui a ese bar de mozos que había al fin de La Costera Criolla, hoy 338. En ese hornero del ortos con soplete miré las pálidas dunas de culos peludos, los jabalíes en pascualinas jadeantes solemnes, y me fui desagradablemente abombado por la grasa y esos afeites de ojete sin aire.

 

 

Un garito en el cementerio de cajeros

Detrás de la pradera de bidets

desnudez, pobreza, dormir, pajarracos, día silencioso

abro a la terraza y veo

la rata sin cabeza que dejó Tito

pareciera un hijo abandonado de mozo.

Pero.

No sé si me habrá visto tocarme un huevo

pero atiné a entibiar en la cacha la pelahuevos y

Al fin

del arcoiris

laa canasta con los genitales

De un alto comeguiso peludo

con alas negras de mondongos

 

si ve muchos camiones de flete

y viejos desahuciados

son gitanos paraguayos

conchabados con el banco

 

Mozos comiendo solemnes

y mudanzas desahuciando viejos,

McDonald’s pone vidrio molido

en las bolsas de restos, de nuevo.

Faltaba el Nuevo

Aceite de Huevo en Bicicleta y Cannabinoles

que permite abrir

la roca de Marte como carne

con nuestros filos,

oh helicóptero oligodópodo

migras

al corralón de Mofluscus

en los mares espaciales suspendidos

en aceite de huevo y cannabinoles

 

 

Entiendo mi cuerpo

 

El aceite de huevo

y cannabinoles Brassens

es para pasar

en la tostadita olímpica

de las conchas

de las damas divorciadas

 

Ganate la vida con el teclado

comprate uno rojo iluminado

apagá la luz

y tomate una sangría con sida

con traje, engominado

que si te ganás una guitarra

salís por los pueblos a cantar

y a dormirte tarde

con las damas jubiladas

 

Bilardo vive y es calvo
y pajero mandibulón
en un cuarto oscuro

 

 

La nulidad de servir a los hombres para pagarte la vida, ¿Por qué?, me dijo Stamateas. Era un gran best seller en su momento, ¿dónde están ellos ahora? ... y El Bambino Veira, Galeano en musculosa, Durán Barba... Durán Barba se pedía una fuente de empanadas y siete libros de autoayuda en el bar del escenario, allá en el Gran Splendid... las francesas tanteaban los paquetes con la rodilla, las derelictas drogadictas me seguían a los palcos, y esas empanadas que nunca volverán, que yo le robaba a Durán Barba, como tampoco: el equipo de jogging azul francia de tela de avión de Galeano, con esa musculosa de basket norteamericana tan al tono, y la Heineken chiquita en la mano, con su brazo tostado de colgajos. Lo que era un lerdo divague y también una comida de mozos al cierre.

 

Voy perdiendo hermanos y

las últimas amistades

eché a los que venían

que se enmendaron

por sus mujeres sapos

y se hicieron gigantescos

imbéciles mandaderos

que se energizan

con el regurgitamiento

de la música

de inteligencia artificial

que se escucha en todos lados:

los tecno-nazis ganaron

 

Aquel viejo mundo hecho polvo

atado a mi cintura

y todos rascando pochoclo con grasa

hablando de sus hijos

como ponderan las viejas

los electrodomésticos

 

Al fin solo,

pero el teléfono

me molesta con sus mierditas

de cosas al pedo,

un perrito histérico

el lavarropas

Me levanto a vaciar el mate

pegándole bien fuerte

al borde

del basurero del mundo

y vuelve el silencio

para escupir los versos

 

 

El vecino acá abajo con el cortafierros en su taller escuchando instructivos de You Tube, pero ahora estamos en una pausa de almuerzo, o tal vez la acción apabullante del mundo le pone un freno, por la salud del sistema nervioso de la ecología ambiental, que se queja con más elocuencia que la mía. Pero sigue después del almuerzo.

Salgo a la terraza y le pregunto si está haciendo los regalos para Papá Noel, me pregunta qué regalo quiero: un trineo verde. Me dice que está tratando de cortar una chapa, le digo que ya me parecía. ¿Vos qué onda? Me pregunta. "Tratando de descansar un poco" y contesta algo que no escucho cerrando la hoja doble de la puerta ventana y vuelve el silencio hasta la noche.

 

 

30/7/24, Benavidez