21.2.22

Composición, reflexión, acción, por Federico Leguizamón

(Sobre Cuaderno del poema, de Gabriel Cortiñas, Palabras Amarillas, 2017)

 

 

No son muchos los poetas argentinos de la nueva generación que hayan pensado y escrito consideraciones sobre la escritura y lectura del poema. Más allá de la propia escritura como postura estética en comentarios de libros o ponencias universitarias, no se vieron libros como los de César Aira sobre Pizarnik y Copi, Arturo Carrera con Nacen los otros, Diana Bellesi con La pequeña voz del mundo, o ya recopilados los ensayos de Fabián Casas.

El libro de Gabriel Cortiñas (nació en 1983, autor de BrazadasHospital de campañaPujato, premio Casa de las Américas de poesía 2013) encara este proyecto con este Cuaderno del poema escrito en párrafos con recuerdos, propuestas y observaciones sobre el oficio, y abre el juego para pensar la poesía y sobre todo la escrita a partir del 2001 en plataformas digitales, lecturas públicas y nuevas publicaciones. El ensayo sobre la escritura plantea una estética, acaso la intuye, la yerra, la planifica, y reabre el juego desde este plano: ¿qué es el poema, la poesía, el poeta, hoy?

Cortiñas piensa el poema como verdad, y plantea al poema como “un espacio o territorio de conflicto, de tensión”; recuerda la violencia en el poema y su composición, idea de creación que parecería perimida pero no; y vuelve a la acción política: “la soberanía como la escritura no son ideas, son verbos,”

Estas son algunas de las ideas que se pueden consignar en este libro ¿de ensayos, párrafos, prosa poética, diario, inclasificable? Cuaderno, claro, lo dice el título.

Inconformismo: “¿Qué pasa hoy? Hay entretenimiento disfrazado de “nuevas tecnologías”, donde el hedonismo y un tibio existencialismo doméstico acumulan un porcentaje mayoritario de las publicaciones o performances poéticas”, e imposibilidad: “Nombrar el fracaso de nombrar nombrando compone el necesario parto lingüístico”, formas de la poesía, sedimentan posibilidades en este libro de ensayos sobre el poema, ya poema, y en este caso escrito por la principal persona a la que puede interesarle reflexionar sobre el estado de la lengua y su sociedad.

Entre poemas legibles, objetivismo influenciado por las redes sociales, e ilegibles, acaso barrocos, la puesta en voz, y algunos autores que le sirven como disparadores, el libro trae el debate, la lectura y la escritura que alimenta y circula en la estética regional.

Oraciones solitarias, párrafos que llegan a las setentas palabras y textos más extensos, se terminan de significar en la pos y re lectura.

“La literatura también necesita de críticos apóstoles para poder transmutar, de lo contrario ese lugar lo ocupa el mercado”, dice Cortiñas.

Escritos entre 2013 y 2015, el libro también empieza y contribuye a armar un mapa escrito del espíritu de la época: kirchnerismo y macrismo.

Mientras releo el libro, nuevas posibilidades se abren en cada párrafo cerrado, y sucede que cada uno podría servir para producir nuevos párrafos sobre la creación. “¿Qué escucho cuando leo un poema?” “¿De dónde surge un poema?” “¿Podemos pensar el poema como una carencia?” “¿De dónde viene la palabra tensión?” Estas son algunas de las preguntas y encontramos también las respuestas en este Cuaderno que invita a poner en conflicto el estado de las cosas.

 

 

Tomado de: BazarAmericano/Actualización septiembre - octubre 2017