(Sobre
La historieta en el (Faulduo) mundo
moderno, Tren en Movimiento, 2015.)
Como si de tanta cantata crítica en torno a la
ilegibilidad y el sentido este colectivo de artistas, Un
Faulduo, se hubiera cansado y
arremetido a componer un relato con requechos
de su propia estética recogiendo el guante del relato. En este caso, las glosas
de un ensayo. Una experiencia con la sensibilidad de la historieta y el dibujo.
Una secuencia rítmica de imágenes que despliegan una exposición ordenada en su propio caos. ¿Hay
que leer a Oscar Masotta para entender La
historieta en el (Faulduo) mundo moderno? No hay nada que entender para
apreciar esta versión, apropiación y manifiesto en formato libro. Si no fuera por los hiatos en el sentido que
proponen, su relato no sería el que es. La apuesta de este grupo de prolijos
delirantes alrededor del campo de la historieta es otra. La historieta en el (Faulduo)
mundo moderno, por todo mandato estético, propone ambigüedad
y un camino a deshacer de sentidos relacionados.
¿Es
arte abstracto? No. Hay proliferación de sentidos y una red de asociaciones
libres hilvanadas con imágenes y dibujos intervenidos. Todas las formas del pastiche,
del collage, del palimpsesto atraviesan el libro de manera intensa. Gráfica y
plástica. Operaciones con la parodia que van del homenaje a la apropiación, la
cita y la malversación. El libro recuerda esa idea de Guy Debord: “La
malversación es lo contrario de la cita, de la autoridad teórica siempre
falsificada por el solo hecho de haber devenido cita; fragmentos arrancados de
su contexto, de su movimiento, de su época, como referencia global de la
opinión precisa que estaba en el interior de esa referencia, exactamente
reconocida o errónea. La malversación es el lenguaje fluido de la antiideología.”
(La sociedad del espectáculo). En
Debord resuena la frase de Lautréamont: “El plagio es necesario. El progreso lo
implica.” Una diáspora de sentidos puestos en cada página, una atmósfera
onírica y un trabajo sutil con la ambigüedad de las imágenes. Mafalda con
Lawrence Alloway con Dick Tracy con Art Spiegleman con Tarzán con Carlos
Correas con Batman con Lichtenstein con Hulk con Balzac con Krazy Kat con
Apollinaire con Popeye con Flash Gordon con Godard con Schulz con Crumb con
Daniluk con Ezequiel García con Nicolás Moguilevsky con Nicolás Zukerfeld con
Tintin con Alfred Jarry con Borges con Büchner con Mickey Mouse con Flaubert
con Mort Cinder con Duchamp con Stendhal con Grimmelshausen con Richard
Hamilton.
Historias
sin número de página sobre lo moderno en la historieta: “Y no nos ocupamos de
historietas porque pretendamos ser modernos: es que la historieta es moderna.” Un Faulduo muestra esa consigna en cada una
de sus páginas. Un Faulduo, “un lector sin edad, aunque adulto” que sueña con
literatura dibujada. El libro reflexiona de manera oblicua sobre la relación de
los barrios bajos y de las clases altas con el consumo de historietas. Aunque en
su lectura resuena la frase de Nabokov: “Un autor
no tiene que entregar un mensaje porque no es un cartero”, Un
Faulduo indaga sobre el misterio de lo popular en el arte.
Poemas y una vertiente delirante para “arquitectos bailarines de la viñeta”. Un
libro sobre la historia de los estilos en la historieta moderna que teatraliza esos
cambios desde raptos de inspiración, donde leemos:
“La novela necesitaba gráfica, o la gráfica, novela”. Y todo se vuelve relato
visual, “en páginas al corte” con yuxtaposición de esbozos y relatos. ¿Qué quiere comunicar este libro de Un Faulduo? Una
sociología de la historieta moderna, en apretada síntesis visual y, lo que es
mejor, sin jerga alguna.
Robert Crumb: “Los mejores comics combinan una imagen potente con un relato de peso. La mayoría de los profesionales dominan una u otra facultad. Muchos artistas técnicamente capaces son buenos creadores de imágenes, ilustradores, básicamente. Otros cuentan con un talento artístico reducido, pero son buenos contadores de historias, conocedores de la estructura de una trama, el desarrollo de los personajes y la dinámica del diálogo. Es raro encontrar ambos elementos equilibradamente con la debida fuerza en un único artista” (Recuerdos y opiniones, 2005) ¿Es Un Faulduo ese artista plural y exigente, en estado de desacato creativo, que aúna en cada pliego el relato de nivel con la imagen lograda? Literatura de dibujos y esbozos como un libro de viñetas sueltas.
Analizando la obra en viñetas de Copi, César Aira dice que “el comic nos hace ver el tiempo”. Otra pregunta que surge después de leer, en una placentera desconexión de los hemisferios, La historieta en el (Faulduo) mundo moderno es qué tiempo espacializa este libro. ¿Espacializa el debate de Massotta sobre la historieta? ¿Espacializa un clima intelectual y discursivo sesentoso? ¿No espacializa ningún tiempo? ¿Espacializa, en sordina, la actualidad actual del año 2015? Puede que como su título avizora, espacialice, entre muchas otras cosas, a la historieta en el Faulduo mundo.