18.9.11

Una chica Adicta, por Mirta Nicolás






Para Hans Yegros


¿Dónde está esa chica que pretendía ser moderna entre recetas robadas de clonazepam y discos de Siouxsie and the Banshees? ¿Qué será de esa que conoció a los Adicta allá por el ‘99 en Buenos Aires y los siguió a Niceto, Alternativa, Cemento? Cuando Toto hacía de telonero para Babasónicos salía con medias de red, botas rojas y lentejuelas rosas. Me acuerdo de una musculosa que tenía blister de Bayaspirina cocidos. Innovaba. Iba a ver a Toto porque era un show visual. Bailaba sobre el escenario como una odalisca en trance. Le decían Toto Manson porque era pura autodestrucción y no le importaba nada. Cuando presentaron Miedo, ocho años atrás, tiraron plumas al final del recital. Nieve de plumas de boa. Después vino el cuero. Ahora se cumplen diez años. Rudie dice: Matame si creés que hago algo que ya escuchaste de mí. El poema de sus canciones. Traerás un huracán a despertarme, la lluvia sabe de mí y sabe la verdad. Porque no se repiten mientras otras bandas encontraron la maquinita de hacer hits y entendieron cómo pegarla en la radio. Adicta sufre los defectos de sus virtudes. La idea es de Jean Cocteau. Yo era una chica adicta a los discos de Richard Helll & The Voidoids, The New York Dolls, las drogas sintéticas y el champagne importado. Pasó mucho tiempo. Sigo escuchando Adicta. Toto ahora sale con saco y corbata negra, camisa blanca y anteojos de sol. Los rulos le quedan muy bien. Fui a verlos al Rojas, al N/D Ateneo, a Devoto, Ramos y Lomas de Zamora. Están por salir de gira por todo el país. Toto-bailarina-pavo-real acaricia con agudos mis oídos. Ahí están sus canciones para siempre. Estuve loca con Adictism, electrónico, bailable. El disco ganó un premio importante. Pero eso no debería importarle a nadie más que a ellos. Si mañana viniera a mi casa un extraterrestre, y yo, desde mi más plena, desolada y adulterada subjetividad, tuviera que explicarle qué clase de libros se escriben en mi país, orgullosa, le daría a leer Melodías argentinas de Milita Molina. ¡Eso es literatura! Y si me preguntara por el rock vernáculo, le daría sin dudarlo Una década adicta. ¡Eso es rock! Temas nuevos, originales, remezclados y regrabados. Es la mejor banda argentina de los últimos quince años. No sé dónde estará esa que pretendió ser libre y desprejuiciada entre recetas falsas y cd’s de los Cure y los Kinks, pero esa chica sigue escuchando Adicta.