/ el Topo este es Paradoja, es Paradigma
y Epitome/
/ este Topo metafísica es Metáfora
de las más inequívocas imágenes/
Sumario:
Tranquilo el
Topo
– trabalenguas en ritmo de Re doble –
par
LeRouge
Ulterior Desdibuje:
Contribución zoo-eto-lógica al Trabalenguas
del Topo
par
LeNoir
Tranquilo el Topo
–trabalenguas en ritmo de REdoble/–
Tormentoso,
el Topo tiembla: tiene tristeza: atrona un poco.
El Topo
no tiene comida: dinero tiene tampoco. Pero tiene taller
Tiene
Taller, en las tardes talla tornea
tañe tararea –atrona un poco.
El Topo
se empecina se desmide se tropieza: se tropieza el Topo, repta
–tiene anatomía–, atrona un poco.
Siente
el Topo la latitud del monte Tupungato, su tosca fosca topo grafía:
su altitud. Trepa entonces este monte tan
campante (todo esto
entre sus mientes –o magines–,
evidente; así, monta hasta elefantes).
Entremedio entabla con sus sombras tristes
teatros decadentes:
¿tendrá el Topo en sus sitios sus tornillos o en
su testa trae
tejas sueltas, y en sus patas rotos los
tobillos?
Entretanto, se interroga, se entretiene,
estudiando harto su Antropo Logia
–triste trópico es el habitat del Topo, su
típico tópico– tapizando
su entramado de tratados, combatiendo con un
cúmulo de dudas, tragán–
dose enteritas gordas ruedas de carreta.
Toma notas el
Topo, las anota en su libreta.
Tienta el Topo, intenta, trata, trata de– /de pronto tronase altanero,
tiene lengua de taladro, la trompa se le
solivianta, se destempla el Topo
-ya era tiempo–, se atraganta: atrona un poco.
Tonto el Topo,
terco, lerdo; torea, arrastra el poncho:
le tiran tierra, melones; le dan tirones, le
pisan los talones...
Tiembla el Topo, palidece, siente vértigos,
ortigas en los interiores,
tenazas en los intestinos. Torpemente trata el
Topo, trastabilla; le escupen
en su escudilla, le tienden trampas, lo
contagian con ladillas... nuevamente
atrona un poco.
Toca el Topo entonces trémulas trompetas, urde
burdos subterfugios en subterra
–su refugio–;
siente tambores, y destrozos, y tragedias, y tornados, y tumultos
trama el Topo entonces trombas muy tremendas de
Topos desterrados enén
sordece-doores retoornos...!
Trata el Topo: tiene Taller; trabaja miércoles y
jueves, transpira duro.
Tapa el Topo su destete trama el Topo su destape
tiene traumas,
Tristes trancas, tiernas teorías, tenues
utopías; trepida el Topo, se tropieza,
trastabilla (se da al traste): tiene tristeza.
Tiembla, el Topo. Toma una decisión
–toma firmemente una decisión):
atrona un poco.
Ulterior
Desdibuje
contribución
zoo-eto-lógica al trabalenguas del Topo
El Topo es un bicho ciego,
más
bien sucio, extremadamente necio, torpe y lento.
Es un bicharraco raro –parrandero, repelente y recatado.
El Topo es un pobre diablo
de
índole subterránea:
si
sube a la altura del suelo
se
apuna.
El muy tunante hace tüneles en el subsuelo: los
cava en labores de zapa.
Se pasa metido en su cueva con las persianas
echadas: el mundo externo
lo abruma. A las ene
aún no sale de la cama.
Este
mamífero estúpido, no vidente y desgraciado
se come las uñas se mesa las barba
s aúlla a la luna, al mediodía
del día viernes almuerza pescado.
Cuando es guagua saca
leche de las tetas de su madre,
tiene flatos y diarreas; más poco más tarde el estómago
que el Topo lleva en su guata se va acostumbrando a los plátanos,
y
hasta al maní confitado y, cuando le sobreviene a cada momento
algún
otro contratiempo inesperado
bebe
caldo de cabeza para poder calentársela
–podrían resfriársele el seso, el
cerebelo, el cerebro y el encéfalo.
En cuanto a en vistas a enfriarse su zonza
sesera -si la mano se le pasa-,
se compra en algún astillero un barquillo con
helado.
El Alma del Topo se abruma cuando afuera de su cueva está nublado.
Cuando
hace Resfriado, se suena los Mocos con
un Pañuelo morado.
Quand
ilfait bon, el Topo se siente y vivencia a sí mismo como una fruta de Tuna.
Se marcha
a los cerros los días nublados, pese al precio de los Bases y al paso pesa–
do del
Mando, que lo tiene tan cansado.
No importa que la Perdiz críe Cola,
o el Cerdo
Plumas; el Topo nunca será un Astronauta. Ergo, que en la Luna
lluevan
Piedras de repente es algo que al Topo lo tiene sin ningún cuidado.
El Topo es
un bicho ciego: no hay que exigirle Razones, o pedirle Sacrificios,
Compromisos
o Tomas de posiciones. El Topo ve muy poco más allá de sus Narices;
tiene
menos de dos dedos en la frente: en su Frente sólo tiene Arrugas, es un
animal
limitado, Le va pésimo en las Pruebas de Aptitudes Matemáticas; no manipula
la Regla
ni el Abaco; no mide ni cuenta, no resta, ni suma, ni eleva a potencia. Su
operatividad
lingüística es un cuchillo de plástico. El Topo mismo y entero es un
hacha de madera, es un ladrillo de espuma,
es una
sopa de helado, es un neumático fláccido. (*)
Si el Topo fuera payaso trabajaría en un Circo
haciendo de boletero, o de letrero.
Si fuera
redondo, se iría rodando de vuelta a su cueva, a empedrarle los Infiernos
a los bienintencionados.
Si el Topo fuera cuadrado lo usarían de ladrillo, si fuera
un
programa de radio sería aburrido. Si el Topo estudiara, algún día se recibiría
de
todo un
Topo profesional. Por ahora es un mero aficionado –al pie de la letra avant
la letre, a las duchas de agua tibia y las patatas de
chancha-, y aunque no es feo,
ni tonto,
la Sociedad desaprueba su apariencia displicente, su actitud obstruccio–
nista e
indolente, su parsimonia pausada -na' de venirle con prisas...!-, su terri–
ble
ineficacia disidente. Qué torpeza la del Topo, qué pesadez en su ánima, qué
ligereza
de cascos, qué espíritu de gallina en su naturaleza, qué paciencia más
taimada y
qué destellante sorpresa cuando su congénita pereza por breves instantes
desaparece,
y el Topo se despercude, se esfuerza y produce sus cosas...!
Cuando el Topo va a salir por la noche de paseo,
un baño de spuma toma en su tina.
Con un
jarabe rojo de rosadísimas rosas se perfuma, y se empolva las mejillas y mo–
llejas con
harina. Se lustra un zapato, se ordena y encrespa la cola, con un ce–
pillo de
dientes se asea la dentadura, con esmero se atusa bigote y pestañas con la a–
yuda de un
poquitín de gomina –y llega siempre atrasado. En lo mejor
del partido
...se
queda dormido.
Cuando
el Topo se agarra una bronca, atruena terrible, se terremotea, rezonga
cuestiones horrendas y roncas, se aturulata,
palidece y casi –o por poco– se cada–
verea; se
le conturba la neura, argumenta sinrazones, se le enredan las neuronas y
se le amurra el caletre. De que la cosa es en
serio, se sigue que no es en broma:
;que nadie le venga con cuentos ni monos!
Raza
irritable la de los Topos 1
Todo les
parece mal: la Luna,
por no ir más
lejos -el Sol
les parece
pésimo 2. La Vida
misma es para
ellos como cual
absurda
herida 3, llena de
Furia
y Sonido 4. El
completo y ancho Mundo–5
se les parece
como una broma ma–
cabra,
tremebunda, de mal gusto, como
un chiste de
los sucios,
o un exceso.
Al final de la película, el Topo se
aleja
gimoteando, murmurando sus quejas, gemebundo.
Por
flojera no se muere todavía.
Se tiende de panza al sol, si el Sol calienta,
se arrana como un lagarto gordo y sueña que está
/despierto.
Se lo lleva la corriente o es víctima de los
Sapos.
Generalmente
se lo traga
una serpiente.
Le Rouge: Antonio de la
Fuente
Le Noir: Rodrigo Lira
1
"Aunque usted pertenezca, como yo, a esa que se llama la raza irritable de
los poetas".
Miguel Arteche, carta respuesta al reclamo de la
poetisa Verónica Poblete, Andrés Bello, revista de literatura y arte, N°4, agosto
de 1978.
2"Todo
me parece mal./ La luna me parece mal./ El sol me parece pésimo".
Nicanor Parra, Obra Gruesa
3 "La
vida es una herida absurda ".
Cátulo Castillo, La Última Curda (tango)
4"Life is a Tale/ told by an idiot/ full of Sound
and Fury".
William
Shakespeare, El Rey Lear, tragedia
5El Mundo es Ancho y Ajeno.
Título de una novela del peruano Ciro Alegría.
(*) Que sepa diferenciar a Lamartine de Villón, al Andrea Chénier del André Gide del Abbé Prévost, a Céline de Valéry, o a Villiers de L'Isle-Adam de la Brin Villiers del Conde de Lautreamont, es una cosa posible, si bien los hombres de Ciencia concuerdan en que la presencia hipotética de tal eventual fenómeno no se encuentra por ahora en el Intelecto o la Mente del Topo claramente demostrada por la Ciencia; por demás, siguiendo a Descartes y aunque el plural latino de res sea rei- en cuanto a sus, digamos, reses -cosas, o presas-: la cogitans no cacha nada, y la extensa poco abarca y poco aprieta.
Tomado de: Proyecto de obras completas, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Diego Portales, 2015.