Seis preguntas a editorsx
Hoy responde Julieta Messer de Kunstflug ediciones
Nuestra editorial se llama Kunstflug ediciones y actualmente nos distribuye Waldhuter libros. El nombre de la editorial es una palabra en alemán que significa “Acrobacia áerea”. Me gustaba la idea de que editar es algo medio acrobático, que tiene que ver con el vértigo y con el concepto artístico de ese vuelo. De hecho, en alemán “Kunst” es arte y “Flug” es vuelo. Pero las palabras combinadas significan “Acrobacia aérea”. Soy yo sola editando y trabajo con un maquetador que se encarga del armado del libro y del diseño de las tapas. Arrancamos hace seis años. Por el momento tenemos siete títulos. Publicamos varios géneros: crónica, teatro, poesía, etc.- No hay un criterio: me interesa un libro y voy y lo publico.
¿Qué estás leyendo?
Leo varias cosas a la vez -siempre-, mientras preparo el último final de mi carrera (Lic. en Artes), tengo a mi lado varios libros diferentes para ir mechando entre el material académico y algo menos árido. En este momento volví a re-leer un libro que me gusta mucho que se llama “¿Cuánta tierra necesita un hombre?” de Tolstoi. También siempre anda por ahí alguna antología de poemas de William Blake que funciona casi a modo de oráculo de mesa de luz. Y siempre revolotea el muy vigente libro de Foster Wallace “La broma infinita”. En el medio sigo estudiando y tengo apuntes tirados por todos lados: Brecht, Pasolini, Ricoeur, cosas académicas. Dentro de poco termina este -bello- martirio.
¿Cuáles son esos autores a los que siempre volvés?
Los rusos, casi todos: todo lo que sé de literatura lo sé de los rusos. Bueno y de Kafka también, la verdad. También me gusta mucho Flaubert, pero no todo, algunos de sus libros. Y poesía leo bastante, me gusta mucho Yves Bonnefoy por ejemplo. No leo mucha literatura contemporánea. Prefiero leer literatura clásica. Igualmente trato de estar al tanto de los contemporáneos, porque además de la editorial, tengo una librería y estoy permanentemente en contacto con libros nuevos. Siempre aparecen algunas joyitas, esas pequeñas revelaciones contemporáneas como por ejemplo Alejandra Kamiya, una escritora excelente que escribe unos cuentos que son realmente muy buenos, con un muy buen nivel.
¿Cómo es el proceso de lectura de un manuscrito?
Es un proceso bastante obsesivo. Leo de 7 a 10 veces el manuscrito. Siempre algo se te pasa cuando empezás en el proceso de corrección, pero en general venimos bien y el máximo de errores una vez impreso el libro puede ser uno o dos. Es difícil cuando estás muy sumergida en un texto, entrar en una cosa estéril y objetiva. Antes de leer completo un manuscrito, igual siempre pedimos un resumen y el primer capítulo, en general se ve enseguida si el libro va a interesar o no. Es algo muy personal, realmente.
¿Qué tiene que tener un libro para que te interese publicarlo?
Tiene que ser original, genuino, en lo posible apolítico. No panfletario. O sea, puede describir a través de la narrativa o crónica un momento histórico, pero sin dejar una marca tendenciosa. Porque ya de por sí el libro es un dispositivo para pensar. Que cada persona cuando lo lea piense lo que quiera, pero no me interesa que el libro tenga una marca fuerte “de bandos”. No soy una editorial que busca hacer marketing con eso. Todo lo contrario: mi editorial pierde plata o la recupera tarde. El libro que edito tiene que ser acerca de un tema en dónde se note que quién escribe es curioso y tiene intereses relacionados con algún género literario. Luego claro la originalidad de cómo escribe. Es decir: forma y contenido. Todo es importante. También tengo que llevarme bien con el autor/a. Que entienda que una editorial pequeña en principio pierde plata o la recupera tarde -como dije antes- Pero que su porcentaje de precio de tapa que acordamos siempre se le va a liquidar en tiempo y forma. No cobro por editar los libros, leo algo, me gusta, lo edito. Me hago cargo de todo. Es un poco un hobby caro, pero con responsabilidad de ir formando un catálogo de calidad, con libros cuidados en todo el proceso de edición.
¿Cuánto intervenís en los textos que publicás?
Hago sugerencias de todo tipo, sin tratar de comprometer a la persona que escribe en que me diga que SÍ a tal o cual cosa. Por ejemplo, tratamos de consensuar el diseño gráfico de la tapa haciéndole llegar varias versiones. En general los escritores tendemos a escribir más y a tener poco poder de síntesis, entonces también puedo sugerir hacer “recortes” en pequeños pasajes que me parecen redundantes. Trato de meterme lo menos posible, pero a veces es interesante una mirada externa, en este caso la mirada de la “Editora”, o sea yo, jaja, para poder tener una persona externa que ve de otra forma el corpus y que a partir de esa mirada nueva, da sus propias opiniones, en general es una negociación permanente.
¿Qué relación buscás entre el arte de tapa y el texto que presenta?
En primera instancia que la tapa tenga un mensaje claro, que no sea para nada críptica, que no tenga demasiada información. Sino que simplemente refleje el contenido del libro de un solo pantallazo. Prefiero lo antiguo que lo moderno. No me interesa una tapa barroca. Prefiero que sea visualmente atractiva sin ser muy ornamentada. Me gusta lo clásico y lo colorido. No me gustan las tapas que melancolizan los interiores, todo se trata de poder buscar una coherencia entre lo que editamos, lo que quieren los autores/as y lo que es más “vendible”. Equilibrio difícil pero no imposible. Es cuestión de tener en cuenta a todos/as y trabajar con mucho ahínco y también con mucha alegría.