20.5.22

Senza Coloranti, por Ignacio Fagúndez Polo

  

1/

 

Mientras camino la ciudad observo balcones
y ventanas con enredaderas artificiales

Quiero que dejen de existir las flores de plástico
lo único que hacen es contaminar

 

Prefiero las plantas que puedo ver crecer
Si les gusta el lugar que les dí en la casa.

 

 

 

2/

 

Un sr. con jeans celeste gastado y remera
de Pink Floyd habla de la dimensión del río
con su esposa de saco verde y pantalón floreado


La besa a contraluz del sol un mediodía de verano
¿Qué le dirá el momento siguiente al beso?

 

Recibo un mensaje. Almuerzo con mis padres.
Ellos no se besan. Solo se saludan.

 

 

 

3/

 

Compro pastas caseras y me siento orgulloso
escurro los sorrentinos les pongo abundante aceite de oliva


La avaricia no tiene nada que ver conmigo

¿un gesto de sumisión ante el consumo
o un acto revolucionario?

El dinero que gano lo gasto rápido.

 

 

 

4/

 

Pestañeas aunque haya interferencia
derrotamos la distancia de esta ciudad
a través de la pantalla

 

El wifi se corta a cada rato
La luz se corta a cada rato
Empiezo a transpirar

Voy a caminar para serenarme.

 

 

 

5/

 

El domingo reafirmo que el mundo seguirá siendo
un lugar horrible y hay que vivir con eso

No tengo energía para salir a comprar helado
aparecen las ganas; una fuerza más grande se la lleva

 

Cuando contestas mis mensajes mi corazón aumenta sus latidos

 

El domingo reafirmo que tener el trabajo de tus sueños
no te hace necesariamente feliz. Te gusta la persona que vive lejos.

El equilibrio emocional se tensa al máximo.


Escuchar música mientras otros duermen se encuentra satisfactorio
interrumpida por ladridos de perros.


¿Hacer planes tiene sentido? ¿Qué sentido tiene hacer cosas? escucho decir. La vida te recuerda que estás vivo.
Mientras trabajo fumo y me quejo, como y me quejo. Fumo, como y me quejo.

Lleno el cenicero y los basureros hasta el tope.

5.5.22

Versos del amor ciego, de Giovanni Catelli

 

 

 

Nuestra foto feliz

alberga ya fantasmas

no hay más peso en el paso

ya no deja huella

indago aún el aire

tu gesto que falta

 

 

 

 

Apoya tus brazos en el verano

cede ese peso de horas a la estación

te responde luz a cada gesto

el silencio te abre de par en par el horizonte

 

 

 

 

Mientras caminas y sonríes

me rehúye el filo de las aguas

me ciega el sol menguante

olvido la resaca del lago

todo sucede fuera de nosotros

tal vez ya no pertenezcas a esta hora

toco tu mano desde lejos

antes que cruce la línea de las sombras

 

 

 

 

Está mi sombra en tu sonrisa

la distancia de las cosas más allá de tu paso

habitas conmigo el vacío de la fiesta

no tienes respuestas en la luz del lago

todo está más allá de la espera

yo no sé creer en el instante

te sostengo la mano para saber

que de veras contigo estoy perdiéndome

 

 

 

 

Convoco los días con la espera

los espero al acecho del alba

los oigo temblar en los vidrios

como los dedos del verano

las huellas digitales de la luz

 

 

 

 

Qué tarifa de tinieblas

aguardará los vastos días

eterna lluvia lejanía

turbia rampa el porvenir

del perdido leve abrirse

de esa puerta y ese cuarto

la maravilla y el asombro

la juventud incalculable tu risa

 

 

 

 

Te he buscado en los años

en donde aún no estabas

he aguardado tu mano

cuando no me veías

suspendí tu tiempo

para amoblar el futuro

nuestra casa está lista

en un disperso porvenir

 

 

 

Tomados de: Giovanni Catelli, Versos del amor ciego, En Danza, 2021.

 

Traducción de Pablo Ingberg