La ley no hace a los hombres una pizca más justos; y por culpa de su respeto por la legalidad, aun las gentes de buena disposición se convierten día a día en instrumentos de la injusticia (…). Si un millar de ciudadanos se negasen a pagar sus impuestos este año, eso no sería una medida violenta y brutal, como lo será pagar ese tributo a fin de que el Estado pueda seguir cometiendo violencia y derramando sangre inocente. Esa es en realidad la definición de una revolución pacífica, si es que existe tal fenómeno.
Henry David Thoreau, Desobediencia civil
“Estos hechos, –leo en la segunda página– ficticios y reales, remiten la dura realidad que atraviesan los pueblos castigados.” ¿Darle voz a los oprimidos? ¿Mostrar, con imágenes y palabras, un choque de razas? ¿Cómo entretenerse con un pasquín ilustrado que habla sobre los hilos del imperialismo económico y los modos de apropiación de la clase dominante? Un retrato de las formas de resistencia hecho de cerbatanas, caballos rabiosos, banderas, escamas, puntas de lanza. Las ilustraciones no tienen nada que envidiarle a los exquisitos dibujos a mano alzada de Eduardo Zabala o al trazo hiperrealista de Diego Parés. Pero en todo hay una liturgia de las diferencias. Porque un pie pisa fuerte las raíces de su tierra. Guiso de gato por liebre. El andar de los caídos. Es un cómic, un panfleto, un folletín. Tachos naranjas y chalecos policiales, confundidos. En las paredes el stencil: NO LE HABLES AL RATI NI UN RATO. Malandros. Punk telúrico. “Un malón representa a un grupo heterogéneo que se reúne espontáneamente. Un malón se forma cuando de distintos lugares se acercan y comparten inquietudes, cuando se cansan de mentir para vivir, cuando levantan un puño al cielo, de cara al sol, y avanzan hacia un horizonte de lucha.” Cada uno llama barbarie a las costumbres que no son las suyas (Montaigne). La historia de no dejarse manosear contada en partes. Dicho sea de paso: personajes atraídos fatalmente por manifestaciones callejeras. Sería injusto afirmar que el fenómeno del retrato no es la resultante de condiciones sociales que prevalecen y que no serían tales si conociéramos una sociedad justa e igualitaria. “Miles de voces reclaman su identidad: en castellano, en quechua, en vasco, en catalán, en guaraní, en toba. La unión hace esa fuerza. Pueblo oprimidos y desoídos.” El ritual quiere ir en yunta. Una pólvora se huele de lejos y la revolución no llega. Policías, periodistas, ladrones, mendigos, rufianes, saltimbanquis y delincuentes. El espectáculo es una droga para esclavos (Guy Debord). “El malón es la unión espontánea cuyo objetivo motoriza una lucha. Quién encendió el primero de los quince vagones, no nos importa.” La expresión de una contracultura. Sicarios políticos y religiosos. Sucesos violentos nunca narrados. Formas de servidumbre voluntaria. “¿Por qué molestan los Pueblos Originarios? ¿Por qué han sido rechazados con tanta fuerza las reivindicaciones indígenas? Porque al igual que los movimientos populares y campesinos son la expresión genuina de la Tierra.” Como dice el epígrafe de esa estrella de otra galaxia, Marc la sucia rata, de José Sbarra: “No se puede conversar con los anarquistas, tienen tanta razón que molestan.” Malandros y las revueltas de clase. Malón Mestizo. Un pasquín virulento que grita en las orejas de la gente. Arrebatos de exaltación. Somos burgueses renegados. Tarde o temprano vamos a traicionar nuestra clase de origen.