piernas, caderas y culo
nos gustaba el sacerdote porque una vez lo vimos comprar
un cono de helado de crema
teníamos 9 años entonces y cuando iba a
la casa de mi mejor amigo su madre usualmente estaba
tomando con su padre
dejaban la mosquitera abierta y escuchaban
música en la radio
su madre a veces tenía el vestido levantado
y sus piernas me excitaban
me ponían nervioso y asustado pero excitado
de algún modo
con esos zapatos negros lustrados y esos nailons–
aunque incluso ella tenía los dientes torcidos y una
cara muy fea.
cuando teníamos diez su padre se disparó y
se mató con una bala a través de
su cabeza
pero mi mejor amigo y su madre siguieron
viviendo en esa casa
y yo miraba a su madre ir
arriba al mercado de la colina con su
canasto de compras y yo podía caminar al lado
suyo
muy consciente de sus piernas y sus
caderas y su culo
la forma en la que todos caminábamos juntos
y ella siempre me habló amablemente
y su hijo y yo íbamos a la iglesia y
nos confesábamos juntos
y el sacerdote vivía en una casita
detrás de la iglesia
y una amable señora gorda estaba siempre ahí
con él
cuando íbamos a visitarlo
y todo parecía acogedor y
confortable entonces en
1930
porque no sabía
que había una depresión
mundial
y que la locura y la pena y el miedo estaban
casi en todas partes.
legs, hips and behind: we liked the priest because once we saw him buy/ an icecream cone/ we were 9 years old then and when I went to/ my best friend’s house his mother was usually/ drinking with his father/ they left the screen door open and listened/ to music on the radio/ his mother sometimes had her dress pulled/ high and her legs excited me/ made me nervous and afraid but excited/ somehow/ by those black polished shoes and those nylons–/ even though she had buck teeth and a/ very plain face.// when we were ten his father shot and/ killed himself with a bullet through/ the head/ but my best friend and his mother went on/ living in that house/ and I used to see his mother going/ up the hill to the market with her/ shopping bag and I’d walk along beside/ her/ quite conscious of her legs and her/ hips and her behind/ the way they all moved together/ and she always spoke nicely to me/ and her sun and I went to church and/ confession together/ and the priest lived in a cottage/ behind the church/ and a fat kind lady was always there/ with him/ when we went to visit/ and everything seemed warm and/ comfortable then in/ 1930/ because I didn’t know/ that there was a worldwide/ depression/ and that madness and sorrow and fear were/ almost everywhere.
Charles Bukowski: What Matters Most is How Well You Walk Through the Fire , (1999)
Traducción: Javier Fernández Paupy