4.2.20

Fiesta del postrado, por Eduardo Rubinschik




ese hijo que corre por afuera dentro y revuelve humor tal que guiso viejo



No se come ya y boca queda sólo para el habla grito o estornudo y mandibulación



Que coma que se calle que prenda su pulmón a la comida pero que se calle



Señora en delantal entrona autoridad sobre pobre ovillo cuerpo y por añadidura sobre los alelados de familia



Aquí señora delantal vuelve del paseo para airearse mientras efectu o ejecut (amos) nuestra visita de amo amante



no querer verla (a señora delantal) pero precisarla como a luciérnaga en la opaca superficie mortuoria de quizá nunca



Ya nos vamos hasta la próxima es un cuadro así (hacia peor) ¡paciencia!



Cuerpos sobre el del famoso ovillo que orillea lengua y rigidez corpórea compara su pasado con presente y su futuro a nunca



Las etapas queman toda historia la suya nuestra en parte también rellenas delirio y desopilación



Algodong en la noche el grito se aquerencia por sí



Oír que pobre ovillo ya lo es por haber perdido merced a la merced en que su postración y su ceguera ciega felizmente a la maldad


¿Agradecer al delirio que la lengua siga intacta o al revés?



qué sería del no en noche entera de real que se muestre



mejor hacerse en el paralelo donde lo no es sí y la pérdida el mayor grosor de la victoria


Vamos a show de victoria en desolación pero sin lágrima que vierta verdad en compás de espera




Capas de agudísima visión amodorradas hasta el propio narcotismo



Frente a espuria bocanada de pura realidad a padre se lo ve madera seca como aquello que habrá de salvar de algún naufragio en ultratumba



Nada se oye ni se puede hacer contra deterioro melaza secante hecha de un cuerpo que en su presente es nada más que ayer



Hijo toca cuerpo padre como nunca haciendo del toque protección deseada imaginariamente siempre más potente que angurria o decepción

No te veo porque estoy de espaldas dice ovillo como abono de ceguera con signo de comedia negación