24.4.22

Patti Smith: Edie Sedwick

 

 

No sé cómo lo hizo. Fuego

temblaba sin cesar. Le costó

horas maquillarse, pero lo hizo,

incluso las pestañas postizas

Pidió ginebra con triple lima.

Luego una limusina.

Todos sabían que era la auténtica

heroína de Blonde on Blonde.

Oh, no es justo,

oh, no es justo.

Cómo hacía volverse a los hombres

su pelo de armiño.

Era blanca, blanca

rubia, rubia

y sus largas largas piernas...

Yo quería bailar con ella

pero nunca tuve oportunidad.

Oh, no es justo.

Como se agitaba hermoso,

cortando el aire, su pelo de armiño,

Cómo bailaban con ella

todos los hombres,

Nunca tuve la oporunidad

aunque se lo pedí

desde el fondo de los sueños de verdad,

desde la mente, buscando amor,

Me sumergiría en su movimiento

y daríamos vueltas.

Ella daría vueltas

haciendo volver la cabeza

a toda la ciudad.

Sus trémulos, trémulos

huesos relucientes.

Segunda criatura rubia

después de Brian Jones.

Oh, no es justo,

cómo llegué a soñar con ella

y ella se durmió,

se durmió para siempre.

Y nunca bailaré

con ella, nunca. Se rompió

como un bebé,

se ahogó

como un bebé,

como una niña,

como una dama.

Con su pelo de armiño

Oh, no es justo

y quisiera verla levantarse otra vez

sus blancos, blancos huesos

con el bebé Brian Jones

bebé Brian Jones

como ruborizadas muñecas.

 

Traducción: Ramón de España

*


I don't know how she did it. Fire./  She was shaking all over. It took her hours to put her make-up on./ But she did it. Even the false eye-lashes./ She ordered gin with triple limes. Then a limosine./ 
Everyone knew she was the real heroine of Blonde on Blonde.// oh it isn't fair/ oh it isn't fair/ how her ermine hair/ turned men around/ she was white on white/ so blonde on blonde/ and her long long legs/ how I used to beg/ to dance with her/ but I never had/ a chance with her// oh it isn't fair/ how her ermine hair/ used to swing so nice/ used to cut the air/ how all the men/ used to dance with her/ I never got a chance with her/ though I really asked her/ down deep/ where you do/ really dream/ in the mind/ reading love/ I'd get/ inside/ her move/ and we'd/ turn around/ and she'd/ turn around/ and turn the head/ of everyone in town/ her shaking shaking/ glittering bones/ second blonde child/ after brian jones// oh it isn't fair/ how I dreamed of her/ and she slept/ and she slept/ forever/ and I'll never dance/ with her no never/ she broke down/ like a baby/ like a baby girl/ like a lady/ with ermine hair// oh it isn't fair/ and I'd like to see/ her rise again/ her white white bones/ with baby brian jones/ baby brian jones/ like blushing/ baby dolls


Patti Smith
Seventh Heaven (1972)

 

19.4.22

Yo soy tu proveedora de droga, por Osvaldo Lamborghini

 

Cuando más limpias te parezcan
Las aguas del lago
Y aún cuando creas
Rebosar de plenitud
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

 

Cuando contemples
Con mirada ascendente y pura
El triunfo de los pájaros
Y la derrota de las olas
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

Cuando vayas al encuentro
De la amada o el amado
Sintiéndote seguro
Del esplendor de sus pupilas
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

 

Y no me abandones
Prematuramente
No te comportes
Como un ingrato
Recuérdame siempre
Yo soy tu proveedora de droga


Tomado de: Osvaldo Lamborghini, Poemas 1969-1985, Mondadori, 2012.-

17.4.22

Marc, la sucia rata, por José Sbarra

 Humean montañas de basura a ambos lados de la carretera. Seres andrajosos suben y bajan por ellas. Un adolescente, recostado sobre una pila de cartones y trapos, lee.

Ha encontrado un libro y lo lee con dificultad, pero hechizado.

Para él ha desaparecido el basural, sus manos heladas y sucias pasan las hojas del libro.

El adolescente ha terminado de leer su libro. Se encienden estrellas sobre la basura. Es la primera vez que lee un libro desde el comienzo hasta el final. Es la primera vez que descubre que alguien que no lo conoce y a quien nunca vio, sabe exactamente lo que le pasa y lo que piensa. Aprieta el libro. Llora. O casi. Acaba de comprender que no está solo en el universo.

Hay alguien que lo entiende y se lo ha contado por medio de un libro. Vuelve a la primera página, a la primera frase. Se repite a sí mismo el nombre del autor. Es un escritor de otro país, de Alemania.

A la mañana siguiente le dice a su maestra que ha leído un libro de un escritor alemán y que durante la noche le ha escrito una carta, pero que no sabe a dónde tiene que enviarla para que le llegue. La maestra le pregunta cómo se llama ése escritor. Y él responde que en ese momento no lo recuerda. Entonces le pregunta por el título del libro. El responde que lo tiene en la punta de la lengua pero que no le sale. Ella le pregunta cómo puede ser que le haya impresionado tanto un libro, que hasta lo ha impulsado a escribir una carta y que no retenga el título ni el nombre del autor. El adolescente se queda en silencio. No quiere revelar esos datos por vergüenza. La maestra podría conseguir el mismo libro y sería como si lo espiase a él por dentro. Ella le dice varias cosas. El sólo repara en una; embajada de Alemania.

Se ha aplastado el pelo con agua jabonosa. Trata de no pisar charcos para no manchar las alfombras que imagina detrás de la palabra embajada. Lleva mal abrochado el cuello de la camisa.

Hace dedo. Se detiene un Renault color mostaza.

El chico de la basura sonríe. Agradece. Sube al coche. Agradece. En su mano izquierda palpita una página de cuaderno doblada, sin sobre.

La humareda semeja niebla y el día es gris.

–¿Y para qué tenés que ir a la embajada de Alemania?

Para enviarle esta carta a un escritor. Ahí me van a dar la dirección.

–¿Quién escribió esa carta?

–Yo.

–¿Y cómo se llama el escritor?

El adolescente revela por primera vez el nombre del escritor.

El hombre reprime un impulso. Mira a los ojos al adolescente. Siente el humo caliente del basural que entra por la ventanilla. Sonríe ante la asimetría de la camisa del chico. Le dice:

 –Te voy a llevar hasta la puerta de la embajada. Aprieta el acelerador y, poco a poco, el entorno empieza a urbanizarse. Sintoniza la radio en una música alegre.

Intenta imaginar cómo recibirán a ese jovencito en la embajada. Tal vez lo traten con indiferencia –piensa–, tal vez le tomen la carta sin darle mayor importancia o quizás alguna secretaria le diga lo que él no se atrevió a decirle, que ese escritor ha muerto hace ya muchos años.

 

 

Tomado de: José Sbarra, Los pro y los contra de hacer dedo, Ediciones subterráneas La Rata, 1988.-

14.4.22

Cuestionario Proust a Mariana Ruiz Johnson

 

¿Cuál es el colmo de la miseria?
No saber decir gracias.

¿Qué virtud valora más en las personas?
La inteligencia y la curiosidad.

¿Qué es lo que más le gusta hacer?
Leer, dibujar, escribir y charlar.

¿Dónde querría usted vivir?
Buenos Aires es un imán, no me permite alejarme mucho de ella. Así que me gustaría vivir, como ahora, cerca de Buenos Aires, pero en una casa más cómoda con un estudio grande y luminoso que de a un jardín. Y que pueda teletransportarse a otros paisajes cada vez que nos plazca.

¿Cuál es su ideal de la felicidad terrestre?
Clima cálido, alguien interesante con quien charlar, algo bello que mirar, algo rico para comer, algo espirituoso para beber.
O una librería.

¿Con qué errores tiene la mayor indulgencia?
Con aquellos provocados por el despiste y la torpeza. Una vez le mandé a mi hijo para su almuerzo escolar, envuelto en papel de fiambrería, medio kilo de mozzarella en un táper. Confundo fechas de turnos médicos, direcciones, instrucciones. Si no me perdonara esto a mí misma, estaría frita.

¿Cuáles son los héroes de novela que prefiere?
De chica me parecía fascinante la imperfección de Amaranta Buendía.
Hace poco estuve leyendo la Odisea y me llamó la atención Calypso, la diosa del mar que retiene a Ulises seis años porque se enamora de él. Me gusta esa satisfacción caprichosa de su deseo y me gusta su sacrificio al dejarlo ir.

¿Cuál es su personaje favorito de ficción?
En este momento, dos antihéroes alcohólicos de series animadas de televisión, cada uno a su manera: Bojack Horseman y Rick Sánchez.

¿Cuáles son sus heroínas favoritas de la vida real?
Mi abuela Carmencita, que se pintaba los labios de rojo y siempre estaba de buen humor. Ella me dejó el entusiasmo por la lectura.

¿Su pintor favorito?
Hyeronimus Bosch.

¿Su músico favorito?
Charly García.

¿Su cualidad preferida de los hombres?
La ternura.

¿Su cualidad preferida de las mujeres?
El sentido del humor.

¿Cuál es su ocupación preferida?
Dibujar.

¿Cuál es su miedo más grande?
La tragedia inesperada.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de usted mismo?
La torpeza. La necesidad de aprobación. El terror que me provoca manejar un auto, y que estoy tratando de desenmarañar con mucho esfuerzo todos los días.

¿Cuál ha sido su mayor atrevimiento en la vida?
Esta pregunta me deprime un poco: tengo una vida poco atrevida. Pero puedo contar con orgullo que a los 18 años volví sola desde La Paz, Bolivia, por tierra, con 5 dólares en el bolsillo.

¿Cuál considera que es actualmente la virtud más sobrevalorada?
La ambición.

¿Qué es lo que más le disgusta de su apariencia?
La piel grasa e irregular que no mejora ni con cremas costosas ni con tratamientos naturales. Y que ahora tiene más lunares y arrugas. La panza que después de dos hijos no volvió a ser la misma.

¿Cuáles son las palabras que más usa?
Tres palabras con LL.
Maravilla.
Brillante.
Pesadilla.

¿Qué es de lo que más se arrepiente?
De ser siempre tan condescendiente.

¿El rasgo principal de su carácter?
Soy fantasiosa. Soy desprolija.
Soy hedonista, tiendo a buscar el bienestar, la comodidad y el placer todos los días.

¿Su principal defecto?
La ansiedad.

¿Eso que querría ser?
Me gustaría ser más temeraria, más deportista, más adrenalínica.

¿El color que prefiere?
El amarillo. El rojo.

¿La flor que más le gusta?
El hibisco: me hace acordar al jardín inglés de mi abuela y a las casitas con techo de tejas en 4 Ilhas, Santa Catarina, Brasil.

¿El ave que prefiere?
En las aves valoro la rareza, la distancia morfológica que las separa de nosotrxs, los humanos.
El flamenco, porque es rosa y se para en una pata.
Y el Casuario, porque tiene el ojo amarillo y la cabeza azul y con su cresta parece un dinosaurio que ha sobrevivido.

¿Sus héroes en la vida real?
Quino.
Luis Alberto Spinetta.

¿Sus heroínas en la historia?
La gran María Elena Walsh.
Vivian Gornick, quisiera ser su amiga.

¿Sus nombres favoritos?
Pedro y Félix, los nombres de mis hijos.
Ana y Sara, porque se dicen brevemente y con la boca abierta.

¿Dónde y cuándo es feliz?
En las librerías, en los museos, en los viajes, en los conciertos, en las fiestas.
También los sábados tranquilos a la noche, cuando escucho a mis hijos riéndose en sus camas  y tengo tiempo para leer en el sillón.

¿Cuándo miente?
Cuando quiero esquivar el dolor y el conflicto.

¿Cuál es su idea de la muerte?
Muerte = c’ est fini.

¿Qué no perdonaría?
La violencia física.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?
Hacer lo que me gusta y que mucha gente valore lo que hago.
Criar también es uno de mis grandes logros.

¿Para usted qué es un buen insulto?
Inútil.

¿Cuál es su idea de la fidelidad?
La fidelidad es con una misma.

¿Qué cosas detesta por encima de todo?
Los caramelos de anís y las cerezas al marrasquino.
Hablando en serio: la agresividad.

¿El don de la naturaleza que quisiera tener?
Volar (sepan disculpar el cliché).

¿Cómo le gustaría morir?
Después de haber hecho muchas cosas en la vida, agradecida, acompañada, sin dolor en ningún sentido.

¿Estado presente de su espíritu?
Esta tarde, calmo, con un dejo de tristeza.

¿Cuál es su frase preferida?
Carpe diem.