Un señor, durante la
tarde, se toma una botella de vino tinto López. Contempla, a su alrededor, la
bulliciosa vida del bar.
Ricardo lee. Sale a la vereda a tomar
aire y vuelve a entrar, por costumbre.
Laura se pasa horas rodeada de libros
y libretas y amigues que van pasando a saludar, a estudiar o algo.
Nahuel lee. Cuando Nahuel está en el
Varela y no lee, ¡mamita!
Ernesto ya no va porque está viejo y
le cuesta caminar. Ahora tiene que ir a otro bar más cercano a su casa para
tomar un whisky.
Paula y Paola dibujan y pintan. Sus
mesas, cuando uno camina por el bar, son las más lindas, llenas de colores.
El hijo de un escritor viene en moto a
jugar al ajedrez con un amigo.
Osvaldo toma Cynar y habla en profundidad
del tema de actualidad. Su posición siempre es sólida.
Si llegás antes de las 7, tomás el
café con las persianas bajas.
Una señora no viene más y eso me
entristece porque era una señora
muy mayor.
Alejandro se encuentra con gente para
ver un partido y todo se pone de fiesta.
Paulina es poeta y se encuentra con
otras poetas y hablan de poesía.
A los nuevos directores de cine no los
identifico, no sé quiénes son, pero sé que van.
Hay un caniche que desayuna en el bar.
El bar apareció en propagandas y en él
se han filmado escenas de películas.
Desde
que se puso de moda se llena de juventud, que se mezcla con los habitués
y todos modifican sus costumbres sin que se note.
Cierra como a las 2am.
Staff: Javier, Ruben, Ramón, Hernán,
Gustavo, Ayelén, Inocente Ramón, Oscar y una señora que ayuda
a la mañana.
Sacar fotos, leer, mirar en la tele
los resultados de la quiniela, tomarse un café, tomarse una cerveza, comerse un
sándwich, encontrarse con alguien, dibujar, resolver trámites por celular,
desayunar, escribir, trabajar desde la compu, conversar con el staff, estar
ahí, mirar partidos de fútbol, enamorarse por un rato de una cabecita que se ve
unas mesas más allá.
En el sótano se guarda la bebida. Y
habría un cuartito en la terraza.
¡Y qué tiempos
cuando se podía fumar adentro!
Ahora se fuma también, pero en la
vereda, en la esquina. Salen con el vaso a fumarse un cigarrillo. En la vereda suelen
armarse conversaciones.
En el Varela nunca te sentís mal.
Santi y Alberto presiden la mesa principal,
la de los parroquianos.
Los grupos de gran número de
comensales acomodan las mesas según sus necesidades. Suelen quitarle funcionalidad
al bar.
Al Varela lo hacemos entre todos.
Oscarcito, pobre, no asimiló bien la
invasión de juventud en el Varela y no fue más. Durante un tiempo se lo vio en la
confitería Oporto, enfrente, sentado junto a una ventana, mirando al Varela.
Un linyera que habla solo va a pedir
agua caliente para un té. Vive a la vuelta, en la ochava del edificio de otro
Alejandro que también va al bar.
El pasillo de acceso al baño de mujeres
es un garaje de bicicletas, porque del poste que hay afuera se las roban.
Chacho ha vuelto.
¡Oportunidad! Alquilo depto cerca
subte, frente al Varela.
Palermo
- 2020