13.5.20

Segunda pasión del Varela, por Manuel Alemian





Un señor, durante la tarde, se toma una botella de vino tinto López. Contempla, a su alrededor, la bulliciosa vida del bar.

Ricardo lee. Sale a la vereda a tomar aire y vuelve a entrar, por costumbre.

Laura se pasa horas rodeada de libros y libretas y amigues que van pasando a saludar, a estudiar o algo.

Nahuel lee. Cuando Nahuel está en el Varela y no lee, ¡mamita!

Ernesto ya no va porque está viejo y le cuesta caminar. Ahora tiene que ir a otro bar más cercano a su casa para tomar un whisky.

Paula y Paola dibujan y pintan. Sus mesas, cuando uno camina por el bar, son las más lindas, llenas de colores.

El hijo de un escritor viene en moto a jugar al ajedrez con un amigo.

Osvaldo toma Cynar y habla en profundidad del tema de actualidad. Su posición siempre es sólida.

Si llegás antes de las 7, tomás el café con las persianas bajas.

Una señora no viene más y eso me entristece porque era una señora muy mayor.

Alejandro se encuentra con gente para ver un partido y todo se pone de fiesta.

Paulina es poeta y se encuentra con otras poetas y hablan de poesía.

A los nuevos directores de cine no los identifico, no sé quiénes son, pero sé que van.

Hay un caniche que desayuna en el bar.

El bar apareció en propagandas y en él se han filmado escenas de películas.

Desde  que se puso de moda se llena de juventud, que se mezcla con los habitués y todos modifican sus costumbres sin que se note.

Cierra como a las 2am.

Staff: Javier, Ruben, Ramón, Hernán, Gustavo, Ayelén, Inocente Ramón, Oscar y una señora que ayuda a la mañana.

Sacar fotos, leer, mirar en la tele los resultados de la quiniela, tomarse un café, tomarse una cerveza, comerse un sándwich, encontrarse con alguien, dibujar, resolver trámites por celular, desayunar, escribir, trabajar desde la compu, conversar con el staff, estar ahí, mirar partidos de fútbol, enamorarse por un rato de una cabecita que se ve unas mesas más allá.

En el sótano se guarda la bebida. Y habría un cuartito en la terraza.

¡Y qué tiempos cuando se podía fumar adentro!

Ahora se fuma también, pero en la vereda, en la esquina. Salen con el vaso a fumarse un cigarrillo. En la vereda suelen armarse conversaciones.

En el Varela nunca te sentís mal.

Santi y Alberto presiden la mesa principal, la de los parroquianos.

Los grupos de gran número de comensales acomodan las mesas según sus necesidades. Suelen quitarle funcionalidad al bar.

Al Varela lo hacemos entre todos.

Oscarcito, pobre, no asimiló bien la invasión de juventud en el Varela y no fue más. Durante un tiempo se lo vio en la confitería Oporto, enfrente, sentado junto a una ventana, mirando al Varela.

Un linyera que habla solo va a pedir agua caliente para un té. Vive a la vuelta, en la ochava del edificio de otro Alejandro que también va al bar.

El pasillo de acceso al baño de mujeres es un garaje de bicicletas, porque del poste que hay afuera se las roban.

Chacho ha vuelto.

¡Oportunidad! Alquilo depto cerca subte, frente al Varela.


  
Palermo - 2020