Un avión es una máquina muy
grande
capaz de cruzar países
y océanos por completo.
Desde la última gran guerra
son usados en combate
para regar de bombas
superficies enemigas.
Las mejores armas diseñadas
en esa guerra fueron
alemanas,
avanzadas, aviones de forma
triangular, quebraban el
aire a 1000 km/h
propulsados por
cohetes.
Para nuestro
cuerpo es imposible
figurar el
temor del soldado
en pleno
dominio de su nave
al atravesar la
historia como un hierro.
Un ataque
relámpago: bombas,
edificios,
ciudades enteras.
Bajo suyo solo
ínfimas nubes de polvo;
en las calles,
el estallido material
arrasa todo lo
presente a su paso.
Ver un avión es un movimiento de dos piezas
un ojo y otro ojo.
Despegar, ver
el mayor estadio
de la ciudad
del tamaño de un llavero,
puerto madero
y los bosques
verdísimos oscuros,
verdísimos oscuros,
parecen el borde
de esa isla
que Buenos Aires es.
La cordillera amanece completamente
esmerilada con helado de limón.
esmerilada con helado de limón.
Muy separadas en el espacio
aparecen personas. la cabeza
hundida en el hielo, brazos y piernas.
A veces algunas acostadas,
hastiadas, muertas de continuamente
no hacer otra cosa que comer.
Y al volver
el sol a punto
de salir al cielo
ilumina nubes
rosa, gris, casi muy poco.
Una ciudad, luces,
casas, con una vida
bajo el mar negro
miran la cápsula
pasar flotando
sobre el agua, sobre
sus cabezas y piensan
que ya nada los devolverá
a la superficie.
Cuando el vuelo se torna
estable, una línea
en
movimiento, es claro
distinguir
las diferentes
regiones
del agua,
sus
colores, allí
los
barcos aparecen
solos,
o en grupos
de
cinco, o seis, cuando
la
imagen del agua es
tan
difusa que parecen
zeppelines
planeando
debajo
nuestro.
Arboledas distribuidas
Arboledas distribuidas
se
expanden como hongos
sobre
la superficie.
Al momento del aterrizaje
negro
puede verse
al
avión recortarse en la pista,
él
y su sombra
se
acercan paulatinamente
sin
llegar a unirse jamás.
Te mentí. No podría
llevarte a pasear en él.
Lo hice fabricar dorado,
pero individual,
un solo asiento, forrado en cuero.
Decidí dejar de dormir,
todas las noches recorro
el espacio con él,
viendo una infinidad de luces
y formas de energía materializadas.
Llegar a millones,
de años luz,
en sólo minutos.
No puedo llevarte a pasear
pero te lo presto.
También puedo hacerte
un mapa dibujado, con los nombres
de las nuevas galaxias
bautizadas la noche anterior.
Tomado de: Alejandro Jorge, Especificaciones,
Triana, 2010.-