A Bruno Cattaneo
La
colaboración ÓPERA anunció que el análisis de
las medidas para la velocidad de los neutrinos muónicos en su experimento
arrojaba valores superlumínicos. En particular, la velocidad de esta cierta
clase de neutrino podría ser un 0,002 % mayor que la de la luz,
constituyendo la anomalía de neutrinos superlumínicos, en contradicción con la teoría de la relatividad. Sin embargo, el mismo organismo reconoció meses después que
a la hora de la medida de la distancia recorrida por los neutrinos hubo un
fallo en el sistema de posicionamiento (GPS), al tener un cable desconectado,
por lo que la medida de la velocidad superlumínica ha sido descartada.
Es
muy pequeña la posibilidad de que un neutrino interactúe con la materia ya que
sería necesario un bloque de plomo de una longitud de un año luz (9,46
billones de kilómetros) para detener la mitad de los neutrinos que lo
atravesaran.
Pasa el camión con parlante por Las Tunas ofreciendo pan
lactal, veinte patys o dieciocho salchichas por seis mil pesos.
Esquilo de Gredos nuevo seis mil pesos en Colegiales. Periodismo
de premio Nobel diez lucas, Camilo José Cela, tomo tapa dura editorial Destino.
Dos libritos de Josep Plá cuatro lucas. Me quedo con Cela y El Invendible. Presupuesto
mensual de tres libros usados. El Invendible está caro.
Esta casa de barro grueso para todos aguanta el
zumbido de huevo de alien del galpón con ventiladores. Pero es imposible
escribir con el ruido industrial espástico y los gemidos de medusa resfriada de
Coldplay, se me cagó el teclado pior, tengo que sobrevivir al verano con chapa
arriba sin quedarme electrocutado, no me tengo que olvidar de sacar el Kindle
del cargador del baño, se puede quemar la casa a causa del electricista discapacitado
que contrató mi hermano. No pasó nada me acuesto. ¿Qué queda de literatura? La
bomba de agua bajo mi cama y El Invendible.
Tertulia, pedos, rancheras
De
New Orleans no me hables
por
una trompetita criolla
de
hipopótamos chusmas
no
sabés nada del mundo,
guarda
en Estados Unidos
con
los evangelistas
con
moco y ametralladora de pollos
hay
budas de chorizo en Pumper Nic, te lo tengo que decir
sin
envidia
acá
es todo un mondongo formoseño, buen viaje
mantenete
en lugares habitables
Los preservativos chinos
no sirven para chivos.
Más que La pelota no se mancha,
las pelotas no tienen la culpa.
Pedile a tu ángel de la guarda
que te encuentre un lugar
para estacionar el auto
y comprate un alfajor Rapa Nui
en Norverga.
Tu Bisabuela Yuyito
Montenegros
Escribo mal
los editores
desean párrafos
como tarántulas
en el reverso de la mesa
de paraguayos que roban
-Poné lavandas.
¿Piel con acné y manchas?
-Tomá champeta de garcha.
La Senda de los Budas
La caravana de elefantes
cargando lotes en Paquistán
holgazaneándonos
con nuestras cargas afganas,
que no quemaban la carne
en el bosque de ombués
En un ombú
caga mi elefante
una pequeña réplica
de Sagrada Familia de Gaudí
que esfuma
aceite de huevo
con anchoas
toda la valija jolgórica
que espantaban los loros
y los pajaritos rosados
de las sedas de los budas
Impávidas las Nicol Neumanns
Ondeando en las sábanas,
Y los frufrúes
Con las líneas de Nazca
En estampitas de laburo
de estampador de Once
Seguía
molestando la gente
Que no reza
En la senda de los budas
Y la discapacitada total
de Patricia Bullrich
borracha en tetas
con ¡croacs! de eructos
sobre las milanesas
El sol y las guitarras Spotif,
muchacha ojos de escobillón
Despacito entre las manos
Crayones suizos de teclado
en La paz del Rapa Nui con candado
en los cruces de los bosques
donde el tiempo no pasa
el escobillón de caspa
El prestigio de limpiarse el orto
Ah mis viajes
claro que dejamos de fumar
tenemos plata
chacra en Mallorca
arena rosa en Cerdeña
y pañuelo con bulgaros de seda
para limpiarse el sorete
en el paquebote de Mónaco
llamado Ritz-Carlo
***
Vuestras reverendísimas
con fresco pescado de Crótalo
fumando con Rosario,
visto en Crónicas de Iglesia
derrotando a Santander
en el río Culeander
de la India con sida
de calefones oxidados
La kosher haze
con la blueberry
hacen la Bluecheese,
y las choco thai
con la kosher haze
hacen la Chococheese,
también puede salir
el Bluechoco.
Caen de cortesía
unas NLX x Owl’s Skunk suizas
En la primavera del tiempo
De leer La Orestíada
cuando cierra
el mercado de porres
El mamut
con rifi de Paquistán
y el queso azul
bajo la luna
y las orcas
de Nicol Neumanns
y adiós Destroyer autóctona
de semillas paraguas
O Shaquenho Palavecino en la hoguera
del gótico ganadero, la AFIP
le extraía su última gota de gota.
Chacarera-chacarera
abriendo campo a conchazos
desmalezando tv ortos
escuchando la radio
cosechadoras de pelotudos
y cosechadoras y cosechadoras-comeculo
serraban chapas
perforadoras, cajonazos
cada vez más fuertes,
no paran nunca los conchabos
y de noche el zumbido
de huevo de alien
de los hipergalpones
y las barbas del jazmín de abejas
del bosque de Antúnez
con ventiladores aventadores
de maricones demacrados
y una máquina de jugo de naranja enorme
para no se qué carajo
Ponferrada
con el clavo de remaches
de forros chinos
ratatá-tatá
tecno el forro de plomo
el tren de costura
de polleras de Corea
con la jabalina en la puerta
de la nueva Venezolania Soldada
del Tren de Aragua
con Radio Colgate
El jaguareté hace
como que mira
el reloj de una pata
junto al hipopótamo de oro
del sol de Pumper Nic
cruzando la Corea
El Pastor en gruya
y un acordeón en brazos
de un sapo
y grillos y langostas
bailan de la mano
en el fogón
Cae la tarde y se va el bus
y todos los días lo mismo
con papel de culo Prestigio
El
dolor es como el oro
ambos
exigen respeto
pero
los miserables
no
tenemos ese celo
y
vendemos estampas
de
Alberto Fernández
en
la facultad de derecho
El poeta
solo puede hablar
de su dolorosísimo
huevo izquierdo
martillado
y despegado con espátula
que ofrece
en su lánguido paño
en la facultad de derecho
Más bien olvidar
y rezar
dormir la siesta
sin demasiadas
pasiones berretas
que se cambian
por el alma
oro del dolor
que habemus
de entregar a Dios
Bolsa de sueño
Pasos afuera, chilenos merodeando.
Saqué un perro policía de la puerta de mi cuarto, lo empujé escaleras abajo,
toqué su pelaje grueso, era enorme. La misma luz mortecina del pasillo de los
otros sueños con pisos o capas de ambientes en la escalera.
Vivíamos en las torres infinitas de
Puerto Madero, con negros yanquis, con perros enormes, y todos pedíamos recetas
de la AMIA, nadie sabía el número de la Ley AMIA, y las farmacias las
rebotaban, a veces ponían Gracias AMIA y la aceptaban, había como una nueva
Puerto Madero en una Palestina Art Decó altísima, los pisos eran deslizantes.
No se conseguían ascensores con lugar y había que subir unos pisos, a lo de mi
amigo Gabino, con sus amigas, y bailábamos, y las mujeres en faldas blandas se
nos sentaban de culo, y volábamos. Los primeros pisos eran de consultorios,
farmacias, conferencias, casas de Havanna, hogar y electrónica. Había viento
allá arriba, una gravedad más flotable, deslizable. Y abajo estaban los negros
yanquis con sus perros enormes.
Había que pasar como en la caja del
súper el cadáver de mi viejo, tenía cortinita, llegué y pregunté cómo estaba,
“tiene manchas”, me dijeron como si tuviéramos que saber los parientes de
alguna enfermedad congénita, el tipo se lo cargó hincado de espaldas, lo
abrazaba atajado a las cadenas con una vara horizontal elevada, había que mirar
y esperar, era como una especie de morgue con tintorería. Lo tenían colgando
enfrente mío tras una cortina verde, de espaldas, y el operario lo maniobraba.
Me dieron un ticket que decía Soretito de Oficina.
Quiero quedar bien con una amiga de
mamá y le compro por el teléfono una crema y un Eau de Toilette en el
Aeropuerto, ella ya casi está embarcando, estamos en la puerta, pero entro a la
página y me van contando el viaje por Roma, todo magnífico, me encuentro
viajando por el teléfono hacia abonar con un montón de vicisitudes, me siento
en la tabla del excusado, no me alcanza el dinero para la versión sin todo este
preámbulo, y sigo con la que me alcanza, estamos todos viajando, estamos en
París, en las perfumerías, mil cosas pasan y llego a pagar cuando está en la
puerta de la escalinata del avión esas dos boludeces que no sé cuándo le van a
entregar, si en el avión o cuando mongo aurelio, y yo re contento gastando
guita al pedo para quedar bien en esa aventura por el teléfono con una vieja
araña de galpón.
Aprendo a flotar y a
desplazarme sobre el colchón azul de una plaza. Steve Vai toca para los
paraguayos de unas torres en obra y me pasa la guitarra con la que sigo mis
viejos punteos de los que mi hermano se burlaba en las horas previas a su
propia muerte, voy y vengo
de una torre a otra y cierro con unos acordes toscos pero parejos, y los
paraguayos gimen de arrobo cuando le devuelvo la guitarra al dueño. Siempre
quise tocar alguna de las
Ibanez de Stevie.
29/09
Recién hablaba con una psicóloga guatemalteca que trabaja en
Alemania como psicóloga de refugiados, parece que tiene una muy buena posición
porque se burló de mi oficio de vender libros. Le dije que la compadecía en su
labor civilizatoria de musulmanes y africanos y se enojó, me acusó de
ultraderechista admirador de Milei. Me llamó ignorante. Pero pobre, qué puede
saber una psicóloga con título de una universidad de Guatemala. No le pude
explicar que el uso masivo de inodoros en occidente es mucho mayor al tiempo en
que los africanos dejaron de ser animistas caníbales y ahora los tienen en
monoambientes por toda Europa comiendo arroz, porque eso es el nuevo humanismo
alemán. ¿En qué estaba pensando la Merkel cuando les dio paso? Y los
musulmanes, simplemente son como las hienas. No hay que darle mucha vuelta al
género humano con aquello llamado psicología. Deberían enseñarles todo el
Antiguo Testamento a medida que se los recibe, por lo menos, pero ya ha corrido
mucha agua -y sangre- bajo el puente y eso ya es imposible a estas alturas de
la discapacidad global.
Responso en el Submarino
¡Escuchen el silencio de la muerte!
Y recuerden
las pajitas de bolsillo
por las escaleras
y las recámaras
subiendo y bajando
durmiendo y fumando
Somos nosotros,
camaradas,
en nuestra tumba silente
Solo el esperma
que se derrama
no se escucha
en los radares ingleses
Pero hoy cantamos
Las más profunda
Canción de cancha
para darles caza
a los Veintitrés Astutos
que violan nuestras aguas
por nuestro finado Capitán
Muro de Huesos
Cuando muere un inglés
relumbran los serafines
¡Recuerden el silencio de la muerte!
1/10
Esta mierda… Tres y
ocho AM. Sueño con Cristian Pignotti y Lucía Mazzinghi, qué linda mina, apenas
amaga a levantar el mentón, nada que decir, siempre la imagino de costado como
a una foto de juventud de mi vieja. Salgo afuera y Cris en un 128 naranja me da
un paquete y medio de Phillip Morris, vamos a leer en público, no traje nada. Me
levanto y pongo Last Chance to Dance Trance, que no camina, las últimas de Uninvisible
que terminan con el partido de Ping-Pong se pasan porque me saca de lugar El
Chiro. Recorro un poco los Medeski, Martin & Wood de mi juventud, pongo los
discos que tenía, un par de The Dropper, la Note Blue tarada, y Combustication,
el cuento de Whatever Happened to Gus. Aparece Savino y le quiero decir que a
Sánchez le hubiera gustado fumar un par de cepas nuevas de porro, que también
el cuerpo se me descoyuntaba, pero hube de mantener el rigor, y lo veo pasar
bailando perfiles de tango levantando la cabeza con Andrea Frigerio. La Hindu
Kush es tal cual El Amhor, Los Orsinis y La Muerte. Debería ir cerrando, los
instrumentos buenos costaban cinco mil dólares, llegué a una Henri Selmer C-700
de las últimas y después la vendí por no encontrar baterista y me aburría, un
bebe a dos casas lloraba con mi tétrico blues. Lo comprendo a Savino con Albert
Ayler, pero hay que respetar a los vecinos. Ahora le toco la armónica a las
plantas, que les gusta, en Re, la Si bemol me trae recuerdos amargos, con la
Sol marchitas, chamamé, tango. Toco con dos juntas, pero me aburro, la música del
Siglo XX empezaba con los preludios de Debussy, pero no pudo mantenerse la
manzanita con dulce de leche por mucho tiempo y todo se hizo vomitivo. Guarden
discos de Tchaicovski por las dudas, Troilo y armónicas Hohner en Re y en Sol.
Cris y La Tensegridad
Fui a Tensegridad en
Nuñez, casi se me perforan los tímpanos como después de no tomar avión por
mucho tiempo. Había gringos demócratas californianos. Los del Lincoln. Danzas
de brujos coreografiadas. Supongo que todas las llamadas facetas de la
personalidad llevadas al máximo de separación logran eso que hacían esos brujos
mejicanos.
Acá tenemos La Buenos
Aires Tenebrosa y eso es suficiente. Pero se perdieron muchas cosas. Todo falta
ahora, y ya pasaron los mejores años. Spinetta siempre me pareció un pelotudo
más.
Se acerca el verano,
2025 AD
Hay que ducharse,
afeitarse, tomar café. Volver a la ciudad. Animarse un poco. Pobre Roberto
Arlt, quedó escribiendo con el tono de Fantino. Nadie habla pero ya hay que
tocar pito porque hay muchos locutores retóricos con la voz engomada. Los Adrianes
Suar y Franchelas me violentan a niveles de Palito Ortega. Azzaro vocalizando como
con la boca llena de pan dulce defendiendo a Riquelme, Ducatenzeiler dice algo,
pero los pibes miran el fulbo. Anoche no fue nadie a la cancha de Racing. Veo
cinco minutos y cambio a Jerónimo Torres Santoro. Le dije a mi ahijado que Paul
Fernández está paseando en la cancha y se despertó con una sonrisa y asintió,
le dije que Echeverri no pisaba el área hasta que llegó El Muñeco y me miró por
arriba recordando lo que vio en la tele y se quedó regulando, seguí: Vos viste al Real Madrid, Benito. Yo te quiero comprar una camiseta de Boca
pero la de estos muertos de ahora, no. Y me callé. Los Pumas mucho mejor, pero
con las boludeces amateurs de siempre, las amarillas y la expulsión del jodido
de Matera. No podés jugar contra Sudáfrica con dos menos porque te comés
cuarenta. Pero estrictamente, salvo estas calamidades puntuales, los veo mucho más
rápidos y con muchos menos errores no forzados. El Ala rubio número 7 de
Sudáfrica Pieter-Steph du Toit es un jugador fantástico.
Hablando con una
Santiagueña de Clodomira me dice que no puede dejar la casa más tiempo que las
horas de jornada laboral porque le entran por el techo y después la llama un
desconocido que le ofrece comprarle la casa, que la policía se le burla, le
dicen que tiene que compartir con los que no tienen; que los campos están
improductivos o destruidos por no rotar cultivos. Que todos tienen planes y los
pibitos andan por la calle con cuchillo, que todo Santiago está así. Le robaron
el título de farmacéutica de la Universidad de Tucumán. Se quiere ir a España,
anda sola, sin parientes ni pareja, sin hijos, posmenopáusica. Toda la mañana
leo su desgracia en el Whatsapp y desaparece. Me dijo que los eucaliptos que
trajo Sarmiento a Santiago eran para erradicar el paludismo y la malaria y que
ahora talaron todo. Que los mosquitos santiagueños son helicópteros. El verano
pasado fueron record en dengue. Le dije que los quebrachitos siguen creciendo
solos pero me contestó que los muertos de hambre no perdonan ni una maderita
viva. Que Termas de Rio Hondo es una zona volcánica erosionada y que por eso
hay agua pura y agua envenenada, que arruinaron el Rio Dulce y que hicieron dos
puentes más de La Banda hasta Santiago.
De La Banda hasta
Santiago
Hay un puente que cruzar
No le pegue mucho al
trago
Porque puede resbalar
(dos más)
Antes se plantaba
palo de escoba para el salitre pero ahora ya no se hacen escobas con palo de
madera y volvió el salitre, y así progresivamente relevamos toda la destrucción
de Santiago del Estero.
Hace más de veinte
años que no escuchaba el final de Combustication de Medeski & Cía. 6:15 hs.
Amaneció. Un avión, pájaros, los galpones no apagaron las luces de noche, mi
cuarto detonado. El Spotify sigue solo con jazz de ahora. ¡Quién quiere
escuchar un solo de batería actual a esta hora! En You Tube suben al toque los
videos de la gira BEAT de dos de los Crimson con Vai. Belew ya tiene setenta y
cuatro años y parece un pibe del circo, lo adoro. Chau Medeski. Me voy a tirar
un poco con el Menstrual Cycle de Prince.
Despierto al
mediodía, veintidós grados, los pájaros chillan, una moladora. Iré a cargar
tierra en las macetas. La semana pasada despedí a la mucama y al psiquiatra, me
va a traer problemas con los viejos que están en el sur, pero ya no los
aguantaba más. La doméstica con su susceptibilidad de villera malcriada se fue
llorándole al teléfono. Durante años daba vuelta toda la casa patas para arriba,
hasta el tacho de basura, y se ponía a planchar mirando la novela en el
teléfono y dejaba todo así hasta la última hora que juntaba todo y se iba, dejando
la casa intransitable durante esas horas. Mamá no le decía nada porque le pagaba
dos mangos. Pero yo le quería tirar el teléfono a la pileta cuando la veía en
la cocina mirando las novelas mejicanas. Cuando le dije que se vaya me empezó a
gritar y le dije que no levantara la voz porque la sacaría de los pelos a
patadas. Le dije que se apurara, que mueva el orto y desaparezca. Venía vestida
como en el cuento de El balneario de crotos y comía y miraba las novelas
lerdamente. Fueron diez años cruzándomela hincada sobre la mugre por toda la
casa con ese cuerpo horrendo y fatigado de pilar del rugby femenino paraguayo. Sus
chismes de la villa y el dulce chamuyo paraguayo mentiroso e intrigante que le
hacía a mamá, el relevamiento permanente que hacía de las cosas de valor de la
casa. Su desprecio por mi presencia irredituable. Sus últimas milanesas crudas.
Me ponía estampas de San Cayetano de prepo en el escritorio y yo le gritaba que
me recago en el laburo, que se las metiera en el orto. Ya no vendrá más.
El psiquiatra se
dedica al marketing de pastillas y al coaching desde que renunció a su puesto
de médico gendarme y se transformó en otro discapacitado funcional del chamuyo,
quedó igual que los curas imbéciles de ahora, que como tales con los
sacramentos, solo sirven para expedir recetas. Iré a un neurólogo.
Levanté tres tachos
de veinte litros de un volquete y me compré tres automáticas Jack Herer, si
Dios quiere tendré al menos un par de frascos de la dulce Jack para año nuevo.
Edad del pavo 3.0
Odio a mi padre
y a mis hermanos
y a todos
los soretitos de oficina
como ellos
Quiero
dormir atrás
de
una librería con patio
con
sombra de árboles
mis
plantas y pájaros
y
que a los clientes los atienda
un
atajo de electrodomésticos
vertebrados
También
ir por la costa
Hasta
Chubut
A
la temporada de orcas
Y
poner un arco
Arriba
de un médano
Y
tapar tiros libres
De
lobitos en vuelo
Total pobreza y abstinencia. Rezo, duermo, leo.
Sueño
Pude hablar con mi tierno amigo Léon Bloy al fin, le rodeaba
los hombros con mi brazo y me sonreía, el tierno corazón del gran Léon me
sonreía, en el cielo vestía de blanco como un francés real, le recordé en una
suerte de cine de castillo que la gran consolación que él esperaba después de
la primera guerra mundial fue Hitler, y me miró con una breve mueca de
circunstancia, estábamos en un lindo campito con su esposa Jeanne y dimos unas
vueltas, miraba ya todo aliviado del dolor y era el hombre alegre que siempre
sospeché que era en el fondo, solo que en este mundo había elegido cargar la
cruz del Pobre. Me fui por un sendero hasta un retiro donde estaban mis amados
compañeros de equipo y me invitaron a una fiesta, era un gran casamiento en la
avenida Libertador al que fui con unos viejos amigos del colegio pero recuerdo
que salí rápido y me quedé en la entrada, caminando por los ravioles amarillos
divisorios de las manos de la avenida me acosté sobre una hermosa mujer que se
me acercó y la pasamos cómodamente tumbados en dichos quesos amarillos, no
había tráfico y estuvimos horas hablándonos a los oídos y besándonos y apoyando,
una hermosa mujer de pelo y piel castaños. Vi a Maurice Dantec esperando el
colectivo y le chiflé y levantó el brazo desde el primer escalón, la mujer
desapareció y salieron los del casamiento, tenía doce pesos y le pedí a los
chicos si me podían acercar a casa recordando que ya no vivía en San Isidro y
por supuesto porque todos ahora viven cerca o de paso, pero seguimos bebiendo
de unas bandejas un buen rato.
***
Me había quejado de
la demora a la semillera y me mandó una Jack Herer de más y veinte Blueberry
regulares uruguayas de regalo, más el paquete con las tres Black Afghan. Voy a
la paquetería y cruzo la plaza sin mosquitos, ya cargué las macetas. El día es
amarillo con los black outs bajos.
Limpio mi cuarto y
empiezo el Levítico.
4/10
Tarde para el baile
lo que me gusta es la abstinencia
y el ardor de cuchillos
en los pulmones
de la carcaza chupada
por el pucho
bajo las mantas
La bombilla mira torcida
como el gato pidiendo comida
y todo es dolor y convalecencia
y bajar las líneas
hasta que vuelva a rezar
en la luna nueva
de las langostas
6/10
Volvieron
mis padres de vacaciones en la casa de un banquero sidoso y mi madre me
comunicó que seré trasladado a un asilo. Solo lo lamento por mis plantas.
7/10
Armonioso conjunto de
miserias y tormentos. Chocolates viejos de regalo, unas insípidas galletas
contemporáneas, y los ruidos consabidos: el lavarropa, un torno, bordeadoras,
el grito atronador de un sodero y la bomba de agua.
8/10
Anoche Raúl Gámez fue
a El loco y el cuerdo. Ochenta años, jubilación mínima. Ayudaban hasta hace
poco con su mujer en la panadería del hijo hasta que la señora se lesionó y tuvieron
que mudarse de Liniers a un lugar donde les alcanza el dinero. Con
remoridimiento se reprochó no haber tenido bien a su mujer en su época. Azzaro
le preguntaba si todavía se prendía cantando “Soy del Barrio de Liniers…” A
veces sí, dijo. Va a la popular con los nietos. Recordó el fondo de inversión
de Macri para traer jugadores, dijo que el lagarto está metido en todos los
chirimbolos redituables del fútbol, en los de seguridad y en las apuestas, y que
Milei es un sapo por llamar a las personas mayores “viejos meados”, cosa que
podría pasarle a su propio padre, dijo. Yo pensaba que por Riquelme una persona
con estudios de séptimo grado no puede ser presidente de un club importante. Gámez
llegó hasta sexto grado y sacó campeón del mundo a Vélez contra el Milan de
Berlusconi. Mostraron fotos de él en México 86’ a las piñas con los hooligans. Hincha
de Alfonsín y del Papa. Dijo que lo trajo a Bianchi porque el farmacéutico del
barrio le insistía. Que el clásico de Velez Sarsfield es Ferrocarril Oeste,
pero que Ferro quería ser el mejor club en todas las disciplinas, aspiración
que ahuyentó a la gente que practicaba deportes de manera amateur, lo que
terminó fundiendo al club. Dijo muchas cosas que me emocionaron. Azzaro y
Ducantenzeiler lo cortaban. Cuando se fue quedaron como bobos y apagué y recé
por él y su mujer repetidas veces.
***
Mi padre me dice que
tengo que estar un tiempo internado y resetearme para poder levantarme temprano
y trabajar, que las plantas de marihuana las tengo que tirar. Tratamos de
hablar pero es un intemperante total que le sube la presión porque le digo que rezo,
leo y no molesto a nadie y que la marihuana que cultivo tiene poco psicoactivo
y es especial para mis nervios, y que de irme de casa fumaría lo que hay en la
calle, que es el equivalente al alcohol de farmacia. Se queja de que no hablo
con nadie, ni con mi hermano, se avergüenza de mi nula vida social, que es lo
último que deseo. Van a llamar a la ambulancia en cualquier momento y caeré en
esos subhumanos psiquiátricos de la guardia de Galeno peores que los públicos.
Mamá se queja de que
la joda mía de echar a la mucama le va a costar un millón de pesos e intuyo que
quiere que me internen para que ese bicho vuelva. Percibo sus ganas de adoptar
a esa mujer de albañal y abortarme a cambio.
Les digo que soy un
poeta y estoy desnudo en el mundo, y que mi suerte ya está echada.
Plaga de ojetes con
serpientes.
A mediodía me llevan.
9/10/2024, Benavidez