25.10.24

Luna de langostas, por Santiago Armando

 

 

A Bruno Cattaneo

 

 

La colaboración ÓPERA anunció que el análisis de las medidas para la velocidad de los neutrinos muónicos en su experimento arrojaba valores superlumínicos. En particular, la velocidad de esta cierta clase de neutrino podría ser un 0,002 % mayor que la de la luz, constituyendo la anomalía de neutrinos superlumínicos, en contradicción con la teoría de la relatividad. Sin embargo, el mismo organismo reconoció meses después que a la hora de la medida de la distancia recorrida por los neutrinos hubo un fallo en el sistema de posicionamiento (GPS), al tener un cable desconectado, por lo que la medida de la velocidad superlumínica ha sido descartada.

 

Es muy pequeña la posibilidad de que un neutrino interactúe con la materia ya que sería necesario un bloque de plomo de una longitud de un año luz (9,46 billones de kilómetros) para detener la mitad de los neutrinos que lo atravesaran.

 

Pasa el camión con parlante por Las Tunas ofreciendo pan lactal, veinte patys o dieciocho salchichas por seis mil pesos.

Esquilo de Gredos nuevo seis mil pesos en Colegiales. Periodismo de premio Nobel diez lucas, Camilo José Cela, tomo tapa dura editorial Destino. Dos libritos de Josep Plá cuatro lucas. Me quedo con Cela y El Invendible. Presupuesto mensual de tres libros usados. El Invendible está caro.

Esta casa de barro grueso para todos aguanta el zumbido de huevo de alien del galpón con ventiladores. Pero es imposible escribir con el ruido industrial espástico y los gemidos de medusa resfriada de Coldplay, se me cagó el teclado pior, tengo que sobrevivir al verano con chapa arriba sin quedarme electrocutado, no me tengo que olvidar de sacar el Kindle del cargador del baño, se puede quemar la casa a causa del electricista discapacitado que contrató mi hermano. No pasó nada me acuesto. ¿Qué queda de literatura? La bomba de agua bajo mi cama y El Invendible.

 

 

Tertulia, pedos, rancheras

 

De New Orleans no me hables

por una trompetita criolla

de hipopótamos chusmas

no sabés nada del mundo,

guarda en Estados Unidos

con los evangelistas

con moco y ametralladora de pollos

hay budas de chorizo en Pumper Nic, te lo tengo que decir

sin envidia

acá es todo un mondongo formoseño, buen viaje

mantenete en lugares habitables

 

Los preservativos chinos
no sirven para chivos.

Más que La pelota no se mancha,
las pelotas no tienen la culpa.

Pedile a tu ángel de la guarda
que te encuentre un lugar
para estacionar el auto
y comprate un alfajor Rapa Nui
en Norverga.

 

 

Tu Bisabuela Yuyito Montenegros

Escribo mal
los editores
desean párrafos
como tarántulas
en el reverso de la mesa
de paraguayos que roban

-Poné lavandas.

 

¿Piel con acné y manchas?
-Tomá champeta de garcha.

 

 

La Senda de los Budas

 

La caravana de elefantes

cargando lotes en Paquistán

holgazaneándonos

con nuestras cargas afganas,

que no quemaban la carne

en el bosque de ombués

 

En un ombú

caga mi elefante

una pequeña réplica

de Sagrada Familia de Gaudí

que esfuma

aceite de huevo

con anchoas

toda la valija jolgórica

que espantaban los loros

y los pajaritos rosados

de las sedas de los budas

 

Impávidas las Nicol Neumanns

Ondeando en las sábanas,

Y los frufrúes

Con las líneas de Nazca

En estampitas de laburo

de estampador de Once

 

Seguía molestando la gente
Que no reza
En la senda de los budas
Y la discapacitada total
de Patricia Bullrich
borracha en tetas
con ¡croacs! de eructos
sobre las milanesas

El sol y las guitarras Spotif,
muchacha ojos de escobillón
Despacito entre las manos
Crayones suizos de teclado
en La paz del Rapa Nui con candado
en los cruces de los bosques
donde el tiempo no pasa
el escobillón de caspa

 

 

El prestigio de limpiarse el orto

 

Ah mis viajes

claro que dejamos de fumar

tenemos plata

chacra en Mallorca

arena rosa en Cerdeña

y pañuelo con bulgaros de seda

para limpiarse el sorete

en el paquebote de Mónaco

llamado Ritz-Carlo

 

***

 

Vuestras reverendísimas

con fresco pescado de Crótalo

fumando con Rosario,

visto en Crónicas de Iglesia

derrotando a Santander

en el río Culeander

de la India con sida

de calefones oxidados

 

 

La kosher haze

con la blueberry

hacen la Bluecheese,

y las choco thai

con la kosher haze

hacen la Chococheese,

también puede salir

el Bluechoco.

 

Caen de cortesía

unas NLX x Owl’s Skunk suizas

En la primavera del tiempo

De leer La Orestíada

cuando cierra

el mercado de porres

 

El mamut

con rifi de Paquistán

y el queso azul

bajo la luna

y las orcas

de Nicol Neumanns

y adiós Destroyer autóctona

de semillas paraguas

 

O Shaquenho Palavecino en la hoguera

del gótico ganadero, la AFIP

le extraía su última gota de gota.

 

Chacarera-chacarera

abriendo campo a conchazos

desmalezando tv ortos

escuchando la radio

cosechadoras de pelotudos

y cosechadoras y cosechadoras-comeculo

serraban chapas

perforadoras, cajonazos

cada vez más fuertes,

no paran nunca los conchabos

y de noche el zumbido

de huevo de alien

de los hipergalpones

y las barbas del jazmín de abejas

del bosque de Antúnez

con ventiladores aventadores

de maricones demacrados

y una máquina de jugo de naranja enorme

para no se qué carajo

 

Ponferrada

con el clavo de remaches

de forros chinos

ratatá-tatá

tecno el forro de plomo

el tren de costura

de polleras de Corea

con la jabalina en la puerta

de la nueva Venezolania Soldada

del Tren de Aragua

con Radio Colgate

 

El jaguareté hace

como que mira

el reloj de una pata

junto al hipopótamo de oro

del sol de Pumper Nic

cruzando la Corea

 

El Pastor en gruya

y un acordeón en brazos

de un sapo

y grillos y langostas

bailan de la mano

en el fogón

Cae la tarde y se va el bus

y todos los días lo mismo

con papel de culo Prestigio

 

El dolor es como el oro

ambos exigen respeto

pero los miserables

no tenemos ese celo

y vendemos estampas

de Alberto Fernández

en la facultad de derecho

 

 

El poeta

solo puede hablar

de su dolorosísimo

huevo izquierdo

martillado

y despegado con espátula

que ofrece

en su lánguido paño

en la facultad de derecho

 

Más bien olvidar

y rezar

dormir la siesta

sin demasiadas

pasiones berretas

que se cambian

por el alma

oro del dolor

que habemus

de entregar a Dios

 

 

Bolsa de sueño

 

Buenos Aires era como un lúgubre garaje de mecánicos, yo estaba con mi familia, nos limpiábamos con trapos, mi hermano era el único que trabajaba y aparece esta persona de Cataratas que había sido mi compañero de clase en el colegio y jugado al rugby en la misma división y le trae unos cajones con plata. Todo era plata y yo estaba tumbado leyendo como corresponde a mi posición de combate, pero cuando se estaba yendo empiezo a imaginar playas brasileras y le pregunto si no habría lugar para mí en la empresa y me dijo que llame.

 

Pasos afuera, chilenos merodeando. Saqué un perro policía de la puerta de mi cuarto, lo empujé escaleras abajo, toqué su pelaje grueso, era enorme. La misma luz mortecina del pasillo de los otros sueños con pisos o capas de ambientes en la escalera.

 

Vivíamos en las torres infinitas de Puerto Madero, con negros yanquis, con perros enormes, y todos pedíamos recetas de la AMIA, nadie sabía el número de la Ley AMIA, y las farmacias las rebotaban, a veces ponían Gracias AMIA y la aceptaban, había como una nueva Puerto Madero en una Palestina Art Decó altísima, los pisos eran deslizantes. No se conseguían ascensores con lugar y había que subir unos pisos, a lo de mi amigo Gabino, con sus amigas, y bailábamos, y las mujeres en faldas blandas se nos sentaban de culo, y volábamos. Los primeros pisos eran de consultorios, farmacias, conferencias, casas de Havanna, hogar y electrónica. Había viento allá arriba, una gravedad más flotable, deslizable. Y abajo estaban los negros yanquis con sus perros enormes.

 

Había que pasar como en la caja del súper el cadáver de mi viejo, tenía cortinita, llegué y pregunté cómo estaba, “tiene manchas”, me dijeron como si tuviéramos que saber los parientes de alguna enfermedad congénita, el tipo se lo cargó hincado de espaldas, lo abrazaba atajado a las cadenas con una vara horizontal elevada, había que mirar y esperar, era como una especie de morgue con tintorería. Lo tenían colgando enfrente mío tras una cortina verde, de espaldas, y el operario lo maniobraba. Me dieron un ticket que decía Soretito de Oficina.

 

Quiero quedar bien con una amiga de mamá y le compro por el teléfono una crema y un Eau de Toilette en el Aeropuerto, ella ya casi está embarcando, estamos en la puerta, pero entro a la página y me van contando el viaje por Roma, todo magnífico, me encuentro viajando por el teléfono hacia abonar con un montón de vicisitudes, me siento en la tabla del excusado, no me alcanza el dinero para la versión sin todo este preámbulo, y sigo con la que me alcanza, estamos todos viajando, estamos en París, en las perfumerías, mil cosas pasan y llego a pagar cuando está en la puerta de la escalinata del avión esas dos boludeces que no sé cuándo le van a entregar, si en el avión o cuando mongo aurelio, y yo re contento gastando guita al pedo para quedar bien en esa aventura por el teléfono con una vieja araña de galpón.

 

Aprendo a flotar y a desplazarme sobre el colchón azul de una plaza. Steve Vai toca para los paraguayos de unas torres en obra y me pasa la guitarra con la que sigo mis viejos punteos de los que mi hermano se burlaba en las horas previas a su propia muerte, voy y vengo de una torre a otra y cierro con unos acordes toscos pero parejos, y los paraguayos gimen de arrobo cuando le devuelvo la guitarra al dueño. Siempre quise tocar alguna de las Ibanez de Stevie.

 

29/09

Recién hablaba con una psicóloga guatemalteca que trabaja en Alemania como psicóloga de refugiados, parece que tiene una muy buena posición porque se burló de mi oficio de vender libros. Le dije que la compadecía en su labor civilizatoria de musulmanes y africanos y se enojó, me acusó de ultraderechista admirador de Milei. Me llamó ignorante. Pero pobre, qué puede saber una psicóloga con título de una universidad de Guatemala. No le pude explicar que el uso masivo de inodoros en occidente es mucho mayor al tiempo en que los africanos dejaron de ser animistas caníbales y ahora los tienen en monoambientes por toda Europa comiendo arroz, porque eso es el nuevo humanismo alemán. ¿En qué estaba pensando la Merkel cuando les dio paso? Y los musulmanes, simplemente son como las hienas. No hay que darle mucha vuelta al género humano con aquello llamado psicología. Deberían enseñarles todo el Antiguo Testamento a medida que se los recibe, por lo menos, pero ya ha corrido mucha agua -y sangre- bajo el puente y eso ya es imposible a estas alturas de la discapacidad global.

 

 

Responso en el Submarino

 

¡Escuchen el silencio de la muerte!

Y recuerden

las pajitas de bolsillo

por las escaleras

y las recámaras

subiendo y bajando

durmiendo y fumando

 

Somos nosotros,

camaradas,

en nuestra tumba silente

 

Solo el esperma

que se derrama

no se escucha

en los radares ingleses

 

Pero hoy cantamos

Las más profunda

Canción de cancha

para darles caza

a los Veintitrés Astutos

que violan nuestras aguas

por nuestro finado Capitán

Muro de Huesos

 

Cuando muere un inglés

relumbran los serafines

 

¡Recuerden el silencio de la muerte!

 

 

1/10

Esta mierda… Tres y ocho AM. Sueño con Cristian Pignotti y Lucía Mazzinghi, qué linda mina, apenas amaga a levantar el mentón, nada que decir, siempre la imagino de costado como a una foto de juventud de mi vieja. Salgo afuera y Cris en un 128 naranja me da un paquete y medio de Phillip Morris, vamos a leer en público, no traje nada. Me levanto y pongo Last Chance to Dance Trance, que no camina, las últimas de Uninvisible que terminan con el partido de Ping-Pong se pasan porque me saca de lugar El Chiro. Recorro un poco los Medeski, Martin & Wood de mi juventud, pongo los discos que tenía, un par de The Dropper, la Note Blue tarada, y Combustication, el cuento de Whatever Happened to Gus. Aparece Savino y le quiero decir que a Sánchez le hubiera gustado fumar un par de cepas nuevas de porro, que también el cuerpo se me descoyuntaba, pero hube de mantener el rigor, y lo veo pasar bailando perfiles de tango levantando la cabeza con Andrea Frigerio. La Hindu Kush es tal cual El Amhor, Los Orsinis y La Muerte. Debería ir cerrando, los instrumentos buenos costaban cinco mil dólares, llegué a una Henri Selmer C-700 de las últimas y después la vendí por no encontrar baterista y me aburría, un bebe a dos casas lloraba con mi tétrico blues. Lo comprendo a Savino con Albert Ayler, pero hay que respetar a los vecinos. Ahora le toco la armónica a las plantas, que les gusta, en Re, la Si bemol me trae recuerdos amargos, con la Sol marchitas, chamamé, tango. Toco con dos juntas, pero me aburro, la música del Siglo XX empezaba con los preludios de Debussy, pero no pudo mantenerse la manzanita con dulce de leche por mucho tiempo y todo se hizo vomitivo. Guarden discos de Tchaicovski por las dudas, Troilo y armónicas Hohner en Re y en Sol.

 

 

Cris y La Tensegridad

 

Fui a Tensegridad en Nuñez, casi se me perforan los tímpanos como después de no tomar avión por mucho tiempo. Había gringos demócratas californianos. Los del Lincoln. Danzas de brujos coreografiadas. Supongo que todas las llamadas facetas de la personalidad llevadas al máximo de separación logran eso que hacían esos brujos mejicanos.

Acá tenemos La Buenos Aires Tenebrosa y eso es suficiente. Pero se perdieron muchas cosas. Todo falta ahora, y ya pasaron los mejores años. Spinetta siempre me pareció un pelotudo más.

 

 

Se acerca el verano, 2025 AD

 

Hay que ducharse, afeitarse, tomar café. Volver a la ciudad. Animarse un poco. Pobre Roberto Arlt, quedó escribiendo con el tono de Fantino. Nadie habla pero ya hay que tocar pito porque hay muchos locutores retóricos con la voz engomada. Los Adrianes Suar y Franchelas me violentan a niveles de Palito Ortega. Azzaro vocalizando como con la boca llena de pan dulce defendiendo a Riquelme, Ducatenzeiler dice algo, pero los pibes miran el fulbo. Anoche no fue nadie a la cancha de Racing. Veo cinco minutos y cambio a Jerónimo Torres Santoro. Le dije a mi ahijado que Paul Fernández está paseando en la cancha y se despertó con una sonrisa y asintió, le dije que Echeverri no pisaba el área hasta que llegó El Muñeco y me miró por arriba recordando lo que vio en la tele y se quedó regulando, seguí: Vos viste al Real Madrid, Benito. Yo te quiero comprar una camiseta de Boca pero la de estos muertos de ahora, no. Y me callé. Los Pumas mucho mejor, pero con las boludeces amateurs de siempre, las amarillas y la expulsión del jodido de Matera. No podés jugar contra Sudáfrica con dos menos porque te comés cuarenta. Pero estrictamente, salvo estas calamidades puntuales, los veo mucho más rápidos y con muchos menos errores no forzados. El Ala rubio número 7 de Sudáfrica Pieter-Steph du Toit es un jugador fantástico.

 

Hablando con una Santiagueña de Clodomira me dice que no puede dejar la casa más tiempo que las horas de jornada laboral porque le entran por el techo y después la llama un desconocido que le ofrece comprarle la casa, que la policía se le burla, le dicen que tiene que compartir con los que no tienen; que los campos están improductivos o destruidos por no rotar cultivos. Que todos tienen planes y los pibitos andan por la calle con cuchillo, que todo Santiago está así. Le robaron el título de farmacéutica de la Universidad de Tucumán. Se quiere ir a España, anda sola, sin parientes ni pareja, sin hijos, posmenopáusica. Toda la mañana leo su desgracia en el Whatsapp y desaparece. Me dijo que los eucaliptos que trajo Sarmiento a Santiago eran para erradicar el paludismo y la malaria y que ahora talaron todo. Que los mosquitos santiagueños son helicópteros. El verano pasado fueron record en dengue. Le dije que los quebrachitos siguen creciendo solos pero me contestó que los muertos de hambre no perdonan ni una maderita viva. Que Termas de Rio Hondo es una zona volcánica erosionada y que por eso hay agua pura y agua envenenada, que arruinaron el Rio Dulce y que hicieron dos puentes más de La Banda hasta Santiago.

 

De La Banda hasta Santiago

Hay un puente que cruzar

No le pegue mucho al trago

Porque puede resbalar

(dos más)

 

Antes se plantaba palo de escoba para el salitre pero ahora ya no se hacen escobas con palo de madera y volvió el salitre, y así progresivamente relevamos toda la destrucción de Santiago del Estero.

 

Hace más de veinte años que no escuchaba el final de Combustication de Medeski & Cía. 6:15 hs. Amaneció. Un avión, pájaros, los galpones no apagaron las luces de noche, mi cuarto detonado. El Spotify sigue solo con jazz de ahora. ¡Quién quiere escuchar un solo de batería actual a esta hora! En You Tube suben al toque los videos de la gira BEAT de dos de los Crimson con Vai. Belew ya tiene setenta y cuatro años y parece un pibe del circo, lo adoro. Chau Medeski. Me voy a tirar un poco con el Menstrual Cycle de Prince.

 

Despierto al mediodía, veintidós grados, los pájaros chillan, una moladora. Iré a cargar tierra en las macetas. La semana pasada despedí a la mucama y al psiquiatra, me va a traer problemas con los viejos que están en el sur, pero ya no los aguantaba más. La doméstica con su susceptibilidad de villera malcriada se fue llorándole al teléfono. Durante años daba vuelta toda la casa patas para arriba, hasta el tacho de basura, y se ponía a planchar mirando la novela en el teléfono y dejaba todo así hasta la última hora que juntaba todo y se iba, dejando la casa intransitable durante esas horas. Mamá no le decía nada porque le pagaba dos mangos. Pero yo le quería tirar el teléfono a la pileta cuando la veía en la cocina mirando las novelas mejicanas. Cuando le dije que se vaya me empezó a gritar y le dije que no levantara la voz porque la sacaría de los pelos a patadas. Le dije que se apurara, que mueva el orto y desaparezca. Venía vestida como en el cuento de El balneario de crotos y comía y miraba las novelas lerdamente. Fueron diez años cruzándomela hincada sobre la mugre por toda la casa con ese cuerpo horrendo y fatigado de pilar del rugby femenino paraguayo. Sus chismes de la villa y el dulce chamuyo paraguayo mentiroso e intrigante que le hacía a mamá, el relevamiento permanente que hacía de las cosas de valor de la casa. Su desprecio por mi presencia irredituable. Sus últimas milanesas crudas. Me ponía estampas de San Cayetano de prepo en el escritorio y yo le gritaba que me recago en el laburo, que se las metiera en el orto. Ya no vendrá más.

El psiquiatra se dedica al marketing de pastillas y al coaching desde que renunció a su puesto de médico gendarme y se transformó en otro discapacitado funcional del chamuyo, quedó igual que los curas imbéciles de ahora, que como tales con los sacramentos, solo sirven para expedir recetas. Iré a un neurólogo.

Levanté tres tachos de veinte litros de un volquete y me compré tres automáticas Jack Herer, si Dios quiere tendré al menos un par de frascos de la dulce Jack para año nuevo.

 

 

Edad del pavo 3.0

 

Odio a mi padre
y a mis hermanos
y a todos
los soretitos de oficina
como ellos

 

Quiero dormir atrás

de una librería con patio

con sombra de árboles

mis plantas y pájaros

y que a los clientes los atienda

un atajo de electrodomésticos

vertebrados

 

También ir por la costa

Hasta Chubut

A la temporada de orcas

Y poner un arco

Arriba de un médano

Y tapar tiros libres

De lobitos en vuelo

 

Total pobreza y abstinencia. Rezo, duermo, leo.

 

 

Sueño

 

Pude hablar con mi tierno amigo Léon Bloy al fin, le rodeaba los hombros con mi brazo y me sonreía, el tierno corazón del gran Léon me sonreía, en el cielo vestía de blanco como un francés real, le recordé en una suerte de cine de castillo que la gran consolación que él esperaba después de la primera guerra mundial fue Hitler, y me miró con una breve mueca de circunstancia, estábamos en un lindo campito con su esposa Jeanne y dimos unas vueltas, miraba ya todo aliviado del dolor y era el hombre alegre que siempre sospeché que era en el fondo, solo que en este mundo había elegido cargar la cruz del Pobre. Me fui por un sendero hasta un retiro donde estaban mis amados compañeros de equipo y me invitaron a una fiesta, era un gran casamiento en la avenida Libertador al que fui con unos viejos amigos del colegio pero recuerdo que salí rápido y me quedé en la entrada, caminando por los ravioles amarillos divisorios de las manos de la avenida me acosté sobre una hermosa mujer que se me acercó y la pasamos cómodamente tumbados en dichos quesos amarillos, no había tráfico y estuvimos horas hablándonos a los oídos y besándonos y apoyando, una hermosa mujer de pelo y piel castaños. Vi a Maurice Dantec esperando el colectivo y le chiflé y levantó el brazo desde el primer escalón, la mujer desapareció y salieron los del casamiento, tenía doce pesos y le pedí a los chicos si me podían acercar a casa recordando que ya no vivía en San Isidro y por supuesto porque todos ahora viven cerca o de paso, pero seguimos bebiendo de unas bandejas un buen rato.

 

***

 

Me había quejado de la demora a la semillera y me mandó una Jack Herer de más y veinte Blueberry regulares uruguayas de regalo, más el paquete con las tres Black Afghan. Voy a la paquetería y cruzo la plaza sin mosquitos, ya cargué las macetas. El día es amarillo con los black outs bajos.

Limpio mi cuarto y empiezo el Levítico.

 

 

4/10

 

Tarde para el baile

lo que me gusta es la abstinencia

y el ardor de cuchillos

en los pulmones

de la carcaza chupada

por el pucho

bajo las mantas

 

La bombilla mira torcida

como el gato pidiendo comida

y todo es dolor y convalecencia

y bajar las líneas

hasta que vuelva a rezar

en la luna nueva

de las langostas

 

 

6/10

Volvieron mis padres de vacaciones en la casa de un banquero sidoso y mi madre me comunicó que seré trasladado a un asilo. Solo lo lamento por mis plantas.

 

 

7/10

 

Armonioso conjunto de miserias y tormentos. Chocolates viejos de regalo, unas insípidas galletas contemporáneas, y los ruidos consabidos: el lavarropa, un torno, bordeadoras, el grito atronador de un sodero y la bomba de agua.

 

 

8/10

Anoche Raúl Gámez fue a El loco y el cuerdo. Ochenta años, jubilación mínima. Ayudaban hasta hace poco con su mujer en la panadería del hijo hasta que la señora se lesionó y tuvieron que mudarse de Liniers a un lugar donde les alcanza el dinero. Con remoridimiento se reprochó no haber tenido bien a su mujer en su época. Azzaro le preguntaba si todavía se prendía cantando “Soy del Barrio de Liniers…” A veces sí, dijo. Va a la popular con los nietos. Recordó el fondo de inversión de Macri para traer jugadores, dijo que el lagarto está metido en todos los chirimbolos redituables del fútbol, en los de seguridad y en las apuestas, y que Milei es un sapo por llamar a las personas mayores “viejos meados”, cosa que podría pasarle a su propio padre, dijo. Yo pensaba que por Riquelme una persona con estudios de séptimo grado no puede ser presidente de un club importante. Gámez llegó hasta sexto grado y sacó campeón del mundo a Vélez contra el Milan de Berlusconi. Mostraron fotos de él en México 86’ a las piñas con los hooligans. Hincha de Alfonsín y del Papa. Dijo que lo trajo a Bianchi porque el farmacéutico del barrio le insistía. Que el clásico de Velez Sarsfield es Ferrocarril Oeste, pero que Ferro quería ser el mejor club en todas las disciplinas, aspiración que ahuyentó a la gente que practicaba deportes de manera amateur, lo que terminó fundiendo al club. Dijo muchas cosas que me emocionaron. Azzaro y Ducantenzeiler lo cortaban. Cuando se fue quedaron como bobos y apagué y recé por él y su mujer repetidas veces.

 

***  

 

Mi padre me dice que tengo que estar un tiempo internado y resetearme para poder levantarme temprano y trabajar, que las plantas de marihuana las tengo que tirar. Tratamos de hablar pero es un intemperante total que le sube la presión porque le digo que rezo, leo y no molesto a nadie y que la marihuana que cultivo tiene poco psicoactivo y es especial para mis nervios, y que de irme de casa fumaría lo que hay en la calle, que es el equivalente al alcohol de farmacia. Se queja de que no hablo con nadie, ni con mi hermano, se avergüenza de mi nula vida social, que es lo último que deseo. Van a llamar a la ambulancia en cualquier momento y caeré en esos subhumanos psiquiátricos de la guardia de Galeno peores que los públicos.

Mamá se queja de que la joda mía de echar a la mucama le va a costar un millón de pesos e intuyo que quiere que me internen para que ese bicho vuelva. Percibo sus ganas de adoptar a esa mujer de albañal y abortarme a cambio.

Les digo que soy un poeta y estoy desnudo en el mundo, y que mi suerte ya está echada.

Plaga de ojetes con serpientes.

A mediodía me llevan.

 

9/10/2024, Benavidez