Charles Bukowski a A Joyce Fante
18 de Diciembre de 1985
Siento que me preguntaras por el libro de
John; me he pasado varios días y noches pensando en cómo contestarte y no me
queda otra que decirte que no me gustó, ni tampoco el siguiente.
Es posible mostrarse rencoroso con estilo y
también ser un amargado divertido, pero esos dos libros me dejaron mal sabor de
boca. Causar estragos no está mal si implica cierta valentía, pero causar
estragos sin más, porque sí, pues no sé, eso pasa a diario en nuestras vidas,
en las autopistas y en los callejones de nuestras idas y venidas y esperas.
John fue mi principal influencia literaria
junto con Céline, Dostoievski y Sherwood Anderson, y escribió algunos de los
libros más emotivos de los tiempos modernos, pero creo que hubiera sido mejor
no publicar estos dos libros. Podría equivocarme, claro está. Muchas veces me
equivoco.
Conocer a mí héroe (si me permites que lo
llame así) al final de su vida y en circunstancias de lo más dolorosas fue
triste y maravilloso a la vez. Y espero que lo poco que hablé con John le
ayudara en medio de aquel terrible infierno.
Siempre recordaré Pregúntale al polvo,
para mí la mejor novela de todos los tiempos, una novela que seguramente me
salvó la vida, por si sirve de algo.
Nadie escribe una obra maestra tras otra, es
imposible. John estuvo muy cerca de conseguirlo.
Viviste con un hombre amargado que superó esa
amargura gracias a un amor que teñía y llenaba y transformaba cada palabra en
un milagro inolvidable que decía
sí a pesar de todo
sí por todo
que decía
sí sí sí
y que continuaba diciéndolo incluso cuando lo
conocí moribundo.
Nunca habrá otro John Fante...
Era un bulldog con corazón en el infierno.
Tomado de: La enfermedad de escribir, Anagrama, Barcelona, 2021.
Edición y traducción: Abel Debritto
Título de la edición original: On Writing, Eco, Nueva York, 2015.