Walking to the park under a crescent moon
I kissed my fingers and blow it to the sky.
While people run around the circle; the hidden lake
beyond the pines,
a dyed druid sings in my headphones, awaking
ancient gods.
There there, a bunch of naked torsos practicing
calisthenic;
only one woman between them.
Should I?
These last few months unfleshing your tango
cloaks...
- a bright triumph.
Daily zoo rejections till repertoire:
tactical kisses, the rhythms of leather,
and some kindness, profound muscle.
Early morning today
after lead one Viking nest near to oblivion, her
purple braids winding,
just before I crossed the railways, saw a graffiti;
big capital letters: MURDER.
Tonight, I bowed to the moon
neither you
nor the lofty Viking, were there.
Hannah was, weeks ago;
in a winter patio poetry.
A tall chick among friends with her chal as an easy
hijab. Ending the readings, I was talking to a friend who organized it, both standing next to the street
door, when Hannah stopped by and salute him. Without even try, those abyssal
black eyes curving in me, the wild fringe of a perpetually
tanned skin. The
three of us had a brief chat, and seconds before she leave, that shiny piercing
under the nose barely waving, Hannah grabbed my scarf from the overcoat, and
almost smelling it in her hands; said: "…this green apple color of your
scarf, … I really like it." And dropped. “Goodbye, boys” vanished into the
air.
-una “posible”
traducción-
Un triunfo brillante.
Caminando hacia el parque bajo una luna
creciente/besé mis dedos y lo soplé al cielo. // Mientras la gente corre
alrededor del círculo, el lago escondido más allá de los pinos;/ un druida
teñido canta en mis auriculares, despertando antiguos dioses. // Allí, allí, un
montón de torsos desnudos practicando calistenia;sólo una mujer entre ellos./
¿Yo debería? // Estos últimos meses desencarnadome tus mantos tangueros.../-
brillante triunfo
./diarios rechazos de zoológico hasta el repertorio:/Besos tácticos, los ritmos
del cuero,/ y cierta amabilidad, músculo profundo.// Hoy temprano a la
mañana/después de guiar un nido vikingo próximo al olvido, sus trenzas púrpura
ventando,/justo antes de que cruzara las vías,vi un graffiti;/grandes letras
mayúsculas: ASESINATO.// Esta noche me arqueé hacia la luna/ni vos/ o la
valiosa vikinga, estaban allí./Estaba Hannah, semanas atrás;/en un invernal
patio de poesía.// Una chica alta entre amigxs, con su chal como un relajado hiyad. Al finalizar las
lecturas, yo hablaba con un amigo que organizó el evento, ambos parados cerca
de la puerta de calle, cuando Hannah se detuvo a saludarlo. Aquellos abismales
ojos negros, sin siquiera intentarlo, grabándose en mi, el salvaje cerquillo de
una piel perpetuamente bronceada. Lxs tres tuvimos una charla breve, y segundos
antes de que se fuera, aquél brillante piercing bajo su nariz apenas ondeando,
Hannah agarró la bufanda desde mi sobretodo, y casi oliendola en sus manos,
dijo: “...este verde manzana de tu bufanda…realmente me gusta”. Y la soltó. “
Chau, chicos” desapareciendo en el aire.