21.7.24

Lejanas intemperies, por Cecilia Bainotto

  

Voy hacia lo que menos conocí en mi vida: voy hacia mi cuerpo

Héctor Viel Temperley

 

I’m too sad to tell you.(Estoy muy triste para contártelo)

Ban Jas Ader

 

 

El cuerpo motivo de inspiración de todas las artes. Más allá de la recreación, un conjunto de células que forman órganos agrupados en sistemas por los que funciona. Básica biología. Y desde allí lo primero es lo primero: esta estructura es una perfecta desconocida. Con fecha de vencimiento en la conciencia activa.

¿Cuáles son los umbrales del dolor y del placer? Inseparables de la vida. Ambas emociones intransferibles e incomunicables por medio del lenguaje. ¿Cuál es el umbral máximo que puede aguantar ese complejo de órganos? Por algo las dosis de anestesia ameritan prueba y el examen de cabeza. Aquí la cosa se pone más compleja por los criterios de “normalidad”.

 

Viel Temperley al borde de la muerte por una grave enfermedad. “Yo” que habla se separa del vehículo de esa conciencia. El cuerpo. La frase de Héctor Viel Temperley generadora de búsquedas desde diferentes aproximaciones. El cuerpo, una mano que se hincha, un ojo que se achica y ante el descubrimiento ¿qué es esto?

 

Existen artistas conceptuales que se han arriesgado en la exploración de las respuestas de sus cuerpos y al riesgo de no poder comunicarla. “Tú ya lo sabías” y, aun así. También algunos espontáneos y otros en la perforación de límites.

 

El caso de Ban Jas Ader (1942-1975) un artista holandés que registró sus performances: el cuerpo en caída por la gravedad. El techo de su casa era el escenario de la caída o un canal de agua en Ámsterdam sobre el que se lanzaba en bicicleta. El cuerpo, el objeto de su arte. El registro en secuencias, la obra. “I’m too sad to tell you” dice (Estoy muy triste para contártelo) cuando llora copiosamente ante una cámara. Desapareció en alta mar sin dejar rastros. La pregunta que flota es si esa embarcación que no reflotó fue el último acto intencional de su performance.

 

Jimmy Jump, un espontaneo muy gracioso, barcelonés. Jimmy Jump, la fonética del nombre da sonido de resorte, ingresaba a espectáculos masivos “como un paracaidista” (fútbol, conciertos) En gran medida exponía el cuerpo ante la vigilancia de “guardias pretorianas”. Causó más de un desmadre con suspensiones y corridas. Una instalación viviente. ¿Qué fue de Jimmy Jump?

 

Jorge Bonino, artista conceptual (1935-1990) un villamariense que desplegaba sus brazos para volar y carreteaba por las peatonales. “Un cuerpo que estalló en mil pedazos” –la película de Martín Sappia sobre Jorge Bonino– buscando el ardor de la flama, el celeste del espacio. Planeó su muerte en el descenso oscuro por una escalera. “Puede ser así o todo lo contrario” su mantra.

 

Hay personas que son leyenda no por libros o poemas escritos. Ellos mismos son una obra de arte en la acción que realizan. Una lejanía de intemperies que irá desapareciendo con la memoria del último que quiera recordarla.

 

La gravedad como fuerza, el cuerpo como carne frágil, la emoción extrema que descuida la cuidada integridad. Esa cuerda-cuerpo que se puede cortar. “Síndrome de Pontius”. Conlleva sus riesgos. Pero… ¿hay mayor realidad que la vida cuando quiere probarse e incluso perderse?

 

 

Un día en el aire

 

Estaba releyendo un cuento policial y justo la llamada: me avisa como si nada de un viaje por un año con renovación de estadía a los seis meses.

A probar otro destino –tiene referencias por su madre, mi hermana– y hacia allá va en contra del Día. Es tan lejano el Oriente. La llamada fue cuando en el cuento el personaje mira por la ventana abstraído en la visión de una ola inmensa. Justo después de haber cometido un crimen. Una garra azul replicada en copias por todo el mundo. Al fondo el Monte Fuji. Demasiadas coincidencias. Ineludible la recomendación

 

Necesario

El látigo de agua arranca el fachinal. Desobstruye pantanos. En la tierra abierta las cruces se clavan mejor.

El látigo de agua se hace más suave. No hay sonidos de avispas ni siseos de serpientes.

Solo la levedad de una mariposa en el azul violento.

 

7.30 hs

Ese estallido… hablemos de los fractales, del fragmento. Los fragmentos se quiebran en millones de diamantes.

–¿Has visto que esto, la palabra triturada, también es un mar infinito? Sigamos recogiendo esos restos de poesía.

–Que los mares arrastran y hacen arena.

Odiseo cuenta sus odiseas a Calipso. A esa hora nunca fue tan sensual un desayuno.

 

Quietos cautivos eternos

Los que estamos tenemos la misma simiente. Los que fueron nos la dejaron. Unas ramas se han metido por la reja oxidada o salen, no pude ver bien, ¿de qué se alimentará esa savia? Todos los tapados se destapan con los mismos gusanos. Nada. Por más empeño que ponga la desigualdad.

Nada. (De la selección Humanos envasados)

 

A-NO-NI-MATO

UNA CABEZA

UN CUELLO

UN TORSO

UNAS PIERNAS

UNOS PIES

AHHHH FALTAN

UNOS BRAZOS

UNAS MANOS

UNOS DEDOS

PARA ESCRIBIR

Y DESPUÉS

ENCENDER UN FOSFORO.

 

Está el suceso.

Después se cuenta. Después está la distancia que separa el suceso del lenguaje.

Después líneas que se recorren con más o menos piedras en los zapatos.

Después la imposibilidad de no tropezar con desastres.

 

Mezcla de mosca, de tábano y de pájaro en permanente vuelo. Espero que tenga las mejores corrientes de aire (cuerpo alígero entre las montañas)

 

No es fácil escribirle una carta a una persona privada de su libertad. No sé cómo contarle de la mía libre y condicionada (De humanos envasados)

 

La libertad está en una manzana de CABA o en el LUNA PARK. Entradas agotadas. Salidas obturadas por las chiribitas que provoca la acústica inflamada. Pero con el ingenuo y maldito tupé: ¡Somos libres, loco!, dice un grupito suelto de cuerpo ensartado en ropa ajustada. Y empieza con la monserga vieja. Más de lo mismo. “Menos… es más” no lo entiende la libertad por exceso

 

Demoliendo paredes quedaron ladrillos propios, algunos ajenos, desparramados por el suelo

¿Era para allá? /+ de lo mismo – de lo otro/ No te vendí que yo no era nada/ Bla…bla…/Un palo tiene dos puntas/ ¿Lejos? ¡Cargate nafta! / Puede ser así o todo lo contrario/ Siempre encuentro algo cuando pierdo tiempo/Habría que escribir sobre eso para destupir cabezas/ ¿Cómo está mi reflejo?  ¿Lo sabes?, no, no lo sabes/

/La improvisación del desalojo/ Argentina tiene la carga de tres M pesadas. No hay milagro trinitario/
/ La secta de los parqueros de diversión tercermundista. Tres puestos claves:  el del tren fantasma, el del palo enjabonado y el del tiro al blanco /

¿Cuál es el color de tu miedo? /Vos sos un Tesoro y yo un Sorete de oro / No es lo mismo San Antonio de Padua que San Isidro pero la urgencia del falo es igual en todas partes/
/
LA IRREVERENCIA ES ESTÉTICA: el semen es encomiástico no así la caca/ Soliloquio: ESCUCHE EL SILENCIO/

/Abrió la puerta con el filtro de un cigarrillo.  Escuchó girar el picaporte/
                          Te dije que esta historia podía no ser cierta

 

 

PRIMERA CASA

 

Raro ese lugar en Claypole donde el conurbano se desploma. Un barrio cerrado en un predio de no más de mil metros cuadrados. La entrada, un portón de madera carcomida, abierta a todo aquel que gustara pasar y pasear y vender en ese barrio de Claypole.

El operador inmobiliario nos había” vendido” un “oasis” a poca distancia de centros comerciales con referencias ciertas. Verdades a medias en las que se entra a ese ambiguo espacio por las dudas encontrar algo. Cuando llegamos la mirada de codicia hacia el automóvil BMW azul no pasó desapercibida. Estrategia: amable indiferencia. 

Decía, la entrada un portón de madera carcomida, de unos dos metros de alto, que se abría a un parque más bien pequeño con toboganes, hamacas, piletita pelopincho, un pelotero, todo bastante descolorido que en la postal final semejaba más bien una compra - venta de juegos para niños.

La entrada no era la mejor presentación, pero bueno … estábamos ahí y en una de esas la oferta mejoraba. Cruzamos el parquecito y ahí estaban las casas, separadas unas de otras por cercos vivos bajos. Los terrenos de cada casa, con construcción incluida, no superaban   los sesenta metros de superficie.  Sin servicio de cloacas, las calles/ senderos tenían un desnivel para que corriera el agua por los costados. Era un vecindario colorido, con voces que se escuchaban sin modulación en emisoras cruzadas y encima del sonido natural, otra capa de sonidos de radios y televisores. Para los ojos y los oídos: algo no estaba bien.

“Toda gente decente” nos dijo el vendedor de la inmobiliaria para insuflar ánimo a nuestro desánimo galopante.  Por las puertas abiertas se veían escenas familiares en acción:  tomando mates, las mujeres pintando sus uñas o lavando los platos y tirando el agua sucia en la corriente de agua que pasaba frente a las casas, los hombres despatarrados mirando televisión, chicos alrededor de una mesa haciendo tareas, jugando o peleando, una mujer mayor tejiendo al lado de la puerta – inexistencia de veredas -, dos hombres jugando a las cartas, otra mujer trayendo a rastras a un niño después de una pelea, aparentemente.  Una repetición tan existencial, tal el caldo de una vida que se cuece lenta, sin milagros, y que puede terminar –muchas veces– en La Corte de los Milagros. Es fácil caer por la pendiente cuando duelen los zapatos.  Y este lugar estaba ahí, en el denuedo intencional para   no caer. Bienvenido.

Faltaba la frutilla de esa gelatina que no cuajaba: la casa. El vendedor abrió la puerta y ante nuestros ojos una sala cocina   que en la percepción del vacío parecía amplia pero no. Con el mínimo mobiliario explotaba. Una puerta daba al baño y una escalera de madera – estaba bien hecha, lo único bien hecho- por la que se ascendía a dos dormitorios de tres por tres con un placard horrible en uno de ellos. Las paredes de ladrillos huecos, las ventanas pequeñas y mal pintadas. La casa estaba rodeaba de un alisado de cemento estrecho casi pegado al cerco vivo. Por lo que el “oasis” era una caja de cemento. Cajas de cemento pegadas en una hilera sin el mínimo pensamiento urbanístico.

“Está el Cotolengo a pocas cuadras” nos dijo el vendedor aquel domingo a la tarde de hace casi cuarenta años.  “Cotolengo” en tonalidad con lo que yo estaba observando.

Y vuelvo a esa precariedad por la que es fácil resbalar hacia otra mayor, al menos aquí, en Argentina, con una pirinola tan loca. Borré con flúor el primer aviso. Por suerte podíamos,  en aquel tiempo, sortear la pendiente. Historias de bolsillo.

18.7.24

Las lagañas, por Santiago Armando

                                                                                                                    A Carola Schwarzböck


What passed for society was a loud, giddy whirl of thieves and pretentious hustlers, a dull sideshow full of quacks and clowns and philistines with gimp mentalities.

Dr. Hunter S. Thompson

 

Al pibe le tenés que hacer pasaporte comunitario

Son diez palos más.

A mi me gusta trabajar.

Carlos Javier Mac Allister, ESPN

 

 

Todos están muertos y lo saben

 

Prefiero la edición argentina completa de la década del 40, con las censuras originales, de los tomos de Diarios de mi amado Léon Bloy, a la carísima por agotada selección de ochocientas y pico de páginas de la editorial Acantilado. La selección española omite casi por completo las anotaciones diarias de Bloy durante la primera guerra mundial que son indispensables para comprender la borrachera patriótica y supremacista de los adoradores de Gundogan, hijo de Conan, y al imbécil sanguinario rey prusiano Guillermo Hohenzollern en aquella gigantesca matanza trivial donde cortaban las manos a los niños.

 

Viento norte, mal día para colifas.

 

 

Dos paja y Familia

 

Estrellé el termo

Contra el espejo del baño

Que misteriosamente daba,

con la puerta del baño abierta

mirando sobre mis espaldas

A la pantalla de la computadora rota,

respiro los vidrios rotos en el pecho

 

Arrojé el termo

contra el espejo

para tratar de detener

(por un momento dormitaba)

los ruidos de mi madre

Barriendo la terraza

golpeaba el escobillón

contra los barrotes de la baranda

sacudiendo el polvo

y abría la canilla

y retumbaba toda la cañería

y la terrible bomba de agua

bajo mi cama

en esta casa de ladrillo hueco

 

Parecía gustarle el eco

del golpe del escobillón

por los barrotes de la baranda

y yo no había dormido

después de mi cumpleaños

 

Estrellé el espejo con el termo

y seguían los ruidos

con mis pocas fuerzas

abrí la puerta ventana

y grité todo lo que pude

que se fuera

y contestaba: ¡pero no ves

que

estoy limpiando

tu mierda!

Se refería a las colillas

de mis cigarrillos armados

 

Seguí gritando

con miedo de ahogarme

que se fuera

con todas mis fuerzas

andate, andate

y me chistaba

por vergüenza de los vecinos

que los domingos

desde la mañana

hasta el mediodía

prende el señor,

en su taller

muy próximo a la terrible

bomba de agua bajo mi cama

un cortafierros

 

Gritaba yo

seguía

hasta que escuché

que juntaba sus petates

y por la otra puerta ventana salía

me acosté muy irritado

y escuchaba

su vocecita con reproches

bajando la escalera

refunfuñando

 

Desde entonces

no he vuelto a escuchar voces

pero ahora de noche

acá, como siempre

las letanías angustiosas

de ladridos y aullidos

de los perros de la villa

que van al campito

atrás de mi lote.

 

Soy un hombre bobo

y entiendo poco y nada

de este mundo horrible

donde he nacido.

 

 

Galkin me dijo muchas cosas cuando le mostré este poema de ataque de ira con mamá, me dijo que le parecía demasiado, que le pida perdón, y que le diga “Mamá, perdoname, mañana voy a ser un boludo de vuelta, pero perdoname”, me dijo “Son gente grande, Santiago, yo acá arriba tengo dos vecinos insoportables, con dos perros y un loro, y el baño lo tengo arriba de mi cama y escucho las meadas y todo, es así. Si no, andate a vivir a una gruta. Los puchos los tenés que juntar vos, metelos en una cacerola. Me hacés acordar a mi viejo que le hacía cortar el pasto a mi abuela con ochenta años en verano, qué hijo de puta.”

 

Publicar para todos

 

Usted reúne todos los adjetivos admirativos de Juan Pablo Varsky, señor Editor. No se copie. Otro editor del oeste iba por el Sarmiento con el culo mojado leyendo mi novela y me escribía sus jadeos de zanja en el asiento largo. Mi tapiz bajo el super bifechorizo metaloide que usan como combustible, y yo me defendía con mis modestos grafitos. Terminó editando a la primera rosarina que me contestó con una pelotudez tan enfática y acentuada, de las más pelotudas en pascualinas jadeantes que superabundaban, las otras no. Traemos al mundo grandes historias de amor, pero las divorciadas tienen un áspero travesaño en la concha.

 

Me estoy metiendo en estos pensamientos de mundo que viaja a los superconchazos.

 

La Intersexual de San Isidro la tomás detrás del Cristo, adelante del Seminario. Le paraban al buen curita los 168, huía de una peli Sado-Tellerman con los réferis calvos de la Eurocopa, como el de la final del mundial, pero del espacio, Fabio Alberti como prostituta de Babilonia símil Polino muy puta. El travesti de Corea de Norte modelo familia Adams-Michael Jackson con morfina, pedofilia y juvenil decrepitud hacía mímicas en reels. Andaba bien en los tiktoks de los taxistas, y Francisco lloró por ellos y le trajeron un loro Chilavert Chavista en un lago de flamencos rosados. ¡Inflátulos! ¡Sidras de pomelo Rosado con sida!

Y no había nada para los bebedores del espumante púrpura muy morado y espumoso.

 

 

Alberto se consagra a tocar elblús en subtes germánicos con Dylan echado aullando finito, filmado por el nuevo hijo de Cris Morena y Franchella. Dependemos de ellos.

 

 

Tuve que cortar a Karina Skeletor su divague de la Arginchina abismada al éxito con Advíncula, que se hizo unos rulos rosados.

Píos, viento, sonidos y fríos.

Solo el pueblo es santo.

 

 

El día del padre era para vender chinelas, tanto como la semana de la dulzura con los bonobones.

 

 

Arruinaron la Copa de Asia, la llevaron a Qatar. Pero la copa de los chinitos, más linda que yo vi, eran: China, las dos Coreas, Taiwán y Japón. El Visir tirapedo metió a Malasia con Turkmekistán, en Uzbekistán hay unos japoneses medio chino chilenos para jugar con aire acondicionado. En la Mongolia no existirá nunca el fútbol de selecciones para los emiratos esos, porque no tenemos pelota, ni nos interesa, nosotros llevamos nuestras casas y no paramos nunca a jugar al fútbol, y no nos cansamos. En la Mongolia damos toda la vuelta al sol, que es muy lindo.

 

 

Me acuerdo tan admirativamente de mi tía abuela saludar a las cajeras koreanas de avenida Pueyrredón por ser tan hermosas, deseándoles que les vaya muy bien, y me acuerdo de la Señorita Lee que trabajaba para Sofovich.

 

 

Sueña con Sofovich pasteado en el avión

huyendo a Milano con Galcostrax.

Te harán probar distintas clases de especias y un test de morcilla vasca. Agarrado de las manijas de un tren de compras, como esas queserías que tenían los jamones colgando. Necesito la prosapia del Doctor Francois Rabelais ante tanto que jadea los jamones. En un casamiento, capaz.

 

 

Alberto sabe

que tiene baño y cama

y su escritorio

en el Kremlin

pensión

y tres dulceeleches

 

 

A nadie le importa en casa si me muero mientras mi computadora está en arreglo. Por no escribir sin el monitor y las dos manos. Pero. Tengo estas letritas con ruido de renacuajo y soy muy chiquito sobreviviendo. El que cantaba Sobreviviendo era Víctor Heredia, pescaba en una escollera de piedras de Mar del plata y me acerqué. Me mostró los caracoles con los que pescaba, los tenía en una bolsa negra, enero de 1986. Tenía un terrenito a dos casas del de mi hermana en Meliquina. Lo pongo en Google y es un galán con disco nuevo.

 

Los cuadernos de la obra de Da Vinci con los módulos voladores con manijas y pedales que compró Bill Gates a treinta millones de dólares son para reproducirlos en el espacio exterior para los Rappi, las velas de geometría japonesa de paño brillante en miríadas protegen del viento espacial la entrega de fugazzetas rellenas en regatas de Mofluscus, lo que quiere Bill Gates desde su mundo habitable hace veinte años, la Fugazzeta rellena de Mofluscus. En las queserías de vagones intergalácticos.

 

Lo mejor es levantarse 4:22 am para escribir, hasta el helicóptero de Scioli de las seis y veinte. Siguientemente un avión que no puede largar la flema, la Ruta 9, la Panamericana, los ruidos de tortura mecanizada de casas de ladrillo hueco. Despierta una cotorra, picudos de la ribera, motores horrorosos y uno silencioso dobla la rotonda de la esquina. Entra la mucama de al lado, escuchar los ruidos a horario de esta chica, qué maravilla escuchar a esta chica de al lado, y nublado con bochinche. Una bocina de barco. Manejo un camión atmosférico por las quintas de López Camelo. Llevo unos caños de chupar mierda hermosos, a las señoras les gusta, les parecemos mucho más impresionantes que un sodero, y los niños me llaman don Caquero.

 

 

El Padre mira internamente
con la paz
y los pájaros

rescatados de la calle con hogar

Perros: 5643
Humanos:
7

 

 

Un amor de Andrea

Son hermosas las mujeres.

le cabás en la espalda,

pasás un hielo

y salen cristalitos con brillo.

Posteriormente metía el hielo en mesmo.

 

 

Se vivía bien de las segundas ediciones de Osvaldo Lamborghini que la Librería Hernández vendía en las mesas de sandías, hasta que una directora de cine que todavía vive del proceso tomó un fragmento de la novela Tadeys, la del barco de "amujerar" a los que la van de violentos, con una escenografía de muchas luces de divague y Capusoto parado ahí, no actuando nada, no se sabía que hacía, en lo que en la novela era una embarcación de mancebamiento de travestis, lo que para nada se parecía a la novela esa puesta teatral a la que pusieron un título para desprevenidos, como hizo siempre la culturra. Entonces tuve un diálogo con una miserable intelectual precisándole la mesa de saldos, y la segunda edición se agotó enseguida. La tercera edición no se hizo esperar, pero cuesta carísima y ya no la quiere nadie. Hoy debería bastar no tener obra social para no hacerse el guapo.

 

 

Cuando iba a la Bombonera de niño

de la mano de mi padre

lo más lindo que veía

eran los caballos enormes

de la policía montada

 

Un mozo de hoy sabe lo que es una montada

 

Al colombianito rapero del Subte,

uno sentado: ¡Andá

a hacerte la paja

a tu casa!

 

A Riquelme le gustan

los defensores guapos

y los mediocampistas putos.

 

Y el emplomado del cielo

es por la Coca-Cola de plástico

y en el conurbano de Londres,

El Sarmiento-Tigre-Hurlingham-Merlo

te deja en Ferro,

sale en 15 minutos

Es Daniel Scioli con su gran lancha

y el brazo nuevo que le hizo Elon

 

Todo retumba como un elefante con papas.

 

 

El día de la bandera con feriado largo lloviendo viendo la Copa América y la Eurocopa en tándem. Alberto vino trajeado con olor a humedad del perro. Me acuerdo que leí en la pensión ucraniana con el mono pajero encadenado en la puerta, un invierno con un frufrú, la autobiografía de Miles Davis en inglés y El mundo según Garp, también en inglés. Vi el libro Cuchillo, de Salman Rushdie, y no quiero comprarlo, quiero los Relatos de Montevideo, pero tengo que ir a Palermo con efectivo. Dilema otoñal.

 

 

La cara de hamburguesa de sesos de Jorge Macri metiendo el "Prometeis estudiar" a los niños de guardapolvo blanco en el juramento a la bandera. El mismo patio para jugar a la pelota.

Por suerte no ha cambiado mucho este barro que todavía reverdece. Copa América Copa Europa, toman birra allá, capaz me dejan pasar a la platea con el mate, y encontrar al buen cocacolero vendeporro.

 

 

La adaptación al fútbol moderno

 

Deportivo Riestra 2 - River Plate 0

 

Pasará un tiempo y las chicas del fútbol femenino fortalecerán los talones.

 

Messi es un jugador que cuando el partido se va y sus compañeros ganan un córner, el tipo sabe que capaz no hace un gol olímpico, pero sí que puede tirarla al travesaño para que lleguen al rebote.

 

El restaurante

donde Messi le dice a la cámara

“Yo, uso mi Mastercard”,

y la dueña que no le quiere cobrar,

y llama a su hija, Leonela

A lo que Messi responde,

“Bueh, si lo dice ella”

Cierra con una melodía de la Coca

en el piano familiar

 

 

¿Ahora Disney compró ESPN en el medio de la Copa América con la Eurocopa en tándem, más el rugby, y justo ahora se les ocurre que los usuarios vuelvan a comprar el Disney que no le interesa a nadie, y pasarle toda su clientela?

¿Elon Musk no tiene tarjeta?

Somos unas sogas unidas

y se acabó la sandía

de Arrascaeta

 

A los mejicanos siempre les ganamos con un gol de El Chavo, en este último mundial fueron dos. Me hubiera gustado que Dybala le meta un zurdazo de afuera del área y se quede trabado festejando con el tobillo doblado en chanfle.

 

Los mejicanos se llevaron a Pablo Dybala al América para que siempre festejara sus goles trabándose como El Chavo, hasta que Mac Allister lo retiró haciendo La Chilindrina y el ex arquero de Boca Andrada, el doctor Jirafales. Falta el doctor Chapatín. Hoy Thiago Almada hizo un gol en el estado de Atlanta e hizo el Topo Gigio como la señal de Batman, se lo llevó un club europeo.

 

Leonel Scaloni: “Si vos tenéis una máquina de poner cien metros cuadrados de pasto en diez minutos, pues no es así, los panes de pasto toman su tiempo...”

Periodista mexicano: “En otro estado le puede tocar otra cosa completamente diferente, si no le gusta el pasto el problema es suyo”

Leonel: No, mostro, no es así... lo que pasa... es que… no le podemos pedir a la FIFA cambio de rodilla cada diez minutos… se nos caen los dientes.

Y se tumba tras la mesa de la conferencia de prensa.

 

 

Los yanquis nos van a cagar poniéndonos cualquier campo de juego que les sobre con sus retazos de papafritas, dice Alberto Fernández. Hay que cantar, y empuña la guitarra, los buñuelos de manzana ya casi están.

 

Lo que realmente nos envidian los yanquis son las papafritas con kechu, pero no lo saben, ni les importa.

Lionel, ¿Que hay que comer para meter mas goles?

Ravioles, dijo Bilardo.

 

 

Un negro canadiense hacía las dos fases del mediocampo y volvía una pegando de atrás y se quejaba. No podíamos hacer nada, como con el 3 brasilero Roberto Carlos, que hacía las tres fases, y que lo teníamos que dejar pasar porque ni le podíamos pegar. Me acuerdo del espectacular empate 2 a 2 entre Ghana y Alemania del 2014. A nosotros Camerún nos rompió el cuadrito en el mundial 90, y llegamos rascando hasta la final. Después nos tuvieron largos años enfrentando a los Nigerianos.

 

Un abrazo a Islandia. El único país del mundo con selección nacional amateur, donde la vida es como el Federal C con montaña nieve y volcanes, y son muy felices. Pero no son afines a los Alfajores Jorgito.

 

 

Francia 0 - Países Bajos con camiseta naranja, 0. Todos los franceses borrachos cantando la marsellesa e igualmente los holandeses, con sus exclamaciones barbáricas. Mbappé no entró ni cinco minutos con la nariz quebrada con máscara.

El réferi inglés anuló un gol de los franceses porque un delantero de ellos tapaba al arquero naranja sin darse cuenta, solo miraron los cuadros líquidos de la videocámara y cobraron.

Parece que no estamos tan mal con Paul Fernández los bosteros, y Tigre tiene uno buenísimo con la trompetita en la hinchada, dice Alberto Fernández.

 

 

Los europeos no juegan al fútbol en la playa porque en las playas del Báltico alemanas te cagás de frío. Como tampoco jugaban los ingleses pateando cabezas de vaca cuando lo inventaron.

Los perdonamos.

 

 

Después del hermoso segundo tiempo del 0 a 0 entre Chile y Perú, Marcelo Benedetto cruzó en la zona mixta a Alexis Sánchez y después de sostenerle el micrófono sin mirarlo durante sus breves palabras, el periodisra argentino lo felicitó por su gran carrera.

 

 

Todo el mundo contra Venezuela y ahora todos escuchamos México Jamaica,

Yo también soy jamaiquino

Soy hincha de los caribeños y les vendo refrigeradores de sandía y termidores y antarchicas y muchas pelotas para que jueguen en sus playas.

 

México ganó finalmente con el primer gol anulado a los jamaiquinos.

 

Haga la guerra de los mundos con renta estable, apueste contra los mejicanos y contra Racing. Venezuela le ganó a México. Seríamos potencia si nos bancaran los grandes casinos con pesos y el Bingo, Prode y Quiniela con tablas y asientos, para que los pibes que se hicieron viejos pongan un Prode en Miami con Quiniela Nacional. Se murió Las Vegas en su ley y así es el liberalismo, quedó una yunta de rascas comiendo panchos y pochoclos, y la Quiniela les hace bien. Don Lorenzo García Vega estaba hecho para jugar a la Quiniela y se quedaba apretando el botón del urinario, no se puede mear en la calle allá, te agarran meando y te sueltan los dogos de ojos rojos. Hombres como Wilmar Roldán solo pueden guardar la ley en mi mundo Venezuela 1 México 0.

 

Ayer Caruso Lombardi dio una charla en Nebraska llamada Ya Ganamos Mucho. El fútbol es amateur, cuando jugaban con cabeza de chancho apostaban, ahora te hacen el rectángulo de la cancha con pasto de retazos reciclables verdes como pasto sintético y nosotros jugamos en pistas que no tenemos ni pelito pa’ la vieja y se nos quiebra El Huevo Acuña, que más bien juega al Rugby. Parecen estatuas, Uruguay nos hace crunch-crunch.

 

En la conferencia de prensa preguntan a Bielsa porqué le gusta tanto Mc’Donalds.

 

El periodista de TyC Hugo Balassone totalmente escandalizado porque el brasileño Vinicius tiró bicicletas y bicicletas y hacía golazos contra Paraguay. Como un director de escuela preocupado por un alumno descarriado por hacer tantos lujos y dar el mejor espectáculo de esta copa.

 

Ecuador regalado, parece que están comprados. México pone toda la tarasca para jugar contra Argentina, toda. Compran hasta los periodistas argentinos, porque además, vende. No me extraña nada. En el último mundial los de TN y ESPN estaban con Francia. Aun así, preferiría jugar contra México, porque los negros ecuatorianos son muy ásperos y te cagan a patadas, el desgaste es mucho menor contra México, pensaría, pero con estos réferis no me confío nada.

México se gastó un vagón de guita y el pelele total del réferi les dio un penal en el último minuto, pero se lo anuló el VAR. Arafue.

 

 

Sierra peruana du soleil

 

Hay que dormir muy alto allá en el Cusco

casi ganamos durmiendo hoy.

Los pases para arriba de hipopótamo

quedándose dormido en la jugada

fueron un lujo, al fin pude descansar.

Los peruanos jugaban como el Cirque du Soleil.

Ao Josimar miró y entendió el folklór

y todo fue muy hermoso

 

 

Campeón de América USA 2024

 

Los días entre partidos,

pasando mujeres para agregar

en Facebook

solo vi el segundo tiempo

de la final de España, la mueven,

pero Morata no la mete

son duros

pero muy posicionales

 

Se cuelan siete mil colombianos

y la previa se demora

canta el himno colombiano una

que pasan en la publicidad

cuando no pagás el Spotify

y Shakira en el entretetiempo

como en el fútbol americano

entra Paredes y me tranquilizo,

Lo Celso por Messi me inquieta

pero hacen un doble triángulo con Lautaro

y a cobrar, Colombia pone a Borja

borré, Juanfer, Carrascal.

fracasados de River y Racing

contra nuestra defensa,

naturalmente rebotan

y ganamos.

                

La selección huye

de Estados Unidos

en un Airbus

escoltados

por tres escuadrones

de F-35 Israelíes, con Lío

y todo el mundo

estaba en chinelas en su casa

y en el barrio con mocasines

y la libretita del poema

de los pájaros,

a lo de don Jorge,

que le borraba la fecha

de vencimiento a las cocas,

nada es perfecto.

y nadie esperaba

estas supercocacolas de dieta

ni yo esta pecera

para pegarle con la nariz

al cluster del caracter

como aquel señor

que quería ser un pez.

 

 

Bostero, demasiado bostero

 

Llegará el día en que este mundo será muy hermoso y la fruta contendrá cannabis y será mucho más rica que la de ahora. Proporcionará una voluptuosidad inimaginable y la saciedad justa, además de curar, y es muy probable que por ello perdamos el aparato digestivo y el ojete. Lo acabo de soñar. Será como un rabanito con frutilla dentro. Me visitaron unos médicos del futuro.

 

Le muestro a Omar lo de la humanidad sin ojete y me dice que a él le gusta cagar. Claro, quién no siente alivio y placer, y después de ello el bidetazo de oficio. Le mencioné que ayer fui a buscar un libro a la guardia, son treinta minutos de caminata, y a poco de emprender la vuelta me di cuenta de que me estaba cagando de manera urgente, de tanto estar acá sentado comiendo sin hacer ejercicio de ningún tipo, o más bien, sin hacer casi movimientos. Por momentos, cuando ya me resignaba a encaramarme en los ligustros frente al perimetral, se me pasaba, y así estuve rengueando todo el camino de vuelta a casa, engañando el asfalto con el sorete colgando, hasta que pude llegar a tiempo y subir a mi baño. Me acuerdo de la última vez que fumé la índica de frutilla con el terpeno cariofileno lo bien que cagué, con cuánto agrado, la pimienta alrededor del ano lo hacía mucho más delectable.

 

El nabo de Riquelme, la comisión de fútbol y la secretaría de fútbol, todos ellos, se olvidaron de inscribir a los nuevos jugadores en la Copa Sudamericana. Se lesionó Edinson Cavani, otro jugador retirado de la plantilla, y el resto de los mediocampistas se fueron a las olimpíadas con Mascherano. Pero con los terceros suplentes sacamos un empate en la altura contra Independiente del Valle.

 

 

Strain hunter

 

La inundación se llevará al Reconquista todo el casco de este hormigonado con adoquines y quedaré cantando en las costras del volcán azul con los crepúsculos rojos, en un puente donde se paran gavilanes a comer gato y lagarto. Verificable en los Reels, que nunca volverán, donde vi una vieja de río china saliendo por un desagüe, como los tiburoncitos en La Habana, empanados como hamburguesa a un costado del desagüe en puestos de venta. Prometedor. El pastor abajo del puente de Panamericana es el heredero legítimo de Aristóteles Onassis. El olor a basura podrida quemada es dulzón, lo único asimilable es el camión con micrófono y la paz en el 60 a la siesta, los subtes, los trenes, el tren a La Plata con la médica que mira con cara de culo porque no le doy el asiento. Solo tengo al Changomax en el Acceso, ahí se puede hablar con alguien que le cambie los bitcoins, desde ahí hasta Nordelta. Debería ir al Bar Bagdad a leer mis poemas pero no hay esperanzas de ganar otra vez el Poet Laureate de Luis Zamora. Me gustaría la vida que se ganó Lorenzo García Vega en Miami, pero en Chiloé polinizando porro por toda la cordillera, de ambos lados, en La Rioja o Catamarca con lago volcánico y atardecer, y juntar unas semillas de Blueberry.

Pero no, me pasa como a él con el solar yermo.

 

Navego hasta la Bahía de Samborombón, al rancho del kush azul rioplatense. En el Once le pedí a los que arreglan los teléfonos que me hagan un brazo de Scioli y ya estoy en mi Spinaker pasando La Plata, las costas se enfocan, el viento me lleva derecho, lo tengo agarrado del brazo biónico con helicóptero de una cuerda que voy aflojando hasta encallar en mi playa y me desnudo y me baño en el agua limpia, trabajé mucho. Alberto espera con unos panchos. Venezuela le ganó a México.

 

Las ferias artesanales le dan cobijo a los satanistas que venden sus artefactos de metal en cajitas de madera labrada. Cuidado, no preguntar mucho por lo que venden que pueden recibir una puñalada, deberían empalarlos en el puente y dejarlos a orearse para las carroñas.

 

 

El catre naranja

 

De niño una vez desperté iluminado

sobre la sábana naranja de mis padres

y me fui a dormir

esa visión,

como en los oídos

despertar con un pío

con un sapito

y Chilavert

perdía el poder

sin sus guantes

Yendo a cabecear al verso

Con el teléfono

 

 

Los crepúsculos rojos y el volcán azul (resumen)

 

Murieron los viejos y se vendió la casa. El departamentito que habían comprado en Recoleta se fue esperando que la casa se vendiera y me fui al sur con las semillas, pero mi hermana no soportaba que pasara todo el día acostado y me echó a los pocos días. Me dijo afuera, te vas caminando en este mismo momento. No me acercaría a ningún lado. Entonces salí caminando con mi nunchaku por el pasillo de los perros hasta la Ruta Provincial y ascendí a la Ruta 40 con rumbo norte. Estaba flojo de cachas, muy disminuido a mi edad por no caminar, gordo y débil con un pulmón perforado por fumar: el tabaco salteño armado que pronto se acabó. Caminaría seis provincias hasta aquel paraje que me habían mencionado en una clase de geografía argentina, hallar un poco de tierra junto a un monte bajo el volcán, y poner mi tienda. El resto es leyenda, me alimenté de arañas, raíces, víboras, pájaros, guasunchos, charatas, y San Pedrito rezando el Rosario, hasta que salieron las flores azules y llegaron mis pumas, que después del ataque a la soberanía entraron a la quinta de Olivos y se comieron al presidente, a su hermana y a los perros, cuyos restos fueron subidos a un acoplado de Chamical y llevados por avenida Maipú hasta el monolito de los desaparecidos de la costanera, donde fueron arrojados al río.

 

 

La Colifata

 

“Pasarán un millón de mujeres por mi cuerpo, pero como mi esposa La Colorada de Chascomús, prima del Intendente, que me guía desde el cielo: ¡Jamás, jamás!” Y ponen Wham. El mejor disc jockey con recitaciones de colifas. Había probado con La Red y con la Mitre, pero no hay caso, cuando escucho al de voz gruesa como un Alfio Basile de manicomio, no me puedo resistir y continúo mi novelón. Hay un concurso de poesía Néstor Perlongher que paga quinientas lucas, prefiero apostar contra Racing. Bruce Sprinsteen, Streets of Philadelphia, otro del barrio de Rocky Balboa caminando por la arboleda del Borda con palomas y la luz del día. La luz del invierno, el pasto, me tiro al sol al lado de la palmera, después de la medicación. Ni con el Nobel podría pagar allí una habitación particular con baño: a la barraca sin mesa de luz, el libro de Bloy entre las sábanas y el Rosario clavado y abierto con tres clavos arriba de la cama, en la pared. Piden un lugar para el 3CV de la radio a cambio de publicidad. Ejemplo de publicidad de los creativos colifatos: "Qué lindos son tus dientes, le dijo la luna al sol, y el sol le contestó: me los lavo con Odol". Reggae y un "Siempre fui loco" con cámara. La Colifata en vivo y en directo. Ni un locutor. El Obispo de San Isidro tiene voz de locutor. Los cuentos de la niñez que no entiendo con voz de ratita de un gaucho que nunca entendió nada. Madre, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte.

 

Los Altares de Satán

 

Sueño con Cataratas. Mataba a un comprador de menores y huía al sur de Brasil por El Soberbio. Ya no puedo escribir o trabajar allá en Misiones, me hicieron el favor de sacarme del país. Huí por montes, lagos y sierras y volví. Nada he podido hacer socialmente, ninguna mujer me quiso, ni mis familiares, ningún amigo, por el odio, los ataques de ira, la testarudez de cortarle la cabeza al infinito horror de la naturaleza humana favorable al príncipe de los culorrotos. Demasiado odio por todo, demasiado amor por mi niñez y el fútbol, de grande solo me quedó el celo puritano y el suave exterminio de los abusadores de menores. Pero no puedo hacer más que unos pocos estragos. En la casa de mis padres las vituallas de campo de concentración, como decía Laiseca, y mi misión: Adimple Ministerium. Escuchar las hormigas acostado en el pasto, clandestino, sin consuelo ni descanso. La soberbia de no poder emplearme normalmente y mi inutilidad, mi nulidad de servir a los hombres para vivir. En el sueño veo como se desplaza Satanás con humoradas compaginadas. Seguiré con poemas de suplicios sin pensar en la buena niñez que tuve y en que Dios me salvó de que me mataran varias veces. En la adultez caí en el pozo de los desgraciados solitarios. Soy nada, menos que un marginal, pequeñísimo, irrelevante, insignificante. Mi deseo es empalar a los secuestradores de menores en las fronteras del norte, a todos los que trafican niños, y rezar.

 

Vagarán por mis lagañas

 

En el oeste, continuación de la cancha de Laferrere a la casa de Juanma, llegué con Mariano que sonrió y miró al costado. El terreno era enorme, tenía una cancha de fútbol, dos terrenos cuadrilongos cercados con paredes, y Juanma me miraba desconfiado, yo pensaba que era un lindo lugar para plantar, pero los lugares y la gente se interconectaban como distintos órganos o más bien distritos afectivos. Terminé en mi vieja casa visitado por Teresa Calandra, yo le decía que ahora había que preguntar el precio de todo. "Y sí", me dijo. Fuimos para la cocina donde la miré de cuerpo entero y desperté reprimiendo los impulsos de agarrarla.

Pax Trinitaria

 

18/7/24, Benavidez