El dogma a través del cual lee la realidad el
señor Javier Gerardo Milei no contempla otros puntos de vista que no sean los
suyos. Hugo Chávez o Cristina Fernández de Kirchner, Hitler o Nerón, la
personalidad narcisista de un líder con tendencia a la megalomanía perjudica a
los pueblos. Un nuevo capítulo en la historia del colonialismo en Argentina. Se
lo debemos a los burócratas que trabajan para el FMI
y no para la patria. Se lo debemos a los chupasangres golpistas que viven del
saqueo y del contrabando de armas. Se lo debemos a los vividores que endeudaron
al país. Cuando un gobierno o sus autoridades no pueden tomar decisiones de
manera autónoma, cuando aparece un interés espurio de controlar un territorio
estratégico en comercio internacional. Cuando una colonia paga tributos y rinde
cuentas al país colonizador. Las paredes son la imprenta de los pueblos. Fui a
ver que escribe en la pared la tribu de mi barrio y decía: «Compre Bitcoin.
Apagá la tele que mienten lo$ periodi$ta$$$$$$$».
El fascismo es la supremacía del Estado por sobre el individuo, el
adoctrinamiento. Pero las palabras son sonidos vacíos. Un palo tiene siempre dos
puntas. De un lado está Macri, la inescrupulosidad más
absoluta y demencial, sin moralidad alguna, y del otro están los fondos
buitres. El señor Javier Gerardo Milei y sus fantasías dementes que giran como
moscas alrededor de la materia fecal todavía caliente de un perro sarnoso. El
señor Javier Gerardo Milei, nacido a la política como panelista televisivo, y el
triple idiota de Macri con su casta de millonarios y financiastas
inescrupulosos. Siempre se puede estar peor en la ley de la selva. Una
combinación entre los medios hegemónicos, la causa del bien, los poderes del
cielo, el embustero de Macri, el roñoso de Luis Caputo, el pedazo de mierda de Ricardo
Argentino Bussi, que niega que durante la dictadura haya existido un plan
sistemático de desaparición de personas, la torre de estiércol de Patricia
Bulrich Luro Pueyrredón, gusana arrastrada cómplice del asesinato de Rafael
Nahuel. Van por el litio, van por el agua, van por el petróleo, van por las
jubilaciones, van por la ESI, van
por la comida, van por los derechos humanos. ¿Qué podemos esperar de una negacionista
recontra facha como Victoria Villaruel? La negación del genocidio conlleva las
peores formas de impunidad. Qué esperar de una persona que publicó el pasado 12
de octubre en su muro de FB: «Feliz día de la Hispanidad. Un día como hoy
sucedía una de las epopeyas más importantes de la historia de la humanidad, se
avistaban las tierras del continente americano y dos culturas se unían en la
hermosa mixtura que es Hispanoamérica. Orgullo por ser parte de esa fusión».
¿Hermosa mixtura? La llegada de los conquistadores españoles al continente
americano dio inicio a uno de los genocidios más grandes en la historia de la
humanidad. Al menos 90 millones de pobladores
de la región fueron exterminados. ¿Hermosa mixtura el saqueo de tierras ancestrales
para los intereses mercantilistas de la corona española? ¿Hermosa mixtura difundir
por la fuerza la religión cristiana, conseguir la pestilente gloria militar y
riquezas derivadas de la explotación de mano de obra indígena en haciendas y
minas de metales preciosos? No, no fue una epopeya sino uno de los choques más
violentos entre civilizaciones. Masacres, violaciones, robo de metales,
esclavismo y explotación laboral de negros e indígenas. Todo eso junto. Lo que
reivindica la señora Victoria Villarruel son los años de plomo de 1976. ¡Para
vivir entre los lobos, hay que aullar con los lobos! No me van a decir que se
creyeron el cuento de que después de aguantar seis meses, este país va a ser el
mejor del mundo. Una ficción idiota de una banda de idiotas de la casta de los
millonarios infatuados. Jean François Revel apunta en El Estado Megalómano: «Una de las primeras observaciones de
Tucídides al comienzo de la Guerra del Peloponeso, muestra la falta de
curiosidad que tienen los hombres respecto de las exactitudes de los hechos, de
las verdades más accesibles en materia de política y de historia, así como su
capacidad para perpetuar convicciones que carecen de fundamento, que muchas
veces aunque en vano, han sido reducidas a la nada por la más elemental de las
informaciones» Nos van a endeudar a mil años, excepto que consigamos formar una
resistencia organizada nacional y antiimperialista. Ahora el señor Javier
Gerardo Milei le dice al canalla de Luis Majul en una entrevista televisiva que
cree que «no hay mayor experto financiero en Argentina que Luis Caputo» cuando
hasta no hace tanto había dicho, en otra de sus exhibiciones televisivas de
necedad y estulticia que «Caputo se vendió, se fumó más de 15.000.000
millones de dólares. (…) Se terminó en el Fondo Monetario Internacional. Vino
Caputo, o sea, lo echaron a Sturzenegeer acusándolo de manejar mal la mesa y se
fumó 15.000.000
millones de dólares irresponsablemente, ineficientemente y nos deja este
despiole de las Leliq». Ahora el señor Javier Gerardo Milei dice que va a haber
estanflación cuando durante su mentirosa campaña dijo que era el único que
podía terminar con la inflación en nuestro país. Argentina no es su país sino
un estado de su mente atrofiada. El sentido económico del país y el remate de
todo lo estatal recuerdan ese pasaje que aparece en Los raros, de Rubén
Darío: «¿Habéis visto un final de fiesta,
cuando el alba empieza y la luz del sol va inundado el salón iluminado por las
arañas y los candelabros? Los rostros cansados, las ojeras, las fatigas del
cuerpo y una vaga fatiga del alma». Lo que lamentamos como un fin, otros lo
celebran como un comienzo auspicioso. La danza de los cargos, la improvisación
política, una agenda organizada por Washington, impunidad para represores,
vendedores de soberanía en ascenso. ¿Qué esperaban? Votaron eso. El voto lumpen,
irresponsable, en nombre de algo que no existe. Un discurso economicista que
favorece a las grandes transnacionales. Sin memoria histórica en el planeta
soja. ¿Todo por asestar una herida narcisista al camaleón de mil caras del peronismo?
La realidad argentina es múltiple y compleja. Los sumos sacerdotes del
capitalismo festejan. Los intereses fenicios y mercantiles de la derecha
argentina dan la espalda a la argentinidad. Y aunque las raíces de esta lacra
sean complejas, resulta evidente que la desesperación y los altos niveles de
pobreza son un buen caldo de cultivo para que la parte más recalcitrante de la
sociedad argentina, sea de centro o derecha, sea de clase media o baja,
reclame. Los argentinos de bien que imaginan el timbero Luis Caputo, ministro
de finanzas del gobierno de Mauricio Macri y operador offshore, y Javier
Gerardo Milei, muy pronto, ellxs también, van a estar indignados. Si
a Milei le va bien al pueblo argentino le va mal. La historia ocurre dos veces:
la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa.
Primero fue Carlos Saúl Menem. Ahora es Javier Gerardo Milei, un ser
completamente entontecido. Menem, Macri, Milei. La triple M. ¿Qué es esta confabulación?
El gobierno de unos pocos que identifican los intereses de la nación con los de
su propio grupo. Ojalá nos salvemos.