(Sobre Cuaderno
del poema, de Gabriel Cortiñas, Palabras Amarillas, 2017)
No son muchos los poetas argentinos de la nueva generación que hayan
pensado y escrito consideraciones sobre la escritura y lectura del poema. Más
allá de la propia escritura como postura estética en comentarios de libros o
ponencias universitarias, no se vieron libros como los de César Aira sobre
Pizarnik y Copi, Arturo Carrera con Nacen los otros, Diana
Bellesi con La pequeña voz del mundo, o ya recopilados los ensayos
de Fabián Casas.
El libro de Gabriel Cortiñas (nació en 1983, autor de Brazadas, Hospital
de campaña, Pujato, premio Casa de las Américas de
poesía 2013) encara este proyecto con este Cuaderno del poema escrito
en párrafos con recuerdos, propuestas y observaciones sobre el oficio, y abre
el juego para pensar la poesía y sobre todo la escrita a partir del 2001 en
plataformas digitales, lecturas públicas y nuevas publicaciones. El ensayo
sobre la escritura plantea una estética, acaso la intuye, la yerra, la
planifica, y reabre el juego desde este plano: ¿qué es el poema, la poesía, el
poeta, hoy?
Cortiñas piensa el poema como verdad, y plantea al poema como “un espacio o
territorio de conflicto, de tensión”; recuerda la violencia en el poema y su
composición, idea de creación que parecería perimida pero no; y vuelve a la
acción política: “la soberanía como la escritura no son ideas, son verbos,”
Estas son algunas de las ideas que se pueden consignar en este libro ¿de
ensayos, párrafos, prosa poética, diario, inclasificable? Cuaderno, claro, lo
dice el título.
Inconformismo: “¿Qué pasa hoy? Hay entretenimiento disfrazado de “nuevas
tecnologías”, donde el hedonismo y un tibio existencialismo doméstico acumulan
un porcentaje mayoritario de las publicaciones o performances poéticas”, e
imposibilidad: “Nombrar el fracaso de nombrar nombrando compone el necesario parto
lingüístico”, formas de la poesía, sedimentan posibilidades en este libro de
ensayos sobre el poema, ya poema, y en este caso escrito por la principal
persona a la que puede interesarle reflexionar sobre el estado de la lengua y
su sociedad.
Entre poemas legibles, objetivismo influenciado por las redes sociales, e
ilegibles, acaso barrocos, la puesta en voz, y algunos autores que le sirven
como disparadores, el libro trae el debate, la lectura y la escritura que
alimenta y circula en la estética regional.
Oraciones solitarias, párrafos que llegan a las setentas palabras y textos más
extensos, se terminan de significar en la pos y re lectura.
“La literatura también necesita de críticos apóstoles para poder transmutar, de
lo contrario ese lugar lo ocupa el mercado”, dice Cortiñas.
Escritos entre 2013 y 2015, el libro también empieza y contribuye a armar un
mapa escrito del espíritu de la época: kirchnerismo y macrismo.
Mientras releo el libro, nuevas posibilidades se abren en cada párrafo cerrado,
y sucede que cada uno podría servir para producir nuevos párrafos sobre la
creación. “¿Qué escucho cuando leo un poema?” “¿De dónde surge un poema?”
“¿Podemos pensar el poema como una carencia?” “¿De dónde viene la palabra
tensión?” Estas son algunas de las preguntas y encontramos también las
respuestas en este Cuaderno que invita a poner en conflicto el estado de las
cosas.
Tomado de: BazarAmericano/Actualización septiembre - octubre 2017